Sé que nunca quieres irte cuando llega el momento de marchar.
Que te cuesta zarpar de mi abrazo
y se te hace difícil, de mis labios despegar.

Sé que le imploras al tiempo
que frene su travesía,
pero no escucha tu ruego,
se burla de tu osadía.

Sabes tan bien como yo,
que esta historia está llena de cerrojos,
aunque nunca hay imposibles, cuando se trata de amor...lo veo en tus ojos.

Y te vas, es imperativo,
mas me obligo a no pedirte que me lleves contigo.
Y mientras te alejas mirando hacia atrás,
te miro y sonrío, para darte paz.

Pero me saben a poco
los besos que nos damos,
no me alcanzan las caricias
que me ofrecen tus manos.

A una hora a tu lado le faltan minutos,
¿Por qué tiene prisa el tiempo cuando estamos juntos?

Despídete mi amor,
pero no te marches.
Quédate cerca, no le digas a nadie,
que crean que un adiós es el fin de lo nuestro.

Hágamosles creer que se acabó, y luego, ven a mi reencuentro.