Capítulo 09
Aimee
Mañana era nuestro aniversario y necesitaba sorprender a Austin, pero tan difícil de hacerlo, jamás me mencionaba que era lo que realmente le gustaba más allá que los libros de literatura y su familia.
En pocas palabras él me decía que lo tenía todo y cualquier regalo lo hacía feliz.
—Hoy llegaré temprano a casa— Austin me saco de mis pensamientos, le sonreí con ternura cuando depositó un beso casto en mis labios.
—Al menos este año dime que te gustaría tener para nuestro aniversario.
—No necesito nada, ya lo tengo todo— mencionó y beso mis labios—Una bella esposa, un hermoso e inteligente niño y por supuesto una cuñada que resulta ser mi rival en literatura lo cual es algo muy eficiente para mí. Dime, ¿qué más podría pedir?
—Tal vez un hijo que si sea tuyo— aquel comentario ni siquiera sabía de donde había salido, incluso Austin parecía sorprendido.
—Dave es mi hijo.— respondió de inmediato Austin.— y siempre lo será. Tengo que irme se me hace tarde.
Como siempre antes de irse me beso los labios y está vez me susurró que me amaba, yo simplemente lo observe un momento, me sentía como una tonta por aquel comentario tan fuera de lugar pero Austin como siempre, de alguna forma u otra terminaría arreglándolo.
—Señora Black.— Katy mi secretaria se acercó con emoción mientras me extendía la tableta.- tenemos un artículo especial sobre tus nuevos postres.
—¿Enserio?—pregunte incrédula.
—Así es y al parecer a todos realmente les fascinó. No lo sé usted pero yo creo señora Black que realmente tiene un gran futuro por delante.
—Gracias Katy.
—Sólo digo la verdad. Tiene talento y determinación lo cual es algo que mucha gente carece, normalmente suelen ser muy conformistas.
—Ni lo menciones.—pensé un momento en Katy al igual que yo era una mujer casada por lo que tal vez pudiera pedirle ayuda con el regalo de Austin.— Katy cambiando de tema, cuando es el aniversario con tu esposo, ¿normalmente que le regalas?.
—¿Enserio quiere saberlo señora Black? —pregunto con una sonrisa pícara.
—Oh vamos esto es enserio, mañana es mi aniversario y Austin no deja de repetirme lo mismo cada año, que no quiere nada porque lo tiene todo.
—¿Y realmente es así?— cuestiono Katy— Con esta pregunta no quiero decir que carezca de algo con usted, pero no habrá algo que ya sabes Austin alguna vez quiera hacer pero a ti te molesta porque simplemente no está de acuerdo. Tal vez considerar todos los pequeños detalles puede que la ayude a pensar en algo.
Deberíamos decirle a Eliam sobre la existencia de Dave.
Ese tema era delicado de pero de alguna forma u otra era algo en lo que Austin siempre discutía conmigo.
—Gracias por el consejo Katy.—respondí sincera, ella asintió con la cabeza orgullosa antes de retirarse de nuevo al trabajo, mientras que a mi simplemente me dejo pensando todo el día en aquel tema.
Era algo que no había podido sacar con facilidad de mi cabeza, me sentía totalmente perdida.
—¡Señora Black!—gritó Katy alertándome, me acerqué a ella y la vi con lágrimas en sus ojos.— Es grave, su esposo, el señor Black...
Después de la noticia conduce directo al hospital, preguntaba a todo el mundo por el pero nadie me respondía con exactitud.
—¿Es la esposa del señor Black?— pregunto un doctor a lo cual me acerque de inmediato.
—Sí, soy yo. ¿Cómo esta él?, ¿Es grave?, ¿qué fue lo que paso?
—Acompáñame señora Black, necesito hablar con usted—con angustia invadiendo todo mi ser acompañe al doctor, no dejaba de golpear mi barbilla con mis puños levemente—Su esposo ha sufrido un accidente, al parecer un conductor imprudente lo atropelló. Tratamos de atenderlo lo más pronto posible señora Black, incluso pensábamos hacer una cirugía para lograr salvarle la vida pero— al doctor soltó un suspiro con angustia, aquel pero sabía que sólo significaban malas noticias— pero en cuanto entramos al quirófano, lo perdimos hicimos todo lo posible. En verdad mis más sinceras condolencias señora Black.
Aquello fue como recibir un puñal a mi corazón, no podía creerlo, no podía aceptarlo, sin embargo era la verdad, la cruel y horrorosa verdad.
Cuando llegue a casa Talina tenía entre sus brazos a Dave, él dormía sin embargo por el enrojecimiento de los ojos y mejillas de mi hermana sabía que había estado llorando. Me acerqué a su lado con lentitud y entonces me senté a su lado. Ella no dijo nada, simplemente tomo mi mano como signo de apoyo y entonces llore, lleva mi mano libre a mis labios para evitar despertar a Dave pero aun así el dolor era inmenso.
Aquella noche no pude dormir y los siguientes días tampoco.
Y pensar que este podría estar celebrando mi aniversario con Austin, pero en vez de eso, me encontraba en su funeral, todos se acercaban a mí y me daban sus condolencias, con un apoyo incondicional sin embargo, ni palabras no acciones curaban lo que sentía mi corazón.
Pero lo que más de dolía era ver a mi pequeño observando el ataúd de su padre.
—Mami, ¿por qué papá se fue tan pronto con el señor bigotes?— pregunto con inocencia. No sabía que responder, simplemente tome su mano y no solté, lo último que necesitaba era recordar porque se había ido y jamás regresaría.
El entierro fue silencioso, con pequeñas gotas del cielo acompañando mis amargas lágrimas, lo único que hacía con mi paraguas era cubrir la Dave quien miraba atento el ataúd, aquellas gotas que se mezclaban con mi rostro dejaron de llegar, mire a mi costado y lo observe, Eliam Stellers. Cargue a Dave con miedo, sentía como si el de alguna forma se hubiese enterado de la verdad y ahora venía para quitarnelo pero no fue así, el simplemente miraba el ataúd de su amigo, en silencio mientras me protegía de la lluvia y fue ahí cuando entendí que nada sucedería, después de todo no era el momento.
Llegar a casa y encontrar en silencio era algo bastante extraño, a estas horas Austin ponía música y comenzaba a dialogar con Talina sobre algún libro mientras que Dave trataba de comprender, yo preparaba la cena y después de comer cada quien se marchaba a su habitación, pero al entrar a aquella habitación y recordar cada momento simplemente me lastimaba, me hería de una manera que no podía creer posible.
Miraba la cocina con atención hasta que finalmente me decidí a abrir aquel gabinete donde se encontraban las bebidas alcolicas. Normalmente me gustaba guardarlas para que Dave jamás las descubrieras pero pensé que hoy podría hacer una excusión.
—Terminarás siendo igual a nuestro padre si comienzas a quitar tus penas de esa manera.— Talina se acercó y miro con asco las botellas vacías.
—Sólo será esta noche.
—Lo mismo me contaste que fue lo que dijo nuestro padre y mira como acabo.
—Es fácil para ti decirlo, tu detestas a Austin para ti jamás significó nada, pero para mí sí, era mi esposo, el hombre que amaba.
—No vine aquí para discutir esto. Sólo trato de decirte que esto no es la mejor manera de desahogarte.
—Y tú qué sabes— le reproche sin medir las palabras— tu jamás has perdido a alguien importante para ti.
—Como dije nuevamente no vengo a discutir esto contigo. Sólo deja de beber.
—No quiero— me queje como si fuese una niña pequeña.
—Santo cielo— se quejó molesta— Si tu tan sólo no fueses una terca nada de esto estaría pasando, nada te costaba pedirle una explicación y entonces haberte quedado con Eliam.
En definitiva el alcohol no hace que uno de medida con sus palabras y acciones. Ni siquiera sabía cuándo había levantado mi mano para abofetear la mejilla de Talina, no había medido mi fuerza y eso lo noté cuando mire su labio sangrar y su mejilla totalmente roja, ella me miro de una forma que jamás lo había hecho y eso me dolió, no me reprochó nada, ni dijo nada, pero con esa simple mirada lo dijo todo, das asco y eso lo sabía.
Cuando la vi irse hacía su habitación reaccione en lo que había hecho, me dirigí hacía ella pero mis piernas no respondía, lo último que recordaba era estar en el suelo mirando hacia aquellas escaleras donde Talina se había marchado.
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