XXVI. Connected by soul pt.2
Dedicada a Omamoon1 mil gracias por estar ahí.
Importante escuchar:
🦋Just Me and You + Guilty by Lee Taemin
🦋Save Yourself + Last Dance by One Ok Rock
🔞Contenido explícito
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DOPPELGAÄNGER
Las manecillas del reloj de la estación de Gran Central marcaban las seis de la tarde mientras una mujer pálida como la nieve enfocaba la lente de su cámara para captar el ajetreo de miles de personas esperando por el antiquísimo llamado en una de las construcciones más célebres de Nueva York.
Su nombre de nacimiento era Evelyn Aileen Ezra, su seudónimo literario: Ellen Erza o simplemente Alie para sus personas más cercanas. Tal como el hombre de hermosas facciones que le observaba en ese momento.
Parecía un anacronismo que la escritora a la que pensaban galardonar en solo unas horas estuviera en Gran Central por fines turísticos, tal como sería aún más extraño suponer que su acompañante tenga ascendencia asiática.
—Alie, llegaremos tarde al evento si sigues recopilando material para tu próxima novela. Ya es hora, pequeña revoltosa.
Un susurro cómplice antes de llamar su atención por completo y los ojos imposiblemente verdes de la joven encontraron la sonrisa traviesa de Kim Kibum.
Siempre había sido así. Desde que tenía memoria y a pesar de sacarle unos cinco años, Alie había vivido en un mundo donde difícilmente coincidían.
La eufórica niña que aprendía varios idiomas a la vez, la incansable estudiante a la que acompañaría a la universidad y no dudaría en apoyar frente a una familia rígida que solo le aceptaba por su origen acaudalado.
—Key-shi, no tienes que ser tan insistente. Solo me perdí en la magia de este lugar ¿Sabías que mi libro tiene escenas aquí...?
Key era el apodo que la propia Alie le había otorgado al joven. Uno que solo le recordaba lo que ninguno de los dos estaba dispuesto a poner en palabras a pesar de compartir más que una relación de amistad.
—Conozco tus libros de principio a fin, cariño. Pero tienes ese compromiso dentro de unas horas. Vamos, pequeña.
Terminó de recolocarle los mechones castaños que se escapaban de la boina y le sonrió. La noche prometía ser más que una simple recepción en el Rockefeller Imperial.
Una de las razones por las cuales Alie había accedido a mostrar su rostro a las cámaras en medio de la Bienal de Arte Germano que acogía Nueva York era encontrar aquella pieza de un pasado familiar que siempre le llamó la atención.
Su tía, Helena Kim. Aquel fantasma que solía presidir la sala de estar de la mansión Ezra en Hanover. El motivo por el cual su abuela murió pronunciando dos nombres que desde entonces le habían llenado la cabeza de ideas y sueños.
"Búscalo a él, tiene los mismos ojos que su madre. Yo nunca tuve el valor de hacerlo. Fue nombrado como tu abuelo, August."
Las palabras de la anciana en un último intento por hacer frente a la muerte la habían llevado a iniciar una investigación que en los últimos días había arrojado algo de luz.
Primero pensó que era una broma, y el propio Kibum, al ser su agente le había sugerido que quizás se trataba de algún farsante que deseaba chantajearle para sacarle dinero, pero luego vio la fotografía de quien probablemente fuera su primo y algo se agitó en su corazón.
Siempre había sido intuitiva por naturaleza. Aun teniendo una licenciatura completa en Psicología y Ciencias del Comportamiento aquella instantánea le era ilegible. El hombre que miraba a la cámara con decisión le recordaba mucho al retrato de su tía y quizás a sí misma la mayoría de las veces.
Como si el estigma de la soledad y la incomprensión fuera una marca personal de la familia Ezra, sin importar el lugar o la denominación. Por eso agradecía mil veces tener a su lado a Key, como una especie de ángel redentor que la comunicaba con el mundo real, aunque solo le amara como el hermano que debería haber tenido.
—Está bien, Key-shi. Supongo que he tenido suficiente material para esta noche. Quién sabe y tengamos más que una sorpresa. Después de todo, hoy conoceré a la persona que me envío esas fotos.
Key asintió, pero no estaba muy convencido de aquella historia. Aun cuando había investigado a fondo a la familia Min, no le emocionaba para nada que su Alie tuviera algún lazo consanguíneo con el enigmático hombre que en aquel momento protagonizaba un escándalo social.
Min Yoon Gi o August Ezra... ¿Cuál de las dos caras de la moneda podría ser?
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DOPPELGAÄNGER
Bajo las luces tenues del cuarto de baño de cierta suite de hotel un animado rubio intentaba infructuosamente alcanzar el último pedazo de un pastel adornado con fresas. A solo unos centímetros de él un divertido doctor Min ponía los ojos en blanco antes de asirlo en un abrazo lleno de promesas.
—¡Noooo, detente, por qué me haces cosquillas debajo del agua! Quiero lo que queda de la tarta, es mi cumpleaños...
—Será caprichoso mi bebé. Deja yo te ayudo...
Yoongi estaba más cerca de la pequeña mesilla auxiliar donde habían dispuesto el pastel y un cuenco de fresas embebido en whisky.
Muffin Vainilla
Así habían bautizado aquella locura donde el alcohol, el sabor de los frutos maduros y de sus propias pieles se mezclaba con la excusa de protagonizar un encuentro amoroso empeñado en recordar un viejo anhelo.
—Aquí tienes, bebé.
Ofreció Min sosteniendo una fresa madura en su propia boca. Jimin sonrío con picardía antes de prestarse a aquel juego donde finalmente los labios se unieron para justificar la degustación del mismo fruto, mientras las manos de ambos competían por el control de la excitación bajo el agua en la bañera.
—Mmhh... creo que será el mejor cumpleaños de todos los tiempos. Despreciando el hecho de que llevo una semana sin tenerte, creo que valió la pena si me amas así.
Las manos de Jimin emergieron del contacto ilícito que sostenían entre la espuma de la tina, solo para enmarcarle el rostro a un extasiado doctor. Únicamente centrado en repasar con su mirada los maltratados labios de su amante.
—Sería aún mejor si no estuvieras empeñado en ir a la dichosa Bienal. Pero es tu cumpleaños, yo solo seré el fiel esclavo que acate tus órdenes.
—¿Esclavo? Yoonie, por Dios. No me des más ideas de las que ya se me ocurren cuando te tengo así.
Bromeó el rubio antes de hacerse con otra fresa y ofrecérsela al más pálido. Compartiendo un beso aún más húmedo y provocativo que los anteriores, Yoongi solo se encargó de saquear la boca ajena mientras sus manos se paseaban sin compasión entre ambos, aumentando las oscilaciones dentro de la tina para llenar la estancia de vapor y sonidos prohibidos.
Jimin rompió el beso antes de tironear del labio inferior del de ojos verdes. Un suspiro satisfecho lo embargó antes de volver hablar.
—Será bueno cambiar de aires, teniendo en cuenta que no podemos salir por lo de la reclusión domiciliaria. Si no esta chica arma un escándalo.
Señaló la molesta tobillera en su pierna derecha y Yoongi solo refunfuñó antes de tomar ese pie y besarlo con parsimonia. Jimin rio como un niño pequeño ante las cosquillas que la acción provocaba en su vientre. En un movimiento certero quedó sentado a horcajadas sobre el médico hasta rodearlo con las piernas.
—¿Si sabes lo que quiero ahora, verdad nene?
Le provocó atrayéndolo por la nuca mientras su otra mano iba hacia ambas intimidades para iniciar un masaje tortuoso que hizo a Yoongi morderse los labios.
—Un segundo muffin vainilla, si a mi bebé le apetece...
Concluyó el más pálido antes de afirmarse a las caderas de su amante y con parsimonia acariciarle ambos glúteos.
—No te contengas esta vez nene, quiero sentirlo todo...
Fue la respuesta de Jimin antes de obligar a Yoongi a ofrecerle los labios. Un beso oscuro acompañó el eco del agua entre sus cuerpos. Los dedos del médico exploraban la carne del detective sin descanso, describiendo círculos de fuego en aquel sitio que desesperaba y complacía a Jimin a partes iguales.
De la misma forma en que se frotaba contra la intimidad contraria. De la misma manera en que apreciaba cómo ambas pieles chocaban hasta perderse en un paraíso infernal donde el deseo le ganaba a cualquier otra cosa.
Los minutos se esfumaron hasta que la esencia del detective quedó en medio de aquel abrazo de fuego. El beso se fragmentó finalmente para liberar el sonido de la pasión mientras Jimin era alzado sobre el regazo del médico para comenzar a moverse de veras.
—Te amo tanto... cariño mío... no importa si al final tengo que perderte, por ahora yo...
El de ojos azules fue interrumpido por una mordida mientras sentía la pulsación de la excitación de Yoongi en su interior. Solamente acoplándose al ritmo que por segundos se hacía más violento convirtiendo la bañera en un reguero de espuma y agua que apagaba las velas dispersas en el suelo enmoquetado del cuarto de baño.
—Yo te he amado desde que tuve conciencia de mí mismo Jim. Incluso después de que nos separemos seguirá siendo así. Eres lo único que me conecta con la humanidad. Mi propio paraíso. Te quiero dolorosamente, bebé.
Las manos se entrelazaron para dejar paso a otra clase de beso. A uno donde el cansancio de llegar al clímax se mezclaba con la ternura. Jimin suspiró complacido antes de recorrer con sus dedos las fuertes clavículas de Min. Dejó algunos besos en la zona mientras intentaba regular su acelerada respiración en el pecho jadeante del médico.
—Yoon...
—Jim...
Ambos se observaron con el inicio de otra sonrisa. Yoongi ya lo intuía antes de que el rubio le besara nuevamente en los labios.
—Antes que todo acabe, cásate conmigo.
Yoongi no elaboró alguna especie de disculpa u otro argumento cuando podía ver el alma de Jimin a través de sus ojos. Solo le enmarcó el rostro y a pesar de ser un hombre sujeto a muchas cadenas asintió.
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DOPPELGAÄNGER
La noche aún era joven cuando el after party de la Bienal de Arte Germano inició oficialmente en el lobi del Rockefeller Center Imperial. Jeon Jungkook aún se preguntaba por qué su jefe había insistido tanto en que media oficina asistiera a aquel evento cuando evidentemente no le conocía esa vena de intelectual.
—Seguro fue porque sale con la esposa del doctor Min. Media oficina está comentando eso. Los han visto muy cariñosos últimamente.
Apostilló Taemin antes de aceptar una de las copas de champán que ofrecía el servicio de catering.
—Yo creo que es por otra razón. Por si no estás enterado Jimin y el antipático de Min se hospedan aquí.
La mirada castaña del responsable actual de los Laboratorios de Cuántico se iluminó al percibir el trasfondo en las palabras de Jungkook. Taemin no era muy dado a los cotilleos pero en las últimas semanas, su amigo Taehyung había estado en cualquier sitio menos en sus cinco sentidos.
No había podido pasar por alto preguntarle la razón de su decaimiento y dispersión en el trabajo. El resultado fue quedar en el bar que solían frecuentar los fines de semana, donde el de ojos color ámbar y cabello castaño claro le confiaría que había sostenido una especie de affair con Jeon, siendo su peor tribulación no encontrar la fuerza suficiente para poder olvidarle.
El amor puede ser un arma de doble filo la mayoría de las veces. Más si una de las partes mira en la dirección opuesta. Por eso agradecía estar dentro de la espiral de las escenas de una sola noche. Cero dramas en una vida ordenada y amable en comparación con la carga de trabajo que solía manejar.
Ese era Lee Taemin a sus treinta años. Alguien que sabía dónde mirar y cuándo detenerse si por alguna razón una de sus aventuras confundía la ecuación simple donde el amor no estaba incluido.
—Solo te daré un pequeño consejo Kook: vive en el presente.
Concluyó antes de identificar del otro lado del salón al senador Kim y a un elegante Jung Hoseok que en esta ocasión traía compañía. Una muy agradable debía admitir.
—Ve a hacer vida social hyung. Yo esperaré a que Jiminnie baje. De hecho hoy es su cumpleaños.
—Lo sé. Fui uno de los primeros en llamarle esta mañana. Ese mocoso testarudo ya se me fue de las manos, por eso te lo repito, vive en el ahora. Jimin escogió lo que cree mejor. No somos nadie para juzgar cuando la vida es un don que se le otorga a cada uno.
Lo último era un sutil reclamo y Jungkook quizás hubiera tenido tiempo de protestar cuando encontró la mirada afilada de Kim Taehyung sobre su fisonomía. El patólogo más destacado en los últimos seis años en la Academia vestía de gala.
Su cabello castaño claro, impecablemente peinado en un tupé muy similar al estilo usado por Elvis Presley solo acentuaba sus facciones atractivas. Tae era uno de los hombres más apuestos que había conocido en su vida, al punto de envidiarle en algunas ocasiones y aunque en esos momentos le estuviera dedicando una mirada acerada, sabía que el carácter amable y cuidadoso del joven era uno de sus atributos más remarcables.
Entonces por qué no se enamoraba de él. Por qué a pesar de sentirse atraído y ser compatibles en temas de cama, Jungkook seguía empeñado en alguien que no le vería jamás con esos ojos.
—Tengo que dejar de darle vueltas a esto. Necesito concentrarme.
Se recriminó apurando el final del su copa de champán mientras las notas de la música jazz presidían la velada donde los ejemplares de La Resurrección del Subconsciente llenaban estanterías y mesas auxiliares.
El estilo postmodernista por el cual se habían decantado los organizadores combinaba a la perfección con la elegante mujer que comprobaba el flujo de asistentes del otro lado de un reservado donde solo podrían verla los más agudos.
—Sigo pensando que es una locura. Solo mira la hora. Nuestro contacto ya debería estar aquí.
Apostilló Key comprobando su reloj de pulsera de la marca Rolex. Alie solo acarició el borde de la copa que le habían servido. El color rosáceo del champán enmarcaba su mirada verde oscura, ahora más evidente gracias al maquillaje.
—Si no aparece en unos minutos, solo agradeceré y luego nos iremos. Sinceramente estoy cansada Key-shi.
Por supuesto que estaba agotada. Cumplir un periplo de veinte entrevistas mientras trabajaba en el borrador de su próxima novela le drenaba el espíritu.
Key no pudo contener el impulso de acariciarle los nudillos de la mano donde reposaba una delicada esmeralda engarzada a la alianza de oro blanco que identificaba a los Ezra.
Un anillo heredado por vía paterna y que a su vez había pertenecido a su tía Helena. La señal que esperaba que su primo identificara, si era cierto que estaba allí.
—No te esfuerces de más. Salgamos de aquí, cariño.
Resolvió un diligente Key para ser interrumpido por unos golpes en la puerta del reservado. Ambos compartieron una mirada antes que la puerta fuera abierta finalmente.
Haruna Min estaba allí, sonriendo cómo quien hubiera acabado de encontrar la respuesta a todas sus demandas mientras Kim Namjoon le sostenía la mano.
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DOPPELGAÄNGER
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¿Escuchas ese sonido? La torre de Babel que solía ser mi hogar esta por fragmentarse.
Lebe in Lügen und sterbe in Träumen
(Vive en mentiras y muere en sueños)
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