Capítulo 27. Falda en el Catnip


Se acercaba la noche cuando Ryunosuke buscaba a Atsushi. Estaba algo preocupado por no haberlo visto en lo que quedaba del día. Buscó por la casa notando que no había nadie, trago saliva y anduvo viendo el lugar hasta que se topó con Samu — oh el pequeño Ryunosuke

— Samu-san, ¿donde están todos?

— fueron al dance forever lovers

— ¿en japonés?

— es un bar lgtb+, allí casi todo mundo liga

— me... ¿podrías explicar? No entiendo

Samu suspiró — es un lugar donde se conocen chicas con chicas y chicos con chicos, algunos trans, asexuales, ya sabes, gay, lesbiana, diversidad

— oh, ya, entiendo...

Se quedaron en silencio un momento y luego el azabache miró al rubio — ¿dijiste salir?

— sip, allí vas y conoces, algunos se enamorar

De nuevo el silencio.

Pasaron unos segundos, Akutagawa se acercó a Samu y tomó su cuello — ¡Tienes que llevarme!

— de acuerdo, de acuerdo. Te llevo

Mientras tanto en el bar...

La música era fuerte, las luces andaban por todos lados, Juryoku estaba en la pista, era muy buen bebedor, así que para el era fácil sacarle provecho a otros haciéndolos beber.

Toru, el se adueñaba del tubo en la plataforma.

Sousuke acompañaba a Atsushi quien aún estaba nervioso — puedes estar tranquilo, nadie se te acercará, he marcado bien mi territorio, pensarán que eres Toru

Atsushi dejó salir unas carcajadas y miró a Sousuke — jamás había venido a un lugar así

Sousuke tomó su mano y señaló su cuerpo — y te vez radiante y sexy con esa falda

— ¿t-tu crees?

— lo sé, y se que Ryu también lo piensa

— no lo defiendas, el me dijo

— lo sé, pero estaba nervioso — le sonrió — cualquiera se pondría nervioso viéndote con esta falda y esta camisa, y diablos tus zapatos

— me puse unas botas ¿te gusta?

— me encantan

— es que tu eres tan...

— no nos compares Atsushi, Ryunosuke es nuevo en esto y yo tengo experiencia con Toru. Demasiada

Atsushi sonrió — ¿debí enfrentarlo?

— no, pero quizá intentar entenderlo

— es que a mi me dolió mi corazoncito

— lo sé, tranquilo. Es cuestión de ir avanzando juntos

— gracias Sousuke...

Toru llegó tomando a Atsushi — ¡VEN A BAILAR BOMBÓN! — gritó Toru jalando a Atsushi

— To-Toru no se usar eso, me voy a caer y romper la cabeza

— tranquilo, yo te enseño — miró a la multitud — AVER BOLA DE HAMBRIENTOS SEXUALES ¿QUIEN QUIERE VER A MI HERMANO MOVERSE?

El público gritó.

Atsushi se sonrojó.

Toru siempre tenía algo bajo la manga o mejor dicho: oculto en su anillo.

Samu y Akutagawa llegaron al bar, el mafioso pasó por algunos chicos quienes lo saludaron creyeron que era Sousuke; mientras que Samu alzó sus manos evitando ser tocado — aaay pecadores, malechores — se quejaba Samu

— Samu, ¿acaso no eres novio de Juryoku?

— si, ¿porque?

— ¿porque te asqueas?

— una cosa es mi pecado y otra la de los demás — mencionó — por eso la muerte me persigue ¡pero mi amor es más fuerte! ¡Jamás moriré! Viviré alegre con mi amado Juryoku

Akutagawa suspiró — ayúdame a encontrarlos.

Y no tuvo que esperar mucho, el bullicio al centro del bar era grande, Toru y Atsushi eran los dueños de la pista. Ambos sosteniéndose de un tubo, sacando sus traseros y subiendo de manera sexy, se recargando en el tubo y bajaron.

Akutagawa estaba boca abierta, no podía ni moverse, Atsushi y Toru estaban en la pista bailando, sus cabellos estaban revueltos, sudados, y claro, tenían al público hipnotizados. — ¡Juryoku! — gritó Samu sacando a Akutagawa de su trance y mirándolo mientras el rubio fue por su chico.

Akutagawa volvió a ver a los tigres, Atsushi era ayudado a bajar del escenario. Akutagawa fue tras de ellos.

Aquel chico sostenía a Atsushi de su cintura — entonces, ya que eres el hermano de Toru, significa que Sousuke no me matará si te invito un trago ¿verdad precioso? — Atsushi se soltó a las risas — vamos, te daré a probar uno llamado Long Island.

— ¿Que es eso? — preguntó entre risas

— mira, — el chico llevaba a Atsushi de su cintura y brazo — es un cóctel con tequila, ron de Ginebra y Vodka

Aquel chico sintió una mano fría en su hombro y se detuvieron. Miró a su espalda — ¿So-Sousuke? — preguntó

— Tienes 0 para soltarlo y ya tienes  menos 0

El chico soltó a Atsushi haciendo al menor caí caerse pero Akutagawa lo sostuvo. — perdóname Sousuke — mencionó huyendo

— Atsushi ¿estás bien?

El albino sonrió abrazando a Ryunosuke creyendo que era Sousuke — ¡oh Sousuke! Iban a darme un cóctel que sonaba delicioso — mencionó alegre

— ¿estás ebrio?

— nopi, Toru y yo tomamos un poquito, así chiquito de catnip, para poder subirme al tubo — le sonrió — ¿verdad que lo hice sorprendente?

El azabache sonrió — si, y te vez sorprendente

Atsushi se sonrojó y tomó sus mejillas — Sousuke, ya no puedo besarte, amo a Ryu. No seas galán conmigo

— Soy Ryunosuke, Jinko

Atsushi sonrió amplio — ¡oh! Mi mafioso — jalo al azabache besándolo y el mayor simplemente se dejó llevar.

A veces el catnip ayudaba bastante

Después de ser soltado por su joven amante drogado, tomó al albino para llevarlo a sentarse fuera del bar, Atsushi seguía jugando como efecto de la droga, se colgó de un poste de luz, Akutagawa evitaba reír, pero admitía que el albino hacía demasiadas payasadas. Ademas, estaba relajado, no había necesidad de esconderse o hacerse el poderoso, solo era un turista pasándola bien con su amante.

Atsushi se cayó por fin y el azabache corrió a ver si estaba bien, Atsushi reía a grandes carcajadas en el suelo. — Jinko, ese catnip no es bueno para tu cordura. Quizá por esto es así Toru

— Aaaay... pero se siente tan bien — mencionó alzando su brazo y tomando su mejilla — ahora entiendo porque Dazai-san se come esos hongos

Akutagawa tomó la mano del albino y lo levantó — no seas brusco — se quejó el albino — traigo faldita, trátame como una damita

El mafioso evitó reír — ¿acaso eres una dama en peligro?

— nah. Salgo con un mafioso

El azabache se sonrojó y levantó al albino — oye, mi faldaaa — se quejó y el azabache le sonrió

— si sigues quejándote de la falda, te la quitaré

El albino se sonrojó, se quedó hiptonizado, el mafioso sonrió triunfante y tomó su mano para llevarlo a casa, entre la camita Atsushi reaccionó — aaay esta falda no me deja caminar, deberían quitármela — Akutagawa simplemente reía de ello. Quizá no era mala idea esas vacaciones.

Llegaron a la casa después de un buen rato, y un momento de pérdida. Pero tenía un tigre que podía rastrear olores, así que no tardaron mucho en encontrar el camino de nuevo.

Una vez en los viñedos, entraron a la casa tranquilos, pero el albino jalo su mano — Ryuuu eres mentiroso

— no es así, yo siempre cumplo mi palabra

— dijiste que me quitarías la faldaaa — se quejó — aún está puestaaaa

— estaba pensando en dejártela

— nooo — se quejó y el azabache tomó su cintura — ¿oh? ¿que haces?

— estoy molesto por ese hombre tocando tu cintura — mencionó y llevo una de sus manos a la pierna del albino. — ¿no te tocó más allá?

Atsushi se sonrojó — na-nadie me tocó — se quejó el albino

— ¿te gusto el baile que hiciste? Estabas mostrando tu trasero a todos

— ¿en serio? — le sonrió — yo veía puros Ryus por todas partes

— no puedo contra ti

Terminó el mafioso para jalar al menor y besarlo. Atsushi cerró sus ojos aceptándolo.

La mano del mayor sujeto con firmeza el femoral del menor para hacerlo flexionar y abrazar su cadera con su pierna. Atsushi separó sus labios — Ry-Ryu — se quejó aunque eso lo aprovechó el mayor para meter su lengua — ¡mmhg!

Su beso se volvió apasionado rápidamente, el mayor acorraló al menor contra la pared levantando sus piernas, tomándolo de su cintura y el mayor de sus glúteos. Se miraron un momento mientras recuperaban aliento por sus agitadas respiraciones — ¿sigues queriendo que te quite la falda?

— podría quedarse, solo quita lo demás

Akutagawa llevó al albino a la segunda planta. Atsushi iba aferrado a su cuello, estaba entre consciente y más anestesiado por el catnip — ¿iremos a la habitación?

— ¿no quieres estrenarla?

— ¿dormirás conmigo? — preguntó casi como un capricho mientras mordía la oreja del mayor

— claro, no dejaría que nadie más te toque

— ¿porque eres tan malo conmigo? Tengo sentimientos y — el mafioso tomó el glúteo del menor — aaah...

— lo sé, pero a veces no se como expresar los míos

— mueve tu mano — pidio el albino sonrojado

El mafioso sonrió — abre la puerta primero Jinko

Atsushi obedeció, estaban frente a la recámara designada para ellos, cerró la puerta después de que entraron y el mayor bajo al albino.

Atsushi lo miró desconcertado y un tanto sonrojado — creí que íbamos a — el albino se quedó callado al sentir aquello.

En sus piernas, había sido rodeado como si una boa atrapara cada una de sus piernas, era Rashomon quien se envolvía en el albino y bajaba su ropa interior sin descuidar su falda — Ry-Ryu, de-fetén a Rashomon — se quejó

— ahorita, primero su ayuda — mencionó

Rashomon había terminado de quitar la ropa interior y comenzaba a frotarse entre la entrepierna del menor. Atsushi tomó el brazo del azabache sonrojado — ¡aaah! E-eso se siente bien

— ¿te gusta?

— u-ujum

— continuemos

Besó a su pareja mientras Rashomon se movía como una anguila gigante entre la entre pierna del albino. Llevó al albino a la cama sin dejar de besar.

Atsushi cayó en la cama dejando salir un frente gemido, Rashomon lo había apretado — Ryu — se quejó — no quiero a Rashomon, quiero el tuyo

Rashomon se esfumó, Atsushi se levantó con sus antebrazos en la cama — no soy tan bueno en estas cosas Jinko

— e-está bien — mencionó estirando su mano, el azabache la tomó — yo también soy nuevo en esto...

Ambos lo sabían, Akutagawa no estaba dispuesto a quedarse sin algo para Rashomon, Atsushi aceptaba aquello, así que los ojos bicolores del menor se llenaron de un espectáculo único.

Su pareja quitándose la ropa.

Primero se quitó su abrigo con el cual llamaba a Rashomon, tomó el borde del abrigo del lado derecho y bajo desde sus hombros. Atsushi se sentía en un transe viéndolo hacerlo. Su camisa blanca, era lo único que le quedó cuando le dio su abrigo al menor — sostenlo bien, no tardaré

Atsushi solo pudo asentir para responder. Cuando escucho un pequeño clip y flip, había quitado la tela que adornaba su cuello, haciendo al menor tragar saliva.

Ahora iban los botones, ¡o my lord! Iba uno por uno, como si quisiera experimentar una manera de torturar a su pareja viéndolo como se embobaba en sus delgados dedos que quitaban cada botón de su camisa.

Al finalizar solo la hizo correr por sus brazos y pidió de vuelta su abrigo para volvérselo a colocar — entonces — habló por fin el albino viendo detenidamente el pecho desnudó del mayor — ¿falda y abrigo?

— será falda y abrigo.

Atsushi llevó a cabo un acto que sorprendió a ambos, tras ver una vez más el pecho del mayor, mordió su labio inferior por una de sus esquinas. El mismo Akutagawa Ryunosuke se había sonrojado y el agente casi desmayado — vuelve a hacer eso — pidio el mayor

— n-no, fue vergonzoso

Akutagawa tomó sus manos — por favor — pidio tranquilo.

Atsushi se sonrojó e intentó su acto nuevamente fallando en eso por los nervios, ambos rieron un poco de eso.

Se miraron a los ojos, no estaban incómodos, es que se deseaban y no sabían como decírselo al otro.

El mafioso subió sus piernas atrapando las del agente, dejando sus rodillas sobre la cama y los lados de los muslos del menor. Se sentó sobre sus piernas y lo miró sonrojarse más — ¿deberíamos parar? — preguntó el mafioso

— no, yo... en verdad... Te quiero.

Akutagawa tomó sus mejillas, aquellas que se habían vuelto a ruborizar, las acarició con sus dedos pulgares y el albino aunque nervioso y confundido, sonrió.

Akutagawa como acto reflejo le sonrió también, se acercó chocando sus narices y ambos rieron ligeramente, giró solo unos grados la cabeza del albino y juntaron sus labios

Su beso profundizó acoplando sus lenguas, unas que se revolvían la uña con la otra con todo descaro de sus gemidos.

Se separaron dejando al menor con labia alrededor de sus labios y una respiración agitada entre ambos.

Atsushi dejó de recargarse con sus antebrazos en la cama y abrazó al mayor encargándose de meter sus manos por debajo del abrigo y lograr tocar su piel.

Akutagawa quien seguía sentado en las piernas del menor dedicó su tiempo a besar su cuello para estimularlo. Cada beso era un apretón directo en su espalda, proveniente de las garras del menor.

Terminó con su cuello y usó sus dedos para jalar el cuello de su playera, acercó sus labios valerosos y mordió el cuello del menor dejando una mordida.

Atsushi lo miró aunque preocupado satisfecho. El mayor simplemente tomó la playera y la sacó desde abajo hacia arriba.

Ambos decidieron profundizarse en la cama grande que tenían. Atsushi uso sus brazos para irse incorporando en ella mientras Akutagawa se acercó a gatas.

Tomó la pantorrilla del menor para quitar sus botas, besó su empeine y continuó subiendo por el cuerpo, como un buen perro sabueso que buscaba su tesoro. En realidad no tardo mucho en poner colorado al menor, pues metió su cabeza por debajo de la falda haciendo a Atsushi sentir que el alma se le saldría.

Podía sentirlo, más no verlo.

Ryunosuke tomó su ropa interior con su boca y la fue jalando hasta sácasela de su falda, y claro, sus manos se encargaron de sacar el resto — eso fue injusto

— se llama estrategia Jinko

Atsushi se sentó en la cama tomando directamente el pantalón del mayor — bien, ahora es mi turno

— de acuerdo, hazlo — añadió sonriente mientras llevaba manos a su espalda, obviamente para dejarle el camino al menor y mirarlo hacerlo.

Atsushi no era un cobarde, bajo la cremallera rápidamente, pudo notar el bulto; y sorprendiendo al mayor pues no creía que fuera a más. Atsushi metió su mano en su bóxer para acariciar su miembro.

Ayudaba a ponerlo duro y recto para el, y una vez que su cabeza se asomó por la ropa interior. Atsushi llegó sus rodillas a la cama y su cabeza a la entrepierna del mayor.

Dejó entrar su cabeza, mientras ocultaba sus dientes con sus labios haciendo la sensación más suave. Akutagawa llevó su cabeza hacia atrás disfrutando de su felacion. Poco a poco, pudo ir bajando más para abarcar más camino, su cuerpo ya estaba sudando al igual que su boca solía pero aún no era suficiente, no era experto así que la zancadas venían a él, para la quinta vez que sintió las ganas de vomitar el mafioso lo sacó — De-déjame, yo puedo — pidió avergonzado

— se que puedes, pero estoy en mi límite y tu no estás nada flojo. Quiero hacerlo con mi novio, no hacerlo con tu boda

— en-entiendo. Bu-búscare lubricante

Atsushi iba a salir de la cama y esa no era una opción, tomó la pierna del menor y lo hizo girar — ¡hey! — se quejó.

Fue acomodado en la cama boca abajo, Akutagawa tomó su cadera alzándolo — oye, así no va a entrar

— tranquilo, lo lograremos

Aunque el menor no entendió, el mafioso tenía algo planeado.

Abrazó la cadera del menor sosteniéndolo con fuerza junto con sus piernas, evitando que se mueva, el trasero de Atsushi quedaba justo en su rostro. Así que sin pensarlo se zambulló entre sus glúteos, dejando su lengua hurgar en su orificio — ¡AAH! — gritó con gran premura el menor — ¡NO! — volvió a gritar pataleando esta vez pero nada llegó al mayor — ¡ESO ES SUCIO! — se quejó. — ¡Tu lengua no! No

Por más que pidió, el azabache siguió, Atsushi se había calmado después de un rato, parecía anestesiado, pues sus ojos estaban entre cerrados, y lo único que hacía era gemir cada que su lengua se movía dentro de él. Decidió soltarlo y se quedó en la misma posición más relajada — parece que tú gusta — mencionó mirándolo

— u-ujum — respondió avergonzado.

El mafioso lo reviso, dejó entrar dos de sus dedos haciendo a Atsushi levantar la cabeza y apretar las sábanas — ugh — se quejo

Akutagawa había entrado bien, y sus dedos abrían y cerraban dentro de él con tranquilidad — pareces estar listo

— Ry-Ryu, e-ese lugar ahora está súper suave puedo asegurártelo

— ¿te gusto mucho eh? — cuestiono besando su espalda para llegar a su cuello nuevamente

— extrañamente relajante y excitante — respondió Atsushi con el mayor ya encima.

Akutagawa llevó su mano hacia la del albino para sostenerla. — voy a entrar

— s-si

El mafioso movió un poco la falda para poder ver mejor, entró lento, la verdad ambos estaban disfrutando bastante de su primer tiempo a solas, en cuanto entró completo, Atsushi apretó las sábanas — uuurg — se quejó. Akutagawa volvió a encimarse, esta vez para tomar su mano y entrelazar sus dedos — Ryu no, te rasguñare

— hazlo — respondió divertido

Comenzó moviéndose, Atsushi gemia al compás de las estocadas. No mentía al decir que rasguñaría.

Después de un rato mordiendo la sabana y aruñando a su pareja. Akutagawa estaba listo para terminar pero parecía que Atsushi no.

Sacó su miembro haciendo al menor quejarse. Tomó sus hombros girándolo y dejándolos frente a frente. Volvió a entrar, esta vez más rápido y profundo. Haciendo a Atsushi estirar sus piernas por la sensación — ¡Ryu! — se quejó

El mafioso se acercó a su cuerpo y sonrió — abrázame Jinko ¿no quieres?

— s-si quiero 

Atsushi lo abrazó para darse cuenta que el mafioso se movería más rápido, aún por las que evitará, comenzaba a rasguñar su espalda, lo apretaba y jalaba su piel. Aunque si era doloroso también era extremadamente excitante. Tomó el miembro del albino y como un interrumpir Atsushi gritó con gran fuerza, apretó la espalda del mayor y terminó.

Akutagawa se sintió victorioso y con un par de estocadas terminó también.

Ambos respiraban agitados pero Atsushi tomó al mayor de sus mejillas — ¿t-te duele? Déjame revisarte

Tomó ambas manos y besó al menor — no duele, ¿cómo está tu cuerpo?

Atsushi sonrió — bien, algo cansado...

— ¿tu espalda?

— quizá un poco de descanso la mejore

Akutagawa tomó al menor y se acomodó junto con el en la cama. Atsushi lo miró sonrojado — ¿do-dormiremos así?

— ¿no quieres?

— no, no, no, si, si quiero — añadió abrazándolo. — esto fue... como un sueño hecho realidad

Akutagawa sonrió, volteó a ver al albino, este ya había cerrado sus ojos acomodados en su pecho —hay Jinko... si tan solo supieras... como tienes este maldito corazón mío...

Cerró sus ojos dejándose llevar por morfeo, mañana sería un nuevo día.

...

Toru: y recuerden niños, no consuman drogas...  Bueno si, pero modérense, no seas drogadictos, solo pásenla bien con amigos de mucha confianza

¡Gracias por leer!

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