•5•
Platicabamos de todo tipo de cosas, sin tocar el tema de cualquier cosa que tuviera que ver con él.
—Bueno -comencé -creo que es hora de irnos Eady.
—Hablando de eso -pregunto Alan- ¿Donde se quedarán? Nosotros las podemos llevar.
—Pues, pensaba ir a casa de mis padres, no saben que estoy de regreso y no me gustaría que se enteraran por alguien más.
—En ese caso -hablo Freddy- creo que deberíamos irnos ya, estamos algo retirados.
Nos fuimos de ahí, hacia la pequeña camioneta de mis amigos, mientras ellos nos ayudaban con nuestro equipaje, Eadlyn y yo íbamos un poco mas atrás.
—Mamá -voltee hacia mi hija- ¿te encuentras bien?
Nos detuvimos.
—¿Por qué la pregunta?
—Siento que te metí mucha presión respecto al venir acá, y solo pensé en lo que yo quería y no en lo que te afectaría.
—Hey, alto ahí pequeña, puede y si este siendo difícil para mi, pero yo tome la decisión, porque esto es lo correcto Eadlyn, no me forzaste a nada, no te preocupes por mi, ¿si?
Asintió, no muy segura y nos adentramos al vehículo.
—Bueno señoritas, -hablo Alan- bienvenidas a viajes Leyva, favor de abrocharse muy bien sus cinturones, ya que su piloto sera el señor Alfredo.
Reímos mientras Freddy negaba divertido y comenzaba el trayecto.
— Y dime Eadlyn, ¿alguna vez tu madre te dijo como tuvo la dicha de conocernos?
- • - • - • - • - • - • - • - • - • - • - • - • - • - • -
Alonso y yo nos encontrábamos camino a la preparatoria, era nuestro primer semestre aquí.
Cuando llegamos, nos dirigimos a buscar nuestro horario, cuando nos topamos con dos chicos demasiado altos para que nos dejaran ver la pizarra.
Mi amigo y yo nos miramos nerviosos, ya que no sabíamos como hablarles para que nos escucharan a través de todo el bullicio que había alrededor.
Y justo cuando estábamos dispuestos a marcharnos de ahí y regresar unos minutos después, ellos se quitaron rápidamente del lugar, causando que tropezaran con nosotros.
—Disculpen, no vimos que estaban detrás de nosotros.
Sonreí falsamente y cuando estaba dispuesta a marcharme, Alonso me detuvo con cara de "ayuda". Así que regrese mi mirada a los dos chicos que me veían esperanzados.
—¿Disculpa? -pregunte
—Que si nos pueden explicar el horario, la verdad es que duramos 10 minutos frente a ellos y no pudimos entenderle. Nos toca el 1°B- nos dijo el pelinegro mientras nos mostraba la hoja.
Y tras quedarnos serios los 4, por lo incomodo y raro que estaba la situación, comenzamos a reírnos.
—Siganos, nos toca juntos -les dije- Soy Lana y el es mi amigo Alonso.
—Soy Alan.
—Y yo Freddy.
Y seguimos juntos hacia nuestra clase.
Y dejamos de ser Alonso y yo, ahora éramos 4 amigos inseparables.
- • - • - • - • - • - • - • - • - • - • - • - • - • - • -
—Hemos llegado. -comento Freddy mientras aparcaba frente a la casa de mis padres. Aquella que hace mas de 14 años abandone por la puerta trasera en la oscuridad. Aquella que había jurado no regresar jamás, y ahora estaba aquí.
Al bajar los Leyva, una luz se prendió fuera de esta, y salio mi madre.
Ellos se acercaron a saludarla, y fue cuando tome la mano de mi niña y bajamos del vehículo.
Ver a mi madre, y detrás mi padre, me hizo sentir una chica de 19 otra vez, una que no se había marchado, una que sólo regresaba de un día mas con sus amigos.
Camine lentamente, o al menos así lo sentí yo, mientras caía en cuenta de que mis padres, no eran los mismos que había dejado aquella vez dormidos en su habitación, ajenos a que su hija pequeña se marchaba.
Ahora, tenían unas pequeñas arrugas en sus ojos, y cabellos plata en su cabeza.
Cuando estuve más cerca, me notaron, y no se necesitó decir ninguna palabra.
Mi padre me sostuvo entre sus brazos, como siempre lo hacia. Y mi madre me sobaba mi espalda. Me sentía como en casa. Estaba en casa.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top