Capítulo 06
Talina
—¿Estas segura de estar sola en casa?— pregunto Aimee desde la puerta de mi habitación.
—Ya no soy una niña, puedo quedarme sola en casa. Necesitas ir a trabajar, cuando sea hora iré por Dave.
—De acuerdo— respondió resignada mi hermana— Si necesitas algo llámame.
—Eso haré— respondí antes de acurrucarme en mi cama. No podría creer que había amanecido con fiebre, ahora Emily pensaría que en realidad estoy haciendo una rabieta por lo de ayer.
Aquel día fue el más triste y aflojerado de toda mi vida, simplemente me limitaba a dormir. La única razón por la que decidí despertar y levantarme fue porque tenía que ir por Dave. Salí a pasos lentos y cansados, ni siquiera soportaba la luz del sol, por lo que llegue antes, encontrándome con alguien realmente peculiar.
—Vaya te vez terrible.
— Me siento así— dije antes de estornudar.
—Por un momento dude si en verdad estabas enferma—comentó Masón mientras se acercaban— Emily creyó que no querías verla por la incómoda situación de ayer.
—Sólo fue un pequeño malentendido por parte de ambas, jamás haría una rabieta por algo así.
—Que alivió.
—¿Y qué haces tú aquí exactamente?
—Supongo que notaste que Charles siente cierta atracción hacia a tu amiga, ella se veía algo triste hoy y bueno mi amigo estaba preocupado así que pensó que lo mejor sería hablar las cosas contigo.
—Perdón si yo no me di a entender. Pero dada a tu breve explicación si es tu amigo el príncipe Charles el interesado platónico de mi amiga el que está preocupado, ¿por qué estás tú en su lugar?
—Piensa que tenemos más en común y podría arreglar las cosas. Además te tiene cierto terror, no cualquier chica que apenas y mide el metro sesenta derrumba a un jugador de fútbol americano de casi dos metros y lo deja noqueado de un sólo puñetazo.
—Ya vale, a veces causó malas impresiones.
—Bueno me alegro que las cosas solamente hayan sido un mal entendido entre amigas, pero no es bueno que tú no te encuentres bien. ¿Ya tomaste algo?
—¿Quién te crees?, ¿mi madre? ¿A qué viene tanta preocupación?
—Es algo que se le llama ser amigable.
—¡Talina!, ¡Talina!, ¿qué haces aquí?—pregunto Dave preocupado mientras se acercaba— Deberías estar en casa descansando.
—¿Y quién iba a venir por ti?
—Puedo ir a casa solo, me se el camino.
—Por supuesto que si— mire a Masón mientras sostenía la mano de Dave.— Bueno, adiós.
—Talina tu mano está caliente.
—No es eso, es que la tuya es fría— si unos cuantos pasos, el temblor se hizo presente mis vista de había vuelto borrosa, Dave decía algo pero no lograba entenderlo, hasta que finalmente todo se volvió oscuro tras intentar dar otro paso.
Oí pequeños murmullos, abrí los ojos y mire a mi alrededor, me encontraba en mi habitación, toque mi frente la fiebre había desaparecido, me levanté de la cama con cuidado y me dirigí hacía la puerta, los murmullos se oían a través de esta por lo que abrí la puerta, observe a Dave y a Masón sosteniendo ambos un plato y cuchara, al parecer ambos peleaban por él.
—¿Que están haciendo?
—Masón quiere darte sopa, pero yo le dije que no te gusta la sopa.— alegó Dave mientras lo señalaba.— No entiende nuestro dialecto, has algo al respecto Talina.
—No me gusta la sopa— dije mirando a Masón quien sostuvo el plato con ambas manos.
—Eso significa que pase horas buscando en YouTube como hacer sopa por nada—alegó mirando el plato tratando de hacerme sentir culpable.
—Sí, así es—afirme sin un rastro de simpatía quería hacerle ver que no me había hecho sentir mal.
—Te lo dije—respondió Dave antes de sacarle la lengua.
—Él te lo dijo debiste haberle escuchado.
—No volveré a hacer nada por ti.
—No te pedí que lo hicieras.
Un silencio se formó, Masón me observó sorprendido era como si me conociera de años y hubiese dicho algo que no iba de acuerdo conmigo o puede que tal vez el simplemente se formó una imagen de mí y ahora noto que no fue lo que le parecía.
—¿Cómo te sientes?— la voz de Austin llamó mi atención, gire para verlo se veía algo sorprendido y supe de inmediato que era la presencia de Masón lo que le sorprendía— ¿Quién es él?
—Un amigo de Emily— respondió Dave antes que pudiera decir algo—se llama Masón y me ayudó a traer a Talina cuando se desmayó en la calle.
—Santo cielo, ¿te desmayaste?—Austin se acercó con preocupación y trato de tocar mi frente pero yo lo aleje— ¿Aun te sientes mal?, ¿deberíamos ir al hospital?
—Estoy bien— respondí alejándome mas de él.
—Tal vez deberíamos ir al hospital, toma tus cosas.
—Estoy bien Austin, enserio. Ya deja de actuar como si fueses mi padre cuando no es así, sabes que lo detesto si quieres tomar el papel de ser el padre alguien mas ya sabes que hacer.
Austin me miró en silencio sabía que había hablado de más pero no me importaba, ahora mismo en verdad me sentía enojada, sentía cierta frustración, lo mire de reojo pero aun así no dijo nada al respecto.
—Entiendo, llamaré a tu hermana para informarle el asuntos —se dio la vuelta para irse de regreso a la planta baja.
—Creo que será mejor que me vaya— Masón le dio el plato a Dave y se dirigió a la salida.
—Llévale la sopa a tu padre yo acompañaré a Masón a la puerta.
—De acuerdo — Dave se dirigió hacia donde se encontraba Austin, mientras yo por mi lado seguí a Mason, abrió la puerta y salió de casa, se quedó unos segundos parado y al darse la vuelta mire como dio un salto del susto cuando me vio.
—Lamentó si te hice sentir mal hace rato— me quedé callada y Mason también— Pero por favor no vuelvas a hacerlo, no me gusta —tome la perilla de la puerta y ante el silencio de Masón sabía que no tenía nada que decir.—Pero aun así, gracias.
Cerré la puerta y al darme la vuelta mire a Dave y Austin comiendo sopa.
—Apuesto que terminarán juntos.—Dave llevo otra cucharada de sopa antes de continuar— Pero su amor es imposible, mi tía es una mula terca.
—Quitando el hecho de que me insultaste. No, yo no saldré con Masón.
—Físicamente parecida a tu hermana pero con un carácter diferente, me alegra que tú tengas ese carácter y no tu hermana o si no aún seguiría rogándole.— Austin se marchó y Dave fue detrás de él, yo tan sólo negué mientras los miraba.
—Yo también me alegro de no ser como ella— respondí sin importar que él no me hubiese escuchado.
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