Twenty Five Cookies
El tiempo pasa velozmente, Kyungsoo lo comprende ahora a sus 25 años.
No se queja, es decir, ha tenido una buena vida con amigos que lo aman, una familia relativamente estable actualmente y un futuro que califica como próspero; no ha sido tan monótona como para calificarla de aburrida o repetitiva, tuvo una buena dosis de drama en su justa medida así como también pastillas de amor y palabras afectuosas que sirvieron como medicina para aquellos momentos. Es feliz, se siente realizado y no teme arriesgarse a tomar nuevos retos; el Kyungsoo de un año es tan diferente al Kyungsoo de ahora por muy obvio y ridículo como pudiese soñar, porque el primero poco conocía del mundo y el último conoce tanto de él que ya no le guarda miedo.
Minha está haciendo pastel.
Es de chocolate, su favorito, aunque siempre cambia de sabor favorito, tanto así que en ocasiones no se da cuenta. Es redundante hablar de eso ahora pero Kyungsoo lo cree necesario.
Ya es un adulto, no un niño, y es por ello que nota ciertas cosas que antes tan solo eran nimiedades de la vida.
– ¿Crees que si le agrego cerezas será exagerado? – la pelinegra le pregunta, su índice toca su barbilla repetidas veces en actitud pensativa. – ¿O fresas?
– A papá le gustan las cerezas.
– ¡Pero a mí las fresas!
– Entonces coloca ambos.
– ¡Eres un genio!
Su madrastra lo abraza antes de correr al refrigerador para sacar las frutas en cuestión y comerse algunas de paso. Es la última vez que verá a su padre y su madrastra en un buen tiempo, ambos decidieron tomar un tiempo de pareja, alejados de Seúl y con el mundo a su disposición; él les dijo que tomaran un crucero pero su familia es terca y no hay quien los haga cambiar de opinión.
– Prometo traerte fotos de las llamas cuando pasemos por Sudamérica. – le había dicho Minha, aquello no lo emocionaba siendo sinceros pero no quería matar su alegría.
– Cuídense mucho, no se excedan y recuerden ser precavidos. – le repitió por doceava vez en la tarde.
– Como siempre, Kyunggie preocupándose por sus seres queridos. – le apretó las mejillas – Debes dejar de ser tan perfecto, me haces sentir inferior.
– Se te quema el pastel.
Cuando Minha corre a salvar su intento de repostería, su padre llega, lo saluda y le pregunta por su día, Kyungsoo recalca mentalmente que el tiempo pasa tan rápido que no recuerda exactamente cuándo empezó a apreciar el amor entre Minha y MyungSoo, el como ellos lo querían de formas extrañas y el progreso de su familia que a pesar de sus tropiezos seguía siendo eso, una familia.
Kyungsoo se va de casa con las mejillas llenas del labial de Minha, un pedazo de pastel y una sonrisa enorme.
🐻🐧🐻
– ¡Kim Kaaaai! ¿Dónde dejaste mis calcetines de la buena suerte?
– ¡En la lavanderíaaa!
– ¡Graciaaas!
Kai terminó siendo su vecino más tiempo del que predijo.
Primero fueron un par de semanas más de lo previsto que se convirtieron en meses hasta pasar a ser un año; no es que no le gustara tenerlo como vecino-prestamista-de-helado-en-verano pero se le había contagiado la manía de SeulGi de ser curioso con las cosas ajenas al punto de quedarse con la ropa porque mira GiGi, este color está bonito, se asemeja al océano en cierto punto, debería escribir una historia sobre eso, además de otras cosas de escritores que él no entiende.
– Seulgi dice que tu escultura del pajarito le fue muy útil para su siguiente libro. – le dijo el moreno cuando fue a su departamento a golpearlo porque idiota mis medias blancas ahora son rosas, mi masculinidad, estúpido. – Deberías sentirte honrado, colaboraste con una buena causa.
– Un libro de Stephen Oh no me devolverá mi pajarito traído de Japón.
– ¡No sea egoísta, Soo hyung! Que fíjese que se lo firmó ¡y ella nunca firma!
En otras noticias, Kang SeulGi es su escritora favorita, qué ironía.
– Ya qué. – bufó. – Pasa después por la casa que la abuela mandó fruta.
Kai lo despide en la puerta, de paso preguntándole si estaría mal si le da azucenas a SeulGi porque en su último escrito a la protagonista no le gustaban y no sabe qué más, él solo lo golpeó y le dijo "cómprale comida a sus gatos, te amará"
Sin más que hacer y con una sonrisa aún más grande por el buen día que ha tenido, Kyungsoo se dirige a su cita de aniversario número 6 con Kim JongIn.
🐻🐧🐻
– Mesa para dos, Reservación para Kim JongIn.
– Por aquí.
Hay música clásica que ambienta el restaurante en el que está; hay mujeres con vestidos elegante, hombres con trajes envidiables y niños que gritan por postre embutidos en graciosas prendas que lucen mucho más costosas que todo lo que usa; hay una cantante en un escenario pequeño, el anfitrión la presentó como Kim YongSun, una solista de renombre en lugares como aquel, su voz era como seda entre los dedos, tan delicada que podría quedarse admirándola de no ser por el empujón ligero que le da el joven cuya placa dice "Jeon Jung Kook" para que avancen; Kyungsoo lo recuerda como el niño rata de su primaria, pero no lo dirá en voz alta que eso sería muy grosero.
Suben a un segundo piso y se introducen a la azotea al cabo de segundos; Jungkook le recuerda que en unos momentos vendrá un mesero por su orden y se retira dejando a Kyungsoo en el lugar acordado.
Hay farolas pequeñas adornando el espacio, hay rosas alrededor y una canción lenta que suena en el fondo, la voz de YongSun se pierde y es reemplazada por la de Son Seungwan entonando One of these nights.
– Con esta canción nos dimos nuestro primer beso, Soo, ¿lo recuerdas? – un elegante JongIn le sonríe sentado en una mesa al centro de la azotea; el mantel es blanco y todo luce impecable; hoy es 13 de enero, su corazón late apresuradamente y todo él tiembla en sonrisas que le sientan tan bien en momentos como este donde el tiempo juega a su favor.
Los segundos transcurren lentos, pareciera solo hay luz resplandeciente y amor en el aire.
No es perfecto, es real.
– Sí, eran las once con once.
– ¿Qué hora es?
– Son las diez, tonto, me hiciste perder el The Return Of Superman de hoy. – ríe, se acerca paso a paso, se pone de puntillas, lo besa castamente y se sienta. – ¿Qué comeremos hoy?
JongIn hace una llamada e inmediatamente un camarero viene con una bandeja y deliciosa comida sobre ella; un poco de Tteokbokki, Gimbap y Jjanjangmyeon, tres de sus platillos favoritos; claro que a él le gustaba más la comida de la señora Park pero todo sabía tan delicioso que no pudo evitar dejar el plato vacío.
Definitivamente debían volver otro día.
– Estuvo delicioso, ¿te gustó? – JongIn limpiaba sus labios con una servilleta mientras él devoraba su último trozo de Gimbap; Stay With Me sonaba de fondo.
– Sí, ¿crees que podamos llevar de estos? ¡Están deliciosos!
JongIn le sonríe, hay algo especial en su mirada. – Tal vez luego.
Kyungsoo hace un puchero, quejándose porque prefiero llevármelo hoy, así puedo comerlo en el almuerzo, desconsiderado.
– Te odio.
– Me amas.
– Te gusta decirlo mucho, eh vanidoso.
Y hay una sonrisa traviesa luego de ello, en todo momento JongIn ha sonreído, haciendo a su corazón latir mucho más rápido por motivos que él desconoce.
– ¿Hay espacio para el postre? – JongIn mira su reloj, son las 11 pm.
– ¿O sea que no me dejarás llevar más comida pero quieres postre? – se cruzó de brazos.
– Me gustan las cosas dulces, como tú. – le mandó un beso volado mientras él lo remedaba.
Otra llamada y Jungkook hizo acto de presencia, algo cansado por subir y bajar escaleras por el sueldo mínimo pero era su trabajo al fin y al cabo. En ese momento cargaba solo una bandeja, su sonrisa era cómplice, compartió un par de miradas con JongIn antes de retirarse agradeciendo por su visita.
For life empezó a sonar de la nada.
– ¿Qué es-
– Hay un momento en nuestras vidas en el que uno encuentra aquella señal del destino que te guía a la persona indicada, Soo. – lo interrumpe de la nada, todo adquiere una tonalidad nueva, Kyungsoo está a la expectativa de lo que suceda – Hay un momento en nuestras vidas que se pierde el sentido de todo aquello que uno conoce. Hay un momento en nuestras vidas en el que creemos tenerlo todo gracias a una persona. Hay un momento en nuestras vidas en el que puedes estar plenamente agradecido con entidades divinas por permitirte vivir. Hay un momento en nuestras vidas en el que puedes llorar de felicidad y de tristeza al mismo tiempo. Hay un momento en nuestras vidas en el que una sonrisa basta para hacernos felices completamente. Hay un momento en nuestras vidas en el que conocemos al indicado.
(Quiero creer que seré la única persona que se quedará a tu lado para amarte)
– Así como se contabilizan las estrellas, los granos de arena, los números y las letras y palabras, tal vez nunca culminé de contar las razones por las que te amo, y es que son tantas que a veces me mareo de solo pensarlas.
(Hoy te sostendré en mis brazos dándote mi corazón y alma)
– Soy malo con las palabras, muy malo; creo que no podría dar un discurso frente a tantas personas como quisiera, pero cuando estoy contigo, lo único que necesito decir es "te amo".
(Incluso mil palabras no son suficientes)
– Soy débil, Soo; me has visto llorar hasta el cansancio, gritar hasta quedar afónico y enfurecerme al punto de perderme a mí mismo. Tengo miedo; me acobijaste cuando la habitación era demasiado oscura para mí, me tapaste los oídos durante las noches de tormenta, me protegías de los perros grandes en los parques y estuviste a mi lado al aprender a manejar bicicleta. Quise rendirme y sin embargo ahí estabas tú, diciéndome "Nini es el mejor" o "chocolatitus nunca deja las cosas a medias". Eres la energía que necesito.
(Tienes que ser tú, para toda la vida)
– Hay noches en las que imagino una vida sin ti, hay noches en las que sueño que te alejas un paso a la vez, hay noches en las que huelo tu cabello y te abrazo más fuerte cuando dormimos juntos; son esas noches las que me repiten que permanecer siempre contigo es lo correcto, que sonreírnos el uno al otro para toda la vida es mi más grande deseo.
(El silencio se cambia a una canción que se llama "tú" esta noche y quiero escucharla por siempre)
– Do Kyungsoo, quien me conoce desde el día que nací, quien ha tocado cada parte de mi cuerpo con una devoción digna de admirar, quien me ha cuidado y se ha convertido en mi querido ángel guardián, quien me ama al punto del olvido y no teme tomar honestamente mi mano.
(Este amor no terminará nunca)
– Hoy se celebran seis años de relación, veinticuatro años y trescientos sesenta y cuatro días de conocernos; hoy te celebro y agradezco a ti, porque si no existieras mi vida estaría incompleta como si el sol nunca saliese para mí.
(No voy a dejarte ir)
– Eres mi complemento, mi felicidad, la otra mitad de mi galleta y quien quiero ver al despertar todos los días. Eres mi todo, para toda la vida
Lágrimas surcan por las mejillas de Kyungsoo, sus dedos se enroscan fuertemente en el mantel blanco frente a él, y sonríe, porque sus pensamientos son iguales de tal modo que no queda más que agregar pues todo fue dicho.
– Tengo algo que darte. – JongIn alza la tapa que cubre la bandeja con el postre, tras develar su contenido una risita escapa de sus labios.
– ¿Una galleta Oreo? – la toma – ¿En serio?
– Disfruta tu postre.
Kyungsoo abre el empaque, sus dedos tiemblan ante la sensación que ha prevalecido en su interior toda la noche, la cual ahora cobra sentido, el reloj marca las 11 con 10 minutos.
– Joder.
Un suspiro escapa de sus labios, sus ojos recorren la galleta múltiples veces creyendo que ya le empezó a fallar el sentido de la vista. Su rostro es un poema al amor eterno, una sonrisa aún más grande se apodera de su rostro y oh mi dios, siente que vuela en nubes de algodón rosa.
Once con once.
– ¿Sorprendido?
– Eres un idiota.
– ¿Eso es un sí?
Los ojos de Kyungsoo regresan a la galleta entre sus dedos, los mismos recorren el relieve en ella con adoración y sorpresa. Más lágrimas llegan y cuando menos se lo espera JongIn toma la galleta que estaba en sus manos y se levanta del asiento, se arrodilla delante de él y lee aquello que rezaba en el dulce favorito de Kyungsoo.
Puede desmayarse ahora mismo.
– ¿Quieres casarte conmigo?
JongIn abre la galleta graciosamente, en su interior hay un anillo hermoso que hace a su corazón latir aún más aceleradamente. La fría brisa le recuerda que no está soñando, que aquello sí ocurre en este instante; sus nerviosos dedos acarician la mejilla de JongIn antes de asentir repetidas veces al no poder emitir palabra alguna.
Sus labios son besados y la sensación de plenitud se duplica.
(Tienes que ser tú)
El tiempo pasa muy rápido, Kyungsoo siente cada minuto como un segundo y antes de siquiera pensarlo o procesarlo, despierta en su departamento, hay un aliento cálido sobre su nuca y un anillo de plata rodeando su índice.
– Buenos días, amorsoote.
(Para toda la vida.)
| ¿Qué tan especial pueden ser un recuerdo?
¿Una visita al hospital? ¿Un baile durante la infancia?
¿Debería hacerme tan feliz?
El tiempo vuela y me siento afortunado.
Mi historia no es solo una galleta cuyo nombre fue conjugado.
Es real y feliz |
🐻🐧🐻
N/A: Gracias por leer, he aquí el último capítulo de Doreo ;;
Cuenta regresiva (1) -aún falta el epílogo donde se harán los agradecimientos~-
El día de mañana (o el miércoles) se publicará el epílogo, lamento si el final no es muy wow pero a mí me gustó y sí, eso.
Tengan un lindo día 💕
A que no creían que podía actualizar rápido EH XD
BaekOut será publicado mañana (?)
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