Epilogue: Doors through the soul

Canción sugerida:

🍁Into it by Chase Atlantic

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DOPPELGÄNGER

—¿Estás segura de que aceptarán? Sigo pensando que es una soberana estupidez que desees unirte al equipo solo por llevarle la contraria a tus padres. No será nada fácil encajar en la maquinaria del doctor Miles.

Una muchacha castaña de imposibles ojos color ámbar cuestionaba a la joven mujer que terminaba de enfundarse en un abrigo de gabardina color crema antes de rectificar el contenido de su portafolio. Su nombre es Helen Ezra y acaba de cumplir los veintidós años.

En sus venas corre la sangre de muchas generaciones que terminaron floreciendo en un amor para la mayoría cuestionable pero increíblemente fuerte como para forjar a la persona que es hoy.

—Si no estuviera interesada en este proyecto habría volado hacia Hannover antes de la graduación. La oportunidad de trabajar al lado de Karl Miles no crece en los árboles. Mis padres lo entenderán. Se me hace tarde Annie. Deséame suerte con el “espeluznante criminal” que nuestro jefe me encargó entrevistar.

Su compañera de piso refunfuñó antes de lanzarle un almohadón que Helen atrapó al vuelo. Tener un hermano mellizo y dos apasionados padres le había servido de suficiente entrenamiento como para contar con unos reflejos dignos.

—De paso sácale una foto o al menos graba la conversación. Dicen que además de espeluznante es sexy…

—¡Anne!

Le recriminó ahogando un grito de vergüenza. La castaña se dejó caer sobre uno de los sofás de la sala de estar antes de encender la televisión.

—No está prohibido mirar. Aunque estés coladita por nuestro tutor, los chicos malos siempre atraen…

—Habla en tu nombre.

—También te quiero Hel.

La heredera más joven de los Ezra negó antes de abandonar el departamento que por años le había albergado en Nueva York. Yoongi nunca dudó en el hecho que su hija le seguiría en el camino de la medicina.

Con solo cinco años, Helen le acompañaba a sus sesiones en el hospital mientras cuestionaba hasta lo más mínimo. En contraposición, James parecía cada vez más atraído por el piano.

Increíblemente aquellos chicos que nacieran producto al amor incondicional de un ex detective y un psiquiatra habían devenido en una doctora iniciando su camino en la vida del postgrado y un pianista clásico galardonado aun siendo demasiado joven.

James era el mejor en su elemento y Helen solo podía tratar de alcanzar un listón que ella misma se había impuesto, aun cuando sus padres pegaron el grito en el cielo el día que les hablara de la idea de estudiar la especialidad en Columbia. Yoongi fue el primero en explotar.

Jimin estuvo casi peleado por un mes con ella intentando que no aplicara a una universidad que quedaba en la ciudad que se había jurado nunca más visitar cuando su increíble promedio y habilidad se imponía. Al final llegaron a un acuerdo que ahora la castaña de ojos verde azules estaba a punto de traicionar.

Su tutor, Karl Miles Wellington, un erudito del área de las Ciencias del Comportamiento proponía formar un equipo a cargo de las entrevistas a ex convictos y personas que entraron en rehabilitación para determinar los móviles que podían ser utilizados como bases terapéuticas en la integración de estos “elementos” a la sociedad.

La oportunidad de estar más cerca del hombre con el que secretamente fantaseaba y de paso descubrir una de las áreas más apasionantes del conocimiento le impulsaban hacer frente a lo que evidentemente sería una negativa de parte de sus padres.

“Puedes conquistar lo que te propongas, mi querida Helen.”

Recordaba las palabras de James antes de despedirse unas semanas atrás. Su hermano cumpliría un periplo que cubría fechas en Ámsterdam antes de volverse a encontrar con ella y su familia en la graduación de la facultad de Medicina que debía celebrarse dentro de dos semanas en Nueva York.

Helen se acomodó la melena casi dorada que pugnaba por salirse del complejo recogido en lo alto de su cabeza. El Centro Penitenciario de Manhattan la recibió con la expresión asombrada de los encargados de la seguridad al reconocerla demasiado joven para tener un entrevista con uno de los criminales más cínicos de los últimos cinco años.

Axel Martin, para los neoyorquinos, Kira en el bajo mundo. Aquel chico compartía el cabello negro y los rasgos agraciados de su difunto padre en una mirada matizada por la heterocromía para hacer más notable su contradictoria existencia.

El hijo de Elle Martin y Asahi Miyazano no conoció muchas luces al ser separado de su madre bajo circunstancias demasiado crueles. Elle no tuvo tiempo de ocuparse de su pequeño bebé cuando su corazón se empeñaba en fallar y su propio padre en ocultar su falta.

Axel pasó inmediatamente a manos de los hogares de acogida y el principio de matar o morir para salir adelante se hizo prioritario. Si bien podía haber escogido otro camino, descubrir sus verdaderos orígenes solo lo llevaron a plantar su fuerte entre las sombras.

Con solo catorce años estaba hasta el fondo de un nido de narcotraficantes en el Bronx. Todo hubiera seguido de perlas en su ascenso hacia la gloria de las mafias que cimentaban los carteles de las Vegas y Boston hasta que cometió el error de arriesgarlo todo por una mujer.

Una mujer que no dudó en exponerlo y adjudicarle el peso de un crimen que no estaba entre sus manos perdonar. La fina cicatriz dividiendo la mirada en su agraciado rostro solo imponía la advertencia antes de hablar con el chico de casi veintitrés años que había mudado demasiadas veces la piel de su alma.

Por eso el hecho de recibir otra visita de parte de la asistencia médica solo le aburría. Arrastrando los pies siguió al guardia que solía custodiar su celda privada en el correccional de Manhattan.

Nunca esperó encontrarse con una especie de muñeca de ojos verdes azules que con habilidad preparaba la grabadora y extendía un cuaderno con sus delicadas manos.

—Gracias por concederme parte de su tiempo señor Martin ¿Le informaron sobre el propósito de esta… entrevista?

Cuando Axel comenzaba a cuestionarse si la imagen frente a sus ojos era real, la candencia de aquella voz le confirmó que tendría sueños tormentosos esa noche.

Sus manos estaban apresadas dentro de las esposas y era consciente de que tanto el guardia detrás de ellos como el brillo de las cámaras de seguridad en la pequeña sala destinada a los interrogatorios captarían a la perfección su turbación.

Lo resecos labios del pelinegro fueron mordidos antes de repasar con una incendiaria mirada el cuello elegante de su inquisidora.

—Me notificaron que una doctora vendría a preguntarme lo mismo de siempre. Nunca me dijeron que la especialista en cuestión tendría aspecto de ángel… ¿Qué hace alguien como usted en medio de la jaula de los leones?

Lo último era pronunciado bajo la oscuridad del deseo y Helen estuvo tentada a removerse sobre la incómoda silla en una sala que cada vez le parecía más que aséptica, completamente fría.

Expresamos más con nuestro lenguaje extra verbal que con las cuerdas vocales. Mantente centrada y ganarás.”

Los consejos de su padre médico le llegaban como pequeñas señales antes de apuntar en su cuaderno lo que vagamente podía leer del hombre al frente.

Ansiedad, dedos que rasguñan la superficie de la mesa. Mirada esquiva, heterocromía…”

Se quedó suspendida en ese último hallazgo. Los ojos de Axel eran marrones de un lado y azules del otro. Parecía una tranquila bestia dispuesta a engullir a quien se atreviera a cruzarse en su camino mientras la sonrisa cínica emergía en su rostro.

Sin dudas, la cicatriz completaba el cuadro del expediente que semanas atrás había sido debatido en las sesiones privadas del grupo de investigación del que Helen formaría parte en calidad de miembro titular si lograba convencer a sus padres de permanecer en la ciudad que nunca duerme.

—Comenzaré a grabar nuestra conversación, si me lo permite…

Prefirió obviar el comentario que le hiciera con anterioridad para presionar el botón de encendido en la pantalla de la grabadora. Axel terminó de construir una lenta carcajada que lejos de atemorizar se asemejaba más a un leve ronroneo.

“Los mayores horrores tienen el aspecto de un etéreo ángel. Dime si estás dispuesta a flanquear la frontera de la cordura cuando el mal ya se extiende en tu cabeza. Conquistar o ceder. Perder o ganar. Bebes de la misma copa que algunos etiquetaron con el nombre de lo prohibido.”

A fin de cuentas, no existe una mentira más perfecta que la propia verdad.

DOPPELGAÄNGER

ORIGINAL DE AWORLDIH

Fanfiction Story with BTS (Yoonmin)

Línea de escritura: 2023.03.13-2024.02.02

DOORS THROUGH THE SOUL #1

Todos los derechos reservados a la autora. Prohibida su copia, reproducción y distribución sin permiso del creador.

DANKE

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