17

Unas horas antes.


Se encontraba sumergido en sus pensamientos mientras lavaba suavemente su cara. Todo lo pasado hace unos minutos le había dejado un poco confundido y también un poco dolido. Alzó su vista para encontrarse, a través del espejo, a un omega nervioso, el cual jugaba con sus manos esquivándole la mirada.

—Kim Namjoon —le llamó con un tono de voz demasiado ronco para el gusto del omega.

Namjoon tragó saliva e intentó calmarse. Él era conocido por siempre ser el más neutro en situaciones que lo ameritaba, lastimosamente, ahora estaba de todo, menos calmado. En ningún momento levantó la vista, y siguió moviendo sus dedos nerviosamente para después morder su labio inferior. No quería explicar nada ya que sabía lo que él alfa le preguntaría.

—Kim Namjoon, mírame —ordenó con los dientes apretados.

El omega suspiró suavemente. No tenía caso el que siguiese así, no llegaría a ningún lado. Lentamente, alzó su vista, y se encontró con algo que le puso los pelos de punta. Seokjin tenía su rostro totalmente serio, sus labios formaban una línea recta y sus ojos tenían un brillo que no le gustó para nada.

—¿S-Sí?

—Te voy a hacer una pregunta, y por favor, quiero que me contestes con la verdad —le dijo, arrecostándose sobre el lavabo con sus brazos cruzados—. Si mientes, lo sabré.

El omega miró confundido al alfa. Todo el nerviosismo que antes tenía se había esfumado. Nadie tenía el derecho para ordenarle algo.

—¿Quién te crees que eres para hablarme de esa forma? —su ceño se frunció.

—Sólo quiero que me contestes.

—¿Y si no quiero? —su valentía salió a flote. No se iba a dejar intimidar por un alfa.

—No quiero tomar medidas drásticas —advirtió.

—No me interesa.

Seokjin bufó cansado. Necesitaba tener respuestas urgentemente, no quería terminar haciéndose daño el mismo, porque las miradas que su "enamorado" le dedicó a Yoongi hace unos minutos, no se debían de pasar por alto.

Necesitaba saber si tenía aunque sea una mínima posibilidad para conquistar al rubio.

El alfa comenzó a caminar sigilosamente hacia el omega, quien lo retaba con la mirada, algo que le hubiese dado ternura en otro momento, pero ahora no. El chico poco a poco acercó su cuerpo con el de Namjoon, haciendo que este último comenzará a encender sus alarmas de peli-gro en su interior.

Cuando Namjoon quizo reaccionar, fue demasiado tarde. Seokjin lo había acorralado contra la pared, creando un mínimo espacio entre sus cuerpos.

—Nammie, dime la verdad —susurró sobre la oreja del omega, para después pasar al cuello del chico, oliendo el leve aroma que el omega desprendía—. ¿A Jimin le gusta Yoongi?

El omega tragó saliva. El aliento del alfa chocaba sobre su sensible cuello, y su voz se escuchaba más ronca de lo normal. El lobo de Namjoon aulló emocionado por la cercanía del alfa, y quizo comenzar a soltar feromonas para llamarlo.

—Respóndeme, Nammie...

El aliento cálido del alfa chocaba suavemente sobre su fría y sudorosa piel.

—S-Sí —contestó a duras penas el omega. No soportaba tener al chico tan cerca de él.

El omega no reaccionó, hasta que Seokjin se alejó con una sonrisa maliciosa. Había metido la pata hasta el fondo y ahora Jimin lo iba a matar.

—¿Desde hace cuánto tiempo?

—Desde que ingresó al colegio.

—Hace un año... —susurró con la mirada baja—. ¿Por qué nunca se acercó a él?

—Claro que lo intentó en varias ocasiones, pero Yoongi es demasiado tonto y jamás le volteaba a ver.

—Se hubiera acercado a nosotros.

—Ustedes también son tontos.

—Namjoon...

—Por favor, no le di-digas nada a Jimin —suplicó el omega, intentando calmar su respiración y salir por completo de su trance.

—No te preocupes, tengo mejores planes —dijo mientras se daba la vuelta, y se veía en el espejo, arreglando su cabello— Ayúdame a buscar a Kookie...

—¿Quéééé? —el alfa casi se atraganta con su leche chocolatada— ¿Cómo que a Jimin le gusta Yoongi?

Jungkook tenía los ojos completamente abiertos. Hace poco se encontraba de lo más feliz charlando con Hoseok, y de repente su hermano había llegado y lo había arrastrado hasta un salón vacío. En un principio pensó que iba a ser violado o secuestrado, hasta que recordó que era su hermano el que lo había apresado.

Seokjin le había explicado lo que había visto en la entrada del colegio. Aunque Jungkook le prestó más atención al hecho de que su hermano se había caído sobre un pastel. Las burlas no faltaron, pero la mirada amenazante del otro alfa le había hecho callar.

Namjoon y Hoseok estaban en un rincón, escuchando la platica que los alfas estaban teniendo en ese instante.

—Sí, Namjoon me lo confirmó...

Hoseok, quien estaba al lado del omega, le pegó un codazo en las costillas.

—Pe-pero... —Balbuceó Jungkook sin saber que decir.

—Kookie, te digo esto porque... todavía estamos a tiempo para olvidar... —tragó grueso— Si quieres llorar... Puedes hacerlo en mi hombro —ofreció el rubio. Tenía miedo de que Jungkook realmente estuviese muy enamorado de Jimin, y que este sufriera.

Jungkook le miró confundido para después fruncir su ceño. —No voy a llorar.

—Shhh, todo va a estar bi... —Seokjin se quedó paralizado— ¿Qué?

—No voy a llorar, porque... porque lo acepté hace un tiempo —suspiró—. Nunca te dije esto porque tenía miedo de romperte el corazón...

—¿Decirme qué?

El alfa más pequeño se quedó un momento pensando. No sabía si revelar lo que había visto hace a penas unas dos semanas, pero algo en su interior burbujeaba furiosamente por decir la verdad.

—Vi a Yoongi y Jiminnie hyung besándose —soltó de un solo.

El salón se quedó en total silencio. La boca de Hoseok y Namjoon casi llegaba al suelo ante la sorpresa, no sabían si sentirse alegres o dolidos porque Jimin no les dijera nada.

Por otro lado, Seokjin se quedó en shock.

—¿Qué?, ¿Co-cómo?, ¿Cuando?...

—El día que casi matas a Jimin —dijo con suavidad—. Yo... Yo... Cuando nos íbamos a ir del hospital, ¿recuerdas que te dije que había olvidado algo? —Seokjin asintió— Yo regrese porque ese día le había llevado una caja de chocolates a Jimin... pero no se la di porque los había encontrado besándose. Jimin casi se estaba tragando a Yoongi hyung.

La mente de Jungkook comenzó a recordar aquel día, al principio se había sentido muy mal, porque pensaba que Yoongi los había traicionado. Quiso enojarse con su amigo y decirle que su amistad se había acabado, pero al siguiente día... Había analizado la situación, Jimin

siempre estaba viendo a Yoongi, sus ojos tenían un brillo hermoso cuando miraba al alfa, y este último, volteaba la mirada para no verlo. Ellos se gustaban, y Jungkook lo terminó por aceptar.

El alfa jamás pudo enojarse con su amigo, porque extrañamente, no le dolía el que Yoongi y Jimin se hubiesen besado, sino que le dolía el que Yoongi no confíase en él y le dijera la verdad.

Además, cierto omega peli-naranja estaba muy metido en su cabeza últimamente.

—¿Jin? —llamó Jungkook cuando vio que su hermano aún no respondía. Tuvo miedo, tuvo miedo de que Seokjin llegara a odiar a Yoongi. No quería separarse de ninguno de los dos.

—¿Qué sentiste cuando viste a Yoongi y a Jimin besarse? —soltó de repente el hermano mayor.

Jungkook le miró algo dubitativo. —Sólo me dolió que no me dijera nada...

—¿Por qué reaccionaste con sorpresa cuando te lo dije si ya lo sabías?

—Porque no pensé que tú lo sabías también...

Ambos se quedaron en completo silencio. En el lugar se sentía un aura demasiado pesada, algo que estaba poniendo incómodos a los únicos omegas del lugar.

—Creo... Creo que solo estábamos obsesionados por Park Jimin...

Ambos alfas se quedaron viendo a los ojos por unos segundos. Si algo amaban de ser hermanos gemelos, era el hecho de que con tan solo una mirada, se podían decir absolutamente todo.

—Yo sólo quería ganarte... —Murmuró avergonzado el menor.

—Yo también...

—Yoongi debe pagar por su mentira, ¿cierto? —preguntó Jungkook con una sonrisa maliciosa.

—Por supuesto —habló de la misma forma Seokjin.

Hoseok y Namjoon a lo lejos tragaron saliva. No les daba buena espina lo que sea que esos dos alfas cabezas huecas estuviesen pensando.

—Y ustedes —Jungkook volteó a ver a los dos omegas—, nos ayudarán.

Ambos omegas estaban muertos.

—Actuaremos como si todavía estuviésemos profundamente enamorados de Jimin. Ahora más que nunca, debemos de terminar el supuesto cortejo. —Seokjin hablaba como todo un dictador— Haremos que Yoongi se muera de celos...



...

Dos alfas y dos omegas se encontraban en los concurridos pasillos del colegio. Parecían estar ideando algún plan malévolo para acabar con el mundo, mas sólo estaba teniendo una pequeña discusión.

¡Lo arruinaste, Jungkook! —gruñó Seokjin.

El mencionado bajó la mirada, sus mejillas estaban sonrojadas y un pequeño puchero adornaba su boca. No le gustaba que lo regañaran, él era muy sensible.

—Al menos dime... —el rubio le miró directo—¿Hubo lengua? Porque si no, echaste a perder los planes sólo por un besito.

—¡Kim SeokJin, deja a tu hermano en paz! —regañó Namjoon.

Un nuevo día había comenzado. Día en el cual, tenían que comenzar a llevarse a cabo los planes que habían ideado los alfas, pero todo se arruinó, cuando Hoseok llegó corriendo hacia ellos cuando apenas habían ingresado al colegio, diciendo que Jimin casi lo mataba ayer porque los vio besándose en el parque. A Jungkook se le subieron los colores a las mejillas, y Seokjin casi le arranca la cabeza.

Hoseok había dicho que Jimin lo dejó en paz sólo porque el tampoco le había dicho sobre los besos que se había dado a escondidas con Min Yoongi, sin embargo, el peli-naranja jamás mencionó el que los gemelos lo sabían.

—Es que... Ah! —refunfuñó— ¿Acaso soy el único que no ha dado su primer beso? —se quejó, haciendo su voz aguda.

Namjoon quiso decir que él tampoco lo había dado, pero dedujo que no era buen momento, así que calló.

Hoseok y Jungkook se voltearon a ver entre ellos.

—Bueno... Namjoon te podría ayudar... —Hoseok tragó saliva ante la mirada que el peli- morado le dedicó.

—Buena ide... —Seokjin detuvo sus palabras cuando alguien pasó a la par suya, empujándolo un poco.

Seokjin le iba a reclamar por haberlo golpeado e interrumpir su diálogo, el cual pudo haberlo inducido a obtener su primer beso, pero todas sus intenciones se fueron cuando escucho lo que salió de la boca del individuo.

—Ese tal Park Jimin no me va a quitar a mi alfa — gruñó un adorable y pequeño omega de cabellos castaños, mientras seguía caminado de prisa.

Los dos alfas y omegas se quedaron viendo al pequeño confusos. En su colegio sólo existía un omega que se llama Park Jimin. Un chico que genera problemas amorosos sin siquiera saberlo.

—¿Escucharon lo mismo que yo? —Preguntó Hoseok.

Todos asintieron.

—Vamos a ver que pasa —sugirió Kookie.

Los cuatro chicos emprendieron camino detrás del enojado omega. El chico se veía muy tierno al ser de baja estatura, y más por el hecho que iba caminando como si fuese de camino a matar a alguien.

Vieron como el chico entró a la cafetería y ellos le siguieron el paso. El chico de cabellos castaños se quedó parado un momento, viendo algo en específico, mas no pudieron saber a quien miraba, sino hasta que se sentó junto a... ¿Yoongi?

Los chicos por fin se dieron cuenta que el pequeño estaba viendo a una mesa. Mesa en la que se encontraba Jimin con el alfa bebé; Huening Kai.

—¿Qué demonios está pasando?

—No lo sé, pero sea lo que sea, estoy seguro de que va a ser intenso —Le respondió Namjoon a Jungkook—. Vamos a sentarnos y ver el espectáculo.

—Graba con tu celular, Jin.

—No es tan bonito, es pequeño... —Miró la figura del chico alto—, bueno, pequeño de edad. Además, no tiene linda sonrisa como la mía —seguía balbuceando al aire, mientras sus puños se mantenían sobre la mesa y apretados.

Min Yoongi había llegado a la gran cafetería en busca de sus amigos y cierto omega. Extrañamente, ese día andaba con un humor bastante extraño, aunque estaba un poco angustiado por el hecho de que ayer Jimin se había ido enojado con él de nuevo, pero pensó que el enojo del chico sólo sería fugaz, equivocándose horrible. Se había encontrado con el chico en la entrada, y este lo había ignorado olímpicamente, le dolió, sí, pero el omega tenía razón de estar enojado.

En la noche, Yoongi casi no había dormido por estar pensando en lo sucedido. No sabía por qué había reaccionado de esa forma ante el coqueteo de la alfa hacia Jimin. Lo único que sabía es que no quería que nadie le dijera a Jimin cuán bonito era, ni siquiera sus amigos.

Ahora mismo, Yoongi estaba molesto. Ese chico, Huening Kai, se había robado toda la atención del pequeño omega. Yoongi había perseguido a Jimin por todo el colegio, pero este siempre estaba con ese alfa bebé.

Al alfa casi le salen humo de las orejas cuando vio que Jimin reía alegremente y abrazaba al alfa, mientras este último, sonreía cohibido y sonrojado. Odiaba esa escena. Odiaba a ese chico.

Una figura detuvo sus pensamientos, cuando está se sentó en la misma mesa que él. El alfa, sin necesidad de voltear, supo al instante que se trataba de un omega, puesto que su aroma era intenso y fuerte, algo que significaba una sola cosa: Enojo.

—¿Estás viendo lo mismo que mis ojos? —Preguntó una voz un poco aguda.

Yoongi dejó de ver a lo lejos a los dos chicos, para prestar atención al omega al costado suyo. Lo escaneó de arriba hacia abajo. El chico era pequeño, delgado, ojos negros, cabello castaño y un perfil muy bonito. Yoongi supuso que debía de ser muy tierno, aunque ahora no lo pareciera gracias al enojo.

—¿Y tú quien eres? —se atrevió a preguntar.

El chico, el cual estaba más entretenido viendo a los dos chicos a lo lejos, miró a Yoongi. — Soy Kang Taehyun, y ese que vez allá —señaló a donde se encontraba Jimin y Huening Kai—

, es mi alfa, aunque él no lo sepa.

Taehyun dejó de prestarle atención a Yoongi, para volver a su posición anterior y seguir gruñendo bajito. Estaba muy molesto, claro que sí, había llegado al colegio muy feliz porque podría ver otro día a su crush, Huening Kai, pero se había topado con algo muy desagradable. Park Jimin, uno de los omegas más hermosos, estaba riendo y siendo muy dulce con SU alfa.

—Es al contrario —gruñó Yoongi—. Tú alfa, está coqueteando con MI omega.

Yoongi al instante quiso quemarse la boca por tales palabras. Se sentía tan molesto, que no pensó antes de hablar, y ahora, había dicho algo que no era cierto. Abrió sus ojos y llevó sus manos a su boca, volteó a ver al omega al lado suyo, dándose cuenta que el chico ahora lo miraba con total atención.

—¿Es tu omega? —preguntó con el ceño fruncido— Si es así, entonces dile que deje de coquetearle a mi chico.

Los colores se le subieron a Yoongi. —Bueno... N-no... O se-sea sí —el alfa no sabía que decir—. Sí pero no.

El omega le miró lleno de confusión. —¿Qué significa eso?

—Él no le-le está co-coqueteando —dijo a duras penas el alfa.

—Además de tartamudo eres ciego —bufó el omega. Realmente estaba molesto, usualmente era alguien muy dulce y tierno, pero simplemente no podía soportar el que el chico de sus sueños estuviese con alguien más.

El alfa ahora sí se molestó. No era posible que alguien menor que el le hablase de esa forma.

—No me hables así, niño —gruñó el mayor.

—Perdón, abuelo de godzilla —se burló el menor, y antes de que el alfa lo mandara al diablo, habló—. Ahorita mismo quiero acercarme a esa mesa y alejar a ese omega, pero no quiero que Ning Ning me odie, así que... ¿Quieres ser mi amigo?, necesito relajarme antes de cometer alguna estupidez.

Yoongi se quedó con la boca abierta. Le iba a decir un par de cosas al mocoso, pero vio la súplica en los ojos de este. Él también necesitaba calmarse antes de perder la cabeza e ir con ese chico y asesinarlo.

—Está bien —sonrió un poco.

—Entonces vámonos de aquí, antes de que nuestro lado estúpido nos posea.

Yoongi asintió y se levantó siendo seguido por el omega. Ambos se dispusieron a salir del lugar.

A lo lejos, Jimin y Huening Kai estaban a punto láseres, ambos se habían dado cuenta cuando Taehyun se había sentado con Yoongi, y ahora que se iban juntos, sus corazones se aceleraron, y no de una forma bonita.

Por otro lado, dos omegas y dos alfas estaban viendo todo el espectáculo que se había armado. Todos pensaban igual: Esos cuatro chicos eran unos idiotas por no darse cuenta.

—Al parecer ya no tendré que darle mi regalo a Jiminnie —se burló Seokjin, mientras guardaba la pequeña caja en la que llevaba unos chocolates.

—Entonces dámela a mí —se apresuró a decir Namjoon, sonrojándose cuando los demás le miraron con una ceja alzada.

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