18

Jungkook y Jeongguk son diferentes personas (aquí)


Un suspiro lleno de resignación se escuchó en la pequeña sala vacía. Jimin quitó su mochila de sus hombros y se tiró cansado sobre el sofá individual blanco que se encontraba frente al televisor. Puso sus manos en sus esponjosas mejillas y volvió a soltar otro pequeño suspiro.

—¿Qué tienes, cariño? —Preguntó su tío, entrando por la puerta que conectaba la sala con la cocina.

Jimin se puso rígido al instante en su lugar, giró su cabeza y abrió sus ojos y boca en grande. Un segundo después, se encontraba corriendo con alegría hacia su tío.

—¡TAE HYUNG! —Se tiró sobre el cuerpo del mayor, enrollando sus piernas en la cintura de este— ¡Te extrañe muchísimo!

Jimin de un momento a otro comenzó a llorar. Su tío era una de sus personas favoritas en el mundo, siempre había sido un gran pilar para su vida, y el que lo estuviese viendo de nuevo después de tantos años, lo hacía explotar de felicidad.

Su tío era un alfa muy guapo, tenía el cabello castaño, ojos café y una sonrisa hermosa; su forma de ser era muy extravagante y siempre lo hacía reír. Sin llegar a mencionar el cuerpo de infarto que se cargaba.

—No es para tanto pequeño —acarició suavemente la espalda de Jimin.

—¿Cómo que no es para tanto? —preguntó, alejándose un momento del cuello de su tío— Hace cuatro años que no te veía.

Jimin se bajó del cuerpo del alfa, y cuando sus pies tocaron el piso, se cruzo de brazos e hizo un pequeño puchero.

—Cada vez eres más tierno —sonrió el alfa, y comenzó a apachurrar las mejillas del rubio—

. Pero te pregunté algo y quiero que me respondas.

Jimin rodó los ojos. Park Taehyung lo conocía tan bien. Jamás había podido ocultarle algo.

El rubio inhaló profundo. —Es... Es complicado.

—¿Es por un alfa, cierto? —preguntó cariñosamente, mientras le hacía una seña a Jimin para que se fuesen a sentar al sofá más grande. El pequeño omega entendió y le siguió.

—¿Por qué siempre sabes todo?

—Tener un hermano como tu padre tiene sus ventajas —carcajeó, su hermano era todo un chismoso.

—Es que me enamoré de un alfa idiota —bufó, acurrucándose en los brazos de su tío.

Taehyung rodó los ojos. —Tenía que ser un hombre —gruñó—. Todos los hombres son unos idiotas.

Jimin se separó de los brazos de su tío.

—TaeTae —le llamó.

—¿Qué? —preguntó fundido en sus pensamientos.

—Nosotros somos hombres.

Taehyung rápidamente giró su cabeza hacia Jimin. Se quedaron viendo unos segundos para luego romper en sonoras carcajadas los dos. Jimin se volvió a acurrucar en los cálidos brazos de su tío.

—Sigues siendo pésimo en esto.

—Lo sé —rió quedito—. Soy mejor sólo escuchando, así que venga, cuéntame sobre ese alfa idiota.

—Está bien —suspiró, escondiéndose en el cuello del mayor—. Pero después, tú me dirás porque tienes tan impregnado el olor a un omega.

—Apúrate Jiminnie —el alfa comenzó a pegar en el suelo con su pie izquierdo ansioso. No entendía porque los omegas tardaban tanto en alistarse—. Sólo vamos a ir por un helado...

Jimin bajó por las escaleras unos segundos después. El omega se había vestido como si fuese a modelar en una pasarela ahora mismo.

—¿No crees que exageras con el vestuario? —preguntó Taehyung, viendo de pies a cabeza al omega.

Jimin bajó su vista hacia su outfit. Solo llevaba un pantalón negro pegado que estaba rasgado en la parte de sus rodillas, una camisa negra un poco pegada también a su pecho y una chaqueta color gris, añadiendo su cabello rubio peinado perfectamente y unos lentes de sol negros.

—Esto es lo más sencillo que tenía —alzó sus hombros despreocupados.

—No me quiero ni imaginar que usas en los eventos importantes —comentó el alfa, ahora viéndose el mismo.

Taehyung llevaba unos pantalones de lona flojos, una camisa color negro y una chaqueta color café, añadiendo una pequeña boina negra y sus chancletas color café

—Pareces un vagabundo —se burló Jimin.

El alfa rodó los ojos. —No necesito impresionar a nadie más que no sea Jeongguk.

—El amor si que te pegó fuerte —sonrió Jimin.

—Y mucho...

Ambos chicos se dirigieron hacia la salida. Habían decidido tener una tarde de calidad entre tío y sobrino, ya que querían aprovechar todo el tiempo que tenían disponibles juntos, ya que Jimin estudiaba todos los días entre semana y Taehyung también, pero en la universidad. Ahora era domingo, y tenían que aprovecharlo al máximo.

Se subieron a la camioneta del alfa, subiendo Jimin de copiloto. En el poco recorrido que tuvieron que dar para llegar al centro, Taehyung y Jimin habían puesto música a todo volumen y cantaban ambos a coro, los dos tenían hermosas voces, pero el problema se dio cuando una parte de rap se comenzó a escuchar. Ambos intentaron hacerla, terminando por reír a carcajadas al no haberlo logrado.

—Extrañaba tanto esto —confesó el alfa soltando un suspiro melancólico.

—Yo también —dijo de la misma forma el omega.

Taehyung buscó donde aparcarse y cuando hubo logrado su cometido, ambos bajaron. La heladería sólo quedaba como a dos cuadras, por lo tanto, no tendrían que caminar mucho.

Se pusieron en marcha para llegar a su destino. Las personas alrededor los miraban de vez en cuando, al escuchar las carcajadas de ambos, puesto que alfa y omega iban jugando a no patear las líneas de la acera, algo muy "dificil".

—Gané —exclamó saltando el alfa y aplaudiendo eufóricamente, como si de un niño se tratase.

—Hiciste trampa —entrecerró sus ojos el omega.

—Por supuesto que no, no seas un mal perdedor, Jiminnie.

El omega comenzó a refunfuñar, pero aún así, aceptó la derrota y se adentró junto a Taehyung a la heladería. Se dirigieron hacia al fondo para tomar sus pedidos, para luego irse a sentar a una de las mesas al fondo, en espera de sus deliciosos helados. Comenzaron a platicar de estupideces y a reír como cachorros traviesos.

—Jimin... —le llamó el alfa luego de calmar su risa— ¿Sólo es producto de mi imaginación o el alfa que está en una de las mesas de la entrada no ha dejado de verte desde que entramos?

Jimin le miró curioso, así que cuando vio de una manera poco disimulada a sus espaldas, giró su cabeza de manera nada discreta, encontrándose con el chico al que no podía sacar de su cabeza.

Yoongi a lo lejos, miraba intensamente la espalda de Jimin para luego ver con el ceño fruncido al alfa.

—Es Min Yoongi —suspiró suavemente el omega.

—Parece que me quiere asesinar con la mirada —se burló—. Lo traes loco.

Jimin bufó. —Ni siquiera me hace caso.

Taehyung iba a responder, pero calló cuando una de las omegas que trabajaban allí llegó con sus helados. Ambos chicos agradecieron a la mujer y comenzaron a comer sus helados como niños pequeños. Jimin se untó de helado hasta su mejilla.

—No quiero alarmarte, pero el chico gato viene para acá —advirtió si dejar de lamer su helado.

Las alarmas de Jimin se encendieron velozmente. Aún estaba enojado con ese tonto alfa, por lo que no quería tenerlo cerca, al menor no por ahora, porque sabía de manera acertada que cualquier cosa linda que hiciera el alfa, haría que su corazón se acelerará y lo perdonara. Pero esta vez estaba decidido a hacer las cosas un poco más difícil.

El omega se tensó cuando sintió el aroma de Yoongi a su lado, pero en ningún momento giró su cabeza hacia el alfa. Taehyung rió.

Yoongi carraspeó un poco queriendo llamar la atención del pequeño omega, pero simplemente este no le hizo caso y siguió viendo al chico que estaba riendo frente a él, algo que a Yoongi no le agrado en lo absoluto.

—Hola Jimin —saludó el alfa—¿Puedo sentarme?

—No.

—Sí.

Jimin fulminó con la mirada a Taehyung cuando este se entrometió. No quería hablar con el pálido, pero gracias a su tío, ahora el chico estaba sentándose a la par suya.

—Yo... yo solo quería pasar a saludarte —intentó hablar con el omega pero este seguía sin prestarle atención. Pero no le importó, no cuando tenía a un Jimin con el ceño fruncido y lamiendo su helado mientras sus mejilla estaba embarrada de eso mismo.

Taehyung rió quedito. La situación le estaba causando gracia, más por la tensión que había entre esos dos.

—Jimin está enojado porque quería un peluche de gatito y no se lo compré —mintió el alfa.

El omega miró a su tío intensamente. Y Taehyung se dio cuenta que las pagaría cuando llegarán a casa.

Yoongi sonrió tiernamente. —¿En serio?

No mires su sonrisa, no mires su sonrisa. Se decía internamente el omega.

—A Jiminnie le gustan mucho los gatitos —dijo maliciosamente riendo en su interior al ver la cara del chico gato y de su sobrino.

El pálido gruñó suavemente molesto por lo cariñoso que ese alfa hablaba del rubio. No le gustaba para nada que le llamara "Jiminnie" a su Jimin. Aunque terminó por avergonzarse gracias a sus pensamientos, ¿su Jimin?, ¿desde cuando?

—No es-... —el omega intentó desmantelar las mentiras que su tío estaba diciendo, pero fue interrumpido.

—¿En serio le gustan los gatos? —cuestionó con un tono demasiado ronco.

—Sí, pero no se lo compré porque el peluche media como casi dos metros —dijo el alfa mientras abría sus brazos de forma exagerada—. Mi omega se hubiese puesto celoso.

Eso bastó para que Yoongi so riera abiertamente. Extrañamente, después de escuchar que ese apuesto alfa tenía omega, de repente le comenzó a caer bien.

—Que mal... —dijo con un puchero el alfa— Por cierto, soy Min Yoongi —extendió su mano hacia el otro alfa.

—Mucho gusto, soy Park Taehyung —aceptó la mano del pálido.

Yoongi casi quiso llorar cuando sintió algo pegajoso en su mano. Cuando desprendió su mano de la del alfa, se dio cuenta que estaba llena de helado, y miró la del chico. Taehyung comía cómo un bebé, también estaba embarrado de helado. De manera despistada, agarró una servilleta y se limpió con ella.

Taehyung quizo reír.

Los dos alfas comenzaron a hablar como si fuesen amigos de toda la vida, mientras que Jimin seguía en su sitio sin decir nada y comiéndose su helado. Por un momento se sintió celoso al ser excluido de la conversación, se suponía que Yoongi estaba ahí para hablarle a él, no a su tío, y Taehyung estaba ahí también para él, no para Yoongi.

Era cierto que no quería hablarle al alfa, pero se sintió bien cuando el alfa había llegado al principio y rogaba por obtener su atención, mas ahora ni siquiera lo volteaba a ver, o eso era lo que sentía el omega, porque la verdad era que Yoongi lo miraba a cada segundo de reojo, incluso Taehyung se dio cuenta.

—¡Háganme caso! —Exclamó Jimin con un tono de voz más agudo mientras hacía un pequeño puchero y se cruzaba de brazos.

Yoongi tuvo la intención de lanzarse hacia el omega y apretujarle los cachetes, pero se contuvo.

—Tienes helado en tu mejilla —dijo Yoongi mientras le ofrecía una servilleta.

Jimin lo miró molesto. —Tú no me hables.

Yoongi sonrió, y negando con la cabeza se acercó un poco al omega. Dobló un poco la servilleta, y sin que Jimin se lo esperara, la acercó a su mejilla y comenzó a limpiarla delicadamente. Las mejillas de Jimin rápidamente se encendieron de un rojo fuerte, y se puso aún más rojo cuando escucho la risa de su tío.

—Quita tus manos de mis hermosas mejillas —refunfuñó el omega, quitando las manos de Yoongi. Le había encantado el gesto del alfa, pero si seguía de esa forma, terminaría por perdonarlo por haber tirado sus pasteles.

—Te ves hermoso cuando te enojas —confesó el alfa, anonadado por el rostro de Jimin.

Yoongi después de unos segundo se sonrojo también, las palabras habían salido por si solas. Se arrepintió por un momento, pero cuando vio el sonrojo más intenso en el otro, sonrió orgulloso.

¿Qué me está pasando?. Se preguntó el alfa en su interior.

—¿Si te regalo un gatito de dos metros estarás menos enojado? —preguntó regalándole una sonrisa que dejaba a relucir sus adorables encías.

—No. —ladeó su cabeza, en realidad quería decir que sí, pero quería que el alfa también le ofreciera un beso.

—Esto ya parece un dorama —rompió el momento Taehyung mientras sacaba toda su lengua para intentar lamer una parte de su mejilla con restos de helado.

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