En una época de jolgorio tras pasar la primera Guerra mundial, miles de personas en el occidente empezaron a rehacer sus vidas en todos los aspectos. La economía, la política y hasta la moda cambiaron drásticamente.

El periodo de los dorados años 20 fue, sin embargo, un puente hacia grandes tragedias y muchas guerras. El caos y el ineficiente sistema de justicia dió como resultado un alto porcentaje de criminalidad.

En este tiempo era común perder de vista a grandes asesinos seriales por falta de recursos de investigación, pocos expertos sabían cómo examinar cadáveres correctamente. Si la policía llegaba a encontrar al asesino, este podía salir libre de todos modos, ya que, muchos actuaban bajo la protección de mandos de alto cargo.

A estos asesinos se les daba nombres "comerciales", los cuales representaban las características más comunes de sus asesinatos, de este modo la población podía identificarlos y cuidarse de ellos.

Las víctimas eran en su mayoría personas de bajos recursos. El nulo interés del estado por cuidar de este sector minoritario los convirtió en el foco principal de psicópatas homicidas. Las familias pobres no tenían el dinero suficiente para permitirse hacer una búsqueda exhaustiva de un desaparecido.

Las mujeres, además, estaban en la lista de desaparecidas con frecuencia. En esta época a la gran mayoría de ellas no se les permitía trabajar o eran explotadas por necesidad. El machismo, por otro lado, limitaba la ayuda hacía varias víctimas de abuso doméstico. El acoso podía ser una sentencia hacia la mujer, ya que se creía que la dignidad de una chica dependía de su padre o su marido.

El racismo, la homofobia y la condena a la salud mental también fueron temas controversiales. Una opinión poco acertada podía llevarte a la cárcel.

Entre tantas otras injusticias fue también en esta representativa década cuando las protestas y llamados a cambios de ley, comenzaron.

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