AIMEE

—Vamos Dave come un poco.

—No quiero.— dijo mientras hacia un berrinche, bajo de su silla y corrió arriba. Sabía perfectamente que iría a buscar a mi hermana— No sé qué le sucede últimamente.

—Es como una pequeña etapa de rebeldía, te pidió algo y le dijiste que no—afirmó Austin, lo observe con una sonrisa mientras dejaba la cuchara en el plato.

—Así es, ¿como lo sabías? —cuestione ante su exitosa deducción.

—Eliam hacia lo mismo de niño— el escuchar su nombre provocaba en mi un sentimiento extraño y a la vez molestia, cosa que sabía que Austin había notado después de todo se sentó a mi lado y observó mi mano con duda.

—Aimee tenemos que contarle algún día.

—No—dije firme mientras me levantaba de mi lugar— Ya hemos hablado sobre esto y sabes que jamás estaré de acuerdo.

—Aimee— me llamó suavemente Austin.—No le puedes negar su derecho a Eliam, además tal vez tu no lo notes pero yo sí. Cada vez las facciones de Dave cambian y se parece más a...

—No lo digas.—lo interrumpí.— No quiero pelear contigo hoy. Sabes muy bien que no me gusta hablar sobre él.

—Lose, lose perfectamente, pero aunque no quieras Aimee, eso jamás quitará el hecho de que Dave es el hijo de Eliam.

—Lose perfectamente, pero no quiero que me lo recuerdes siempre.

Fui a mi habitación ignorando él llamado de Austin, lo último que necesitaba ahora mismo era tener que estar discutiendo lo él. Me mire en él espejo observando cada detalle de mi rostro, según Talina era como si los años no me siguieran, sin embargo yo me sentía más cansada, me sentía totalmente triste desde aquel día.

—Soy feliz con Austin —dije mirando me desde el espejo, quería convencerme de aquello no quería seguir dudando.— Soy feliz con Austin. No necesito a nadie más, yo lo amo a él, a mi hijo, mi hermana. Solamente los necesito a ellos. Yo no necesito... —mis labios temblaron él tan sólo pensar en su nombre, trague saliva y volví a mirarme en él espejo.— Necesito a Eliam Stellers... No, lo necesito.

Aquel día fue uno de los extraños días donde Austin y yo no hablábamos en todo el día, él quería tocar el tema de Eliam Stellers y sobre confesarle que Dave era su hijo sin embargo yo no creía que eso fuese necesario, Dave estaba creciendo bien sin ese hombre, mi hijo no necesitaba de su padre biológico bastaba con tener a Austin.

—¿Porque eres tan terca y le niegas no sólo a Eliam su derecho sino también a Dave?— pregunto Talina mientras abría el refrigerador, yo tan sólo la observaba quien parecía buscar algo en especial.— Siempre que Austin y tú no se hablan sé que es por el hecho de que sigues negándose de decirle la verdad a Eliam Stellers.

—Deberías irte a estudiar— dije queriendo cambiar de tema. Sin embargo mi hermana soltó un largo suspiro mientras cerraba el refrigerador.

—Aimee no actúes como yo de niña y quería negarme aceptar el hecho de que jamás tendría los escritos originales de Shakespeare.

—Nuestros asuntos no tienen nada que ver.

—Claro que sí, tu como mi yo de ese entonces te niegas a aceptarla la realidad— me sentó enfrente de mí y dio un breve trago a su jugo.— Te niegas a aceptar que Dave fue él fruto de tu amor por Eliam Stellers. ¿Por qué te niegas tanto a lo que  amaste una vez?

—Talina me siento contuso.— Dave llegó agitando sus manos con pánico, mi hermana quitó toda su atención de mí y se dirigió a mi hijo. Mire al pequeño con agradecimiento, creo que tendría que aceptar comprarle aquel libro de literatura en vez de uno de colorear.

—¿Que causa agobio en tu corazón mi pequeño?— pregunto mi hermana mientras acariciaba su cabeza.

—Moni descubrió los archivos secretos de su pasado.

—Estás viendo la serie sin mi —Talina se levantó de inmediato miro al pequeño con reproche y dio un trago a su jugo.— Tu churumbel me has herido en lo más profundo de mi corazón.

—Vamos necesito tus explicaciones racionales para entenderlo todo.

—De acuerdo vamos.— Talina antes de irse me miro.— No pienses que dejaremos esta conversación por terminada.

—Apresúrate Talina.— gritó Dave desde la sala, lo cual mi hermana me hecho una breve mirada antes de retirarse.

Suspire con cansancio, eso lo sabía muy bien, jamás daría aquel tema por concluido hasta que decidiera hacer algo pero sabía muy bien que jamás haría algo al respecto.

—La semana que viene llegaré tarde a casa.— Austin entró a la habitación con cautela me miro sentada en la cama y sonrió brevemente— Estaré fuera por varios días por unas conferencias, por lo que Talina y Dave tendrá que regresar a casa en transporte público.

—Creo que es algo que deberías comentarle a ella.— respondí sin mirarlo, de alguna forma necesitaba relajar un poco la molestia.

—Ya lo hice, está bien por ella. Sigues molesta.— afirmó Austin, finalmente lo observe, tenía razón pero no quería que las cosas fuesen así. No quería que Eliam Stellers siguiera influyendo en mi vida, y menos ahora después de siete años sin saber nada de él. Tenía que dejarlo ir por completo.

—Yo aún no me siento preparada.—le confesé— Puede lo que Eliam me hizo no fuese la gran cosa, tal vez para los demás es algo que a un hombre le puede pasar, puede que sea algo "normal", pero para mí no lo fue, en verdad había confiado en él, yo en verdad, yo lo— las palabras quedaron atoradas en mi boca, simplemente observaba a Austin esperando a que me comprendiera como siempre lo hacía— Aquello que hizo en verdad me lastimó y mucho, porque tenía un sentimiento especial hacia él. Y yo Austin, aún no me siento lista de dejar curar aquella herida.

—Estás conmigo ahora— Austin tomó mis manos y se arrodilló enfrente de mi.—Sé que tienes miedo de averiguar que aún sientes algo por Eliam y sabes está bien, él fue tu primera vez de todo y lo entiendo Aimee. Pero ahora yo soy tu esposo, yo te cuido y si te llegas a sentir así, te haría recordar todas y cada una de las razones por las cuales te amo y tú me amas.

Normalmente pensaría que aquellas palabras tan dulces y tranquilas habían sido un reproche, incluso una forma de mostrar autoridad sobre mí, pero no era así, Austin no era así, lo entendía o por lo menos trataba de hacerlo. Austin me miro y me colocó enfrente de mí, me hizo caer a la cama y me beso con delicadeza. Sabía que lo que sentía por Austin no iba a cambiar y que debería ser más segura de mis sentimientos, sabía que sin importar si volviera a ver a Eliam Stellers mi relación con Austin jamás podría cambiar, él ahora era mi esposo, era el padre de mi hijo y era algo que jamás cambiaría.
Quería convencerme que a pesar de que Eliam averiguara la existencia de Dave por respeto no haría nada o por lo menos quería convencerme que las cosas nunca cambiarían y que todo seguiría igual.
Quería convencerme que ya no amaba aquel hombre que fue mi primer amor.