Al salir por las puertas del aeropuerto, olvide por un momento que ya no era la misma chica de 19 años que había huido.

Estaba demasiado asustada. Yo solo quería entrar de nuevo al edificio, y tomar el siguiente vuelo a donde fuera con tal de irme de aquí de nuevo.

Pero Eadlyn no merecía eso. No merecía más mentiras.

—¿Mamá?- Eadlyn hablo, sacándome de mi trance- ¿Pido un taxi?

—Ehm, no. He avisado a alguien que estamos aquí y vendrá por nosotras.

Se le ilumino el rostro al terminar de mencionar esas palabras.

—Él....vend...

—No tan rápido,Eady-la corte- no presiones.-solo asintió.

—¿Entonces? ¿Quien es, mamá?

Sonreí.

—Una persona que siempre estuvo ahí para mi, amigo mio desde la secundaria, para ser exactas.-solte una risita-Se llama....

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