Capítulo 01
TALINA
—Talina si no te levantas, te irás a la universidad a pie—amenazó mi hermana desde la puerta de mi habitación— Austin se va en quince minutos.
Con este anuncio cerró la puerta de mi habitación y yo me levanté con toda mi fuerza de voluntad aún con todo el sueño encima pero a pesar de eso iba demasiado tranquila, la razón, bueno en realidad había despertado dos horas antes por una pequeña confusión con mi tonto reloj descompuesto, me había bañado, peinado y arreglado para la Universidad pero cuando mire la hora de mi reloj y al observar que aún faltaba más de una hora, me tumbe nuevamente en mi cama quedando profundamente dormida.
Al bajar los escalones mi hermana me observó con una breve sonrisa, realmente se veía complacida por el hecho que le haya obedecido y estuviese a tiempo.
—Toma tu desayuno— me ordenó antes de volver a la cocina.
—Mamá dice que últimamente eres muy lirón —comentó el pequeño Dave antes de tomar su leche.
—Veo que alguien aprendió una nueva palabra hoy, pero que orgullosa estoy.
—Claro tía, siéntete muy ufana conmigo.
—Al parecer son dos nuevas palabras hoy— Tome mi leche aunque no tuviese mucha hambre, sabía que si dejaba algo tendría problemas con la ahora señora Black.
—Es hora de irnos.— anunció Austin mientras se colocaba su saco.— Campeón, Talina se nos hará tarde.
—Aún es temprano, ¿tienes alguna junta importante? —pregunte observando el reloj, aún era demasiado temprano.
—Puede decirse que si— resto un poco de importancia mientras cargaba entre sus brazos al pequeño Dave a pesar de que él ya es lo suficientemente grande, Austin lo seguía cargando entre sus brazos, eso terminaría convirtiéndose en una mala costumbre.
—¿Eso significa que llegaras tarde a casa?— pregunto mi hermana mientras secaba sus manos con un trapo.
—Solo es una junta con otros profesores, pero volveré temprano para lo comida— miro a mi hermana y se dieron su típico beso de despedida acompañada con una sonrisa tonta por parte de Austin, sabía que no hacía falta para saber lo que pensaba —Te amo. Talina vámonos.
—Yo también — respondió.
—Yo también me voy —dije mientras me levantaba observe a mi hermana y fingí besar a alguien mientras la miraba.— Yo también te amo cariño.
—Ya lárgate a la universidad.
Lleve mi mano a mi pecho con indignación, lleve mi cabello hacia atrás y finalmente le di la espalda a mi hermana.
—A él lo besas y le respondes que lo amas y que ganó yo, una corrida de patas de mi propia casa, es indignante.
—Se te hará tarde, vete de una vez.— la risa de mi hermana me hizo ver que no tomo mi pequeño drama enserio. Salí de casa corriendo al oír las puertas cerrándose.
El primero en llegar a la escuela era Dave, quien con palabras nuevas no dejaba de repetirlas sin parar y definiendo como podría aplicarlas.
—En una semana será nuestro aniversario.
—Dirás que es tu aniversario con mi hermana, yo no fui la que se casó contigo así que no generalices —me apresure a corregirlo lo oí reír brevemente, él sabía a la perfección que me gustaba que pronunciaran las cosas correctamente y que fuesen específicos.
—En una semana será mi aniversario con tu hermana.—volvió a intentarlo mirando me brevemente esperando alguna reacción de mi parte.
—Aja—pronuncie desinteresada, sabía a donde iría a todo esto, él comentaría con brevedad lo que quería planea pero que no fuese como las otras ocasiones, sabía que quería tener su momento de privacidad e intimidad con mi hermana.
—Necesito que cuides de Dave.
—¿Que planeas esta vez?—pregunte observando hacia la ventana, algo que destacaba Austin para mí era que, era muy detallista con mi hermana, demasiado diría yo, en verdad se esmeraba por darle lo mejor, así fuese a regalarle un ramo de rosas él se encargaba de que fuesen las mejores rosas de la florería —Claro omitiendo el hecho de que van a fornicar.
—No fue una palabra aplicada correctamente, el fornicar es cuando nos personas no casada tienen relaciones y pequeña cuñada yo estoy casado legalmente con tu hermana.
—Tienes idea de que acabas de confesarme de una manera nada directa lo que harás con mi hermana aquella noche, en primera diré que es inmundo y traumático para mi sin mencionar que muy inapropiado. Pero cambiando el tema de la terapia que tendrás que pagar después, ¿qué quieres que haga con exactitud?
—Sólo te diré una cosa y es que tendremos un código Nueve.
—Huy, al parecer será el mejor aniversario de todos.
—Al menos eso planeo— confeso con una sonrisa impregnada en sus labios sabía que aquella sonrisa no se borraría y que fuese lo que planeaba Austin sería en verdad especial. Después de todo nuestro código nueve consistía en el número de la estilista que había arreglado a mi hermana en su boda, aquella mujer en verdad hacía más que peinarte y maquillarte, era como entrar a un mundo desconocido donde hacía relucir todo tu feminismo y sensualidad como mujer. En fin, mientras ellos tendrían su aniversario yo me quedaría en casa cuidando de un pequeño del cual sé que haría demasiadas preguntas por la ausencia de sus padres y para tratar de callarlo le daría un diccionario para que explotará su mente con nuevos sinónimos y antónimos de palabras totalmente cotidianas.
—No importa lo que plantees a ella le va a encantar. Dirá algo como, oh cariño no debiste y reirá tontamente para luego besarte.
Aquello lo hizo reír.
—¿Como estas segura de ello?
—Es algo que siempre hace... Al menos lo hacía con, bueno, no importa... Estoy segura que le gustara la sorpresa.
—Talina, sabes que puedes hablar libremente sobre ese tema conmigo.
—No creo que sea correcto... Pero hey mira mi universidad, yo bajo aquí.
Ni siquiera espere a que se estacionaria literalmente salí del auto mientras escucha como él me decía que tuviera cuidado pero no era algo que necesitaba escuchar el día de hoy, necesitaba opacar mi mente en otra cosa.
—Llegas más temprano de lo normal—levante un poco la mirada para poder observar a Emily a los ojos, estaba un poco más alta de lo normal ahora baje mi mirada a sus pies para comprobar mi hipótesis la cual fue correcta, al parecer alguien tenía unos nuevos zapatos con plataforma.
—Austin tenía una junta— respondí volviendo mi mirada a su rostro— ¿Quieres terminar en el hospital? —pregunte referente a sus altos zapatos.
—Nada me pasará— aseguro, pero la verdad Emily era un completo caos en zapatos de plataforma a pesar de que su rostro nunca había besado el concreto, aun, ella no dejaba de darse resbalones por toda la universidad.— Además quiero ver si habrá chicos lindos en la inauguración.
—¿Que inauguración?— pregunte confundida.
—No puedo creer que lo hayas olvidado, estuve hablando sobre eso durante meses— ahora sabía porque lo había olvidado— Talina, la nueva biblioteca estatal, recuerda que irán todos los estudiantes de literatura, junto con otros de otra escuela.
—No recordaba que era hoy.—confesé y es que era la verdad, cada vez que se acercaba el aniversario de mi hermana y Austin, también recordaba el día que nos habíamos ido de Las Vegas, el día que habíamos dejado a Eliam Stellers atrás.
—Pues es bueno que me tengas a mí para recordarlo, ahora hay que ir por un café para evitar llegar tarde a las clases del señor Hunter, ese tipo me aterra cuando empieza a gritar en su idioma natal.
Después de una larga clase de gramática y los gritos del profesor Hunter en alemán porque Julián llegó tarde a su clase, toda la clase de literatura de segundo año se dirigió al autobús para dirigirse a la nueva inauguración de la biblioteca, quien diría que alguien por fin se digno a arreglar esa biblioteca te caía en pedazos.
—Los chicos de tercer año son tan lindos.— ronroneo Emily sin dejar de comérselos con la mirada.
—Genial, ahora evita tratar de tropezar o besar el suelo, así no harás ninguna vergüenza y podrás conocer a uno tener una relación sin ningún futuro pero algo satisfactorio mientras dure.
—Me encanta tu optimismo— su sarcasmo acompañado de un pequeño golpe en mi hombro me hizo ver que le causó gracia aunque fingía molestia.— Hey Talina uno está mirado en nuestra dirección y estoy seguro que no es por mí.
—Soy una de las bajitas de la clase, debe pensar que parezco un hobbie a tu lado o al menos yo lo haría si fuese él.
—Tu entusiasmo, me mata —expresó antes de subir al autobús.
El camino fue silencioso cada quien estaba concentrado en el examen que tendríamos que realizar al llegar a la universidad, aunque la verdad no me preocupaba tanto, la ventaja de que Austin fuese profesor de literatura es que sabía todo al derecho y al revés, me mostraba la diferencia entre una cosa y la otra, durante los últimos siete años el seguía siendo mi maestro personal.
—Tu tranquilidad causa en mí un agobio grande.
—Supongo que son las ventajas de que Austin sea mi cuñado.
—Tu hermana sí que tuvo suerte de casarse con un tipo como él, no solamente tiene aún tipo sexy, es caballeroso, exitoso, listo, santo cielo, envidio a tu hermana. Se sacó la lotería — concluyó con total seguridad Emily, debía confesar que no tenía ninguna queja con Austin, nunca discutía con mi hermana, era muy compresivo, cuando había problemas simplemente se sentaban a hablarlo. Debía admitir que todo era mejor que cuando estábamos con Eliam Stellers, pero sin importar que la vida pintaba mejor con Austin Black, seguía prefiriendo a ese hombre que solía llamarme pequeña Shakespeare cuando era niña.
— El chico volvió a mirar hacía aquí— chillo con emoción Emily mientras palmeaba mi hombro sin parar, yo tan sólo me concentraba en no pisar ninguna raya mientras nos dirigimos a la inauguración.—Talina, préstame atención.
—Ya te lo dije Emily, causo gracia a tu lado. Deberías quitarte ese peligro contra la humanidad del cual llamas zapatos modernos.
—Sólo porque tu no vistas a la moda no significa que yo también.
—Tengo ropa de diseñador— espete.
—El diseñador es tu vecina.
—No quita el hecho de que sigue siendo de diseñador.
—Eres tan extraña a veces.
—Gracias, hacía mucho tiempo que no recibía ningún alago.
—Sólo vayamos adentro.
Mientras el director no dejaba de pronunciar palabras sin parar sobre como deberíamos actuar y comportarnos, yo miraba alrededor, había un lindo jardín fuera de la biblioteca, los colores con los que los habían pintado tenían mucha calidez en verdad tenía la comodidad de un hogar para un hermoso ambiente de lectura, me era perfecto.
Nos asignaron asientos, tenía suerte que fuese por lista, así podría seguir sentada a un lado de Emily, mire a todas las personas que inaugurarán la biblioteca, pero de entró todos los hombres de tercera edad y las mujeres una persona llamó mi atención. Un hombre para ser especifico, llevaba su traje negro, su cabello peinado a la perfección, si rostro mostraba un poco de cansancio pero aún así ladeaba una breve sonrisa, tomo lugar enfrente de la puerta de la biblioteca y entonces giró su mirada hacia la enorme multitud de estudiantes, pero a pesar de todo su mirada choco con la mía y sonrió de una manera tan triste que me hacía querer levantarme para poder darle una explicación pero no era algo de lo cual yo perteneciera. Levante mi mano dudosa y la moví en forma de un saludo, el hizo lo mismo también y no pude evitar sonreír, de alguna forma aunque no tenía nada bueno que decir necesitaba hablar con él.
Necesitaba decirle a Eliam Stellers que mi hermana si lo había amado y tal vez así podría borrar ese rostro lleno de dolor y culpa.
—Iré al baño—le susurre a Emily, cuando observe que Eliam se retiraba, nuestro profesor aún daba instrucciones, así que pensaba escapar un momento.
—De acuerdo.—respondió antes de continuar prestando atención.
Me levanté con cuidado sin apartar la mirada de Eliam, lo observe salir y yo tuve que dar la vuelta para evitar a algunos profesores, mire una ventana abierta y salí por esta.
—Eliam, espera.—le grite al observarlo entrar a su auto, el giro a verme y se detuvo mientras cerraba la puerta detrás de él.
—No creo que a tu hermana le agrade el hecho de que me busques.
—Que importa. No es como si nuestra conversación fuese a girar en torno a ella.
Eliam se cruzó de brazos, en su rostro había incredulidad y lo entendía, después de todo no había ningún otro vínculo entre nosotros.
—La verdad es que a mi si me gustaría saber la verdad de lo que sucedió.
—¿A qué te refieres?— pregunto con confusión.
—Mi hermana me contó su versión del porque terminaron, tú y esa que tenías por ejecutiva o algo así, la verdad es que escuché tantos insultos que olvidé que puesto tenía en el trabajo, me desvíe del tema lo que trato de decir es que sé que tú tienes tu versión, quiero saber lo que en verdad paso.
Él sonrió brevemente, llevo sus manos a sus bolsillos y miro dentro del auto.
—No creo que debamos revivir el pasado. Tu hermana es feliz, no podría arrebatarle eso, quiero que siga siendo feliz.
—¿Aunque te cueste tu propia felicidad?
—Así son las cosas cuando amas a alguien de verdad. Deberías volver adentro antes que noten tu ausencia— cambio de tema mientras abría la puerta de su auto— fue bueno volverte a ver, pequeña Shakespeare.
—¿Seguirás en la ciudad?
—Me iré en un par de días.
—¿Puedo irme a despedirme de ti?
—Ve adentro Talina.— ordenó con tranquilidad antes de subir al auto, mire como este se marchó y suspire resignada, creo que las cosas no las podría cambiar solamente porque yo quería.
Tenía que aceptar lo que había conversado por última vez con Austin, esperar lo que tenga que esperar, todo a su tiempo, aunque no fuese de nuestro agrado.
Al entrar por la ventana levanté la mirada, había un chico enfrente de mí que me observaba con atención, sin apartar la mirada por ningún segundo termine de entrar y cerré la ventana detrás de mí.
—Tu no viste nada— comenté mientras me alejaba lentamente, al darme la vuelta choque contra un librero, oí su risa haciéndome sentir vergüenza, sin mirarlo regrese a mi asiento en silencio.
—¿Todo bien?— pregunto Emily mientras me miraba. No sabía si clasificar bien el hecho de que la respuesta a la cuestión que he tenido desde hace siete años aún sigue en pie, mi ex-cuñado ya no quiere verme, entre por la ventana y fui pillada, sin mencionar la vergüenza con el librero, todo me estaba frustrando y necesitaba desahogarme, pero no podía mencionar todo aquello, aunque mis deseos por querer noquear a alguien con un libro fuese enorme y para ser más específicos tal vez sería a aquel chico que me pillo en pleno acto de delincuencia para ver si así olvida todo eso, pero no podía hacer eso, ¿o sí?, no, claro que no.
—Todo bien, sólo me perdí un momento.
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