22
El sonido de choques de labios hacia eco en la amplia habitación. Los aromas de ambos chicos estaban en su punto más alto, y sus lobos batallaban por tener el control y encontrarse en un juego un poco peligroso.
Jimin se encontraba a horcadas de Yoongi, mientras este se dejaba hacer debajo del omega, dándose suaves y apasionados besos. No sabían cuánto tiempo había pasado desde que se habían salido del colegio, pero tampoco es como si les importara. No cuando ambos estaban disfrutando.
—Jiminnie... -llamó sobre los labios del menor.
—Mmh... -Murmuró sin dejar de dar pequeños besos en los labios del mayor.
—¿No... tienes... hambre? -preguntó a duras penas.
Habían estado tan entretenidos en sus sesiones de besos y mimos, que ni siquiera se habían detenido a pensar en qué sus estómagos rugian hambrientos.
—Ya estoy comiendo -susurró, sin querer apartarse del alfa.
Yoongi no hizo nada por querer contradecir al menor. Su estómago podía esperar.
Cuando el peli-gris no hizo ningún intento por separarlo, Jimin decidió que las cosas podrían comenzar a subir de nivel.
Comenzó a mover sus caderas a un compás lento y sensual, creando un fricción entre sus miembros un poco intensa. El chico sonrió cuando Yoongi se tensó.
—Ji...
—Silencio. -Lo calló con un beso profundo.
El pálido no dio ninguna otra objeción, es más, puso sus grandes manos alrededor de la pequeña cintura del omega para pegarlo más a él. En su interior se reprendió a sí mismo por estar tan cachondo, él usualmente no era así, pero el calor de su celo lo estaba calando hasta los huesos.
Jimin continuó con su tarea de restregarse contra el mayor, cada vez haciendo más presión y moviéndose con más sensualidad.
Ambos comenzaron a soltar pequeños gemidos llenos de satisfacción y excitación.
El corazón de Jimin se estaba comenzando a acelerar a una velocidad impresionante, esperando ansiosamente por lo que iba a pasar a continuación.
El rubio se apartó un poco se Yoongi, para llevar sus manos hacia el inicio de su camisa y comenzar a levantarla para quitársela, pero un gran alboroto proveniente de la plata baja asustó a ambos.
Jimin rápidamente se bajó del regazo de Yoongi y se acostó al costado de él, mientras ambos se tapaban con la sabana blanca de pies a cabeza, haciendo el intento por cubrir sus erecciones y sus ropas desarregladas.
—¡Déjenme pasar, malditos! -Se escuchó un grito agudo.
Jimin se puso pálido al reconocer la voz de su padre.
undefined—o! No voy a dejar que maten a mi bebé -Habló una voz femenina.
—¿Su bebé?, Su bebé debe de estar aprovechándose del mío.
El rubio soltó una risita nerviosa cuando diferenció la voz de su otro padre. No sabía si reírse de verdad o sentirse mal, puesto que Yoongi en ningún momento intentó aprovecharse de él. Fue todo al revés.
—Mi niño es inocente.
—Señores Min y Park, respiren profundo. -Se pudo diferenciar la voz nerviosa de Seokjin.
—Tú cállate, copia barata.
—No le hable de ese modo -Se escuchó el gruñido de Namjoon.
El cuerpo de Yoongi se tensó cuando escuchó un tumulto de pasos fuertes provenientes de las escaleras. Lo que le daba a entender que sus padres y los de Jimin, venían subiendo.
Jimin se acurrucó en Yoongi, buscando protección.
La puerta fue abierta furiosamente, y Yoongi pudo captar a sus dos padres, los de Jimin, y sus amigos.
Todo se quedó en silencio cuando los demás vieron a Jimin y Yoongi en la cama. También, supusieron que, por sus cabellos revueltos y la sábanas cubriéndolos, lo inevitable había sucedido.
El padre alfa de Jimin intentó acercarse. Estaba furioso porque al parecer, la inocencia de su niño había sido arrancada por un alfa hormonal.
Lo que se esperaba ninguno de los presentes, fue el potente gruñido que se escucho.
—No te acerques a mi alfa -Le gruñó Jimin a su padre.
Él sabía las intenciones que su padre tenía con Yoongi, y su omega había salido para proteger a su alfa. No permitiría que nadie le hiciera daño, no mientras él estaba allí.
El padre de Jimin gimió sorprendido. Todo el enojo se esfumó de su sistema ante tal acción de su hijo. Dio un paso atrás, siendo agarrado por su omega.
—Jiminnie, aléjate de ese alfa -pidió su padre omega.
undefined—. -Siguió gruñendo.
Jimin comenzó a aferrarse más al cuerpo de Yoongi, abrazándolo fuerte y de forma posesiva.
—Jimin... -llamó el alfa-. Me estás asfixiando.
El mencionado volvió su atención al alfa rápidamente. -Lo siento, gatito -le dijo dulcemente, para luego, dejar un beso en su pálida mejilla y alejarse de él, para enfrentar a sus padres.
—Váyanse se aquí -ordenó el rubio-. Sus aromas me están mareando.
Sus padres negaron.
—Por supuesto que no -gruñó molesto-. No te voy a dejar que este alfa siga quitando tu inocencia.
Chanyul estaba que hervía de rabia. Comenzó a mirar a ambos chicos con los ojos entrecerrados, hasta que sus ojos fueron a dar con el cuello ahora descubierto de Jimin.
—¡¿Ese paliducho te quitó la inocencia y no te marcó? -Ahora sí, el hombre estaba más furioso.
Jimin rodó los ojos. -¿Quiere que me marque? -preguntó inocente-. Entonces váyanse de aquí, y tus deseos se cumpliran.
Un silencio incómodo se creó en la habitación, la cual, fue interrumpida por la risa nerviosa de Jungkook.
El padre alfa de Jimin lo volteó a ver amenazadoramente. -¿Y tú de que diablos te ríes?
El cuerpo de Jungkook se paralizó. Abrió sus ojos sorprendidos y comenzó a balbucear, corriendo a protegerse detrás de Hoseok cuando el hombre furioso intentó acercarse a él.
undefined—o le hable así! -Le gritó Hoseok, protegiendo a su alfa.
—¡¿Pero que les pasa a los omegas hoy en día?! -gritó frustrado.
—No, tú no le hables así a mi alfa -sacó sus colmillos el padre omega de Jimin.
—¡No se meta con mi amigo! -gruñó Namjoon.
—Tú cállate, gigante -dijo intentando acercarse ahora al peli-morado.
—No te atrevas a dañar a alguien menor que tú -Se metió esta vez la madre de Yoongi, también sacando sus colmillos.
Una batalla intensa entre omegas se creó en la habitación. Cada uno intentaba acercarse al otro, buscando pelea. Todos tenían sus colmillos afuera y gruñian a cada segundo, gritándose cosas incoherentes y ofendiendose entre ellos.
—Amor, cálmate -pidió desesperado el padre de Jimin.
—No te metas en donde no te llaman, alfa de pacotilla -lo amenazó.
—¿Así es como le hablas a tu esposo? -reprendió la madre de Yoongi.
—Déjalos, cariño -se metió el padre de Yoongi.
—No me digas que hacer, Min.
Los alfas comenzaron a desesperarse al no lograr que la tensión en el ambiente disminuyera, ni lograban calmar a sus omegas.
La pelea siguió por minutos. En ella se podía ver a los omegas discutiendo con gruñidos y a los alfas en medio, intentando apartarlos.
Yoongi miraba la escena confundido y sin saber que hacer. No hasta que sintió como Jimin lo volvía a abrazar y a llenarlo de su aroma.
—En algún momento tienen que calmarse -dijo como si nada-. Sigamos en lo nuestro. -Lo besó.
Los demás presentes voltearon a ver sorprendidos cuando escucharon chasquidos, abriendo sus bocas cuando vieron la escena de los dos chiquillos besándose.
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