Capítulo 10. Secreto de 3

Atsushi despertaba por la mañana, solia hacerlo temprano, tallo su rostro, sus ojos le dolían por haber llorado tanto, olvido la última vez que lloro así, pero el consuelo de Sousuke no pudo evitar que llorase como un bebé. Se movió de lado para levantarse, se quedó sentado en la cama un momento, Sousuke lo estaba sosteniendo de su pijama.

Atsushi sonrió y se soltó moviendo lentamente sus dedos de su pijama, aún era madrugada, así que miró por la ventana, era una hermosa vista...

Miró al rededor y se sorprendió de no ver al mafioso, aunque eso también le alivió, fue al baño a mojarse la cara y respiro mirándose al espejo, tocó su rostro, tocó sus labios — Se había sentido tan bien... — bajo la mirada — ¿por qué tuve que ser él?

Salió del baño y volvió a la cama, Sousuke seguía durmiendo, Atsushi tocó su mejilla, se acercó y besó sus labios. Se separó y junto sus frentes — es normal...

— mmm... Atsushi— le llamó al mayor somnoliento — ¿Que haces?

— quise intentar el beso de la bella durmiente, solo despierta con el amor verdadero

El mayor sonrió y lo abrazó — tienen razón — añadió teniendo al menor entre sus brazos y pronto debajo de él

— ¿So-Sousuke?

...

El azabache esperaba en el bar del hotel, debían irse ese día y así estuvo esperando hasta media mañana que bajaron con una pequeña maleta y unas bolsas. Sousuke llevaba a Atsushi abrazado del hombro

El mayor fue tras ellos y tomó al albino de su muñeca, Atsushi había quedado en medio de ambos — Jinko, no puedes ir con el

— Akutagawa

— te dije que te fueras — dijo Sousuke

— ¿Que? — cuestionó Atsushi

— Jinko no te pertenece, el pertenece a Yokohama con la agencia, conmigo.

Atsushi se sonrojó, Sousuke lo jaló y lo dejó detrás de él — no te metas con mi tigre, mafioso

— él es mío desde el principio

— ahora es mío

— es mío

— Mío

Ambos seguían peleando al punto de juntar sus frentes mientras se decían el uno al otro "Mío" Atsushi les miraba irritado. Parecían niños. Se cruzó de brazos mirándolos y simplemente se digno, aún es un misterio el saberlo, quizá vio mucho a Kunikida regañar a Dazai o a Yosano. Se acercó a ambos y los tomó a cada uno de una oreja, ambos se quejaron y miraron al menor — cálmense ya, me están avergonzando

Claramente estaban siendo observados por todos — vamos — dijo el mafioso tomando al menor. El albino mayor también lo tomó

— si lo llevas tú, yo también

— suéltalo Sousuke

Atsushi respiro profundo, necesitaba paciencia.

Habían regresado a Yokohama donde ambos seguían empujándose y jalándose el cabello, así fue como Atsushi llegó a la agencia con ambos tirandose del uno al otro — Atsushi, bienvenido — sonrió Tanizaki y miró a ambos pelear — ¿Que les pasa?

— se pelean — mencionó Atsushi

— ¿por qué? — preguntó Naomi

— por mi

Dazai comenzó a reír — Atsushi-kun que galán. — mencionó mientras Kunikida iba por ambos Akutagawa para detenerlos.

Al apartarlos, estos dos siguieron gruñéndose. — cálmense, parecen perros — se quejó el rubio idealista

— ¿Que ocurre? — preguntó Yosano saliendo de su consultorio

— los Akutagawa regresaron y se pelean por Atsushi — decía Kenji

— tendré que darles una caja de condones — mencionó burlona. Más de uno en la agencia se sonrojó por ello. Pero bueno, había logrado que ambos chicos dejaran de pelear

Más tarde, habiendo olvidado los sucesos con Yosano; ambos Akutagawa estaban detrás de Atsushi en su escritorio, Dazai volteaba a verlos a cada rato solo para divertirse un rato. — Atsushi-kun— susurró el castaño

— ¿si?

— ¿Que harás con el par?

— he pensado en no dejarlos entrar

— ¿por queeeee? Esto es divertido

— Dazai-San — se quejó el albino

— se como arreglar esto — sonrió Kenji — en la granja cuando los gallos quieren una gallina hay pelea de gallos

— Kenji queremos evitar que peleen — se quejó Kunikida

— pero ese es el punto, para evitar que peleen cada uno tiene su corral con sus gallinas

— ¿dices qué hay que partir a Atsushi en dos?

— ¿Que? — se quejó el albino

— digo que deberían tener una cita con ellos por separado y Atsushi debe elegir

Todos miraron a Kenji sorprendidos. Tenía toda la boca llena de razón. Los Akutagawa se miraron. Sousuke le sonrió burlón. El sabía bien de eso pero Ryunosuke todavía tenía para dar batalla.

— De acuerdo, Atsushi-kun, saldrás con ambos

— ¿Que? — cuestionó Atsushi molesto

— solo nos queda esto

— no queda nada — mencionó molesto Atsushi, y es que ya estaba cansado de las constantes peleas y quedar solo en medio sin que preguntaran lo que él quería.

Señaló a Sousuke — el se irá en cuanto encontremos a Toru — señaló al mafioso — y el solo quiere mostrar que es mejor, en 6 meses me intentará asesinar. — añadió. — no voy a salir con nadie — miró a Yosano — no tendré sexo con nadie — miró a Dazai — Y no voy a seguir haciendo esto ¡por nadie!

Atsushi cerró su laptop y se retiró, esta vez ni Kunikida se atrevió a decir algo.

Los Akutagawa se miraron — fue tu culpa

— fue tuya

— no, tu empezaste con esto

— tu eres el demente asesino

— discúlpame señor empresario de quien sabe que

Dazai suspiró, ahora entendía un poco a Atsushi

Atsushi siguió caminando molesto por Yokohama y esperando no ser seguido por el par de Akutagawas.

Por su lado, en la agencia. Ambos Akutagawa seguían discutiendo. Jalaban sus cabellos y sus ropas hasta que Kenji los separó — hay otra cosa qué pasa en la granja

— ¿Que?

— si los machos pelean sin motivo, la gallina se irá perdiendo total interés en los gallos

Ambos Akutagawa se vieron, la agencia también se miró — ¿hace cuanto que se fue? — fue Tanizaki quien reaccionó a ello

Sousuke y Ryunosuke salieron corriendo de la agencia mientras Kunikida les gritaba.

Ambos corrieron hacia el centro y en el parque se miraron — crepas

— muelle

— el que lo encurte primero gana — se dijeron el uno al otro

Cada uno tomó su camino, uno al puesto de crepas y el otro al muelle.

Allí lo encontró, el menor pudo sentir su aroma y giró mirándolo — No creí que me encontrarías

— Para serte sincero, yo tampoco...

— No voy a dejar Yokohama — trago saliva — soy feliz aquí

— ¿puedo?

— adelante

Se sentó a su lado y suspiró — tampoco quiero perderte

— no lo harás

— Jinko

— ¿Si Akutagawa?

— al principio todo esto era simple riña pero lo que digo es verdad, no te vayas con él

— No lo haré...

— No le digas a nadie... que... que yo lo si-siento

— no dire nada, tranquilo, tú papel de asesino queda intacto

Ambos se miraron y por si solos comenzaron a reír. Era gratificante

Sousuke los encontró y sonrió de verlos caminando por el muelle amenamente. Atsushi fue quien miró a Sousuke y corrió hacia el — ¡Sousuke!

— parece que el que te conoce mejor te encontró — mencionó sonriente

— tu, Akutagawa y yo, vamos a hablar seriamente — miró a sus espaldas — ¿verdad?

— claro. Me comportaré

— también yo

Ambos Akutagawa se dieron las manos. Así los tres salieron de los muelles con destino a la casa del agente.

En casa de Atsushi, ambos Akutagawa se pusieron de acuerdo para hacer el té mientras el menor acomodó la mesa para los tres, buscó una libreta y pluma.

Los Akutagawa sirvieron el té y dejaron al agente en medio de ambos.  — entonces... ninguno de ustedes peleará como niños jalándose de cabellos y ropa

— de acuerdo — dijeron ambos

— nos concentraremos en la búsqueda de Toru

— si

— vamos a llevarnos bien

— claro

— nada de matarnos

— lo sé — respondió Ryunosuke

— quiero añadir algo — dijo Sousuke

— ¿Que es?

— tienes que portarte bien Atsushi

— ¿ah? ¿Yo?

— así es, tendremos un secreto entre los tres

— ¿Que es? — preguntaron Atsushi y Ryunosuke

El mayor sonrió. Tomó la barbilla de Atsushi y lo besó sorprendiendo a ambos chicos. Atsushi lo apartó sorprendido — si yo lo hago — miró al azabache — tu también ¿no?

— Sousuke, no creo que algo así sea - El mafioso no se permitiría ser menos. Tomó el rostro de Atsushi interrumpiéndolo y también lo besó

El besó del mafioso era diferente, era demandante, con una ligera mordida consiguió hacer al albino abrir su boca y con ello lograr entrar, tomó posesión de la entrada bucal del albino quitándole el aliento. — que tramposo — se quejó Sousuke

Sousuke no se quedaría atrás, tomó a Atsushi por su espalda para comenzar a besar su cuello mientras sus manos recorrían por debajo de la camisa del menor.

Atsushi logró safar su boca de la prision del mafioso, quien recorrió a su oreja — A-Akutagawa, So-Sousuke eso no es

— será parte — dijo Sousuke

— si quieres tenernos tranquilos

— nos tratarás por igual — dijeron ambos al mismo tiempo.

Atsushi esta vez estaba atrapado.

...

Yo también quiere gemelos que me tengan bien atrapada

Aaay dio, quita esos pensamientos húmedos de mi o no podré terminar mi trabajo

¡Gracias por leer!

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