Capítulo 16
—Guau, Robin... ¡Nuestra habitación es genial! —exclamó (TN), mientras daba una vuelta sobre sí misma para observar cada rincón de la estancia—. ¡Y son camas de verdad!
—Sí, la verdad es que es muy bonita y bastante grande —comentó la pelinegra, mientras sonreía al ver a la chica tirarse sobre la cama—. Venga, (TN). Tenemos que sacar nuestras cosas de la maleta y bajar a recepción.
Tampoco llevaban mucha cosa en la maleta. Una muda de ropa para el día siguiente, el pijama y una bolsa de aseo. Después de dejar la ropa dentro del armario, dejaron las maletas bajo de las camas y salieron para reunirse con el resto. (TN) no podía dejar de mirar boquiabierta hacia todas partes mientras recorrían los pasillos y la recepción. ¡Era un hotel de ensueño! Fueron de las primeras en llegar. Por suerte, el resto no tardó mucho. La mayoría tenía muchas ganas de hacer el picnic en aquel parque se suponía que era tan bonito.
—Tengo buenas noticias —comentó Doflamingo, una vez estuvieron todos presentes—. Hemos conseguid bentos para el picnic. Nos sentiremos como en casa.
La emoción comenzó a expandirse entre los chicos y chicas. Comida de su país. ¡Genial! Cada uno de ellos recibió una bolsita con el bento y, además le dieron una gorra a cada uno. No solo porque hacía bastante sol, sino porque de esa forma puede que menos gente les reconociera y no se acercaran a molestar.
Fueron caminando hasta el parque. Al parecer, el hotel estaba bastante cerca de allí, así que no hubo necesidad de coger autobús o taxi para transportarse hasta su destino. Aquel lugar era tan precioso como Doflamingo y Corazón les habían explicado que era. Era enorme, árboles grandes y con hojas verdes, flores preciosas y las cascadas eran muy bonitas. Era el lugar perfecto para hacer un picnic. Se acercaron a una gran zona de sombra y empezaron a sentarse por grupos. Las chicas se sentaron cerca de Ace, Luffy, Sabo, Ussop, Chopper, Sanji y Zoro. (TN) estiró el pantalón de Law para llamar su atención cuando pasó cerca de ellos. El ojigris miró hacia abajo y vio que la chica le hacía una señal para que se sentara a su lado. Bueno, ¿por qué no? Tenía ganas de estar con ella, podría soportar las tonterías de Luffy y el resto.
—Law... —murmuró (TN), mientras se acercaba a él hasta apoyar su cabeza en el hombro del chico. Bajó todavía más la voz—. Me hubiera gustado compartir habitación contigo...
—Ya, pero enseguida hicisteis las parejas, así que me acerqué a Zoro cuanto antes. Es el más callado y el que menos estupideces hace —murmuró Law.
—¿Luego de comer podremos dar un paseo nosotros solos? —preguntó ella.
—Sí —contestó Law. Él también tenía ganas de estar a solas con la chica. Además, le costaba mucho decirle que no cuando ponía esa expresión tan dulce y suplicante. Joder, a él también le hubiera gustado estar juntos en la misma habitación.
Fue una comida bastante tranquila y relajada. No había mucha gente pasando justo por esa zona y solo otra familia estaba allí comiendo. Los chicos y chicas charlaban y comían. Cuando ya llevaban un rato comiendo, los dos grupos que se habían hecho acabaron juntándose. Es decir, el resto: Kid, Hawkings, Bonney y Monet. (TN) estaba disfrutando como nunca de la comida. Estaba riquísima. No es que no le gustara la comida americana. Es más, le gustaba prácticamente toda la comida, pero echaba de menos la comida japonesa. Había sido una agradable sorpresa.
—Bueno, ahora tenéis una hora libre para hacer lo que queráis por el parque. Cuando pase ese tiempo nos encontraremos aquí mismo y volveremos al hotel para disfrutar de todo lo que nos ofrece.
(TN) se levantó rápidamente y estiró a Law del brazo. Iban a pasear juntos por ese sitio tan precioso. Era un poco estúpido pasear por las zonas prácticamente desérticas en las que solían montar las carpas. Había algunos árboles de vez en cuando, pero nada comparado con aquello.
—Law, ven un momento —llamó Corazón al pelinegro. Law le hizo una señal a la chica para que esperara un momento y se acercó hasta el rubio, que se había apartado un poco del resto de jefes—. Toma algo de dinero por si quieres comprarle algo a (TN). He visto que hay puestecitos por ahí.
—Gracias, Cora-san —agradeció el ojigris, mientras guardaba el dinero y se daba la vuelta para volver con la chica. El mayor se estaba muriendo de emoción por dentro. Le encantaba cuando Law le llamaba de esa forma.
Law y (TN) se alejaron del grupo y emprendieron su paseo. Mientras iban caminando, al pelinegro le tocaba esperar pacientemente a la chica, ya que se paraba a observar cada cosa que veía. Flores, las cascadas, pequeños animales, insectos... Bueno, a los insectos los observaba más desde la distancia. No se acercaba mucho a ellos. La verdad es que al pelinegro no le interesaba mucho ver el parque, pero si a ella le hacía ilusión no le importaba acompañarla.
—¡Mira! ¡Allí venden batidos! —exclamó (TN), emocionada, mientras señalaba hacia un puestecito—. ¡Qué lástima que Doffy no nos haya dado dinero!
—Yo tengo dinero —anunció Law. A ella se le iluminaron los ojos—. Vamos a por un batido.
Se acercaron a aquella pequeña tienda. La chica se pidió un batido de (s/f). Él no se pidió nada. Pagó lo que tocaba y se alejaron caminando hasta que encontraron un banco de madera para sentarse. (TN) se llevó la pajita a la boca y dio un gran sorbo.
—Mmm... Riquísimo —comentó, después de haberlo saboreado. Estiró el brazo y se lo ofreció a Law para que lo probara. Este se acercó para sorber de la pajita. Ella se sonrojó levemente al pensar que la estaban compartiendo. Aunque bueno, sus lenguas ya se habían tocado. Esto no era para tanto—. ¿Te ha gustado?
Ella bebió otro sorbo mientras esperaba a que Law le contestara. De repente, el pelinegro acercó su mano a la cara de la chica y le apartó suavemente la pajita de la boca. En cuestión de segundos sus labios ya estaban sobre los de ella. Law acarició sus labios con la punta de la lengua y ella los entreabrió, dándole permiso para entrar. Sus lenguas juguetearon entre ellas durante unos segundos, disfrutando de aquel dulce beso.
—Sí, me ha gustado —contestó Law, separándose tan solo unos centímetros de ella. (TN) se quedó durante unos cuantos segundos perdida en esos ojos grises.
—Si me hubiera gustado compartir habitación... —murmuró ella, apartando la mirada.
—Así que has resultado ser una pervertida —comentó el pelinegro, sonriendo de lado.
—¡Oye, no es verdad! —exclamó ella, algo nerviosa—. Es por tu culpa que me besas sin avisar y me tocas con la lengua.
—¿No te gusta que te toque con la lengua? —preguntó Law, cogiéndole de la barbilla para obligarle a mirarle.
—¿Para qué quieres que te conteste? ¿Para llamarme pervertida? —preguntó ella, hinchando los mofletes y frunciendo ligeramente el ceño.
—No lo diré... Contéstame —insistió Law. Quería escucharle decirlo.
—Sí, me gusta...—contestó ella, finalmente.
—¿El que te gusta? —preguntó de nuevo, divertido.
—Que me toques con la lengua —repitió ella, sonrojándose levemente. ¿Por qué le hacía pasar vergüenza?
—Bien. Venga, vamos yendo con el resto. Ha pasado casi una hora —dijo él, mientras se levantaba del banco. Si ella supiera las ganas que tenía de pasarle la lengua por varias partes de su cuerpo... (TN) se levantó y le cogió de la mano, mientras con la otra seguía sujetando el batido.
[•••]
—No me hace gracia que el baño de los chicos esté tan pegado al nuestro —comentó Nami, mientras las chicas se quitaban la toalla para entrar en las aguas.
Estaban muy bien logradas. No es que (TN) hubiera visitado muchas aguas termales. De hecho nunca había ido a ningunas, pero había visto imágenes. Aunque no estuvieran en Japón, eran casi iguales que las de las fotos de revistas que había visto allí. Los baños de hombres y mujeres estaban separados, pero solo por unas rocas. Bastante altas, pero tampoco tanto. Incluso se escuchaba a Luffy y a Ussop decir tonterías. ¿De verdad eso era forma de relajarse?
Las chicas charlaban tranquilamente mientras disfrutaban del agua caliente y de los chorros que caían. Que el agua estuviera a una alta temperatura ayudaba a relajar los músculos. Además, estaban solas. No había entrado nadie más todavía.
Al otro lado de las rocas, en el baño de los chicos, Law no lo estaba teniendo tan fácil para relajarse. Las voces chirriantes de Luffy y Ussop practicando para el karaoke retumban en sus oídos y se clavaban en su cerebro. Además, poco después, la tranquilidad que se estaba creando se vio interrumpida por el fuerte sonido de alguien cayendo contra el agua. ¡Era Sanji! ¿Qué estaba haciendo? El pelinegro alzó la vista y vio a Kid subido en las rocas, asomándose a los baños de las chicas. ¿Acaso esos dos imbéciles les estaban espiando?
—Vamos, Sanji. ¡Con lo que ha costado subir y después de un segundo contemplando las vistas te caes! —exclamó el pelirrojo, antes de reírse escandalosamente.
—¡Cerdos asquerosos! —se escuchaba gritar a Nami desde el otro lado.
—¡Toma esto maldito pervertido! —se escuchó exclamar a Bonney. De repente, un cubo de madera paso a unos centímetros de la cabeza de Kid, cayendo donde estaba ellos. Casi cae encima de Sabo, pero lo esquivó hábilmente.
—¡¿Estás loca o qué te pasa?! —exclamó Kid, cabreado. Aunque no iba a negar que le encantaba el temperamento de la peli-rosa.
—Eustass-ya, deja de hacer el ridículo y baja de ahí —le advirtió Law, que estaba junto a Chopper revisando el estado del rubio pervertido. El pelirrojo iba a decir algo, pero no le dio tiempo—. Si haces algún estúpido comentario te partiré la cara yo mismo.
[•••]
Después de una fantástica cena en uno de los restaurantes más selectos del hotel, estaban llegando a la sala del karaoke. Era una especie de pequeño bar, situado en la planta superior del edificio. La sala era bastante grande. Había una pantalla y un ordenador para seleccionar las canciones, así como varios micrófonos. Dentro del lugar había una barra para pedir bebidas. Doflamingo les había dicho que podían beber todo lo que quisieran. Estaba siendo muy amable gastándose tanto dinero en ellos.
A excepción de Luffy, Ussop y Chopper que se fueron directos a por los micrófonos, el resto se acercó a pedir algo de beber. Era una lástima que no hubieran invitado a Franky. ¡Se lo hubiera pasado genial allí! Y también era una auténtica lástima que Brook, el músico, no hubiera podido viajar con ellos a Estados Unidos. Él solo iba los días de la función, pero los chicos y chicas le habían cogido mucho cariño.
—Yo beberé una cerveza —pidió (TN) al camarero. El resto de las chicas se habían pedido alcohol más fuerte, pero hoy no le apetecía.
—Yo otra —dijo Law, haciendo una señal al camarero. Notó que alguien le rodeaba los hombros con el brazo.
—¡Ey, Law! Veo que esta noche estás animado —comentó Kid, alzando su copa de whisky—. Igual hasta cantas una canción con nosotros.
—Lo dudo —murmuró él, deshaciéndose del agarre del pelirrojo.
Poco a poco, los vasos y los botellines en la barra fueron multiplicándose y la gente se iba animando a cantar. A excepción de Law, Zoro y Hawkings que seguían en la barra, el resto se iba turnando para las diferentes canciones que estaban en la lista. El pelinegro observaba cantar a (TN). Era gracioso verla. Cantaba bastante mal, no tanto como Luffy, pero no se le daba muy bien. Sin embargo, era divertido verla disfrutar.
—¿Qué miras con esa sonrisilla de tonto? —preguntó Kid, sentándose a su lado. Law chasqueó la lengua—. Ay, el amor, el amor...
—¿Y tú qué? —preguntó el pelinegro.
—¿Qué dices? —preguntó su compañero, extrañado.
—No te hagas el idiota conmigo —dijo Law, dando el último trago a su tercera cerveza.
—No pienso hablar contigo sobre esto —gruñó Kid, antes de pedirse otra copa.
A una hora prudente, sobre la una de la mañana, los chicos y chicas ya estaban volviendo a sus habitaciones. Mañana no se levantarían muy tarde para empezar su viaje hacia el siguiente estado. Nada más llegar a la habitación, (TN) se dejó caer sobre el colchón. Por suerte, no había bebido mucho, así que se encontraba bastante bien.
—¡Me lo he pasado genial! —exclamó, contenta, mientras daba vueltas sobre el colchón—. Me gustaría haber dormido con Law... No es que no quiera dormir contigo, ¿eh? Pero en la carpa nunca estamos solos.
—Te entiendo —dijo Robin, sonriendo—. Ven, vamos a hacer una cosa.
La pelinegra se acercó hasta (TN) y le estiró del brazo para que se levantara. La menor le miró algo extrañada, pero se dejó llevar. Robin abrió la puerta y empezó a andar por el pasillo. Se paró en la habitación de Law y Zoro y llamó tres veces a la puerta. Unos segundos después, el peliverde fue quién la abrió.
—¿Pasa algo? —preguntó, mirando primero a una y después a la otra.
—¿Te importaría hacer un cambio de habitación? A (TN) le gustaría dormir con Law. No tienen mucho tiempo a solas —explicó Robin, tranquilamente.
—Eh... Sí. A mí me da igual —contestó Zoro, con indiferencia—. Pasa. Se está duchando.
(TN) asintió. El chico salió de la habitación y ella entró. Su amiga se despidió antes de dirigirse de nuevo a su habitación. ¡Bien! Podría dormir con Law. Cerró la puerta y se sentó en una de las camas. No quería interrumpirle mientras se duchaba. Esperaría pacientemente.
No tuvo que esperar mucho. Pocos minutos después se abrió la puerta del baño y apareció Law. Llevaba una pequeña toalla enrollada a la cintura y se estaba secando el pelo húmedo con otra. Ella se quedó mirándole fijamente y notó como el calor se empezaba a expandir por su cuerpo rápidamente. Él se quedó mirándola, ligeramente.
—¿Qué haces aquí? —preguntó el pelinegro.
—Eh... Quería dormir contigo y Robin vino... Y bueno, le dijo a Zoro que si podíamos cambiar la habitación —contestó (TN), intentado articular las palabras lo mejor posible.
—¿Dormir? Bueno, yo no tengo mucho sueño. Y menos ahora que estás tú aquí... —murmuró él, mientras se acercaba hacia la cama donde ella estaba sentada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top