Three Cookies
– Vamos, Kyunggie, un esfuerzo más, ¿ya campeón? Solo uno más.
Kyungsoo está cansado, agotado, desgastado y todos los adjetivos que se le asemejen, es la doceava vez que falla intentado patear la pelota al arco y ya se cansó de repetirle a su padre que él solo quiere recostarse en el pasto y descansar mientras Vivi –el perro transgénero de Sehun– le llena la cara de babas y se sube sobre él en busca de cariño, porque Sehun es muy pequeño para jugar con él aún ¡y si desarrolla una alergia! Es mejor prevenir que lamentar, Kyunggie, o al menos eso decía la Sra. Lisa, la nana de Sehun.
Pero, muy a su pesar, no puede porque su padre ha prometido darle helado cuando terminen y a menos que patee esa fea y desagradable pelota, cree que su sufrimiento no acabará nunca.
Kyungsoo quiere golpear a su papi con la pelota en la cabeza para que –en medio de la inconsciencia– le permita ir a leerle cuentos a Nini aka Chocolatitus aka JongInnie bebé en el hospital como es costumbre cada sábado desde que lo internaron por una repentina alergia a las fresas que desarrolló tras engullirse una tostada con mermelada de la fruta en cuestión y su piel empezara a picar, obligando a la señora Kim a dejar de lado sus revistas de Vogué para poder atender a su pequeño retoño (y con eso se refiere a llevarlo al hospital y dejarlo ahí para que las enfermeras QUE PAGA SU MARIDO se encarguen de él y ella pueda terminar de escoger el vestido que usará para la gala del fin de semana próximo)
Y como siempre, Kyungsoo era el único que se preocupaba por JongIn.
– Ya déjalo en paz, Myung, el fútbol no es lo suyo.
Su mami apareció en la puerta trasera de su casa, con dos vasos de limonada en una bandeja y sándwiches sobre la misma, vestida de blanco, la madre de Kyungsoo se veía como un ángel.
Y si lograba librarlo de esto, para Kyungsoo su madre sería un ángel en todo el sentido de la palabra.
– ¡Estaba a punto de lograrlo, Somi! Yo sé que él puede, ¿no, Soosie?
Él solo negó despacio y cruzó los brazos sobre su pecho – No me gustan las pelotas, papi. Me gustan los libros, te lo he dicho miles de veces.
– Ya ves, –le requintó divertida– ahora, deja al niño en paz y coman su merienda, mientras yo alisto las maletas para que cierta personita –su mami lo miró y le dio la sonrisa de las buenas noticias, esa grande y brillante que siempre anunciaba cosas bonitas, esa que lo hacía reír– pueda visitar a su noviecito.
– ¡Somi! ¡JongInnie no es su novio, Kyungsoo es muy pequeño todavía! –gritó su padre, alterado. Ver a su padre así era divertido,
– ¿Entonces por qué está como tomate, eh? – sus padres voltearon a verlo y él se cubrió las enrojecidas mejillas avergonzado.
– ¡Yah! ¿No íbamos a merendar? Apura mami, que tengo que leerle su libro favorito a JongInnie y se nos hará tarde como la última vez ¡corre, corre! –la empujaba al interior de la casa, mientras ella reía, Kyungsoo y sus brazos de fideo no podían ni empujar a Vivi, pero teniendo compasión de él, se adentró, obedeciendo.
Kyungsoo miró refunfuñón a su padre cuando este empezó a reír igual, bastó una mordaz mirada para que Myungsoo dejara de carcajearse y lo ayudará a subir a la silla y pudieran acabar con la merienda.
– Papi, ¿por qué los papis de JongInnie nunca van a visitarlo? –preguntó inocentemente, su padre suspiró y se limpió con la servilleta junto al vaso de limonada.
– Están ocupados con Kai y no tienen tiempo. –respondió serio, esa era la mirada para las cosas tristes, se dijo Kyungsoo.
– Pero JongInnie también es su hijo, ¿es que no se preocupan por él?
Su papi nunca le respondió.
– ¡Kyunggie! ¡Es hora de irnos, preciosura!
🐻🐧🐻
– ¡JongInnie!
Cuando Kyungsoo entró a la blanca habitación y vio a JongIn sentado en su cama con el libro abierto esperando por él, no pudo más que abrazarlo al instante y disculparse mil veces por llegar tan tarde.
– Kyunggie vino, con eso es suficiente. –dijo con dificultad, después de todo no dejaba de ser un bebé.
El pequeño de ojos grandes solo sonrió enternecido y lo abrazó otra vez – Mami está con el doctor, yo me quedaré con Nini por mientras.
El otro asintió feliz, su enfermera estaba sentada en una esquina, Kyungsoo no la había visto, pero ella estuvo ahí todo el tiempo, como siempre se distrajo con la sola presencia de su chocolatito favorito.
– ¿Galleta? –Kyungsoo le extendió a JongIn una de sus galletas favoritas, siempre le llevaba una cuando lo visitaba, era su pequeña secreta tradición.
El se comía primero la cremita y JongIn siempre se acababa de antemano la galleta. Ambos compartían dulces sin falta antes de leer, porque estómago lleno, corazón contento, Kyunggie.
Se acabaron un paquete sin saberlo, la enfermera los veía divertidos, siempre era la misma rutina, cuando JongIn asistía por cuanta enfermedad tuviere, Kyungsoo siempre estaría allí compartiendo sus galletas y jugando con él hasta que las visitas terminaran, porque Kyungsoo siempre estaba ahí para JongIn, siempre.
– ¿Papi, Mami y Kai no están? –preguntó el más pequeño, los ojos esperanzados mirando hacia la puerta.
– Están ocupados, eso me dijo mi mami. –cuando vio a JongIn apuntó de llorar, otra vez, él le sujetó las manos y abrió el libro nuevamente – Pero es mejor así, porque yo podré cuidar de JongInnie solito.
JongIn sonrió, sus ojos medias lunas y sus únicos dientes tan brillantes y blancos como siempre, a Kyungsoo le gustaba la sonrisa de JongIn – ¿Me leerías un cuento, Soo?
Este asintió enérgico, llevándose el libro al regazo y juntándose más al otro – Siempre que quieras, Innie.
La señora Do veía emocionada como su pequeño intentaba (con ayuda de las laminas y los dibujos) contarle a JongIn su historia favorita, la del sapo que con un beso se convierte en príncipe. Somi recuerda que Kyungsoo se esmeró mucho en aprender a leer unas cuantas palabras, que se sentaba con ella bajo un viejo roble a leer los diarios de la abuela y que siempre él se iba a dormir alegre porque al día siguiente podría leerle un nuevo párrafo a JongIn.
Kyungsoo amaba leer para JongIn.
– Y es el fin.
– ¡Otro más!
| Leer para JongIn es divertido.
JongIn es feliz cuando lo hago.
A mí me gusta hacer feliz a JongIn.
Kyungsoo |
Gracias por leer 💕
M
uy pequeño, lo sé 😥
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