–De acuerdo, te escucho ¿Qué es lo que quieres?– dijo México al estar frente a España.

El mayor hizo seña para que los demás presentes en la mesa se retiraran.

–Es un placer al fin poder hablar contigo, México– lo miró el español.

–Vayamos directo al punto– giró los ojos –Me citaste aquí para un trato, no para socializar–.

–Está bien, tranquilo– soltó una risita –Entonces violación ¿Eh?–.

El rostro del latino se palideció –¿Tú cómo sabes eso?–.

–Tengo mis contactos– se encogió de hombros –Pero no te preocupes, no diré nada, yo he hecho cosas peores– sacó una caja de cigarros –¿Gustas?–.

–¿Cómo los conseguistes?–.

–Contactos, chaval, ya te lo he dicho ¿Vas a querer o no?–.

México se le quedó mirando unos segundos, nunca había probado el tabaco. Tomó el cigarro, no iba negar que su mano temblaba, pero podía controlarla. Lo pusó en su boca y empezó a toser.

El europeo no pudo evitar soltar una carcajada.

México se sonrojó –Nunca antes lo había hecho–.

–Lo puedo notar– lo miró –¿Sabes por qué te quiero en mi equipo?–.

–¿Por qué tengo un policía cuidándome?–.

–En parte, pero también me contaron sobre tu juicio– sonrió –Y Dios santo ¿Cambiar de papel con la víctima, robar su vida, abusar de su hermano y luego querer mandarla a la cárcel? Eso es tan inhumano y cruel. Nunca había visto algo así, al menos no desde… desde mí–.

–Ajá ¿Y?–.

–Te propongo un trato que estoy seguro no podrás rechazar–.

–Te escucho– cruzó sus piernas.

–Te unirás a nosotros y serás mi mano derecha, todos te respetarán, incluso si llegan a descubrir por qué estás aquí–.

–¿Y?–.

–¿Cómo que y?–.

–Cariño, no créeras que eres el único que me quiere en su clan, ayer hablé con Inglaterra– mintió –Y su propuestas no estuvo nada mal, además de que incluye a su guapo hijo–.

–¿El psicópata?–.

–Así es–.

–De acuerdo, niño– soltó una risita –No voy a negarlo, eres listo. Está bien, mira, podrás relacionarte con Estados Unidos con total libertad, tendrás el respeto de todos en la prisión, comida no podrida, protección en las duchas, serás amigo de policías corruptos, tendrás lo mejor de la vida aquí–.

–Casi me tienes– canturreó el latino.

–Puedo ayudarte a escapar–.

–Ahora tienes mi atención– apoyó sus codos en la mesa.

–Como ya te dije antes, tengo muchos contactos, tanto aquí como afuera– explicó –Si me pongo de acuerdo con ellos podrían ayudarte, eso si, tardaría unos meses, más si tomamos en cuenta a tu guardia personal– miró de reojo al eslavo.

–¿Y si puedes hacer eso por qué no escapas tú?–.

–Yo no quiero hacerlo, aquí vivo como un rey– respondió –Pero puedo ayudarte–.

–España– se levantó el latino –Tenemos un trato– le tendió la mano.

El mayor la estrechó.

–Créeme, no te arrepentirás– sonrió –Te cuidaré como si fueras mi propio hijo–.

Un escalofrío recorrió al latino, pero no era uno malo, lo había disfrutado.

Sintió como alguien le daba una nalgada. Volteó a la cabeza y miró al de las 50 estrellas con una sonrisa coqueta.

España se levantó agresivamente.

–No no– lo paró México –Él puede hacerme lo que quiera– sonrió también.

Y decían que la prisión sería un asco.

-.-.-.-.- .-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Sé que me quedó corto.

Pero pues estoy en carretera y estaba aburrida, así que pensé en actualizar, así que... Espero les guste y lo disfruten :3

Los loveo -3-

Nos leemos pronto ;3