16

—Yoongi hyung, ¿por qué no me quiere hablar? —Un puchero muy pronunciado se creo con sus labios.

—No sé de qué me estas hablando —gruñó, siguió caminando hacia la entrada del colegio—

. Y ya te dije que no me digas hyung.

—Pero usted me dijo en el hospital que le tratara con respeto.

—Y después te dije que ya no quería que usaras los honoríficos.

Jimin abultó más sus labios, y esta vez infló sus mejillas frustrado.

Se había encontrado con Yoongi unos minutos antes fuera de las instalaciones, y el mayor no le había dirigido ni una tan sola mirada. Lo peor de todo es que no tenía la mínima idea de lo que había hecho mal.

—Entonces no me ignore —le dijo haciendo un pequeño berrinche, intentando seguir los pasos del otro—. Yoongi, mírame —suplicó mientras agarraba el meñique del alfa.

El otro se detuvo abruptamente cuando sintió el meñique suyo con el del omega unidos. Giró lentamente y vio hacia abajo; un sonrojo leve se instaló en sus pálidas mejillas. Subió su vista hasta dar con los ojos del menor, y la imagen que vio, casi hace que se vaya de espaldas. Jimin tenía sus ojos brillosos entrecerrados, y sus gruesos labios creaban un pequeño puchero. La cereza del pastel fueron sus mejillas infladas y ruborizadas.

Yoongi suspiró fuertemente. Ni siquiera el sabía el por qué estaba molesto con el menor, cuando él no había hecho nada malo. Se dio una palmada interna cuando se dio cuenta que estaba siendo demasiado idiota.

—No estoy enojado, ¿si? —trató de sonar convincente— Sólo no me levante de muy buen humor.

—Entiendo, eso no es noticia nueva —se burló.

—Mocoso.

—Gruñón.

—Cachetón.

—Paliducho —rió divertido ante el pequeño gruñido del otro— ¿Ya lo ve? Siempre gruñe como si fuera un pequeño y tierno cachorro.

El alfa frunció su ceño. Sí, tal vez no era algo fuera de lo común el que siempre estuviese de mal humor, pero no lo culpen, su cuerpo es el culpable, no él. Luego de unos segundos, se relajó cuando el omega le comenzó a dar pequeñas caricias a su mano. Se quedaron viendo unos segundos a los ojos, y no sabe en qué momento sucedió, pero sus manos terminaron entrelazadas.

—Yoongi~ -canturreó-. ¿Quieres ir conmigo detrás del colegio? -le preguntó con un tono suave, acercándose hasta el oído del mayor.

—¿Pa-para qué? -cuestionó tragando saliva, a esta hora la parte de atrás de las instalaciones estaba completamente vacía, ya que las clases comenzarían dentro de poco.

—Para nuestra sesión de besos -le susurró, sintiéndose poderoso cuando el pálido tembló-. Recuerda que nosotros estamos en una etapa de práctica y ya sabes lo que dicen: la práctica hace al maestro.

Yoongi quiso huyendo rápidamente de ahí. Jimin se había alejado un poco y ahora le veía sonriente con un toque de inocencia combinada con malicia.

Las palabras del menor calaron en sus huesos, y es que aún no podía creer que ese tierno omega le estuviera diciendo algo así.

Aunque ambos chicos no se dieran cuenta de lo que pasaba alrededor, vaya que los demás sí. Muchos comenzaron a cuchichear por la forma en la que el omega y el alfa se miraban, y otros volteaban a ver sus manos. Los rumores correrían como el coyote detrás del correcaminos.

Tampoco se dieron cuenta cuando un alfa y un omega venían entrando a las instalaciones también, uno de ellos a duras penas podía caminar con el gran pastel que ocupaban sus dos manos y parte de su vista, siendo guiado por el omega de cabellos morados.

—No veo, no veo -Chilló el alfa.

Seokjin sentía que en cualquier momento se podía caer, pero se calmaba un poco al saber que el otro omega le venía guiando.

—Cuidado, hay un escalón adelante —le avisó.

El rubio asintió y se dejó que el otro le mostrará el camino. Oía muchos cuchicheos alegres y pervertidos, pero a ninguno le presto importancia. No hasta que el nombre de su amigo y su enamorado salió de la boca de una de las chicas que se encontraba en algún lado de ahí, chismeando con sus amigas.

—Yo digo que Jimin y Yoongi son novios —apostó una.

—Yo digo que sólo se están coqueteando —contradijo la otra.

Namjoon y Seokjin levantaron las orejas al instante.

El omega peli-morado, el cual, iba sin ningún obstáculo que le impidiera ver la escena, buscó rápidamente a los mencionados, y casi se cae cuando vio la escena que esos dos estaban montando. Agradeció mentalmente el que Seokjin no pudiera ver lo que estaba pasando, o se crearía la tercera guerra mundial.

Lo que no sabía el omega, es que Seokjin era demasiado curioso, por lo tanto, haría lo que fuese para ver lo que sucedía. El alfa trató de alargar su cuello, girándolo hacia un costado, y cuando pudo encontrar a alfa y omega, su pecho se contrajó. Lo que vio le dejó helado. Yoongi y Jimin estaban en medio del camino que daba hacia las puertas principales del colegio, se miraban intensamente y tenían entrelazadas. En otro momento hubiese tirado el pastel y corrido hacia esos dos, pero extrañamente solo se sintió traicionado, más no sintió celos.

Namjoon iba tan concentrado en ver la escena a unos metros de ellos que olvidó su objetivo principal: guiar a Seokjin. Este último también olvidó el que el omega le había dicho que al frente había un escalón. Ninguno de los dos previo cuando...

¡PAM!

Pastel + Alfa + Suelo.

Esas fueron las consecuencias por haberse distraído. Seokjin tropezó con el escalón y dio de lleno con el suelo, pero gracias al pastel, su pecho y cara estaban intactos, con pastel, pero al fin y al cabo sin raspaduras.

Namjoon abrió la boca sorprendido, y las risas a su alrededor no tardaron en escucharse. Algunos comenzaron a sacar sus teléfonos y a querer grabar, algo que le molesto mucho al

omega. Se puso frente a Seokjin y comenzó a fulminar con las miradas a los demás, mientras gruñia furiosamente.

Jimin y Yoongi salieron de su pequeña burbuja, se dirigieron a pasos agigantados al alfa. El pálido fue el primero en ayudar a su amigo a levantarse.

Seokjin tenía toda su cara y pecho lleno de pastel. A duras penas aceptó la ayuda de Yoongi y le agradeció mentalmente. El pálido se quito su saco del uniforme y comenzó a limpiar suavemente el rostro del menor.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó anonadado Yoongi.

—¿Hacer el qué?

—Caerte —dijo con una mueca.

Seokjin rió para no llorar. -No lo hice a propósito, idiota.

Por otro lado, Jimin se distrajó un momento de la situación, puesto que parecía más entretenido ver el torso del pálido. El omega casi se desmaya cuando Yoongi se quitó el saco, su camisa blanca manga larga y con el escudo del colegio, se le adhería a su cuerpo. Y vaya que le gustó lo que vio, pero unos segundos después, fue consciente de que no era un buen momento para ser un pervertido.

—Yoongi, hay que llevarlo a los lavamanos —sugirió el omega.

Seokjin cayó en la realidad cuando escucho al omega hablarle sin honoríficos a su amigo, y se sorprendió más cuando este solo asintió. De pronto, recordó la causa de su caída.

—No, quiero que Namjoon me lleve -dijo duramente.

El mencionado lo volteó a ver y asintió comprendiendo la situación.

—Ustedes vayan a clases y avísenle al profesor el motivo de nuestra falta, por favor —pidió el omega, para luego agarrar del brazo izquierdo al alfa gemelo.

Ambos chicos comenzaron a caminar para adentrarse al colegio, con las risas de fondo de todos los estudiantes allí, y con un Namjoon gruñendo a todo el que se reía del alfa.

Jimin miró hacia abajo, en el lugar donde se encontraba el pastel desperdigado y aplastado.

—Se veía delicioso... —dijo relamiéndose los labios. El amaba el pastel.

Yoongi negó con la cabeza y rió fuertemente, para después comenzar a caminar, siendo seguido por un pequeño omega de cabellos rubios.

—Yoongi, invítame a un pastel.





...





—¿Cuál quieres? —preguntó el alfa con demasiada paciencia.

Jimin se quedó absorto un momento, saboreando a todas las delicias que se encontraban frente a él.

Hacía aproximadamente 15 minutos que habían salido del colegio. Yoongi fue arrastrado por un omega de cabello rubio, hasta llegar a una de las pastelerías que se encontraban por la zona. El alfa casi se va de boca cuando tropezó con una pequeña piedra al no poder seguir el ritmo con el que el omega corría, pero finalmente había llegado sano y salvo hasta allí.

—Los quiero todos —dijo haciendo un pequeño puchero.

Yoongi rodó los ojos. —No puedes comprarlos todos, son muchos. Ni siquiera te los alcanzarías a comer en dos días.

—Pero hyung... —hizo su voz más aguda.

—Hyung nada —le regaño— elige solo uno.

—Pero... pero son porciones —se quejó, alejando sus manos y cara de la vitrina—. Al menos dos.

Yoongi exasperado asintió. Sabía que ese chico no iba a rendirse hasta obtener las dos porciones de pastel, y él no estaba de humor como para iniciar una estúpida pelea.

—Vamos.

Jimin lo tomó de la muñeca y comenzó a arrástrarlo de nuevo hacia el interior del local.

—Jimin, no me jales —se quejó bajito el alfa, siendo ignorado completamente por el otro.

De un momento a otro, Jimin ya estaba saltando como cachorro de cinco años frente a los que atendían. Las personas alrededor suyo lo miraban con una sonrisa llena de ternura.

—Hola señorita —se dirigió hacia la que estaba atendiendo— ¿me podría dar dos porciones de pastel, por favor?

—Claro cariño —la señora lo miraba con dulzura— ¿De que sabor los quieres?

—Una de chocolate y la otra de oreo —contestó alegremente, luego volteó a ver a Yoongi—

¿Yoongi? ¿De qué vas a pedir el tuyo?

El mencionado negó repetidamente con su cabeza. Él odiaba lo dulce. —Yo no quiero.

—Dice que lo quiere de fresas con crema —le dijo a la señora, ignorando olímpicamente la negación de Yoongi.

—Ahorita mismo se los envuelvo. —Los miró a ambos, para luego darse la vuelta y continuar con su trabajo, pero antes, le guiñó un ojo a Yoongi.

Jimin soltó una ruidosa carcajada. Puso sus dos manitos en su boca, intentando callar el sonido, pero fallando en el intento.

Le había hecho mucha gracia la cara de asco que puso el alfa cuando la señora, la cual dedujeron que era beta, le guiño el ojo. Jimin en ningún momento sintió celos, pero era algo obvio, porque la señora parecía que andaba rondando por los cuarenta años.

—No te rías mocoso —intentó parecer enojado, pero la verdad es que después de escuchar la risa del menor, hasta a él le dio mucha gracia.

—No la culpo. La verdad es que hoy te miras muy guapo —dijo soltando una risita tierna, mientras sus mejillas se tornaban de un color carmín.

Yoongi sintió como su lobo aullaba con orgullo en su interior. El ser alagado por el omega le agradaba mucho.

—Aquí tienes guapo.

Una chica había llegado a interrumpir el pequeño momento de ambos chicos. Yoongi la volteó a ver de forma acusadora. ¿Quién se creía esa mujer para decirle así a Jimin? Lo peor fue cuando olfateó al aire y un aroma a lavanda y café llegó a sus fosas nasales. Una alfa, la chica era una alfa, y eso le terminó de desagrada por completo.

—Uh, gracias —Jimin le sonrió apenado.

—De nada, cariño —le sonrió coquetamente.

El límite de Yoongi tocó fondo cuando Jimin recibió su pedido, pero la chica lo aprovecho muy bien y masajeó su mano después de entregarle la pequeña bolsa al omega.

El alfa gruñó y tanto la alfa como el omega voltearon a verlo.

El rubio abrió sus ojos cuando vio que del pecho de Yoongi surgía un pequeño gruñido que declaraba molestia. Tenía el ceño fruncido y miraba de forma amenazadora a la alfa. Jimin tuvo la tentación de morderse su labio inferior ante la imagen que el alfa le estaba regalando. Por lachimolala, se veía tan sexy de esa forma.

—Yoon... —intentó decir, pero el alfa lo calló rápidamente.

—¿Cuánto sale por todo? —le preguntó entre dientes a la alfa.

—Serían **** wo-wones —habló a duras penas, siendo intimidada por un Yoongi molesto.

El alfa pagó lo más rápido que pudo ante el nerviosismo de la otra alfa. Cuando por fin le dieron su cambio, agarró al pequeño omega de una de sus manos y lo jaló para llevarlo hacia la salida. Comenzó a caminar sin rumbo alguno sin soltar al omega. Daba pequeños gruñidos y se quejaba sobre el mal servicio que daban en esa tonta pastelería.

—¡Yo-Yoongi! —dio un pequeño grito—. ¡Mis pasteles, mis pasteles se aplastaran!

El alfa le ignoró y siguió arrastrándolo, ahora rumbo hacia el parque.

Jimin sentía que en cualquier momento iba a terminar contra el suelo. Una porque Yoongi lo iba arrastrando y otra porque iba tratando de cuidar sus porciones de pastel para que estás no se le aplastaran o cayeran.

—¡ALFA TONTO!

El gritó fuerte de Jimin, detuvo abruptamente el caminado de otro. El alfa se volteó a verlo de forma molesta, pero todo enojo abandonó su sistema cuando vio al omega llorando mientras veía sus preciados pasteles en el suelo.

El omega comenzó a soltar chillidos lastimeros, mientras se arrodillaba en el suelo para recoger sus bolsa con pasteles aplastados y regados dentro de la misma bolsa. Sus mejillas comenzaron a ponerse rojas, su ceño se frunció y sus labios crearon un pequeño puchero.

Él deseaba tanto comer pastel.

Yoongi comenzó a ponerse nervioso. Su lobo comenzó a regañarlo en su interior por haber hecho llorar al omega, y hasta el mismo se dio una cachetada mental. ¿Por qué se había molestado?

—Po-podemos ir a co-comprar otros —ofreció, arrodillándose junto al menor.

—¡No! —Negó refunfuñando— Quiero irme a casa.

El omega se levantó rápidamente, agarrando la bolsa a su paso, para luego comenzar a caminar, sorbiendo su pequeña nariz.

No importaba si al llegar a casa tenía que lamer la bolsa, el comería sus pasteles a como de lugar, no en valde se llamaba Park Jimin.

El alfa también se levantó y comenzó a perseguir a Jimin. Otra vez había cometido otra idiotes, y al parecer, ahora no sería tan fácil conseguir el perdón del menor. Pero de igual forma, no importaba si el otro iba enojado y en silencio, no iba a dejar que el omega se fuera solo a casa.

El omega ignoró por completo al alfa y siguió caminado rápidamente hasta llegar al parque, sólo debía cruzarlo y llegaría a su parada.

Una escena... una escena fue la que distrajó al enojo de Jimin.

Allí, parados, a unos cuantos metros y debajo de un árbol, se encontraba Jungkook junto a Hoseok. Ambos sonreian mientras el alfa agarraba la cintura del omega. A lo lejos se miraba como sus respiraciones estaban entrecortadas, como si hubiesen estado corriendo.

Jimin se detuvo y abrió los ojos completamente, dejando confundido al alfa al costado suyo, y lo confundió más cuando lo jaló, para luego esconderse detrás de otro árbol.

—Jimi...

—Shh, cállate —le regañó—. Ven, acércate un poco y no vayas a gritar —le ordenó.

Yoongi le hizo caso al omega y poco a poco se inclinó de la misma manera en la que Jimin estaba, quedando cubierto sus cuerpos con el árbol y solo sus cabezas sobresaliendo.

El alfa se quedó de piedra cuando vio a su amigo con Hoseok. Ambos chicos parecían estar absortos en su propio mundo.

Min y Park se quedaron apreciando unos segundos la escena, y ambos casi pegan un grito cuando Hoseok y Jungkook a lo lejos, comenzaron a acercar sus rostros.

—Se van a besar, ¡SE VAN A BESAR! —soltó un chillido agudo el omega.

Y sucedió... Los otros chicos a lo lejos terminaron por unir sus labios, haciendo que Jimin tapara su boca para no gritar de la emoción.

El omega sintió una calidez en su pecho, después de eso, su camino iba a quedar libre.

—Jungkook fuera —sonrió maliciosamente—. Solo falta uno...

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