•6•

No me quería soltar jamas de ellos, ya no mas.

Me separe cuando sentí la mano de Eadlyn.

Alan y Freddy ya no estaban, en cambio, nuestro equipaje estaba ahí.

Después de quitarme un poco las lágrimas que no dejaban de brotar, voltee hacia Eadlyn, y tome valor para presentárselas a mis padres.

—Papá, mamá, ella es Eadlyn, su nieta.

Mi hija no pudo más y los abrazo, ella necesitaba esto.

Y no pude estar más que feliz al ver aquella escena.

—Se que tienen muchas preguntas y contestare cada una de ellas. -dije mientras tres pares de ojos me prestaban atención- pero necesito hacer algo ahorita mismo, no tardare se los juro.

Centre mi atención en mi hija.

—Eadlyn, ¿por que no le dices a tu abuela que te muestre mi habitación? -asintió y mi madre, con duda, se la llevo adentro.- Papá, no tardare mas de una hora, solo te pido que no le mencionen aún nada sobre su padre, tengo que solucionar algunas cosas antes, ¿sabes donde lo puedo encontrar?

—En 20 minutos sale de trabajar, esta en el edificio de su familia -me abrazo- suerte, no sabes lo feliz que me hace tenerte de vuelta.

—Igual estoy muy feliz de estar aquí -me separe - no tardare.

Me apresure a tomar un taxi, y dirigirme lo más rápido antes de que me arrepintiera de lo que estaba por hacer.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Mientras veía la ciudad pasar, y recordar todo lo que tuve que vivir para llegar a este momento, comencé a llorar.

Todo lo que pase yo sola, y todo lo que pudo haber sido si no me hubiera marchado.

Y no pude evitar preguntarme tantas cosas. ¿Como reaccionará cuando me vuelva a ver? ¿Qué le diré? ¿Me odiará? ¿Como le diré sobre Eadlyn? ¿La querrá? ¿La negará?

Preguntas sin respuesta, y de un momento a otro, me encontraba fuera del edificio que tanto temía volver a pisar.

Pagué el taxi y me baje. Me quedé asombrada viendo la gran torre. Como algo tan enorme no pudo cambiar absolutamente en nada, y yo cambié en todos los aspectos.

Sentí una gota, y luego dos, y comenzó a llover. Todos alrededor comenzaron a correr, apresurándose a taparse.

Mientras yo me encontraba ahí, de pie bajo ella, tratando de encontrar fuerzas para adentrarme al edificio, y cuando estaba dispuesta a dar un paso, lo vi.

Ahí estaba, junto a su mejor amigo, amigo mío también, despidiéndose de otros hombres con traje.

Comencé a caminar hacia atrás, sin dejarlos de ver, y cuando volteó y me miró, todo dejo de existir.

Y yo no era una mujer de 33 bajo la lluvia con una hija esperándola, ni el era un hombre de 34 saliendo de un día más de trabajo.

Era una Lana de 16 viéndolo por primera vez en el pasillo.

Y cuando vi como murmuraba mi nombre y llamaba la atención de su amigo, no pude más.

Salí corriendo mientras trataba de llamar a un taxi disponible, volteé hacia atrás y fue lo peor que pude hacer. Él venia corriendo hacia mí mientras gritaba mi nombre.

Se detuvo un taxi frente a mi después de todos mis intentos de conseguirlo, y me subí.

—Buenas noches señorita, ¿a donde vamos?

—Solo saqueme de aquí, lo mas rápido posible.

Arrancó y dio vuelta en la primera oportunidad, cuando sentí que ya estábamos demasiado lejos le pedí que se detuviera.

Inhale y exhale repetidas veces, reconocí las calles, ya cercanas a casa de mis padres, así que pague y me baje.

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