Capítulo 13
Al día siguiente, desayunaron un poco más tarde. Aun así, los que más bebieron la noche anterior no estaban en muy buenas condiciones. (TN) había devorado rápidamente su desayuno y estaba masajeando la cabeza de Nami mientras ella bebía agua sin parar.
Una vez recogieron todo, Doflamingo dejó que los que peor se encontraban fueran un rato a descansar. Los necesitaba con energías para la noche. El pobre Franky también estaba en las últimas, pero él era el encargado del equipo de montaje, así que debía trabajar como el que más. El resto e chicos y chicas que estaba en condiciones ayudaron al equipo para acabar de montar todo cuanto antes.
Sobre las cuatro de la tarde, después de unas duras horas trabajando y habiendo hecho un descanso para comer algo, por fin todo estaba acabado de montar. Ahora, hasta las ocho, todos tenían tiempo libre para descansar. Los que habían ayudado se fueron directos a las carpas a tumbarse sobre sus colchones. Cuando Law y (TN) llegaron a la carpa, Kid estaba saliendo.
—Eustass-ya —le paró Law, poniendo una mano sobre su hombro. La chica ya había entrado dentro. El pelirrojo le miró con cara de pocos amigos—. Me gustaría tener un poco de intimidad con (TN)-ya. Te agradecería que intentaras que nadie se acerque y, sí se acerca, que avises apropiadamente.
—Joder, está bien. Haré lo que pueda —gruñó, mientras se apartaba y comenzaba a caminar. Después de dar unos cuantos pasos se giró hacia atrás, sonriendo burlonamente—. ¡Sí se me olvida lo siento!
Law apretó los puños y se dio media vuelta mientras chasqueaba la lengua. Esperaba que solo le estuviera tomando el pelo. Entró en la carpa y se tumbó sobre su colchón. Miró de reojo a (TN) y vio que le estaba mirando fijamente. Los dos apartaron rápidamente la mirada. Pocos segundos después, el pelinegro notó que la chica se sentó sobre su colchón.
—Entonces... ¿Vamos a estar solos? —preguntó. Él asintió—. Pues podríamos hablar sobre ese tema.
—Vaya, veo que estás ansiosa —comentó Law, sonriendo de lado e incorporándose. Le cogió suavemente de la barbilla—. A ver si vas a resultar ser una pervertida.
—¡No! —exclamó ella, sonrojándose y apartando la mirada—. Solo quiero saber sobre el tema.
—Vale, vale. A ver, ¿qué sabes sobre el sexo? —preguntó el pelinegro. Ella puso cara de concentración.
—Pues que lo hacen los novios y es cuando los dos se desnudan y se acuestan juntos en la cama —contestó, después de unos segundos—. Y bueno y se dan besos.
—Primero, no es algo que solo hacen los novios. Lo pueden hacer personas que no tienen ese tipo de relación. De hecho, personas que se acaban de conocer esa misma noche —explicó Law. (TN) le miró con los ojos abiertos como platos—. Y bueno, tampoco es necesario hacerlo en la cama. Se puede hacer en más sitios, aunque la cama es el más común. Tampoco hace falta quitarse toda la ropa, pero bueno eso es lo de menos.
—¿Con alguien que acabas de conocer? —preguntó ella, extrañada. Law asintió—. Yo no lo haría...
—Bueno, nosotros solo nos conocemos desde hace un mes y una semana —comentó Law, encogiéndose de hombros. Obviamente no era lo mismo, pero tampoco era una relación muy larga. O lo que fuera eso.
—Pero no es lo mismo. O no sé... —murmuró, frunciendo el ceño preocupada—. A lo mejor tendríamos que esperar un poco.
—¿Esperar para qué? —preguntó él, algo extrañado.
—Para tener sexo o para besarnos no sé. Creo que tendríamos que estar un tiempo más como al principio, ¿no? Cuando solo me enseñabas a leer y hablábamos. Para conocernos más y ver si nos enamoramos o algo de eso —contestó ella, nerviosa. Law se quedó en silencio. No esperaba para nada que la conversación fuera a acabar así. Estiró el brazo y le dio unos golpecitos en la cabeza.
—Se me olvidaba que, al fin y al cabo, eres una cría. Creo que es mejor que olvidemos todo esto. Y ahora puedes irte. Me apetece estar solo —dijo él, serio.
—¿Qué? ¿No vamos a leer? —preguntó (TN), extrañada.
—Que te enseñe Robin, lo hará bien y es tu amiga —contestó él, mientras se recostaba sobre la cama.
—¿Ya no quieres pasar tiempo conmigo? —preguntó ella, empezando a sentirse molesta. Él negó con la cabeza. Puede que estuviera exagerando, pero se había sentido rechazado y no le había gustado. Sabía que no debía tomar decisiones en caliente, pero en esta situación le era difícil no hacerlo—. ¿Así que si no tengo lo del sexo contigo ya no quieres que hablemos? ¿Eso es lo que querías conseguir? ¡Y no soy ninguna cría por explicarte lo que pienso! Si tantas ganas tienes de eso vete con Monet que seguro que ella está encantada de hacerlo.
Cuando Law consiguió reaccionar, ella ya había salido corriendo de la carpa. ¿En qué momento había dicho que solo quería tener sexo? Se llevó una mano a la cabeza. ¿En qué lío se había metido? Maldito el momento en el que se le ocurrió pensar que esa especie de relación podía funcionar. Todo era mejor antes de que se sintiera atraído por ella. Solo cuando pasaban tiempo juntos y se olvidaba de todo. Bueno, ¿qué más daba? El no necesitaba a nadie a su lado. Había vivido ya muchos años así. Esto solo había sido durante unas semanas, se acostumbraría rápido a estar solo de nuevo.
(TN) había salido corriendo de la carpa en busca de sus amigas. Se acercó a la zona principal, pero ellas no estaban allí con el resto. Se quedó pensando durante unos segundos. ¡Claro! Estarían en su habitación. Aceleró el paso para llegar cuanto antes. Efectivamente, allí estaban las tres. Por suerte no había nadie más.
—Chicas... Necesito hablar con vosotras —dijo desde la puerta. Tenía ganas de llorar, pero no quería hacerlo. Estaba muy feliz por estar allí y no quería dejar que esto estropeara esa felicidad. Todo era mejor cuando no te gustaba ningún chico.
—Ven aquí, siéntate —dijo Nami, mientras se apartaba para hacerle hueco en el colchón. Ella se acercó para sentarse—. ¿Qué te pasa?
—Es que ayer Law y yo nos dijimos que nos gustábamos —contestó (TN) No era muy de andarse con rodeos. Vivi y Nami se quedaron boquiabiertas. Robin sonrió, tenía más que claro que no tardarían en gustarse el uno al otro—. Y bueno, es que creo que es muy pronto para gustarnos porque tampoco hace tanto tiempo que llegué aquí. Le he dicho que tenemos que esperar más tiempo para besarnos y para...El sexo. Y bueno, él me ha dicho que ya no quiere seguir pasando más tiempo conmigo porque soy una cría.
—¡Será bruto! —exclamó Nami, frunciendo el ceño.
—(TN), creo que Law no piensa eso en serio. Creo que no ha sabido expresarse bien porque se ha sentido algo dolido con tus palabras —explicó Robin.
—¿Dolido? Pero yo no he dicho nada malo —dijo ella, confundida.
—A lo mejor se ha pensado que no le gustas como a él y que solo quieres seguir siendo amigos —intervino Vivi.
—No...Amigos son Luffy, Ace, Sabo, Ussop y el resto. Law para mí no es lo mismo —dijo (TN).
—¿Entonces cuál es el problema? —preguntó la pelinaranja—. ¿Por qué no quieres besarte con él o incluso tener sexo? Si tienes ganas puedes hacer lo que quieras.
—Pero no estamos enamorados todavía —insistió (TN). ¿Por qué nadie entendía eso?
—Pero es una tontería que no le beses porque aún no estáis enamorados. Está claro que con el tiempo os conoceréis todavía más y os gustaréis cada vez más, pero eso no quita que podáis besaros y hacer otras cosas —explicó Nami.
—Exacto. Si os gustáis tenéis que disfrutar de estar juntos. Conversar, leer juntos, pasear, daros mimos, tener sexo...Son todo cosas que poco a poco irán fortaleciendo vuestra relación. El sexo es una forma más de pasar tiempo juntos y de demostrar a la otra persona que la deseas. No tienes que verlo como algo malo. Hay personas que conectan en un día, otras en una semana, otras en un mes y a veces los sentimientos tardan años en surgir. Si lo único que te está impidiendo hacerlo es el detalle del tiempo, olvídate y no pienses tanto. Disfruta de lo que te está pasando, porque es muy bonito —dijo Robin, poniendo fin a las dudas de (TN).
—Claro, el principio de una relación es lo mejor. Disfruta y no pienses si es pronto o no. Haz lo que te apetezca en el momento. Si llega el momento y no estás preparada ya te darás cuenta, pero olvídate de lo otro —añadió Nami—. Y no te pongas a pensar en si luego saldrá bien o mal, porque entonces nadie intentaría empezar una relación. Si al final sale mal, pues habrás follado con un tío que está buenísimo. Eso no te lo quita nadie.
—Nami, ¿quién es la bruta aquí? —preguntó Vivi, entre risas— En serio, (TN), habla con él. No te quiere solo para tener sexo. Nunca habíamos visto a Law así hasta que llegaste.
—Gracias chicas —dijo (TN), sonriendo—. Necesitaba mucho hablar sobre esto.
Mientras tanto, Law seguía solo en la habitación. Estaba intentando continuar leyendo su libro de medicina, pero le estaba costando concentrarse. Miraba de reojo el colchón de (TN). Se sentiría mejor solo con que ella estuviera allí intentando leer su libro, más... Acompañado. Ahora deberían estar dando las clases de lectura. ¿Cómo podía haberse acostumbrado tanto a eso? Puede que no fuera tan fácil volver a la normalidad. Escuchó a alguien entrar a la carpa. Era ella. Quería explicarle muchas cosas, pero no sabía cómo.
—Law... —murmuró ella, mientras se acercaba y se sentaba delante de él—. Siento lo que te he dicho antes de irme. No pienso que solo quieras eso...
—Claro que no —dijo él, rápidamente—. Yo tampoco tendría que haber dicho lo que he dicho. ¿Quieres que leamos? Aún queda algo de tiempo.
—Primero de todo...—La chica se acercó todavía más y le dio un fugaz beso en los labios. Law se quedó algo sorprendido, ya que ella había dicho que nada de besos—. He hablado con las chicas... Y que es verdad que tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos todavía más y gustarnos más, pero que mientras hagamos lo que nos apetezca. ¿No te importa que se lo haya contado?
—No, para eso están las amigas. Además te han aconsejado bien —contestó Law—. ¿Por qué estás tan convencida de que hay que esperar tanto tiempo para que te guste alguien?
—Bueno, pues porque todas las parejas que he escuchado hablar por la calle llevaban como años juntos... No sé. Y no me refiero a gustar, me refiero a estar enamorados —contestó ella, encogiéndose de hombros.
—Mira, yo no sé qué es estar enamorado. Solo sé que eres la segunda persona que me ha hecho sentir bien desde hace muchos años. Y te aseguro que por la primera no me siento atraído —dijo el pelinegro, refiriéndose a Corazón—. Al principio te veía débil y un poco ingenua. Me dabas pena y quería ayudarte. Luego me empezaste a hacer gracia y no estaba mal eso de hablar con alguien. Y cuando no te fiaste que podía seducir a una chica y me acerqué tanto a ti... Me encantó besarte y no quiero que nadie más lo haga. Solo yo. No sé. Me gustas tú y me gusta estar contigo. Quiero pasar tiempo contigo sin tener que esperarme a nada. A no ser que llegado el momento no estés preparada o lo que sea.
Después de aquella necesaria conversación y de dejar las cosas claras, continuaron con la clase de lectura. (TN) estuvo leyendo frases cortas que Law le preparaba hasta que, un rato antes de tener que ir a cambiarse, cierto pelirrojo apareció por allí.
—¿Para esto me habéis pedido intimidad? —preguntó Kid, frunciendo el ceño.
—Cállate, Esutass-ya —se quejó Law. (TN) se levantó y puso los brazos en jarra.
—Hemos tenido nuestra primera crisis —explicó ella. El pelinegro le reprochó con la mirada—. Porque pensaba que teníamos que esperar más tiempo para tener sexo, pero no hace falta esperar si los dos queremos.
—(TN)-ya... —murmuró Law, intentando mantener la calma.
—Claro que no hace falta que esperéis. Ya verás, cuando lo pruebes no querrás parar —comentó Kid, divertido. ¿Esperar a qué? Si él hubiera tenido que esperar con todas las clientas que se ha acostado...—. Además, a ver si así consigues que deje de ser un amargado.
—¿Sí? ¿Así puedo hacer que estés aún más contento? ¡Entonces daré lo mejor de mí! —exclamó ella, elevando los puños en el aire. Law se levantó de la cama y le cogió de la muñeca.
—Ya vale de tonterías. Vámonos, es casi la hora —dijo, malhumorado, mientras empezaba a caminar. Maldita cría inocente y adorable.
El espectáculo de esa noche fue otro auténtico éxito. Las gradas volvieron a llenarse e incluso algunos que fueron a la actuación pasada volvieron a repetir, a pesar de que las actuaciones eran las mismas. (TN) tuvo suerte esa noche con los clientes, ya que las dos niñas que se llevaron al renito la semana pasada, querían tomar un refresco con ella. Law agradeció bastante que las cosas salieran así. No llevaba muy bien lo de los celos. Sin embargo, (TN) sí estuvo mirando de reojo hacia su mesa, ya que mientras las niñas jugaban con ella, la chica que estaba con Law no paraba de cogerle la mano y acariciarle el brazo.
—¡Law! —exclamó la chica, cuando por fin le había encontrado después de librarse de las niñas.
—(TN)-ya —saludó él.
—¿Vas a venir con todos? —preguntó ella.
—No. Estoy bastante cansado y quiero aprovechar para ver si puedo dormir una noche del tirón —contestó él. Ella asintió. Es verdad, le costaba mucho dormirse Era buena idea que aprovechara para descansar—. Pero tú pásatelo bien, ¿vale?
—Sí, vale. Cuando llegue te daré un beso de buenas noches aunque estés ya dormido, ¿vale? —dijo ella, sonriendo.
—Bien —contestó él, sonriendo de lado. La chica se dio la vuelta y se fue corriendo para buscar al resto.
Esa noche decidieron cambiar un poco y, en lugar de jugar a los dardos, hicieron equipos para explotar globos. La dinámica era bastante parecida, ya que igual debían lanzar un dardo para aceptar, pero el equipo ganador se llevaría un peluche de premio. Ninguno de los grupos tuvo nada que hacer contra el equipo ganador, liderado por el Gran Ussop. Todos los juegos de puntería se le daban realmente bien. Querían jugar una segunda ronda, pero (TN) ya estaba algo cansada. ¿Cómo tenían tanta energía después de las actuaciones? Puede que en un tiempo les cogiera el ritmo.
Se despidió de todos y empezó a andar hacia su carpa. Le dolían un poco los pies. Esas sandalias que se había puesto le rozaban demasiado. No las volvería a coger. Entró sin hacer ruido. No quería despertar a Law. Abrió con cuidado el baúl, se puso el pijama y se tumbó en el colchón. Poco después, cuando estaba a punto de conciliar el sueño, empezó a escuchar quejidos por parte de Law. Se incorporó para observarle. Se estaba moviendo mucho, puede que estuviera teniendo un mal sueño. Se levantó y se acercó hasta él. Debía ser una pesadilla horrible.
—Law... Law —susurró, mientras sacudía suavemente su hombro. Abriño los ojos de golpe y se incorporó rápidamente. Su respiración era muy agitada y, aunque entraba poca luz, (TN) podía observar levemente la expresión de su rostro—. ¿Estás bien? Solo ha sido un sueño.
—Siempre lo mismo... —murmuró él, o al menos eso le pareció entender a ella.
(TN) se lanzó a abrazarle y los dos cayeron sobre el colchón. Acercó una de sus manos a la cabeza del chico y enredó los dedos en su pelo. Estuvo acariciándole de esa forma hasta que vio que se iba calmando. Esas caricias realmente estaban sirviendo de ayuda al pelinegro. Otra vez, joder. Otra vez esas malditas pesadillas. Bueno, más bien recuerdos. Solo que había una voz que no paraba de repetir que tendría que haber muerto igual que ellos, que él no era nadie especial para haberse salvado. Que si hubiera sabido más de medicina podría haber actuado antes. Ojalá hubiera aprendido más en lugar de leer y escuchar solo a su padre por curiosidad... El movimiento de (TN) intentando levantarse le sacó de sus pensamientos.
—(TN)-ya —dijo, rodeándole la cintura con un brazo para que no se fuera—. Quédate aquí esta noche.
—Está bien —dijo ella, mientras apartaba el brazo del chico y se dejaba caer a su lado. Se puso en posición fetal y se agarró a él como si fuera un peluche gigante—. Te abrazaré para que no tengas pesadillas. Ahora duérmete otra vez.
Law sonrió de lado y cerró los ojos. Ella fue la primera en quedarse dormida. Sentir el calor y la respiración tranquila de (TN) conseguía inexplicablemente calmar al ojigris. Se sentía tan a gusto que consiguió dormirse de nuevo. Estaba más que dispuesto a pasar con ella todo el tiempo del mundo. Ya le daba igual todo. Doflamingo, Monet, el resto de jefes... Que se fueran todos a la mierda.
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