XLVII. Choosing you pt.2

Importante escuchar:

🦋Rise by Katy Perry

🦋The Pretender by Foo Fighters

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DOPPELGÄNGER

Junio se insinúa como el preludio de un verano ambientado por los tonos color ocre en Central Park. El antiguo Hall de conciertos en el que Min Yoon Gi se presentara como parte de las obras de caridad que organizaba una de las mujeres más influyentes en la década de los noventa había cedido al paso del tiempo pero totalmente a su favor.

El Conservatory Garden de Central Park ahora volvía a lucir sus mejores galas para acoger a la orquesta de cámara que en esos instantes evolucionaba una pieza de Bach.

Otra vez el elegante preludio en C major servía de pretexto para enmascarar al atareado equipo que desde horas del mediodía se había personado en el sitio con la esperanza que las predicciones del doctor Min y el antiguo detective Park Jimin fueran certeras.

—Es hora Yoon, incorporémonos a la primera fila.

Sugirió Jimin buscando la mano del médico a tientas de la crepuscular luz que los envolvía al fondo del hall. Regresar a un lugar que contiene recuerdos condenados al olvido nunca es saludable y si Jimin se había mostrado inflexible en un inicio a participar de aquella operación, ahora era Yoongi quien tenía sus dudas.

—No me gusta esta espera. Estoy seguro que ya está aquí pero no tengo idea de cómo...

El aplauso que comunicaba el final de la interpretación junto a la voz de la presentadora en los altavoces los hizo romper el hilo de lo que sin dudas debía decantar en una conversación más larga.

—Será mejor que nos incorporemos al público. De todas formas, también existen altas probabilidades de que no dé la cara o que tenga conocimiento de nuestro plan.

Terminó recibiendo la mano del rubio antes de abandonar la zona que habían reservado para las personalidades públicas en el improvisado atrio sobre el césped.

Los tintes del atardecer eran casi imperceptibles para que una noche despejada coqueteara con el inicio de la estación que más adeptos ganaba en una ciudad acostumbrada a los tres grados bajo cero.

Del otro extremo del escenario y protegido por el equipo que montara en cada sección del parque, se encontraba el jefe Jeon. Nuevamente los micrófonos estaban adheridos a su ropa o al chaleco antibalas que venía a reforzar la firmeza de su pecho.

Taehyung también estaba a su lado, a la espera del más mínimo movimiento mientras la figura de una mujer menuda y etérea como la nieve se abría paso hacia el centro del escenario.

En esos momentos la presentadora comentaba sobre la gran afluencia de público que había atraído el Festival de Música Clásica como parte de las actividades por el inicio del verano en Nueva York, cuando Park Jimin palideció completamente al reconocer el rostro que le atormentaba en sueños.

Como si se tratara de una mala broma, Haruna Min estaba allí, sobre el escenario, apuntando con un arma a la cabeza de la presentadora que pobremente pudo balbucear una exclamación de auxilio antes de ser impactada por la descarga del proyectil.

Los gritos no se llegaron a materializar y una especie de parálisis envolvió a todos los presentes en el sitio antes de que la sonrisa de la locura se materializara en el rostro de Haruna. Como por arte de magia, las pantallas luminiscentes que servían para ampliar la vista del escenario se ennegrecieron por completo.

"Los caminos de la mente humana son interminables cuerdas que confluyen en un nodo común. Muchos temen traspasar esa frontera que nos identifica con lo más primitivo de nuestro ser. Otros han llegado a adquirir este conocimiento por una mera casualidad. Un accidente, una chispa que inciende tu vida, una persona... Puede ser cualquier situación o un recuerdo tan lejano como cualquier anhelo de infancia."

El inicio de una transmisión protagonizada por una voz robótica comenzó a agitar a los asistentes, quienes contemplaban con estupor aquella mujer de aspecto espectral que seguía sonriendo de una manera totalmente desquiciada mientras dirigía la mira de su arma hacia un punto sobre la gradas.

Un punto donde Min Yoongi le taladraba con la insondable oscuridad verde contenida en sus iris al reconocer las líneas de un sueño utópico que al final terminaría siendo su perdición.

"¿Por qué somos inocentes en esos años de iniciación si el mal ya está dentro de nuestras cabezas? ¿Por qué negar que en lo profundo de nuestro subconsciente espera aquella bestia que la sociedad ha domesticado con milenios de conceptualización?

¿Por qué mentirnos a nosotros mismos cuando las potencialidades residen tanto en el pasivo Dr. Jekyll como el cuestionado Mr. Hyde?"

Continuaba la transmisión y algunos retazos de imágenes de Yoongi y Haruna llenaban la pantalla hasta detenerse en la toma de la cámara de seguridad de la puerta trasera del número 224 de Mayfair.

Era una noche cálida como la que ahora desearían haber desechado de la lista de compromisos muchos de los allí presentes. Era una noche dulcemente inocente cuando todos observaron a Park Jimin entrar en la vivienda antes de empujar a la misma mujer que en esos instantes les enfrentaba con la mirada inyectada con la ira de los que no pueden vengar la muerte.

El horror todavía parecía ralentizarse cuando una nueva toma de Jimin abandonando la casa luego de la entrada del Doctor Min en escena fue proyectada. Más tarde la grabación se hacía inestable hasta develar el interrogatorio privado del más pálido con Park Jimin en el centro penitenciario de Manhattan.

La traducción de todos los mensajes encriptados en aquellas cartas que el de ojos azules creía perdidas en los escombros de su pasado, era expuesta sobre la gran pantalla.

"Yo soy el culpable, tú eres mi cruz: Ich liebe dich für immer und ewig"

"Hay una palabra en alemán que resume todo lo que podría definirse como ese alter ego molesto del que no queremos saber y en ella podríamos definir una especie dentro de la misma... Doppelgänger... eso es lo que soy..."

Cesaba la transmisión y antes de poder detener los gritos horrorizados de la multitud las luces en el parque murieron para dejar solo el sonido de los disparos. En medio de la turba y de los esfuerzos del equipo policial encubierto por minimizar el número de víctimas, Yoongi se separó de Jimin.

Ni siquiera hubo forma de recuperar el contacto entre sus manos cuando ambos tenían el mismo objetivo. La verdadera bestia negra que Min había albergado a lo largo de su vida se manifestaba en todo su esplendor mientras cargaba el arma que se le fuera entregada para situaciones de emergencia.

No tenía más que lograr un simple objetivo: atrapar al impostor o impostora que se había atrevido a tanto. Atrapar al ser repugnante que a pesar de todo había utilizado los recuerdos más íntimos de su vida para exponerlos delante de la manada domesticada que era la humanidad.

Yoongi aprovechó el flujo de personas antes de terminar dándole la vuelta al Hall. Desde que era un adolescente conocía los laberínticos caminos que podían servir de punto de acceso a los lagos artificiales del parque o a la pista de patinaje sobre hielo que muchas veces fue obligado a frecuentar por indicaciones de su padre.

Su padre.

Incluso, aquel ser había tenido el descaro de desenterrar ese fantasma tan temido para él. El hombre que había sido el causante del desequilibrio de su madre. El hombre con el que compartía fisonomía y quizás más rasgos en el carácter de los que estaba dispuesto a aceptar.

Min Yoon Gi no tendría piedad y sus instintos le habían guiado bien antes de descubrir un rastro de ropa femenina bajo uno de los árboles que daban al pequeño puente que solía servir de calzada a las familias neoyorquinas en los días de asueto.

—Date la vuelta y camina hacia mí. Levanta las jodidas manos o te volaré la cabeza.

El tono cortante solo hizo que la sonrisa en el rostro de Asahi Miyazano fuera mayor. Aún quedaban algunas manchas de la máscara de yeso y maquillaje que había utilizado para interpretar el papel de su hermana. Min Yoon Gi intentó que su mente trabajara al máximo para recordar aquellas facciones.

—Sorpresa, Yoongi sempai... Es un honor poder conocer finalmente al genial autor de lo que debería ser el libro de todos los renegados o mejor dicho... la guía para los individuos Doppelgänger.

La mente del doctor Min, esa que solía analizar todo a una velocidad irreal, se suspendió en el caos por el tiempo suficiente para que el joven pelirrojo consiguiera aturdirle con la culata del revolver que había usado minutos atrás sobre el escenario.

Las manchas en el campo visual del doctor uniéndose a la sangre sobre su rostro, fueron la señal para que el chico mudara su expresión de satisfacción por una que rayaba lo lúgubre.

—Lamentablemente, serás el daño colateral por culpa de ese malnacido. Una vez que Park Jimin desaparezca, lo acompañarás al infierno. Para ese entonces no me quedará nada que entregarle al recuerdo de la persona que debía haber sido a mi pequeña Elle. Este mundo... nunca ha sido mi hogar.

Aquella especie de monólogo forzado sirvió de canción de cuna sobre los hombros de su víctima mientras trasladaba el peso flácido del cuerpo del doctor Min camino al viejo furgón donde le esperaban sus únicas pertenencias.

A nadie se le ocurriría la idea de buscar en el corazón de Cuántico por la única persona que podría delatarlo. Nadie excepto un hombre de ojos azules que apenas podía contender su furia al ser testigo de la faena de quien se había empeñado en volverlo a dañar.

Mientras el caos parecía multiplicarse en los alrededores del Conservatory Garden el auricular de Jeon Jungkook fue interrumpido por la respiración pesada de Park Jimin.

—Necesito que actives la vigilancia en la Academia cuando te dé la señal. El hijo de puta que acaba de estafarnos a lo grande se dirige hacia allá con Yoon. El doctor Min parece inconsciente...

La noticia dejó a Jungkook congelado. De fondo podían escucharse los intentos de Jimin por conseguir un taxi en dirección al sitio pactado por Asahi para llevar a cabo el acto final de su venganza.

—Jimin hyung... no cometas una locura ahora, fíjate que...

—Lo de menos es que cometa una locura. Ese cabrón no va a tener cómo pagármelas. No conozco completamente su identidad ni cómo hizo para conseguir al doble de la demonia de Haruna, pero ha dañado a la persona por la que puedo materializar cualquier barbaridad sin pensarlo siquiera. Solo mantente atento y de paso revisa las cuentas de los afectados por el estafador evanescente. Apuesto que han sido regresadas a su saldo anterior. Nuestro criminal tiene complejo de Robin Hood para llamar la atención.

Jungkook iba a cuestionar por qué Jimin insistía en esa última sugerencia en su agitado reporte, pero ya era tarde cuando la línea moría del lado del rubio. El oficial Jeon apretó los labios antes de casi ordenar al resto de su equipo que solicitaran la vuelta a las instalaciones alrededor de Cuántico.

A su lado Kim Taehyung y el resto del personal de la Unidad de Homicidios apostaban por un final favorable para lo que parecía una versión distorsionada del Infierno de Dante.

El tiempo fluía más lento para el doctor Min mientras el olor penetrante del alcanfor le impregnaba las fosas nasales. Una habitación desconocida, únicamente ocupada por equipos electrónicos que habían sido dados de baja era lo que podía reconocer, mientras el traqueteo de una especie de máquina de escribir era perceptible en algún punto sobre su cabeza.

Las manos estaban firmemente amarradas por un material muy similar al plástico. Al punto de escocerle la piel con cada intento de soltarse. Los tobillos compartían la misma situación mientras se ubicaba a sí mismo amordazado sobre una incómoda silla de fierro.

Su anfitrión terminaba de ultimar detalles mientras una especie de nota de despedida era sellada con destino al paquete de correos que solían recoger en la Academia a solo unas horas de distancia. Fue entonces, cuando Asahi estuvo completamente convencido de que ese sería el final.

Solo debía sentarse a esperar por Jimin cuando era obvio que sería el próximo en traer consigo a la manada de hienas con las que había convivido en los últimos meses. No más charlas pesadas y xenofóbicas hacia su persona. No más Gordon Platter con sus ademanes grotescos y para nada inteligentes.

Solo observar el suplicio del hombre al que su hermana le había entregado un corazón que solo debía pertenecerle a él conseguía aligerar la carga en sus hombros.

—Parece que su salvador se está tomando un tiempo para visitarnos. Recapitulemos entonces...

La mordaza de cinta adhesiva fue retirada violentamente de la boca de Yoongi pero ese no fue impedimento para que el médico le escupiera en el rostro. Asahi lejos de asquearse solo le pateó las rodillas antes de retirar la saliva ajena con el dorso de la manga de la gruesa sudadera que había usado para camuflajear su atuendo anterior.

—Gracias por recordarme que sigue siendo un aristócrata de mierda... No quería llegar a este extremo, pero es lo mínimo teniendo en cuenta la traición que cometió. Escribe muy bien doctor Min, lástima que usara su prodigiosa mente para un negocio tan sucio solo por tener a Park Jimin entre sus manos... ¿Tan bajo nos hace caer el amor?

Yoongi estuvo a punto de contestarle con un repertorio de maldiciones pero Asahi solo encendió una vieja reproductora de casetes de video antes de arrimar otra incómoda silla y observar su experimento.

En la grabación una mujer pálida de cabellos negros y espectaculares ojos verdes interpretaba el complejo Arabesque de Debussy frente a la multitud del Carnegie Hall. Helena Kim lucía poderosa mientras recibía agasajos y ramos de flores en una grabación que Yoongi se había esforzado por arrancar de su mente.

Cómo aquel chico del que aún no conocía el nombre se había hecho de ella. Cómo se atrevía a removerle su peor herida con sal. La única certeza que tenía el doctor Min en esos instantes es que uno de los dos moriría esa noche.

—¿No dice nada el gran erudito?¿No tiene curiosidad por conocer mis orígenes? Yo también tuve una madre abusiva, mujeres como esas no deberían concebir... Hijos como nosotros no deberían perdurar por mucho tiempo ¿Estoy loco o demasiado despierto? Es su turno doctor. Ofrezca la valoración de mi personalidad cuando para todos sigo siendo un monstruo...

Yoongi dejó de torturarse con aquellas imágenes donde su madre aparecía cantando y sonriendo a la cámara antes de gritarle que no se alejara pues estaban en el mar. Un lejano día en la playa que solía utilizar como punto de apoyo para resistir los abusos de la que fuera su primera casa de acogida.

"¡Cuenta hasta diez, niño! ¡Cuenta hasta diez demonio!"

La mascarilla con aspecto de bozal que usara por meses parecía resurgir desde la puerta encadenada del subconsciente para alterar su respiración y hacerla más superficial. Asahi le observaba con aburrimiento hasta que su atención se desviara a la especie de dispositivo electrónico con el que había accedido al control de todas las cámaras de seguridad del edificio dos de Cuántico.

Había movimiento en la gravilla y pudo ver la llegada de Jeon Jungkook junto a su equipo de ineptos, como solía llamarlo él.

—Mmh... ¿Por qué el ex detective Park aún no decide acompañarnos? ¿Qué pasa? ¿Se le acabó el complejo de Julieta a tu bebé? En serio, es asqueroso cómo pueden comportarse de esa manera en lugares públicos. Son una escoria, una verdadera maldición para la sociedad... Basura cubierta por la capa de la aristocracia, basura que...

Borderline...

Una sonrisa maliciosa volvió a devolverle la esperanza a Min Yoon Gi cuando había reconocido los estragos de la inestabilidad en el desaliñado joven que le había arrastrado hasta aquel agujero de ratas.

—¿Cómo dice? No venga con esa mierda que pregonaban en Oxford cuando me hicieron el primer psicométrico...

Esta vez el doctor volvió a suspirar con dramatismo, cuando en realidad solo intentaba ganar tiempo. Había practicado lo suficiente desde su infancia como para anular todo aquello que le hacía sentir inestabilidad. La barrera se volvía a levantar y en el juego de la manipulación Min Yoon Gi era único.

—No el borderline común... Ya que parece existir cierta admiración de tu persona hacia mis estudios postdoctorales además de que compartes cierto nexo con mi difunta ex esposa, deberías comprender de qué hablo. Solo mírate... Te muerdes las uñas antes de cometer una fechoría que desearás purgar como haría un bulímico después del atracón ¿Amas a alguien, mi dulce niño perdido?

Le provocó con media sonrisa mientras la palidez se dibujaba en el rostro del chico. El doctor Min volvía a interceptar la estrategia sobre el tablero enemigo.

—Oh... es eso... la pequeña pausa en tu respiración me habla de duda ¿Quieres jugar con el pasado a cambio de mi valoración? Puedo incluso diseccionarte el alma si conversamos francamente. Existe un área que siempre me ha llamado la atención en el delicioso entramado sobre el que se basan las teorías de la personalidad. Tu pequeño rasgo esquizoide es lo único que te contiene... ¿No, bakemono?

Fue como si hubieran desbloqueado algún interruptor, Asahi se abalanzó contra Min violentamente antes de apuntarle con el arma sobre la blanquecina piel de la frente del doctor. Yoongi puso los ojos en blanco antes de sonreír con ironía.

—Tan frágil y pretencioso... He escapado del infierno otras veces. Esta no será la excepción...

—Alardee todo lo que quiera. A fin de cuentas no necesito su vida. Solo me conformo con la del que se deshizo de mi hermana. Saldaré su deuda. Dentro de unas horas sus investigaciones estarán en cada diario de esta ciudad ¿Conoce al redactor del New York Times? Le llaman Onew y es fanático de las historias inverosímiles. Solo le bastará añadir un titular a lo que yo he catalogado como la caída de una mariposa... ¿No tiene curiosidad por saber quiénes pasarán a formar parte de la lista de víctimas a cuenta de su ambición esta noche?

Por alguna razón el brillo despiadado en los orbes del chico le provocó un escalofrío al doctor. Eso solo significaba una cosa.

—Piensa demasiado rápido mi querido sempai, pero está en el camino correcto. Dibujaremos una mariposa de tres alas esta noche, solo falta que.... Oh...  nuestro invitado está aquí. No tenga miedo señor Park, las hienas siempre dejan la carroña para los leones.

Efectivamente, el hombre de rubia cabellera e inyectados ojos azules que le amenazaba con un arma desde el fondo de aquel tugurio había tenido la irracional idea de acceder desde el ducto que usaban para dejar la lavandería hasta el cuarto donde amontonaban la mayoría de los enceres en esa ala de la academia.

Había estado allí suficientes ocasiones como para recordar las enormes máquinas empleadas para lavar la ropa y la idea de que la rata siempre regresa a la madriguera le había hecho apostar por ese camino en lugar de informarle a Jungkook de su progreso.

Honestamente, Jimin solo deseaba una cosa: librarse de aquel molesto mozalbete que ahora rectificaba el gatillo contra la piel de Yoongi y de paso asegurarse que su otra mitad estuviera a salvo en sus brazos.

—Siempre tuve interés por reconstruir el pasado de la escoria que fue tu hermana. Perdón, quizás debería decir media hermana... No repliques, por favor. Deberías saber que aquí todos hacemos la tarea y cuando Yeonjun me dijo que tenían un nuevo compañero de trabajo con una personalidad hermética además de poseer ascendencia japonesa, comencé a escarbar más en la ficha de Asakura Ryu. Solo fue ayer que obtuvimos el reporte completo para llegar hasta la raíz de tu verdadera identidad. Deja la jodida arma ahora y entrégate. Medio Cuántico ha estado escuchando tu diatriba en los últimos segundos a través de mi micrófono.

Lejos de cesar en su empeño, Asahi sonrió como lo había hecho su hermana antes de perecer. Jimin también ajustó el arma dos veces antes de apuntar a la cabeza del joven. Tres metros y medio. Ningún centímetro entre el acero del revólver de Asahi Miyazano y la tersa piel que cubría la frente de Min Yoon Gi.

"El cerebro humano es el arma más letal que puedas conocer si aprendes a utilizarla."

Ni siquiera Jimin pudo ver cómo Yoongi volteaba la silla en la que estaba sentado arrastrando al hermano de Haruna con la caída, aprovechando que el arma en las manos del chico resbalaba para protagonizar un disparo que fue a dar sobre la tubería del gas.

Solo bastaba una pequeña chispa y esa sección de Cuántico desaparecería de la faz de la tierra mientras ambos cuerpos luchaban sobre el suelo enmohecido del cuarto de mantenimiento. Era su oportunidad y sin dudarlo dos veces Jimin terminó impactando el peso de la propia silla donde había estado el menor sobre su cabeza.

El charco de sangre producto a la ruptura de algunas vénulas superficiales empapó la tela del traje de Yoongi. Por fortuna el doctor solo tenía unos rasguños mientras las luces del campus y media fuerza policial irrumpía en la habitación.

Jungkook no sabía cómo podría cubrir a la pareja ante aquel desastre cuando Yoongi rompió el tenso silencio dejando sus manos ensangrentadas sobre el cuello del menor.

—Solo tiene un trauma en la cabeza. Asahi Miyazano, el hermano de Haruna, aún está vivo...

Aquella noticia fue como una bocanada de aire fresco para un caso que sería muy difícil de obviar si por una mala decisión terminaban con la vida del chico que nunca había conocido la verdadera esencia de ser humano.

Horas después los teléfonos se levantarían en el New York Times para impedir la publicación de un documento que nunca debió ser creado en primer lugar.

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DOPPELGÄNGER

"Existe una diferencia entre las polillas y las mariposas. Aun cuando pertenecen a la misma familia de insectos, todos prefieren reverenciar el colorido de unas elegantes alas en lugar de la tenacidad de aspecto grotesco de los seres que rodean la luz.

El ajedrez sigue siendo un juego para dos. Jaque mate."

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DOPPELGÄNGER

Notas:

*Bakemono (化け物): Es una clase de yōkai, criaturas sobrenaturales del folclore japonés. Literalmente, los términos significan una cosa que cambia, en referencia a un estado de transformación o cambio de forma. También significa monstruo en este idioma.

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