Capítulo 05
Talina
Observaba mi calendario que había pegado en la puerta de mi casillero, luego acomode mis libros mientras repasaba lo que estudiaríamos en clases, comencé a oír fuertes golpecitos contra el suelo, eso significaba una sola cosa, Emily venía hacia a mí.
—¿Que sucedió ayer?— pregunto detrás de mí, cerré mi casillero con tranquilidad y la observe.
—¿Sobre qué?— pregunte mirándola.
—Enviaste a Julián con la excusa barata que te sentías mal, para la otra envía a un mejor mensajero.
—¿Qué fue lo que dijo?— pregunte con una sonrisa, si bien Julián era un buen tipo también era algo torpe por no decir estúpido.
—El estrés por lo que sucedió en el aula de música te provocó gastritis.
No pude evitar soltar la carcajada me preguntaba qué clase de excusa era esa.
—¿Gastritis?, ¿enserio?— me limpie una lágrima de la risa y finalmente solté un suspiro de alivio— Santo cielo, que excusa tan tonta.
—¿Que paso?— pregunto con autorización mientras se cruzaba de brazos.
—No fue nada, solamente planee venganza contra los insulsos que provocaron daños al aula de música y mi violín.
—Oh por Dios—Emily llevo sus manos a su boca con horror— ¿Que le paso a tu violín?
—Roto por la mitad.
—Era tu violín favorito, en verdad te encantaba. Ni siquiera me dejabas tocarlo.
Entonces me miro con esos ojos aquella expresión que tanto detestaba, la pena. Como odiaba cuando alguien me miraba con pena.
—Tranquila estoy bien— respondí con una sonrisa— Ahora necesito averiguar quien fue y hacer que diestra y siniestra se hagan cargo de ellos.
—Sé que en realidad estás triste, vayamos con los chicos a tomar algo.
—Es tan sólo una excusa para llevarme contigo— ella me tomo del brazo con una sonrisa.
—Será divertido nosotros cuatro y el pequeño Dave.
—Por supuesto— respondí con sarcasmo.
—Ahora busquemos pistas del crimen.
Ambas estábamos en el aula de música, Julián y los otros integrantes ya habían ordenado las cosas. La puerta fue abierta y mire a Julián quien tenía una hoja de papel quien tenía escrito nerd.
—Es nuestra única pista— dijo Julián mientras me entregaba la hoja.
—Es alguien surdo—dije mirando la hoja— Busquemos a alguien surdo y hay que darles una golpiza.
—¿Cómo sabes que es alguien zurdo?— pregunto Emily.
—Amiga mía, mi instinto es grande.
—¿Y qué haremos?
—Fácil, buscar testigos— dije señalando a las personas que estaban afuera.
—Oh tal vez buscar al más tonto del grupo— el príncipe azul de mi amiga llegó junto con Masón y otro chico más pequeño que ellos.
—Yo no quiero problemas— tartamudeo el chico mientras se acomodada sus lentes.
—Y no los tendrás, vamos pequeño habla—dije mientras lo sentaba en una silla.
—Ellos van a matarme si digo algo— respondió tímido el joven.
—Y yo te matare a ti si no empiezas a hablar pajarito—lo amenaza mientras lo sostenía de la camiseta— El violín que rompieron por la mitad era un original de ros y déjame decirte que costo más de treinta mil dólares, ahora si no hablas te incriminare a ti y te haré pagar cada centavo.
—Pero no puedo pagar esa cantidad.
—Pues es una pena— dije mientras lo observaba, el chico soltó un suspiro resignado.
—Lo hare, pero solamente no digas que yo lo hice.
Al terminar la confesión del pequeño al que había denominado el pajarito, me encamine con furia al campo de fútbol americano, los chicos estaban entrenando y entre todos busque aquel chico de mis pesadillas el número once, David Ross, nunca dejaba de acosarme, hasta hace un tiempo que lo mande a volar enfrente de todos.
—Entrenador uno de sus jugadores destrozó mi violín de treinta mil dólares— me queje y el tan sólo me miro.
—¿Qué fue lo que le — inquirió.
—Solamente lo rechace.
—Y hizo una rabieta— respondió mientras los miraba—ve y dale una paliza, prometo no sancionarte si le das una gran golpiza.
—Gracias entrenador— deje mi mochila en el suelo y mire a mi amiga acercarse junto con los chicos, respire ondo y corrí hacia el número once una vez que lo derrumbe contra el suelo, le quite el casco y antes que me dijera algo, lance mi puño contra su rostro, me levanté con una sonrisa satisfactoria mientras él sangraba por la nariz.
—Ahora señoritas quienes hayan ayudado a Ross en su rabieta hagan una fila que recibirán una paliza por cortesía de Talina Smith— ordenó el entrenador, los jugadores se miraron entre ellos y unos cuatro formaron una fila.
—Disfrutaré esto.
—Hazlo pequeña— me consoló el entrenador dándome una palmadita— Ahora señoritas, ¡corran!, ¡corran!
—Eso sí que fue un gran golpe—dijo Julián mientras miraba a David en el suelo.
—¿Cómo demonios el entrenador te deja maltratar a sus jugadores?— pregunto Masón.
—Fácil, es el primo del esposo de mi hermana y al ser la única sobrina mujer, gozo de muchos privilegios.
Mire los balones que estaban en el suelo, tome uno y comencé a lanzarlos en sus preciosas joyas a los chicos que habían destrozado el aula de música.
—Jamás molestare a Talina—oí decir a Julián.
—Estamos de acuerdo contigo—concordaron los demás chicos.
Después de la paliza y un gran castigo por parte del entrenador que me causó satisfacción, regrese feliz a clases junto con Emily.
Al terminar las clases Emily me tomo del brazo y me arrastro con ella hasta el estacionamiento.
—Nos vamos a tomar algo y no puedes negarte.
—Pero...
—Nada de peros, iremos por Dave y de ahí a tomar algo, ahora sube al auto—me ordenó con autorización al no poder negarme no tuve más remedio que subir en la parte de atrás, mire a Masón sentado a mi lado y a Emily subir a la parte del copiloto.— Ahora vayamos por el pequeño Dave.
Emily le daba instrucciones a su príncipe, yo sólo miraba por la ventana, hasta ahora todo esto era bastante incomodo, al llegar ni siquiera espere a que el chico terminará de estacionarse cuando ya había bajado del auto en dirección a la escuela de Dave.
—Talina, Talina.—gritó emocionado Dave.—Hoy la profesora nos leyó la historia de rampuncel pero no era la versión de los hermanos Grimm, era un tanto infantil.
—Me pregunto porque— ironice mientras abría la puerta del auto.
—¿A dónde vamos?— pregunto Dave mientras miraba el auto.
—Hey Dave, vayamos por un helado— la voz de Emily llamó la atención del pequeño, subió al auto y se colocó el cinturón de seguridad.
—Vamos con Emily y los chicos extraños a tomar un helado, apresurate Talina —me ordenó Dave quien ya se había acomodado en el asiento, subí al auto mientras oía como Emily le preguntaba algo sobre la escuela.
—Nos contaron la historia de Rapunzel pero no era la versión de los hermanos Grimm.— comentó el pequeño, note como todos me miraron y luego al pequeño —ahí el Príncipe no se lanza de la Torre ni queda ciego. Creo que deberían ser originales y no minimizar datos importantes de la historia.
— Talina.
—Si, Emily.
—Deja de leerle cuentos a tu sobrino.
—¿Por qué?
—Creo que hablaré con tu hermana sobre esto.
Después de que Dave le relatara a Emily sobre su día en la escuela llegó a la conclusión de que comenzará a tomar distancia con mi sobrino para su bien.
—Me parece inaudito— exclamó mi sobrino con indignación— Ahora Talina ya no toca el violín y la desconcentración en mis estudios es muy notoria.
—Dave, sólo tienes seis años, no deberías preocuparte por tu futuro al menos aún no— le consoló Emily.
—Papá quería comprarle el mismo violín a Talina pero ella se negó.
—No dejaré que Austin compré algo para mí.
—¿Por qué siempre te niegas a que Austin te regale algo?— pregunto Emily, era algo que sabía que le molestaba.
—Puedo comprarlo yo misma.
Emily guardo silencio sabía que no diría nada y mucho menos con los dos chicos presentes, quienes al parecer estaban bastantes excluidos a la conversación.
—¿Y quiénes son estos varones?— pregunto Dave mientras miraba a los chicos.
—Son amigos de Emily.
—Ahh—respondió el pequeño mientras los miraba, volvió su mirada a mi—¿Me traes chispas para mi helado?
—Está bien —me levanté para ir por las chispas la verdad necesitaba alejarme del ambiente incómodo. Al llenar los pequeños envases con las chispas di la vuelta y golpee a alguien, note como tire su café encima, de inmediato tome una servilleta y lo limpie— Como lo siento.
—Creo que estamos a mano Aimee—oí decir entre carcajadas, levanté la mirada y observe a Brad, el dejo de reír y me miro con más atención—Te ves más joven... Espera, ¿Talina?
—Brad—respondí en verdad sorprendida, de inmediato observe alrededor— ¿Dónde está Eliam?
—Se quedó en el auto— respondió señalando el auto estacionado enfrente— tengo que volver a pedir otro café para él, que tal si hablas con él antes de que vaya por su café.
—Gracias—dije corriendo hacia la puerta, me detuve un momento y regresé para darle las chispas a Dave— Quédate aquí no te vayas, necesito hacer algo importante, por favor cuídalo Emily.
Antes de darle la oportunidad a mi amiga de contestar corrí hacia afuera en dirección del auto, toque la ventanilla, él me miro y bajo el vidrio.
—Al final termino encontrándote siempre.
—Talina, creo que debería dejarte las cosas en claro. No debería verme, lastime a tu hermana y sé que la lastimarías que me estés viendo.
— Lose— dije con una sonrisa, pero el tan sólo verlo me hacía recordar lo que había pasado con mi violín, las lágrimas no por un dejar de salir por la tristeza.
—¿Que sucedió Talina?— pregunto Eliam mientras me miraba como limpiaba mis lágrimas.
—Rompieron el violín que me regalaste— confesé con sentimientos de dolor como una niña pequeña cuando se le caía su dulce al suelo.
—Sólo dile a Austin que te compré uno igual.
—Es que yo no quiero uno igual. Quiero el violín que tú me regalaste, ese fue el primer regalo que alguien me dio sin lastima o lo algo a cambio, me lo compraste con cariño, como un padre a una hija. Aquel día en verdad sentí que podíamos ser una familia y el haber pedido lo único que me quedaba de ti me duele, yo te quería Eliam, quería que en verdad fueses feliz con mi hermana y siguieras siendo esa figura paternal que nunca tuve.
—Lo siento— dijo Eliam mientras salía del auto— en verdad lamento todo Talina, pero ahora mismo yo no, no puedo.
—Lose— dije limpiando mis lágrimas— Solamente necesitaba la necesidad de decírtelo— un silencio invadió el ambiente, ambos nos comenzamos a sentí incómodos finalmente lo mie con una sonrisa— ¿Me compraras otro violín?— bromee a lo cual el río.
—Listos para irnos— anunció Brad mientras llegaba con el café— fue un gusto volver a verte pequeña.
—Igualmente. Supongo que no habrá violín nuevo por parte de Eliam Stellers.
—Adiós Talina—dijo y subió a su lujoso auto, me quedé parada ahí hasta que el auto se perdió de mi vista al girar la mirada note como todos nos miraban incluso Dave estaba pegado al vidrio de la cafetería. Cuando notaron que venia de regreso volvieron a sus lugares, yo me senté en silencio y tome algo de mi café.
—¿Quién era él?— pregunto Dave y quería decirle la verdad, tenía las palabras atorada en mi garganta pero sólo negué.
—Un viejo amigo de las Vegas.
—¿Eliam Stellers el empresario era un viejo amigo tuyo?— pregunto Masón con incredulidad.
—Si— respondí seca, ni siquiera sentía que tuviera el derecho de cuestionar mi respuesta.
—Creo que tenemos mucho que hablar— dijo Emily mientras me escudillaba con la mirada— creo que aún no me has dicho muchas cosas.
—Y sabes algo Emily no lo haré—me levanté de mi asiento y tome a Dave entre brazos deje algo de dinero —tengo que irme es tarde.
Ni siquiera sabia de donde había salido tal molestia, tuve que convencer a Dave que no le contará nada a nadie, ni siquiera a Austin, solamente tenía como excusa que seguía triste por lo de mi violín.
Ahora de alguna forma u otra las cosas habían salió mal con Emily, tal vez era por el hecho de arrastrarme a la fuerza a un lugar con personas que no quería estar, tal vez era la impotencia de no poder arreglar las cosas entre Eliam y mi hermana puesto que era imposible o incluso tal vez aún era el sentimiento de lo que había pasado con mi violín y que jamás volvería a tener uno así con ese valor sentimental.
Creo que ese día fueron muchos sentimientos mezclados y poca razón presente.
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