Capítulo 12

La comida y la bebida ya estaban sobre la mesa. Los jefes, ayudados por Sanji, habían preparado toda clase de comidas para picar y las habían repartido en diferentes bandejas. Solo faltaba que llegaran todos para empezar. Luffy y Bonney rondaban cerca de la mesa y, en cuanto Sanji se despistaba, cogían algo. ¡Por fin aparecieron Doflamingo y Corazón! Al parecer se estaban encargando de unos asuntos.

La cena transcurrió más animada de lo normal, ya que las botellas de alcohol se abrieron nada más empezar. (TN) se estaba pensando sin beber o no. Al final decidió que era mejor hablar sobre ese tema sin alcohol de por medio. Era un tema importante y era mejor no hacer tonterías. Cuando llegaron las doce de la noche, que técnicamente ya era sábado, fueron a por la tarta. ¡Era de nata y chocolate! Tenía una pinta deliciosa. La había hecho Sanji. En el fondo, todos deseaban que él fuera el que cocinara siempre. Según Nami, había mejorado mucho durante esos años que había estado en el circo. Aunque, al parecer, ya tenía conocimientos culinarios de antes.

—Bueno, chicos. Nosotros nos retiramos ya. La juventud podéis alargar un rato la fiesta si queréis —comentó Doflamingo, mientras sus compañeros empezaban a levantarse de las sillas.

—¡Eh, Corazón! Quédate un rato más. Es tú cumple —insistió (TN), cogiéndole del brazo.

—¡Eso! Ahora jugaremos a algún juego. ¿A qué queréis jugar? —preguntó Nami, alzando la voz y mirando al resto. Eligieron el juego de las preguntas, pero con una regla extra. Si fallabas tenías que beber un trago, lo que tenían el vaso lleno de alcohol, claro.

—A mí no me apetece, me voy a dormir —dijo Monet, mientras se levantaba.

—¿Qué? ¡Vamos! Es un cumpleaños —comentó Luffy. La peliverde no hizo caso. Alzó la mano en forma de despedida y abandonó el lugar.

—¿Los demás jugamos todos? Hay que hacer los equipos —preguntó Nami.

—Yo... —empezó a decir Law.

—¡Venga Law! Quédate a jugar —intervino (TN), rápidamente.

—¡Sí! ¡Los tres podemos ser un equipo! —exclamó Corazón, emocionado. El pelinegro les miró fijamente, dudando.

—Bueno, está bien —contestó, finalmente. Aunque no con mucha emoción—. Solo por esta vez.

Cada uno se enganchó a uno de los brazos del pelinegro y lo arrastraron hasta llegar con el resto. Odiaba los malditos juegos de mesa. Odiaba pasar tanto tiempo con tanta gente, pero era el cumpleaños de Corazón. Si a él le apetecía jugaría una estúpida partida. Y no solo eso, con la carita que había puesto (TN) le hubiera sido prácticamente imposible decir que no.

Los minutos iban pasando entre preguntas y respuestas. (TN) estaba realmente sorprendida. Era cierto que con Hawkins y Kid ganaron, pero es que Law se sabía prácticamente todas las preguntas. No es que se las supiera de memoria porque nunca había jugado antes.

—Vaya, ha sido una partida muy corta... —murmuró Luffy, decepcionado. Law sonrió de lado, orgulloso. Él nunca perdía.

—¡No hemos acertado ni una pregunta! —exclamó Chopper, desilusionado, mirando a Ussop y Franky. Franky era el único de los empleados que se quedaba a vivir con ellos. Al resto solo los necesitaban para el día de la actuación, pero él estaba allí por si había alguna emergencia. A pesar de la edad, solía juntarse más con los trabajadores que con los jefes.

—Cuando estaba en el equipo de Kid y Hawkings, ganamos. Ahora en mi nuevo equipo, ganamos. Está claro que es gracias a mí —bromeó (TN), sonriente.

—Eres tan adorable —comentó Sabo, que estaba sentado a uno de sus lados, mientras acercaba la mano para apretarle la mejilla. Corazón se fijó en la expresión de Law y como apretaba el puño. ¿Acaso...?

—Law, ven fuera conmigo un momento —susurró el mayor, mientras le daba un golpecito en el hombro. Los dos se levantaron y salieron fuera de la carpa—. ¿Te gusta (TN)?

—¿Qué? ¿Por qué dices eso? —preguntó el pelinegro, algo alterado. ¿Tanto se le notaba? Sentía calor en sus mejillas. Le daba algo de vergüenza que Corazón le hubiera pillado y tener que hablar sobre ello.

—Parecía que ibas a abalanzarte sobre Sabo cuando se ha acercado a ella —contestó el rubio. Law solo chasqueó la lengua. Joder. Debía controlarse. No podía perder el control de esa forma delante de los demás.

—No se lo digas a nadie. Tampoco he hablado con ella. No sé qué hacer con todo esto... No tendría que haberme acercado tanto a ella. Todo son problemas Doflamingo, los clientes...

—Law, pero es algo normal. Tarde o temprano te acabaría gustando alguna compañera. ¿No ves que es con la gente que pasas más tiempo? No conocéis a nadie de fuera —explicó Corazón—. Además, desde que (TN) llegó te he visto más distraído y de menos malhumor. Creo que te hace bien estar con ella.

—La verdad es que, cuando estamos juntos, no pienso en nada más —confesó Law, con la mirada fija en el suelo. Corazón sonrió con ternura—. Pero... ¿Crees que me merezco estar tan bien? ¿Después de todo lo que le pasó a mi familia? Siento que cada vez que tengo ganas de sonreír es como si no me importara todo lo que ha pasado.

—Law...Claro que te mereces ser feliz. No tienes la culpa de lo que le pasó a tus padres y a tu hermana. Se los llevó una enfermedad y los médicos que conoce Doflamingo solo te pudieron salvar a ti. Se hizo todo lo posible —dijo Corazón, poniendo una mano en el hombro del chico—. Tu familia estaría feliz por saber que te salvaste y desearían que fueras feliz. Llevas muchos años atormentado por ello, aprovecha ahora que te sientes bien. No lo dejes pasar.

—Sí... —susurró él.

—No voy a contar nada al resto de jefes. Sabes que a Doflamingo no le hace gracia, pero si no dais problemas. No se interpondrá —añadió el mayor. A su hermano no parecía hacerle gracia que él tuviera tanta relación con los trabajadores, sobre todo con Law. Pero esto último era prácticamente inevitable, llevaba tanto tiempo con ellos que lo consideraba como a un hijo—. Ahora me voy a descansar.

Law hizo un gesto de despedida antes de que Corazón empezara a caminar. Se quedó unos segundos quieto y analizando todo lo que habían hablado. Él tenía razón. Se merecía estar contento. Eso no significaba que fuera a olvidar todo lo malo, pero debía vivir con ello mientras continuaba su vida. No podía quedarse encerrado en sí mismo para siempre. Se dirigió de nuevo hacia la carpa, puede que esa noche se quedara un rato más con todos.

—¡Ey! ¡Law! —gritó Nami. Parecía bastante borracha. De hecho, prácticamente todos habían bebido unas cuantas copas. Excepto Luffy y Chopper, que no les gustaba el alcohol. Bueno y (TN), que no había bebido esa noche—. ¿Vienes? A lo mejor jugamos a la botella o... No sé, estamos pensando.

—¿Qué? —murmuró Law, mientras su cuerpo se tensaba. Ese juego en el que las dos personas que señalara la botella se tenían que besar. ¡Ni hablar! Es más, tenía que sacar a (TN) de allí. Definitivamente, habían bebido demasiado, si no jugarían a ese juego—. ¡No! Tengo que hablar un momento con (TN)-ya.

Se acercó para coger a la chica de la muñeca y le estiró para que caminara. El resto no le dio importancia, ni si quiera se fijaron. Estaban ocupados haciendo el tonto y bailes extraños. Si alguien tenía que darle su primer beso sería él, y no sería en un estúpido juego. Maldición. No sabía exactamente qué le iba a decir. Llevaba casi una semana dándole vueltas y, aun así, iba a parecer un idiota cuando se lo explicara. Ni si quiera sabía exactamente lo que sentía por ella, pero estaba claro que sentía algo.

—Me he quedado sin saber qué es el juego ese de la botella —comento (TN), cuando nos quedamos parados algo alejados de la carpa.

—Es de besarse. Te toca con una persona a sorteo y os dais un beso. Puede ser en cualquier sitio y eso también se elige a sorteo. Bueno, hay diferentes reglas pero ellos juegan así las pocas veces que han jugado —explicó. ¿Pero qué hacía hablando tanto? ¿Por qué estaba tan nervioso?

—No me gusta ese juego —dijo ella, arrugando la nariz—. Bueno, ¿qué querías decirme?

—(TN)-ya... Sé que solamente nos conocemos desde hace un mes y unos días, pero desde que llegaste... Bueno, ya sabes que yo no me he estado relacionando mucho con el resto —empezó a contestar. ¿Ves? Estaba pareciendo un idiota que no sabía hablar. Era un hombre de casi 26 años y parecía un niñato. Además, que ella le mirara tan fijamente le ponía más nervioso todavía—. Me pasaron cosas hace años. Cosas malas de las cuales no puedo olvidarme y que siempre estoy recordando. Pero cuando estoy contigo enseñándote a leer o hablando de cualquier cosa sin importancia, no pienso en nada más y me siento mejor. No me siento incómodo como con otras personas.

—Yo también estoy muy a gusto cuando estoy contigo —comentó ella, ya que vio que el chico se había quedado un poco en blanco—. Se que no llevo mucho aquí, pero es que estoy tan a gusto con todos que me parece como si llevara aquí toda la vida. Estoy a gusto con todos, pero contigo es distinto...

—¿Distinto? —preguntó Law.

—Con los demás me lo paso bien y me rio mucho, pero contigo no solo es eso. Creo que me gustas, porque cuando me tocas y me besas siento como calor por dentro. Estos últimos días, cuando estábamos los dos solos, tenía ganas de estar todavía más cerca de ti. Además, no me gustó verte con la chica esa... —contestó ella. Law le escuchaba embobado. ¿Cómo sabía explicarse tan bien sin rodeos? Tan directa. Además, le estaba encantado escucharle decir todo eso—. No sé si es muy pronto para que me gustes. Y bueno, en verdad no sé si yo te gusto. Creo que si he dicho todo esto y me dices que no, creo que me va a dar un poco de vergüenza.

—(TN)-ya...—murmuró el, sonriendo fugazmente—. Creo que está bastante claro que también me gustas. Puede que sea pronto, pero ha surgido así. Solo sé que quiero seguir pasando todavía más tiempo contigo. También quiero besarte y tocarte y que nadie más lo haga.

—Vale, pues bésame. Pero... En la boca. Quiero que mi primer beso sea contigo, así que se me lo hubieras dado en la obra tampoco hubiera pasado nada —comentó, sonriendo.

—No hubiera sido lo mismo. Creo que ahora será mejor... —dijo él, dando un paso hacia delante, rompiendo la distancia que les separaba.

Law enredó sus dedos en el pelo de la chica y tiró suavemente de él para que inclinara la cabeza hacia arriba. Posó la otra mano sobre su mejilla izquierda y fue inclinándose y acercándose a sus labios poco a poco. (TN) notaba como su corazón latía cada vez más fuerte. Iba a ser como en el libro, cuando al final salé el príncipe besando a la princesa. El corazón de Law latía con fuerza. Nunca se habría imaginado que sentiría tanta emoción por dar su primer beso. Siempre le había parecido una tontería y ahora estaba a punto. Solo unos milímetros. (TN) se puso de puntillas y apoyó las manos en los hombros de Law, acabando con esa escasa distancia. Y por fin, sus labios se juntaron. Los dos tenían los ojos cerrados y disfrutaban de ese agradable contacto, cálido y suave. Unos cuantos segundos después, el pelinegro se separó lentamente. Necesitaba ver la cara de (TN). Tenía las mejillas levemente sonrojadas y una gran sonrisa dibujada en la cara. Se lanzó rápidamente sobre él y hundió la cara en su pecho.

—Me ha entrado vergüenza —murmuró, mientras agarraba la sudadera de Law—. Pero me ha gustado mucho.

—Sí... —susurró Law, mientras acercaba una mano a la cabeza para acariciarle el pelo. Había sido mejor de lo que imaginaba, y eso que solo había sido un pequeño beso. Tenía ganas de más. Simplemente de pasar tiempo a solas dándole más besos. Lástima que su "habitación" estuviera ocupada en esos momentos.

—¿Te quedarás un rato esta noche con todos? —preguntó ella, mientras se separaba ligeramente para poder mirarle.

—Bueno, depende de lo que estén haciendo —contestó Law. Se había propuesto socializar un poco más, siempre que (TN) estuviera allí también. Aunque a veces le pusieran nervioso, sus compañeros eran graciosos y buenas personas.

—Oye, una cosa... —dijo la chica, antes de volver con el resto. Él le miró, esperando a que dijera lo que tenía que decir—. ¿Podemos añadir otra asignatura a nuestras clases?

—Sí, ¿cuál?

—Podrías explicarme cosas del sexo... —contestó ella, algo nerviosa. Law se quedó asimilando la propuesta durante unos segundos.

—Sí, claro. —No pudo evitar sonreír de lado ante todas las imágenes que pasaban por su mente en esos momentos. Nunca lo había puesto en práctica, pero sabía perfectamente la teoría—. Iremos paso por paso. Mezclaremos teoría y práctica para que el aprendizaje sea más... Efectivo.

—Sí, pero eso. Paso por paso —recalcó ella, mientras apartaba la mirada—. Venga, vamos a jugar a algo con todos.

Cogió a Law de la mano y le estiró para que empezara a caminar. Si un pequeño beso le había dado vergüenza, seguramente explotaría con los siguientes pasos. No pasaba nada. Le enseñaría todo pacientemente. Por suerte, no se habían puesto a jugar a aquel estúpido juego. Estaban jugando a adivinar películas, aunque para Law todos los juegos eran estúpidos. Sin embargo, estaba dispuesto a hacer el esfuerzo. Mejor eso que quedarse atormentado en su carpa. Debía hacerlo aunque fuera por Corazón y (TN), que parecían alegarse mucho cuando él estaba más contento.

(Uno rato antes, mientras Corazón se iba a la cama...)

Estaba muy feliz. Realmente feliz. Haber visto más sociable a su ya no tan pequeño Law le hacía sentir inexplicablemente genial. No pensaba que llegaría el momento en que le empezaría a gustar una chica. ¡Eran adorables! Oye, oye. Un momento. Se quedó petrificado durante unos segundos. ¿Le tocaría darle la típica charla de cuando un hijo empieza a tener relaciones? ¿No era ya mayorcito? ¿Él ya sabría sobre esos temas, no? ¿Y a la pequeña (TN)? ¿Quién le explicaría todo? Ya se estaba agobiando.

Estaba a punto de abrir la puerta de la caravana cuando escuchó la voz de su hermano. Al parecer estaba hablando por teléfono. Parecía algo cabreado. No era de buena educación, pero decidió esperar y escuchar la conversación.

—Ya he dicho que no vamos a dar más dinero a esos estúpidos científicos. Sí, ya sé que su trabajo es importante. ¡Claro que sé que sin ellos no tendríamos circo! Encargaros de encontrar al siguiente y decidme su ubicación...Iré personalmente a reclutarlo, igual que con la anterior.

Corazón estaba impactado. Intentaba procesar esos fragmentos de información que acababa de escuchar. ¿Científicos? ¿Experimentos? Se estaba refiriendo a... ¿Los chicos y chicas? No podía dejar esto así. Tenía que viajar de nuevo a Japón y descubrir desde allí lo que estaba pasando. En la empresa debía haber datos que le sirvieran. Puede que para Doflamingo y el resto fueran simples trabajadores, pero él se preocupaba por ellos y pensaba llegar hasta el fondo del asunto.

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