Capítulo 38- Un paso adelante


Capítulo 38

Un paso adelante

"O aprendes a querer la espina o no aceptes rosas"

Ricardo Arjona

NOTA IMPORTANTE

Hola, hola, mis lectoras amadas, paso por acá para contarles que he iniciado el semestre de la universidad y podré actualizar solo 1 vez a la semana, todos los DOMINGOS. Recuerda que estamos a punto de abrir el grupo donde les daré adelantos del capítulo, edits publicitarios y podrán compartir sus opiniones, así que si deseas estar, déjame tu número en privado para que se protejan tus datos.

¡DEDICADO A rachelverdecia !

¡GRACIAS POR TU APOYO, PALABRAS DE ALIENTO Y AMAR TANTO A MIS PERSONAJES! ES SUPER GRATIFICIANTE

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Casa Petrova, Bulgaria

Karenina Petrova camina esplendorosa por los jardines de su casa desconectándose de la realidad en medio de cientos de hermosas rosas de todos los colores, incluso la rosa negra que es sumamente extraña, pero ella, siempre queriendo hasta lo imposible, la consiguió y la cultiva ella misma, aunque tiene ayuda por la cantidad, es su pasatiempo favorito, ver la maravilla de la germinación de una semilla hasta la revelación de la flor en toda su belleza mística. El sol golpea su rostro calentando su piel, mientras piensa en su hijo, pero sobre todo en lo icho por Kadir Karaman sobre su amor Vladimir, Carmen y la hija de Tomás, a quien todos creían muerta, finalmente no lo está. Los asesinos no pudieron matarla, aún así lograron mantenerla oculta durante años, haciendo que en Colombia pensarán que había sido atacada y su cuerpo perdido en los interminables caminos traicioneros de los Everglades. Finalmente sabe la verdad, esa niña no murió nunca y Kaan lo sabía, pero en su inmenso misterio y peculiar personalidad, no le fue revelado hasta ahora; sin embargo, piensa que jamás lo habría sabido si Kadir no hubiese desahogado su frustración con ella.

No sabe qué significa esa vida, ¿Una competencia para su heredero? Dmitry Petrova debe ser el reemplazo de Kaan un día, pues los otros hijos de Thomás desconocen la verdad y no son considerados como un peligro en su búsqueda desesperada de poder absoluto, en cambio, según cuenta el mayor de los Karaman, es una agente con gran influencia, entrenada por los Praetor para pelear y matar a sangre fría. Eso implica una posibilidad de que esa niñata quiera arrebatarles su posición, pero ella luchará dado el caso, no dejará que ella venza, su contrincante quedará tendida en el suelo si alguna vez piensa husmear en sus asuntos, al menos eso cree ignorando por completo la tenacidad de Isabella Fox.

Su hermano la encuentra dentro de los caminos informándole de la última llamada de sus hombres en Afganistán, al parecer Valkyria Sayyid se encuentra en los Estados Unidos hábilmente oculta para su protección, pero Kaan ha detenido la orden de asesinarla en su celda, solo Dios sabe porqué. La pequeña es fuerte y aguerrida, aun así, representa un peligro latente porque el Consorcio está en capacidad de ofrecerle un excelente trato a cambio de libertad, además de una nueva vida.

—Kar, esto es serio. No me interesa si Karaman se opone, hay que matar a Valkyria lo más pronto posible... tú deberías dirigir La Triada, no él; eres mayor, más fría, más habilidosa y la jefa máxima que deberíamos tener —reclama con el tema enganchado en su cabeza desde la proclamación de Kaan como la cabeza del triángulo, pues siempre ha considerado a su hermana como la perfecta elección de mandamás en esta organización tan grande. Karenina trata de calmarle diciendo que el líder actual está desempeñando el papel muy bien, teniendo la ventaja de su doble vida; sin embargo, al primer descuido, ella estará lista para ocupar su lugar.

Regresan a la casa pasando por el comedor, en donde su hijo Dmitry realiza un trabajo en su carrera de medicina. Una parte de ella espera que su hijo tome el lugar que posee en la organización, pero otra lo desea muy lejos donde no haya lugar a un riesgo de terminar de forma horrible, porque esa es la vida que llevan, ser un traficante trae victorias, dinero y lujos, pero de igual forma constituyen una constante angustia arraigada en el alma al pensar en cuanto tiempo transcurrirá antes de que la muerte llegue a las puertas de su vida.

Se pregunta cuál será la mejor opción para su hijo, cuando atraviesa su casa con más metros cuadrados de los necesarios para ambos en soledad. La mansión está pintada en un blanco reluciente como las mismas nubes despejadas, decorada con adornos de cristal en su mayoría, con sillones en bases de madera tallada laboriosamente pues su gusto cae en lo clásico, con muchos labrados hechos a mano por artesanos locales, como el sustento que tienen día a día. Karenina pasa con la mirada perdida hasta llegar a una estantería de piso a techo donde tiene libros, pero ella va por uno en especial.

Con sus dedos delicados saca el más antiguo de todos, su portada dura ha soportado más de veinte años aunque el inevitable paso del tiempo se nota en lo desvanecido de su color original, lo atesora como el recuerdo de un amor casi imposible, pero traicionado de la peor manera. Vladimir Volkov fue el gran amor de su vida, pero al darse cuenta de su engaño lo odió profundamente por lastimar sus sentimientos puros y sinceros aun dentro de La Triada, todo por el amor loco hacia Carmen Santo Domingo y ahora su hija representa un problema para ella, aunque si juega bien la partida, moverá los peones para llegar a la reina y usarla para su conveniencia.

Se decide en ese momento conocer de frente a la bebé de Thomas y Carmen a quien Vladimir decidió criar como suya, la doblegará hasta moldearla a su imagen y semejanza para volverla un arma aun más peligrosa que podría arrodillar a cualquier rey, presidente, mandatario porque esa mujer es peligrosamente bella y su mayor virtud resulta en su filo más cortante. Sí, la tomará para hacerla parte de La Triada...

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North Las Vegas, EEUU

ISAAC

—¡¿Qué carajos estás haciendo, Isaac?! —grita quien ha llegado. Es Gerard espantado, creí que se había marchado desde que empezó el apagón porque su esposa ya estaba cansada—. ¡Dijiste que no la veías así! Y tú Isabella ¿por qué traicionas a Fabián?

Ella y yo tratamos de mantener la lucidez, pues somos conscientes de que con el alcohol se pueden formar más problemas de los usuales estando bajo los efectos de estas bebidas. Gerard está atónito, pero Isabella no le da tiempo a terminar cuando le confiesa las atrocidades, las fracturas y hasta lo que hizo una semana atrás cuando trató de asfixiarla delante de su madre.

—¿Qué... qué dices? —pregunta como si apenas digiriera todo.

—¿Por qué la gente se vuelve sorda y tartamuda cuando no le gustan las cosas? —pregunto molesto ganándome un codazo de Isabella en las costillas, con bastante fuerza

—Déjalo, es medio zafado y el alcohol lo pone peor —dice ella negando con la cabeza, mientras paso la mano por el lugar del golpe masajeándolo—. Pero es cierto, Ger, Fabián no es quien parece.

—¿Entonces ustedes...?

—Sí, y ¿Qué? Estamos saliendo ¿qué vas a hacer? —espeto con rudeza, quiero mucho a Gerard, pero en el pasado me dejé influenciar mucho de personas externas, terminando en mi alejamiento de Isabella, ahora no lo permitiré bajo ninguna circunstancia.

Mi querido amigo queda de una pieza, no sabe en dónde poner su mirada desconcertada. Creo que entre más pasan los días, ella se siente más libre y capaz de confesar todo aquello en su pecho, guardado con tanto recelo antes la posibilidad de un Fabián que pudiera matarla en un arranque de ira, porque mal que bien, es más corpulento a comparación con ella, pudiendo infringir más daño, sobre todo si la toma desprevenida. Sin embargo, Isabella le devolvió muchos de los golpes haciendo de su relación un torbellino de violencia que trataban de disfrazar con una fachada de amor verdadero, tan convincente que me engañó incluso a mí.

Ger parece querer decir algo, pero sale Shirley a decirle que ya está exhausta, dando fin a la conversación por hoy, él se disculpa conmigo marchándose aun visiblemente confundido. Fox y yo hemos quedado con el rollo a medias, volviendo al interior, pero el resto de la noche pasamos echándonos miraditas coquetas, pero nada más que eso, así que cuando nos retiramos, a las tres de la madrugada, estamos a mil por estar con el otro. Tomo el pretexto de llevarla a casa para que pueda subir en mi taxi, dando la dirección junto a Ren y Mike pues tenemos pensado un asado en la terraza. Cuando hemos llegado al apartamento les doy indicaciones para el lugar donde dormirán,

—No se metan en la habitación del medio ni en la de Stacey —murmuro, ellos se van e Isabella y yo quedamos solos.

Entramos por la puerta de mi habitación besándonos y manoseándonos hasta que baja las manos a mi bragueta abriéndola con rapidez hasta que quedo en ropa interior, mientras bajo la cremallera lateral de su vestido hasta dejar su desnudez reluciendo entre las sombras que apenas dejan verla por la luz que dejé encendida de las lámparas de noche, creando un ambiente como sacado de una rutina de baile claro oscuro, así que al sacarme mi propia camisa la tomo en brazos haciendo que rodee mi cuerpo con sus piernas torneadas, empotrándola contra una pared, pero pronto la llevo a la cama.

Adoro su cuerpo con mi boca, dejando besos por toda su piel nívea hasta sacarle aquellos gemidos profundos exaltantes como música para mis oídos, la banda sonora que más disfruto escuchar. Engancho su rodilla en mi mano acomodando sus piernas en mi cintura, empujando contra ella en un frenesí carente de control alguno, sus pechos se mueven con cada arremetida, sus uñas se clavan en mis omoplatos y su boca devora la mía en abrazando mi cabeza con sus brazos cálidos, yo mismo soy una explosión de jadeos porque con ella esto se siente diferente, debo reconocer que pude haber estado con muchas, pero esta sensación incontrolable, insensata e irracional que me consume desde dentro, sólo parece entrar cuando estoy con Isabella Fox Santo Domingo, es el paraíso en la tierra, los campos elíseos, pero al mismo tiempo tiene tanta pasión que simplemente parece la diabla de un infierno candente que te invita a pecar. Es Atenea, es Afrodita, es Medusa, todo ser mitológico que albergue sensualidad, y peligro en su interior, porque es una diosa, una tentación, pero también un demonio ansioso de arrastrarte hasta la perdición.

Alcanzamos un ritmo a punto de arrancarme la cordura y convertirme en un verdadero animal dispuesto a poseer a su mujer. Cuando escucho un gemido quedo, seguido de un pequeño grito, sé que está a las puertas del orgasmo y llega a este finalmente poco ante que yo mismo. Nos quedamos enredados, mientras nuestras respiraciones se calman un poco, pero finalmente nos ponemos en pie poniéndonos la ropa para dormir, ella con el pijama de Stacey, yo con pantalón vaporoso y camiseta sencilla meternos de vuelta acurrucándonos uno contra el otro. Es mi amante, mi amiga, mi confidente, la mujer por quién destruiría el mundo y se lo pondría a los pies, carajo, a todos y espero poder decirle algún día con mis propias palabras que tiene la corona.

—¿Es cierto lo que dijiste? —pregunta trazando figuras sobre mis pectorales sobre la camisa de material ligero de manga corta negra, pero no entiendo, le he dicho muchas cosas últimamente, tantas que yo mismo me sorprendo—. Eso de que dejarías morir a...

—¿Sabes cuál es la verdadera diferencia entre Miller, Fabián, o cualquier otro y yo? —niega con la cabeza mirándome, sus ojos se notan exhaustos, pero veo el interés aflorando—. Ellos te dejarían morir por el bien mayor, su moralidad no les permitiría hacer otra cosa, pero yo haría lo contrario, Isabella, soy egoísta, bestial e inmoral, dejaría morir a mi escuadrón, a todos mis hombres si eso te salva, porque si tengo que elegir, siempre te elegiré a ti, cerecita, no importa qué, si debo afrontar las consecuencias lo haría mil veces, pero con la satisfacción de verte sana y a salvo. Si ahí fuera tuviese que dar mi propia vida como en Afganistán cuando puse la tuya sobre la mía, lo haría sin pensarlo dos veces.

—¿Recibirías una bala por mí? —pregunta con una pequeña sonrisa

—Una ráfaga de metralletas —respondo con firmeza—. TP-50, Browning de suelo, cualquiera. Hasta un cohete.

La risa que sale de sus labios es espectacular que marca el fin de nuestra conversación antes de caer dormidos.

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Cuando sale el sol, somos un amasijo de piernas entrelazadas y estamos abrazados, ella dormita profundamente y yo me voy despejando pues debo medirme la glucosa pronto, pero me siento con resaca, ganas de vomitar y mareo, pero debo hacerlo, así que me pongo en pie con cuidado de no despertarla, ella se gira al otro lado dejándome ver su marca de nacimiento Deveraux, pues su cabello está sujeto en un moño. Me pregunto qué sucederá el miércoles cuando se encuentren padre e hija, ¿La reconocerá? ¿recordará el parecido evidente con su madre Carmen? Suspiro acomodando el cobertor que se ha bajado hasta debajo de la cadera, cubriéndola más ante el aire acondicionado aun en funcionamiento en un gesto que me sale en automático como si fuese costumbre de años atrás.

Voy al baño y hago mi rutina diaria, me cepillo los dientes y peino para lavar mi rostro con agua fría terminando de espantar la bruma del sueño restante en mis ojos. Saco entonces mi glucómetro de los compartimentos inferiores del lavabo, haciendo mi usual toma, estoy harto de esto porque me esclaviza a una vida atada a este maldito aparato del carajo porque la alternativa es el detector que se adhiere en el brazo y lleva un detector de glucosa para evitar el pinchazo, pero esta alternativa se me puede arrancar con mi ritmo de vida, se llama FreeStyle, aunque no sé si podría ser el indicado para mí, podría ahorrarme las agujas, eso sí.

Pongo la comida a Hypnos y Thanatos que salen apresurados de sus camas al verme, saludándome con efusividad. Los perros son ángeles del cielo que están en nuestras vidas para amarnos y nosotros a ellos hasta el último día de nuestras vidas. Cuando he hecho lo más importante, voy a la cocina poniendo el café a preparar, mientras suspiro adorando la calma y el silencio del apartamento, la tranquilidad me llena por un momento haciéndome olvidar las penurias en mi vida, como mi madre a quién al parecer le apareció un donante misterioso del que no hay datos, al parecer se ha hecho pruebas de compatibilidad saliendo positivo, por ello todo se está organizando para hacer la donación dentro de una semana y media, el miércoles de la próxima. Traté de indagar por quien ha hecho esto para agradecerle en persona, pero la respuesta fueron las políticas de privacidad, además solicitó ser anónima, por ello no sé si es hombre o mujer, lo único seguro es que le debo el tiempo extra de mi madre.

Si algún día logro saberlo, le daré más que las gracias y quién sabe qué más podría compensarle.

Cuando el olor del café me pega, sé que está listo y me sirvo guardándole a Isabella, a quien creo profundamente dormida, pero me llega por la espalda haciendo que pegue un brinco bastante cómico, para saludarme con sueño aun en sus ojos. Cuando se sirve café, hablamos de la fiesta y de Gerard, no considero a mi amigo como un chismoso, pero si abre la boca puede haber problemas, por ejemplo que llegue a oídos de Volkov o Fabián, pero este último me preocupa porque si confirma esto, puede argumentar adulterio por parte de ella y sacarle dinero, pero un paso a la vez. Cuando llegamos a la parte de su dedicación encima del escenario, me pongo coqueto a saber porqué la eligió.

—¿Cómo decía? Porque tú eres mi obsesión, tengo por ti una fijación —le susurro cerca de su boca entreabierta, dándole un beso. Estos momentos de calma pueden ser reducidos con todo lo que se nos viene encima, por ello los aprovecho al cien. Disfruto su boca como poseso deleitándome en la suavidad y la lentitud de su caricia, mientras Sujeto su nuca con posesión sentándola en la encimera cuando salen Ren y Mike que me saluda con un "gato fiero secuestrador" haciéndome negar con la cabeza con mal humor por haberme interrumpido, aunque no pensaba pasar de un beso. Isabella se sirve el café, así como ellos dos, conversando en la barra de la cocina poniendo música a volumen medio.

—¿Puedo cortar fruta o su altecita se molesta? —me pregunta Isabella haciendo que la mire en plan no me jodas con el apodo. Está moviendo su cuerpo al ritmo de la salsa del Grupo Niche, sé que es más de gustos clásicos como el jazz, el blues, las sinfonías, pero también otros ritmos cuando hace labores domésticas.

—Hay sandía —digo abriendo la nevera sacándola.

—Tú odias la sandía ¿Por qué la compras? —Isabella se muestra confundida al preguntar, así que le explico enseguida.

—A ti te gusta y a Isaff... lo he visitado estos días, a escondidas por eso no te dije que fueras conmigo —digo logrando que se emocione—. Come sandía como un monstruo tragadetodo.

—¿Y está bien?

—Perfectamente, su madre sustituta es un pan de Dios que lo está queriendo mucho, pero sabe de nosotros y la adopción. Le llevé su pollo chillón y la ropa que le compré —respondo pensando en el juguete aterrador de película de terror con el horrible sonido que hace.

Me agradece con un beso en la mejilla moviéndose por toda la cocina alegre, dándome algo que llevo tiempo sin tener, la sensación de estabilidad como si fuéramos pareja casada, reforzando la idea de que mi mente ha maquinado en las noches de insomnio, idea muy pensada que creo es la mejor posibilidad para todos, sobre todo para el bebé, porque a pesar de resistirme a la idea de aceptar un niño en mi vida, ese pequeño se abrió paso con una facilidad que jamás pensé en experimentar. El tiempo transcurre, desayunamos todos juntos para arreglarnos rápido y poder hacer la compra del asado en la terraza. Pronto los cuatro estamos listos cuando llega Stacey quien estaba sola en casa pues mamá quiso pasar el día con Marina de Richardson, así que la mandé a traer con un chófer del complejo residencial. Su delicado cabello rubio está en una coleta alta despejando las facciones cinceladas y unas ligeras pequitas esparcidas por su nariz, vestida con un short de mezclilla y una camiseta sencilla de manga corta con la portada de un álbum de Three Days Grace, una banda que escuchamos juntos al tiempo de que Mike sale a comprar.

—¡Hola big brother! —me dice abrazándome por corto tiempo para saludar a todos cuando recibo la llamada esperada, avisándole a Stacey del plan a seguir.

—Cierra los ojos, Isabella —digo cuando está peinando su pelo húmedo que desprende un aroma a coco de su perfume. Ayer trajo su ropa para quedarse hoy, teniendo un pantalón jean oscuro de corte recto, con camisa basic de tiritas delgadas color negra.

—No voy a cerrar los ojos, me puedes dar un pastelazo con espuma de afeitar —dice desenredando sus puntas con tranquilidad—. Y no me vas a arruinar la ropa.

—¡Ciérralos Isab! —exclama Stacey emocionada—. Sé que mi hermano es malo contigo veces, así que confía en mí.

—No ayudes tanto, Pelusa —digo indignado por su "Ayuda", pero finalmente Isabella se sienta en uno de los taburetes cuadrados y mullidos sin espaldar dejándose cubrir los ojos de mi hermana, justo cuando tocan el timbre y me apresuro a abrir la puerta indicándole a la persona que me siga el juego hablando bajito cuando pasa.

—Isaac Falcon como me embarres de algo viscoso te voy a untar hasta el pasado judicial... —se queda a mitad de frase cuando le descubren los ojos, a la par de una risa de bebé y ve que sostengo a Isaff quien estira sus bracitos hacia Isabella, ella no tarda en ponerse en pie para abrazarlo, y besarle las mejillas. Tania está ahí enternecida con la escena, viendo el amor puro de Isabella quien derrama lágrimas de emoción por el bebé, cosa importante porque ella es clave en el proceso, sus aprobaciones y visitas.

—¿Qué te parece el tortazo? —digo torciendo la boca en un gesto de "desconfiada tenías que ser"

—¿Por qué no me dijiste? ¿cómo lo lograste? ¿se puede quedar conmigo? —suelta una ráfaga de preguntas sin respirar.

—El significado de la palabra sorpresa implica no saberlo... Hablé con Tania, me confirmó que la vieja cartón fue enviada por alguien que le pagó y fue externo al orfanato, pero al tener tus papeles en orden y estar en proceso legal de adopción conmigo, no vieron problema en dejarlo unas horas —explico cuando ella, al parecer sin poder contenerse, me besa suavemente.

—Así es, señorita Fox, todo fue un pago cuantioso por quitarle al niño, pero no se preocupe, yo les aprobaré, veo cómo lo aman los dos y serán excelentes padres ¿Podría ver el cuarto donde estará Isaff?

Isabella queda pasmada con nervios en su mirada, pero yo lo tengo todo solucionado.

—Claro, sígueme —digo extrañando a Isabella quien me ve con una pregunta en sus ojos—. Lo hemos armado entre los dos.

Llego a la habitación del medio en el pasillo y cuando ve el cuarto del bebé perfectamente hecho, se le llenan los ojos de lágrimas. Hay una cuna corral color azul turquí, con mosquitero delgado y blanco a la derecha, al final de la habitación junto a la ventana la mesa cambiador de pañales y a la izquierda cajoneras de madera oscura talla laboriosamente en el estilo clásico que le gusta a ella, además el papel tapiz tiene color azul cielo con una cinta decorativa de sticker con nubes, en una esquina hay peluches y juguetes interactivos para estimular a los bebés, con un difusor de aromas que Tania dijo ayudaba a los bebés a estar en calma por la esencia, mientras esté lejos y no tenga contacto directo

—Que belleza de habitación —exclama Tania entrando fascinada

—¿Cuándo hiciste esto? ¿por qué? ¿a qué horas? —susurra Isabella secundada por Ren que nos siguió, Pelusa ya lo sabía y por ello se quedó con Isaff.

—La misma semana en que anduviste con el pegote de Miller para arriba y para abajo como putos siameses que ni a mear iban separados —le contesto en su mismo tono bajito.

—Definitivamente ya sé porqué te dice animal del monte, fuckboy, no puedes tener cinco minutos sin ser grosero, animal —exclama Renata riéndose

Cuando Tania se marcha, Isabella le da el bebé a Renata y se abalanza sobre mí dándome un beso apasionado enganchándose de mi cintura con sus piernas. Isabella tiene muchos matices, es la mujer dura, fuerte y rígida en el trabajo, la que mata a sangre fría si es necesario, pero es tierna, amorosa y

—Ren y Pelusa, necesito estar a solas con Isabella —declaro haciendo que todas sus miradas se centren en mí—. Ahuecando el ala

—Ni pa eso puedes ser decente —se burla Ren tomando a Pelusa y al niño a quien Isabella le da su collar de Flor de Lis pues parece gustarle mucho. Le pido salir a la terraza en donde está la sombrilla y los muebles de exterior, el suelo es efecto ladrillo rojo igual a las paredes del balcón, complementadas con una barandilla que arde en temperatura por el sol candente pegándole. Todo lo de BBQ está al lado derecho, la parrilla negra, la tablilla su lado para sacar y cortar la carne junto con algunas plantas dentro de macetas grandes en toda la extensión del espacio.

—¿Qué pasa? Ya me estás preocupando —pregunta Isabella en la silla bajo la sombrilla conmigo a su lado.

—Isabella, nosotros ya hacemos tantas cosas de pareja que... no sé... si deberíamos hacerlo oficial —digo viendo cómo se sorprende hasta dejarla sin palabras. Decidí que perderla otros siete años no está en mis planes, así que me la juego toda por ella, nadie más me inspira la ganas de formalizar nada. En su mirada se nota la sorpresa, la he tomado desprevenida con una bomba nunca antes dicha y Fox lo sabe, pero también sabe de mi preferencia por sí misma desde siempre, porque nos peleamos, discutimos, competimos por muchas cosas y aun así, siempre tiendo a regresar a su lado. Es el punto débil, mi talón de Aquiles, mi propia versión del cabello de Sansón, así como la adicción al fentanilo en forma de mujer pelirroja.

—¿Esto es enserio, Isaac? Te gusta jugar conmigo, lo sé, pero esto es algo muy muy serio —empieza y la entiendo, toda la inestabilidad que le he dado está cobrando facturas c

—Mira, Isabella, sé que soy el estereotipo de hombre mujeriego que todas deben evitar, pero tú y yo somos inevitables, ya lo dijo mi madre, y más a mi favor, estamos en algo que es una relación de pareja y al mismo tiempo no lo es —digo con dificultad, me cuesta dejar salir mis emociones.

—Hace dos días, no estabas tan convencido, dijiste "Eres más que sexo" y ya, no dijiste mayor cosa y ahora quieres formalizar —replica viéndose molesta, cosa que no entiendo—. Esto no es como cambiarte el boxer porque ya no te gusta el que te pusiste primero, no, no voy a acostumbrar a mi hijo a un padre que no está seguro, porque ya no soy solo yo, si me quieres a mí, quieres a mi bebé.

—Lo sé, está muy claro y lo acepto... mira, a mí no me gustan los niños y todo el mundo lo sabe, pero este pequeño Banshee se ha ganado a pulso mi cariño y te juro que desde ese día cuando se lo llevaron, solo pienso en protegerlo, amarlo, cuidarlo para que no pase la mierda que nosotros pasamos y no te mentiré, puede que siga sin tolerar a otros niños, pero quiero ser el padre de Isaff no solo en papel. Todo está en tu respuesta.

Se queda pensativa, parece como si estuviera sopesando las ideas

—¿Por qué ahora sales con esto? Es demasiado repentino, ¿qué cambió? —pregunta confundida sin saber dónde poner la mirada—. No puedo aceptar si esto un capricho pasajero.

—No lo eres... mira, voy a tomar fuerza para contestarte —me pongo en pie diciéndole que me espere ahí mientras voy apresurado al bar sirviéndome un trago de whiskey doble y regreso pronto.

—¿Enserio necesitas tanto para decirme qué sientes por mí? —pregunta seria con una ceja arqueada y una mueca en la boca.

—Sí, no soy bueno haciéndolo, pero me niego a perderte. Mira, Isabella, nunca he tenido una relación realmente seria porque siempre las buscaba tratando de encontrarte a ti... pero constantemente vuelvo a la promesa que nos hicimos de estar juntos desde siempre y para siempre, porque independientemente de lo que pase contarás conmigo... yo te quiero, no sé cómo aún, pero lo hago con intensidad y no es amistoso este sentimiento. Sé que puede ser difícil pensar en todo lo que he hecho, pero eres la única que me puede hacer pensar en algo serio. Siete años han sido suficientes para hacerme ver muchas cosas.

—¿Y esto que implica? —pregunta con duda y la entiendo—. ¿Significa una relación en toda la regla?

—Sí, también podemos vivir juntos aquí si tú quieres. Ayudaría con lo de las visitas del SS.

—No sé, Isaac, me parece muy raro esto de repente, a penas y pudiste decirme que era más que solo algo físico y de pronto... —me inclino dándole un beso acunando su rostro entre mis palmas.

—Seremos una bomba atómica que arrasará con todo; juntos somos más fuertes.

—A ver, podemos ir viendo qué pasa ¿vale? Nada definitivo, nada radical, pero te pido algo Isaac —dice creando una sonrisa que trato de contener—. No te metas con otras mujeres, demuéstrame que puedes cambiar, que estás dispuesto a luchar por lo que sea esto y si lo haces, tal vez podamos avanzar, pero no vas a volver a hacerme pasar por la angustia, la incertidumbre porque conmigo no vas a jugar. Puede que Sara y Karen te acepten sus vagabunderías con tal de que les arrojes migas de cariño, pero yo no, Isaac Falcon, tenlo muy claro. Sé quién soy, lo que ofrezco y sobre todo lo que quiero, a la primera falta que me hagas, yo no te daré otra oportunidad, no dependo de ti, no seré tu pendeja... y mira, yo no voy a tratar de cambiarte en todos los aspectos de tu vida, solo en ese, es mi condición. Sobra decir que yo tampoco me meteré con nadie más, diré que tengo novio, aunque sin decir quién.

Tiene razón, no cambiaré mi forma tosca, celosa y tóxica, la altiva y la que la provoca para verla rabiar, porque es inherente a mí, pero en este sentido sí que puedo abrirme más

—Entonces, señora Falcon, ¿Eso es un sí?

—Es un sí, pero no seré la señora Falcon hasta que me pongas el anillo en el dedo... y Si crees que antes era una espina en el culo, ahora será un rosal de espinas completo

—Muy bien, lo acepto, pero para ponerte el anillo tienes que divorciarte oficialmente —recuerdo con mordacidad.

—Eso está difícil, como veo las cosas tendré que esperar a que pase el tiempo obligatorio para poder solicitar el divorcio con una sola parte.

—Ya verás cómo yo mismo le saco la firma, no te vas quedar a la espera

Madre mía, somos una pareja de verdad y no quiero cagarla, pero tarde o temprano se sabrá y puede afectar nuestro RGN, pero me la estoy jugando arriesgadamente así que será todo o nada. Me besa de forma suave, cuando Mike llega nos encuentra en esas y nos alienta

Apenas me puedo creer lo sucedido

—¿Y? ¿qué te dijo? —indaga Renata cruzada de brazos.

—Chisme fresco, sube el vidrio —digo poniéndole el dedo índice en la frente empujándola hacia atrás riéndome porque es pequeña, pero peligrosa la condenada.

Stacey nos espera dentro con una carita insinuante, creo que sospecha sobre lo sucedido y se acerca a preguntar, a ella no le puedo negar nada. Mi hermanita es uno de los motivos por los que me levanto cada día a darlo todo, sus sueños son los míos, sus logros los celebro como si fueran propios aunque últimamente se le ha metido la idea absurda de entrar como Praetor, coa que definitivamente no puedo permitir, por lo menos hasta descubrir la olla de porquería de los Generales y exterminarlos para limpiar la institución que se ha ensuciado con actos de algunos, porque en el Consorcio somos leales, fuertes y decididos para hacer el bien, pero la manzana podrida ha corrompido nuestro propósito, así que tener a mi hermanita metida en eso es ridículo, aun así no puedo decirle la verdad todavía, por ello la incentivo a estudiar otra cosa diferente, pero ha sido tarea difícil. La dulzura de Pelusa choca con lo sangriento de la vida militar y en especial en la nuestra porque somos más letales, traspasando algunos límites, ni siquiera me puedo imaginar cómo se vería en un uniforme, aunque Theodore la apoya y ella cree tener el poder por su padre General de tres estrellas.

Al final le confieso lo que hablé con Isabella y ella se alegra pues de su propia boca escuché su visión sobre la cerecita, la ve como una hermana mayor también. Renata nos escucha y me deja algunas cosas claras, pero todos terminamos el día juntos.

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Al final del día terminamos en el apartamento de Isabella quien fue a recoger algunas cosas para llevarlas a mi casa y sea más creíble que vivimos juntos y Stacey decidió quedarse allí para leer en la biblioteca. Renata la está ayudando doblando ropa en la mesa del comedor, mientras yo estoy con el bebé diciendo que al tener vacaciones nos iremos los tres. Su apartamento también es muy grande pues sus padres le dejaron un fideicomiso cuantioso que a día de hoy no entiendo como lograron reunir, pero manejado por Lucio ha sido fructífero. El espacio es rectangular con las habitaciones a la derecha de la entrada y la cocina abierta al frente y entre estos el espacio de sala comedor con los muebles forrados en imitación cuero texturizado y esquineros con una mesa de centro de 100% puro cristal destellando balo las luces blancas del techo igual que el piso de madera oscura otorgándole calidez al lugar, al igual que la chimenea con control que se alarga a los lados encendiendo como un piloto a distancia.

—¿Dónde lo van a llevar de paseo? ¿me llevan? —pregunta Renata doblando pantalones con su pelo cobrizo trenzado a un lado.

—A darle la vuelta al mundo, a todas partes y no vas, cabra loca, luego le pegas la locura —murmuro riéndome, pero Isabella se queda mirando a la nada, haciéndome pensar que está viendo a su madre de nuevo, pues su expresión desconectada de la realidad solo aparece al tener esas extrañas visiones donde Carmen le habla o a veces la atormenta—. ¿Qué tienes, Fox? ¿ella está aquí?

—¿Qué fue lo que dijiste? —me replica aun sin verme.

—Que Renata le pega la locu... —trato de hablar, pero me detiene negando con la cabeza—. ¿Qué cosa? ¿lo de la vuelta del mundo?

—Es algo que dijo papá en el video "La verdad está a la vuelta del pequeño mundo maravilloso" —dice aun con la mirada perdida.

—¿Qué con eso? Fue una metáfora seguramente —le resto importancia

Sale disparada pasillo adentro para regresar con una gran esfera mapamundi con base de madera bastante ancha, sujeta por encima con el soporte que lo deja girar, parece pesado por el tamaño y está lleno de polvo fino, así que la ayudo entregándole el bebé a Ren. Llegamos hasta el comedor, lo conecta a una toma y lo empieza a mover, enseguida muchos puntos se iluminan, parecen señalar las capitales de los países, pero ella se centra en la base.

—En una ocasión Vladimir estaba "reparando" esto y desde lejos lo vi con papeles y carpetas, me acerqué hasta que él me notó, pero me dijo que no dijera nada y fuera nuestro secreto, era algo muy importante, pero no le di demasiada importancia —explica revisando el globo terráqueo hasta llegar a la base de madera donde trata de levantar el papel decorativo que está apenas adherido por el paso de los años, desconchándose.

Me fijo más y el ancho de la base tiene alrededor de tres dedos, donde muy fácilmente puede haber más cosas dentro.

—Traeré algo para tratar de abrir la madera —dice ella con una mirada extrañada.

Es la segunda vez consecutiva que encontramos algo oculto bajo la superficie de normalidad.

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¡GRACIAS POR LLEGAR HASTA AQUÍ!

CUÉNTENME, ¿CREEN QUE KARENINA LOGRARÁ TORCER A ISABELLA? ¿CREEN QUE ISAAC DARÁ LA TALLA? ¿CÓMO LE SACARÁ EL DIVORCIO?

DEBO CONFERSARLE UE ESTOY PASANDO POR UN PERIODO DE BAJÓN SOBRE LA HISTORIA Y HE ESTADO TRISTE, PERO SUS COMENTARIOS ME ANIMAN SIEMPRE, ASÍ QUE POR FAVOR DÉJAME TU OPINIÓN, ESO ME AYUDA A ANIMARME MUCHO.

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