Cultura: Celta

Dios: Morrigan

Vampiro: Aos Si

Otoño.

Oscuro y cálido otoño.

Noches de brujas en Bled, un pueblo cubierto de macabras y antiguas leyendas. El terror se
siente en el aire, los niños piden dulces en las casas con sus terroríficos disfraces. Sin duda alguna esta noche es la noche dónde los misterios no dejan de abundar en las calles, posiblemente ya sea la hora en que los monstruos salgan de sus escondites, los duendes engañen, de que las brujas hagan sus malignos hechizos, en que los demonios anden sueltos y la luna sobre el firmamento augura una jornada repleta de magia oscura, apta para la práctica de rituales. El problema de todo esto es que es la noche perfecta para encontrar la respuesta de lo desconocido.

Así que ahí estaba yo, en el medio de la espesa neblina, de la soledad de cementerio perdido de villa Ripley, teniendo cuidado de no tropezarme con alguna tumba que se cruzase en mi camino, una de las tantas y famosas leyendas de este lugar es que se dice que si pisas una de las tumbas, el espíritu de esa persona te seguirá hasta el hecho de tu muerte para reclamarte por ello.

Esta vez me enfrentaba a algo mucho peor.

Hace unas horas antes me encontraba celebrando Halloween en la casa de mi mejor amiga, hasta que de la nada la que dice ser la diosa Morrigan apareció, y me amenazo para que la ayudarla a encontrar uno de sus más peligrosos y sádicos acólitos que se le había escapado del inframundo. Si tener más opciones decidí ayudarla, y desgraciadamente le perdí el rastro quedándome solo en un lugar envuelto en la oscuridad, dónde posiblemente los muertos han dejado su eterno descanso para atormentar a los vivos. Y en eso no me equivoque, mi pacto
con la muerte ya estaba hecho.

«Nunca había imaginado estar en un cementerio solo».

El viento aullaba sobre mi cabeza de la noche de ojos brillantes, irreales. Retrocedí al aturdido
y di la vuelta. Sabía que haber venido hasta aquí era toda una locura. Camino lentamente en el medio de todas las tumbas, mientras se escucha el canto escalofriante de un cuervo tras mis espaldas, me paralice, mis manos no podían parar de temblar. Podía sentir los ojos de lo que se suponía que es animal estar clavado como aguja sobre mí. Supe enseguida que este era el lugar que la dama oscura me había indicado ir.

Trago saliva y utilizó mi celular para a lumbar al frente, ya estaba empezando a tener las manos temblorosas, y tal como
esa cosa lo había predecido, ahí estaba lo que tanto me había obligado a buscar;

En una de las tumbas, está la presencia de un extraño símbolo, repleto de velas rojas y de un
líquido que parecía ser a simple vista sangre fresca. El corazón me latía más rápido de lo normal, esto causo que por el susto arrojarse mi celular bajo mis pies.

-¡Bien hecho inmortal!

Me paralice cuándo escuche aquella voz femenina e impotente, no sentí su llegada, su presencia esta vez no me apareció aterradora, sino extraña. Me gire y noto que el cuervo se transforma en una hermosa joven llena de poder con una larga cabellera azabache, que refleja la muerte misma con aquel vestido tan oscuro como la noche, la cuál está acompañada con una toga y armadura medieval.

- ¿Cómo es posible que una mujer pueda convertirse en cuervo?- Pensé en voz alta. «Todo este tiempo me estaba siguiendo».

- Ya te lo dije. Soy la dama oscura de la muerte y la destrucción - Repitió por segunda vez de la noche con fastidio - Debemos darnos prisa antes de que las diosas demoniacas de la guerra finalicen el festival de Samhain, no quisiera ser castigada por el Dagda. - Revela observando cada detalle del extraño símbolo.

Me preguntaba porque una mujer tan hermosa podía emanar tanta oscuridad.

Me puse en cunclillas para recoger mi celular del suelo. Antes de haber venido al cementerio, estuvimos recorriendo casi todo el pueblo en busca de aquella criatura que posiblemente se camuflaba entre tantos disfraces.

- Se nos está agotando el tiempo- Dice entre dientes - Estaré en muchos problemas sino atrapamos rápidamente al vampiro que anda suelto. Si no me ayudas a encontrarla, mucha sangre será derramada esta noche.

Por poco me vomito cuando veo que la dama oscura olfatea la sangre que se encuentra sobre
toda la lápida y parte del suelo.

« ¿Acaso no le da asco tener que olfatear aquella sangre?»

-¿Exactamente qué clase de vampiro buscamos? -Pregunto luego de haberme tragado el
vómito.

- Eres muy preguntón. - Parecía estar enojada por mis palabras - Se me fuese facilitado haber traído un caballo e debes de un simple humano. -Se queja limpiándose las manos con plumas de cuervo.

- Te recuerdo que este humano es el único que tiene la capacidad de descubrir quién es el ser de ultratumba entre tantos disfraces. -Puntualice intentando olvidar el hecho de que se me removía el estómago.

Detestaba a los dioses que dudan de la capacidad de un humano.

-Ah sí, como sea, al menos me servirás como carnada. De una vez te voy diciendo que el vampiro que buscamos es un hada de naturaleza vampírica.

Me levanto y la miro.

- Eso no suena tan aterrador como digamos, no será un problema.

Suelta una carcajada.

- No te dejes engañar ingenuo humano. Su belleza es un arma de doble filo, hecha para
manipular, es un demonio musa, y no son de esas de las que aparecen en el manga anime o en los cuentos.

Trago inmediatamente saliva intentando caminar detrás de ella. En el camino no paraba de
preguntarme ¿ por qué la diosa Morrigan permitió que se le escapara tal monstruosidad?, fue entonces que me revelo sus sospechas.

- Al parecer un grupo de chicos adictos a la magia oscura abrieron un portal que jamás
debieron de abrir. En los mitos escoceses si una mujer fallece durante el parto, y en ese
momento justo la luna está en su cuarto menguante, la parturienta regresaría al mundo de los
vivos, pero esta vez convertida en baobhan sith.

-¿Quieres decir que esos chicos hicieron un ritual involucrando a una mujer embarazada para
liberarla? - y su silencio me lo confirmó todo, era obvio que fue intencionalmente. Toda esa sangre parecía provenir de una ofrenda humana. -Muy bien, ¿ y ahora adónde vamos?

-¿ Dónde irías si fueras un demonio que le teme a los animales y las luces? -Se giró a mirarme.

-Ah... el único lugar que se me ocurre es el cementerio.

-Imposible ese demonio detesta estar en el mismo lugar de dónde la convocaron, dime ¿Existe algún lugar abandonado por aquí cerca?

-Sí, el viejo parque de diversiones.

Y eso fue lo último que dije antes de habernos digerido hacía aquel lugar maldito. Caminamos
durante varios minutos, hasta llegar en la localización deseada.

Una vez que llegamos, la luz
de la luna junto con la espesa neblina nos recibieron en la desolada atracción, este era un lugar de mala muerte. La Diosa Morrigan alzo una espada negra e hizo que la niebla despejarse el camino.

-Tu deberás de buscarla -Exigió señalándome con la espada.

-¡Fantástico! déjale la carga muerta al humano- ironice-¿Acaso no vistes lo cobarde que puedo ser?

Sabía perfectamente lo que la Aos Si podía causar si no la atrapábamos, pero mi cobardía era mayor que mi razonamiento.

-No te preocupes inmortal, te otorgare ira y fuerza como mis guerreros, así que ve ahí y
atrápala.

-¿Por qué mejor no me otorgas valentía ?

«Realmente esto me parecía una terrible idea, no entraría ahí yo solo».

-Ni que te diera todos mis poderes, jamás podrás tener suficiente valentía, ¿has escuchado el dicho de los inmortales que dice que; aunque el mono se vista de seda...

-¡Ya!, ya entiendo, tampoco para que te burles de mí. - suelto fastidiado apunto de avanzar.

-Espera, ten esto - me volteo a mirarla con fastidio, ella me entrega la espada y me mira con suma seriedad- Clávasela justamente en el pecho, la espada está hecha de hierro la cuál la hace un poderoso talismán contra espíritus negativos, te protegerá, el hada vampiresa es vulnerable al hiero. Sácala cuándo sea necesario -Susurro mientras me tomaba de los brazos y me empujaba hacía adelante.

Y así fue como me aventure a lo desconocido.

Desde que ingrese a la casa de susto nunca en mi vida había tenido tanto miedo con ahora lo estaba, y no era por el hecho de que debía asesinar un vampiro, si no que me sentía en un pesado trance.

Recorrí gran parte de la casa del susto escuchando gritos sin cesar, el ambiente se sentía
pesado, de pronto escuché unas risas estar cerca de la zona de espejos, y fue ahí que vi la peor
escena de mi vida; a mi frente se vio el reflejo de una gran fosa cubierto de cuerpos humanos
exanginados sin órganos, y entonces volví a escuchar aquella risa, me doy la vuelta y ahí
estaba su reflejo desde uno de los espejos; Su vestimenta blanca cubierta de sangre seca, se encontraba vestida de manera insinuante. Le estaba desgarrando el cuello a una de sus víctimas con sus afiladas uñas y por los boquetes abiertos le chupaban la sangre, esa cosa de apariencia de una hermosa joven estaba dentro de una gran olla cubierta de órganos y sangre mientras se baña en ella.

Morrigan me menciono que la
sangre es la fuente de su belleza.

-¡Hay dios mío!, esto es tan perverso

Pestañe y ya no estaba, me acercó con cuidado, pero el ruido de los vidrios ser arañados por algo afilado me asusto, causando que me trompiece por accidente con la olla cubriéndome por completo de aquella sangre.

De pronto se escuchó una coqueta risa detrás de mis espaldas, trague saliva y ahí estaba de nuevo aquel monstruo de apariencia de Ángel.

-Ella te está mintiendo, ayúdame.

Su voz dulce de niña hace que por poco le crea. Si no fuese por el olor a sangre que es sumamente asfixiante y sus ojos que se veían inhumanos podría haberle creído. Esta vez debía
de ser valiente y enfrentarla.

-Soy huérfana, mis padres me abandonaron, yo solo soy una víctima más de Aos Si-dice
sollozando mientras da varios pasos a mi dirección.

-No te acerques- retrocedo tres pasos precavido.

-Ayúdame... - pide acercándose más.

-¡Te dije que te alejes de mi!

Y entonces una sonrisa perversa se formó en sus labios, sus uñas se alargaron, su apariencia
cambio por completo, parecía querer atacarme. Ahogue un grito, me vi atrapado cuándo sus manos huesudas me sujetaron con fuerza que pude sentir como la piel de mi brazo era desgarrada por sus afiladas uñas.

No sé de dónde saco tanta fuerza, aquellas uñas se clavaron en mi brazo, una y otra vez podía sentir la sangre salir, podía sentir que moriría, dolía, lo sabía este sería mi final, sería uno más de su presas.

Entonces fue ahí, cuándo fui impulsado hacía atrás, tomándome por sorpresa, sentí mucho frio y vi un gran charco de sangre llegar hasta mí, proveniente de la olla. La vampiresa se acercó rápidamente a mi con la intención de lastimarme.

En tan solo un cerrar y abrir de ojos la vi retorciéndose del dolor en el suelo, y entonces justo en ese momento apareció Morrigan con una bola iluminada de fuego apuntando aquella cosa.

-¡Brayan, ahora!

Saque rápidamente la espada con las pocas fuerzas que me quedaban, y sin pensarlo se la clave justamente en el pecho a la vampiresa, esta soltó un fuerte chillido mientras se retorcía en el suelo frente de mí. Cuándo retire aquella espada de su cuerpo se volvió cenizas.

Todo ya había acabado.

Morrigan llena de gratitud curo mis heridas y le entregue la espada.Ella me sonrió y seguidamente me agradeció, sin duda alguna esta noche se había convertido en una pesadilla ,
no puedo creer que por poco muero.

-¡Oh!, humano por poco lo olvido- suelta antes de retirase-No es el único demonio maligno que se me ha escapado esta noche, no pienso recuperarlo, pero si deseo ver la sangre de muchos ser derramada a causa de ese ser.

Me quede paralizado por aquellas palabras, antes de haberle podido decir algo se volvió a convertir en un cuervo y desapareció antes mis ojos, entonces las risas maniáticas de un payaso aparecen haciendo eco por todo el lugar.

-Por este tipo de razones no confió en los dioses.

Esta noche no parecía terminar tan rápido, porque en Halloween no hay quien se salve de su
destino cuándo esta entrelazada con la misma muerte.