Ansiedad, frustración y lluvia
Los rayos de sol entraban de una vez más de lleno en toda la habitación. Se levantaba un día más en aquella vida tan pesada. Se acercó a la ventana, para observar aquel destellado cielo que se veía desde su cristalera. Miró la puerta del baño de su habitación y decidió que era hora de darse una ducha. En silencio, entró y encendió el agua caliente, dejando que cayera por su cuerpo. Al salir, se secó sus cabellos, mirándose al espejo notando seriedad en su rostro, cabizbajo, se dirigió a por su ropa. Saliendo del cuarto, volvió a encontrar ese monótono desayuno que todas las mañanas estaba ahí cuando él despertaba. En silencio comenzó a comérselo. Una peli azul bastante cansada , con un poco de ojeras, un blasón de tirantes y una bata de seda fina y lujosa, salía del otro cuarto, al parecer, estuvo una noche más sin dormir. Se dirigió hacia un vaso de agua y agarró una pastilla, no sin antes dirigirse hacia su hijo y darle un beso en la mejilla.
-Buenos días hijo...- Bulma se apartó y se tomó aquella pastilla. Trunks la miraba fijamente, con sus azulados ojos heredados de ella fijos.
-¿Otra vez... tomas esos fármacos? ¿piensas que son tu solución?...- Bulma se giró de sopetón, mirando fijamente a su hijo, entristecida. Se fijó un segundo en esos ojos azules, como el mar, clavados en ella, los ojos de su hijo estaban tan... estaban tan vacíos...
Ahora ya no veía a un niño risueño y feliz, eso había cambiado. Ahora Trunks era un joven guerrero de 16 años, fuerte y con educación. Aún recuerda aquel día que todo cambió... aquel día que Trunks se reveló... Bulma se inundó de sus recuerdos.
Después de un tiempo, Trunks comenzó a estar desanimado, como deprimido. Su madre sabía de sobra lo alegre y vivo que era él, y como se las arreglaba siempre para llevar todo al día, los estudios, los entrenamientos... Pero algo había cambiado. En la fiesta de su décimo cumpleaños, Bulma notó como su hijo ya no disfrutaba de esas cosas, a pesar de las enormes fiestas que le solía preparar Freezer. A la noche cuando estaban solos, Bulma se atrevió a hablar con su hijo. ' ¿Qué ocurre Trunks?' ... pero su hijo pronunció algo que la descolocó por completo, y jamás se le olvidaría. ' Mamá... ¿quien es mi padre, donde está?' . Desde entonces, la relación de ellos cambió. Entraron en una espiral de secretos y desconfianza, ¿cómo decirle a Trunks que fue su adorado ' Tío Freezer' el que destruyó sus vidas? No podía... y Trunks jamás podría entender el pasado, él ya estaba formando una manera de pensar. Con el tiempo esa no fue la única pregunta, también se cuestionó a Nappa, se cuestionó muchísimas cosas. Después de ver como su madre rechazaba sus respuestas, se dio cuenta de que prácticamente había sido toda su vida engañado. Siempre con las reglas que su madre le imponía, y cubriendo secretos de donde estaba o con quien se encontraba, como lo de Nappa. Una frustración enorme se formó dentro de Trunks, equivocándose con su madre, sin saber nada. Además después de aquello Bulma volvió a recaer en aquella depresión, y solo notar como su hijo le reclamaba todo eso le provocaba tremendos ataques de ansiedad, recordando su pasado, recordando como Shatoshi abusaba de ella aquellas noches cuando Trunks solo era un bebé. Así pues, Trunks se despegó un poco de su madre, pero la seguía amando como si cada día fuera el último.
Volviendo al presente, Trunks tomaba el último sorbo de café ya que llevaba unos meses de exámenes bastantes duros, y debía marcharse. Bulma no le contestó, solo miraba esos vacíos ojos que pedían a gritos respuestas, pero era algo que tenía miedo de proporcionarle, ¿y si Trunks no lo entendía? ¿ y si reaccionaba mal? cosas horribles podrían pasar. Trunks se dirigió hacia ella, dándole un abrazo un poco seco, pero al que Bulma se aferró con todas sus fuerzas y lágrimas en sus ojos en el cuerpo de su hijo. Él susurró, ' me marcho ' y agarrando unos cuantos libros salió de allí. Bulma se cayó en el suelo derrumbada observando como su hijo se alejaba. ¿en qué momento había dejado que ocurriera esto? ella era una simple hija de un científico, Vegeta un príncipe que habían destruido su planeta y trabajaba para Freezer. Jamás pensó que ocurriría esto, solo miraba a su hijo y pensaba ' en que momento nos hemos perdido así...deberías estar feliz, al lado de tu padre'. Y claro... existía aquella posibilidad de que Vegeta siguiera vivo pero siendo sinceros,... habían pasado 16 años, y ahora cada día perdía más esperanzas de ello. ¿Cómo sacar su vida adelante? De nuevo se echó una copa de vino, mezclando sus pastillas, intentando olvidarse de todo aquello.
Trunks andaba a paso ligero por los pasillos, notando como todos aquellos soldados se arrodillaban ante él al verlo pasar. Cabizbajo, sin nervios ni emociones, se dirigía hacia uno de los pisos bajos. Al parecer, su tío Freezer pensó que su 'sobrino' Trunks necesitaba un estimulo, así que escogió a unos cuantos chicos de su edad de las familias más prestigiosas de su fortaleza y los introdujo en las clases de Trunks. Los padres no se podían creer que sus hijos fueran tan 'privilegiados' de estudiar en el palacio de Freezer junto a Trunks. Al abrir aquella puerta, Trunks no solo se encontró con cuatro chicos desconocidos y su profesor, si no con algo más. Una chica giró la cabeza cuando él entró. Sus ojos eran enormes, radiantes, azules. Su pelo era de un color azulado verdoso, no como el azul de su madre, si no como más bien un turquesa. Era bastante largo, le podría llegar hasta las rodillas. Lo llevaba recogido en dos coletas con unos enormes lazos blancos preciosos, a juego con su vestido blanco de falda con encajes y medias con lazos. Tragó saliva, mirándola fijamente, el profesor lo llamó por su nombre así que saliendo de sus pensamientos decidió sentarse. La clase transcurrió, los demás chicos le hacían la pelota a Trunks, y también intentaban coquetear con esa chica. Al acabar, el profesor pasó lista, para comprobar que todos habían asistido. Entonces pronunció, 'Darina' a lo que aquella chica de blanco, levantó su elegante brazo, diciendo que era ella.
Darina... Trunks salia de allí pensando en aquello. Parecía la primera vez en muchos años que se sentía... emocionado. Los días que solía estudiar, Freezer le dejaba algunas vías libres, y entrenaban al final de la semana. Así que sin tener nada que hacer, simplemente se dedicaba a ir a su habitación, y ponerse a realizar inventos en su habitación. Compartía esa afición de su madre, ya que la ciencia le relajaba y le permitía escapar de esa extraña y misteriosa vida que llevaba. Pero algo le hizo dar dos pasos atrás. Tras la puerta de la habitación, se escuchaban los gritos y lloros de su madre, seguramente debido a uno de sus muchos ataques de ansiedad. ¿Por qué siempre se dedicaba a hacer lo mismo? Trunks sentía que todo eso le estaba matando, y el mundo se lo estaba tragando, eso era algo que ocurría todos los días. Frustrado salió de allí corriendo decidido a irse lejos, lejos y quizás nunca volver. Ese pequeño bajón le hizo pensar en varias cosas... ¿por qué su madre le ocultaba tantas cosas? ¿ por qué todos se negaban a decirle la verdad? el recuerdo de aquel hombre que se encontró en la calle y le dijo todas esas cosas estaba grabado en su memoria, cada día, y a veces ni le dejaba dormir. Al parecer, se topó con alguien, haciendo que cayera al suelo. Al su sorpresa, se chocó nada más ni nada menos que con aquella chica... Darina.
-¡Perdona! estaba... pensativo, ¿estás bien? - le tendió la mano, hablándole con amabilidad-
-Oh... no te preocupes no tienes de que disculparte...- esbozó una sonrisa angelical, maravillando a Trunks mientras agarraba su mano. Ambos se quedaron varios minutos mirándose, entonces Trunks pudo notar un pequeño tono rojizo en las pálidas mejillas de la chica. Alguien debía romper el hielo.
-Darina...¿verdad? - Ella reaccionó con timidez.
-Sí...¿Trunks...sobrino de Freezer? - rió con amabilidad, entonces Trunks agarró su mano, besando sus nudillos. En realidad, nunca había estado con una chica antes, solo las veía por la terraza en la ciudad. Pero algo si le hizo aprender su madre, debía ser caballeroso con ellas, y tratarlas con delicadeza. Darina se tiñó de rojo por completo.
-Encantado... - Ella se separó de él con vergüenza, pero a la vez asombrada de esos gestos en él. Normalmente los chicos solo se acercaban a ella con piropos y hablares vulgares sobre su belleza. Pero Trunks... parecía distinto. ¿sería por ser de la clase alta? ¿de ser el sobrino de Freezer?- ¿aún andas por estos pasillos?
-Bueno yo... este, estoy esperando a mi padre. Debería haber venido a por mí pero...- bajó su mirada- de seguro está trabajando, y se habrá olvidado...suele pasar - esbozó una sonrisa apenada. Trunks no pudo evitar notar como esos ojos se entristecían, y perdían brillo. Así que hizo lo que mejor se le daba... ser él mismo y sacar la nobleza que llevaba en su corazón.
-Puedo llevarte... si lo deseas...- Darina le miró fijamente, sorprendida- bueno... yo jamás he salido de aquí así que deberás ... deberás guiarme...- se rascó su lila cabellera con una humilde sonrisa. Darina dudó unos instantes. Sus padres eran sobre protectores, y ella jamás había tenido contacto con un chico a pesar de cuantos pretendientes tenía. Pero... él era el sobrino de Freezer, admirado y una de las personas más importantes en ese planeta, así que... no había nada de malo, eran razones de sobra para confiar. Y de seguro sus padres se sorprenderían si la vieran con alguien como él, así que no tendrían porque decirle nada malo... Trunks le tendió la mano, y ella con gusto la agarró aceptando con una sonrisa.
A decir verdad, los nervios de Trunks eran tremendos, no solo por estar con una chica, si no porque jamás había vuelto a salir desde aquel incidente con aquel borracho. La calle y la ciudad eran una de sus pesadillas. Se acercó a una enorme cristalera y la abrió notando como el aire le daba de lleno en la cara. Unas nauseas y nervios subían por su estómago, recordando aquel día y todos los malos momentos de su vida. Entonces se giró para ver a aquella chica. Su larga cabellera, era movida por el viento, su pelo, dejaba un aroma curioso en el ambiente, un aroma dulce y suave. Sus ojos brillaban bajo la luz del sol, y su mano, apretaba con fuerza y nervios la mano de Trunks. ¿Qué demonios? Ahora tenía a esa chica a su lado, y le debía un favor. Era momento de superar esa pesadilla de su pasado y por cierto... ella se veía demasiado hermosa. Con una sonrisa confiada, Trunks la miró y se acercó a ella.
-Agarrate fuerte, y no te sueltes, ¿de acuerdo? - Darina la miró con un interrogante en la cara, sin saber a que se refería. Bueno... ella esperaba que Trunks la llevara en algún coche lujoso hasta casa. Cual fue su sorpresa que la agarró por la cintura pegándola a su cuerpo y se lanzaron al vacío, un grito enorme salió de su boca, asustada, pero entonces notaba como se elevaba en el cielo. Trunks estaba volando junto a ella, notaba como el aire movía sus largos cabellos y Trunks lucía una enorme sonrisa. Lo conocía de apenas unas horas pero... aquello era muy agradable y sin saber porque... se sentía muy segura en sus brazos. Parecía una conexión de confianza mutua, como si hubieran chocado el uno con el otro por cosa del destino. Trunks amaba aquella sensación, hacia años que no volaba libremente, se sentía en libertad, olvidándose de todas sus pesadillas. Y que decir... que además llevaba un ángel en sus brazos.
Pero... no en todos los lugares todo era un momento de color rosa. Bulma se encontraba llorando en los brazos de un encapuchado. Al parecer, hacía tres meses que Nappa no veía a Trunks, y con una tremenda preocupación, aquel día, decidió después de algunos años acudir de incognito a la terraza de Bulma, a echar un vistazo. Ella lloraba desconsolada en sus brazos, justo como aquella última vez cuando le comentó que Trunks había empezado a preguntar por su padre.
-Él... está muy extraño, le miro a sus ojos y últimamente están... están tan vacíos, apena sonríe... y yo... siento que no puedo más...- Bulma gritaba sollozando, sin poder aguantar esa situación en su difícil vida luchando contra el pasado e intentando sacar a su hijo adelante. Nappa cabizbajo la abrazaba con fuerza, intentando calmarla. Entonces disipó una caja de pastillas cerca de ellos.
-No deberías tomar esas cosas... todo eso son baratijas que solo camuflan la ansiedad, son mentiras...- Bulma abrió sus ojos sorprendida, mirando fijamente a Nappa.
-Es lo mismo que me dijo mi hijo...- bajó su mirada.
-Y tiene razón...- Nappa se acercó a esos fármacos y los tiró a la basura. Conociendo a Trunks, seguro que odiaba y le frustraba ver a su madre tomando esas cosas. Bulma se tapo su cara, llorando de nuevo.
-¿Qué es lo que estoy haciendo mal? a pesar de todo intento que mi hijo sea feliz... pero él .. parece que esta disgustado conmigo por ocultarle todo, como si me odiara, solo lo hago por su bien, por él...- comenzó a respirar rápido, notando como le iba a dar un ataque de ansiedad. Nappa agarró las muñecas de Bulma con fuerza, haciendo que la mirara fijamente.
-¡ tranquilizate, vale! ¡él no te odia, te ama! ¿sabes cuantas tardes ha venido a verme preocupado por ti? sabe que no estás bien y para colmo no sabe nada de su padre, no sabe nada de porque le ocultamos tantas cosas desde niño.- Bulma le escuchaba sorprendida, con sus ojos muy abiertos. Nappa poco a poco soltó sus muñecas- solo...debes entenderlo, lo único que puedes hacer por él es que te vea bien... deberías contarle toda la verdad... y toda la oscuridad que Freezer esconde, toda la verdad de su padre...-
-Pero... ¿y sí él no lo acepta? ¿y si no nos cree? Seguro que Freezer hará de las suyas para cambiarlo y quitarme a mi hijo...- echó a sollozar de nuevo.
-Pero, ¿por qué debe ser así? ¿ no te fijas que de el miedo nos domina? ¡ hay que hacerle frente! debemos ser fuertes, Freezer pudo haber controlado nuestro pasado, pero no podemos consentir que gobierne en el futuro de Trunks, aún podemos salvarlo a él...- Bulma se sorprendió con las palabras de Nappa. Su corazón dio un vuelco tremendo, acordándose del día que Vegeta la dejó marchar para que Nappa la mandara a otro planeta, fijándose en algo,... el miedo. Siempre habían tenido miedo, Freezer siempre ha gobernado sus vidas, sus emociones...sus días.- Bulma, dejámelo a mí... hablaré con él, le contaré todo...-
- Tienes razón... el miedo puede con nosotros, y ya basta pero...No...¿no debería ser su madre quien le debe contar todo?...- bajó su mirada apenada.
-Entre vosotros ahora hay mucha tensión... sería mejor que yo intentara decírselo de una manera tranquila, él siempre ha confiado mucho en mí, tú ahora necesitas descansar un poco, ve y tumbate, intentaré por todos los medios que Trunks entienda bien todo lo que tenga que decirle...- Acompañó a Bulma hasta su habitación, mientras ella andaba preocupada.
-Pero... ¿seguro, crees que es lo mejor?...- Nappa asintió, abriendo la puerta del dormitorio.
-Descansa tranquila, traeré a tu hijo de vuelta con la mente despejada...- sonrió mientras Bulma le abrazaba, susurrando un 'gracias por todo, jamás podré pagarte toda tu ayuda, viejo amigo' notando como se dejaba caer en la cama con un cansancio profundo.
Trunks se encontraba en una cafetería al parecer bastante visitada por mucha gente. Los padres de Darina no se encontraban en casa, así que no podía dejarla por las calles sola hasta que ellos llegaran, aunque a decir verdad eso le vino a Trunks como anillo al dedo. Trunks miraba a su alrededor, observando a todo tipo de gente, mientras Darina tomaba un té de hierbas. Jamás había salido de palacio, solo aquella vez con Nappa y pasó lo que pasó, estaba maravillado, a su día a día solo veía soldados haciéndole reverencias.
-Bueno... la vida en palacio debe ser muy cómoda... aquí en la ciudad todo es muy ajetreado - sonrió Darina, bebiendo un sorbo.
-Tampoco te creas... me ajetrea mucho que nadie hable conmigo en serio, solamente me respetan y me hacen la pelota, además, Trunks estudia, Trunks entrena... de arriba a abajo, mi tío es bastante pesado...- Trunks rió, entonces se dio cuenta de algo, era la primera vez que se relacionaba con alguien, en aquel palacio encerrado, jamás había hablado con alguien enserio ni tenia ni un solo amigo, solo soledad.
-Entiendo...- Darina esbozó una risa floja, entonces se tapó su boca. Trunks la miró extrañado- bueno, no me gusta mostrar mi risa, es un poco ridícula...- Trunks miró fijamente sus ojos con sinceridad.
-¿De veras? yo pienso que estás bastante bonita cuando ríes...- puede ser que se estuviera pasando, pero a decir verdad no tenia nada de vergüenza. Darina se sonrojó con fuerza,y Trunks sonrió pensando que aún estaba más hermosa cuando se sonrojaba. Por lo contrario, Darina no podía creer que alguien tan importante como el sobrino de Freezer y lindo como Trunks le dijera aquellas cosas, parecía un sueño. Ambos se miraban y comenzaron a reír sin saber porque.
Todo transcurrió bastante bien, tanto que sin darse cuenta casi era de noche, salieron de aquella cafetería, contemplando el atardecer. No les importaba, andaban despreocupados hablando por las calles, sobre sus gustos, sus vidas, entre otras cosas. Entonces Trunks sintió un pequeño choque con alguien. Parecía una persona encapuchada hasta las cejas, ni se le veía la cara apenas. Trunks sin importancia siguió andando, hasta dejar a aquella hermosa chica en su casa. Se despidieron con amabilidad, pero sin embargo, él no prefería besar sus blancas mejillas, aún así se conformó con besar los nudillos de su fina mano antes de marcharse de allí. 'Espero verte mañana...' susurró mientras ella cerraba la puerta. Trunks suspiró... al parecer la ciudad no era tan mala. Comenzó a caminar por las calles con una sonrisa tranquila... parecía que volvía a estar vivo de nuevo, aquella chica le había ayudado a escapar de su monotonía. Sin darse cuenta, las calles estaban ya casi vacías, la gente estaba ya en sus hogares con sus familias y sus tranquilas vidas.
Trunks caminaba con las manos en los bolsillos, mirando como las nubes ya se escondían en el cielo y la luna comenzaba a salir. Desprevenido y sonriente, no se dio cuenta de que alguien le dio un fuerte golpe en una pierna, dejándolo en el suelo con dolor intenso en el tobillo.
-Miralo... el tierno sobrino de Freezer tirado en el suelo, sin nada, con un dolor... y que decir, ¡ cuanto has crecido! , estas flojo chico, ¿las mujeres nos hacen perder la cabeza eh? Dime, ¿me recuerdas?- Trunks abrió sus ojos con fuerza, desesperado y reconociendo esa voz. La misma voz de hace unos años, aquel tipo de sus pesadillas, el que le contó todas esas cosas. - yo también perdí la cabeza por una malnacida mujer... ¿quieres saber por quien? ...- Trunks comenzó a intentar levantarse, pero el dolor predominaba en él- no me estas escuchando...- aquel tipo se acercó a él dándole otra fuerte patada en aquella herida, haciendo que gritara de intenso dolor. Agarró sus lilas cabellos con desprecio, levantando su cabeza y mirándolo fijamente. - yo perdí la cabeza por la desgraciada de tu madre...- Trunks iba a devolverle un buen golpe cuando justo quedó en shock - sí... veo que aún no te han contado nada, pues el embarazo que le causaste a tu madre tubo grandes problemas en su pasado... - Trunks no podía responder. Ya le costó superar lo de la otra vez, pero esta vez, le había dejado muerto. ¿Su madre? ¿él, la conocía?- bueno, no debo ocultarme más... ya que pienso matarte en este mismo momento y vengarme de mi tío y tu madre, yo soy...- levantó un enorme puñal mientras agarraba a Trunks de sus cabellos, él en shock con los ojos nulos , estaba bloqueado en sus pensamientos, entonces alguien apareció, agarrando la mano de aquel tipo. Retorció su muñeca haciendo que gritara de dolor y lo apartó lejos. Trunks consiguió ponerse de rodillas, reaccionando un poco ante aquella escena. Aquel tipo ¿le había salvado? entonces se dio cuenta... de que ese otro tipo era con el que se había chocado hace un rato atrás. Comenzaron a enzarzarse en una pelea, pero no duró ni un segundo, aquel otro tipo agarró su cuello, y Trunks adivinó algo... parecía que tenía intención de acabar con él. Pudo notar que ese tipo luchaba con una enorme rabia, y retorció todos los huesos de su adversario. Una tremenda lluvia comenzó a caer sobre ellos. Aquel enmascarado estampó al borracho en la pared agarrándolo del cuello, y algo sorprendió a Trunks. El borracho que le había malherido la pierna antes, comenzó a gritar asustado, como si hubiera visto un fantasma.
-¡Qué haces, qué estás haciendo...! - Aquel enmascarado le interrumpió antes de que hablara más.
-Lo que tendría que haber hecho hace muchos años...- entonces rompió su cuello, matándolo. Trunks miraba todo sin saber como reaccionar, un tremendo miedo se apoderó de él. Ahora que había pasado eso, ¿ese tipo lo mataría a él? Un enorme temor y ansiedad mezclado con las lluvias que caían en su piel, hizo que sus ojos comenzaran a flojear, aquel enmascarado le miraba fijamente, acercándose a él. No podía ser, ¿sería ese su final? todo era tan misterioso... unas sombras se apoderaban de Trunks, haciéndole caer en un profundo desmayo.
La lluvia sonaba con fuerza en las calles y en las montañas truenos caían.
-¡Mierda! ¿donde está? Su Ki estaba por las calles, ¡estoy seguro! - un angustiado Nappa, volaba con rapidez, mirando por todos los lugares. Su preocupación creía por momentos, y un presentimiento le decía que algo gordo y tremendo se avecinaba. ¿Donde se encontraba Trunks? Sentía que su alma se desgarraba por momentos, y no solo eso, también cargaba la angustia de Bulma en sus espaldas, notando la preocupación por su hijo.
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