71° [EPÍLOGO]

—¿Nat?—Sentí el ruido de mi ventana siendo abierta.

—Shh... —Me hizo callar subiendo a mi cama.—Si Stark me escucha hará que cierren todo esto, ya sabes que a Steve no le gusta que venga a tu habitación.

—¿Y viernes?—Pregunté. —Ella notará que...

—No, no... Vision habló con viernes, la convenció, será sólo por hoy. Prometió guardar el secreto.

Unió sus labios con los míos.

Los besos con Natasha siempre fueron adictivos, por alguna razón no podía dejar de sentirla durante el día cuando no la tenía cerca mío, cada vez que estábamos en entrenamientos o misiones trataban de enviarnos separadas, porque según Steve y Tony no estábamos concentradas al estar juntas y es cierto, la última misión a la que fuimos no resultó del todo bien y en parte fue nuestra culpa por estar distraídas. Natasha se lastimó la rodilla y yo fui ayudarla, y eso acabó en una sesión de besos y es difícil acabar con una sesión de besos.

—¿Dormirás a mi lado toda la noche?—Pregunté rodeando con mis brazos el cuello de la rusa.

—Dormiré pegada a ti, sabes que me gusta eso.

Se recostó a mi lado y yo acomodé mi cabeza en su pecho.

—Me gusta que duermas pegada a mí.

—Tú me gustas, Wanda Maximoff futura Romanoff.—Murmuró mi novia.

Llevamos ocho meses viéndonos a escondidas... Por Steve y Tony, sin embargo hace unas semanas se enteraron, ya que Natasha me ha dicho amor en medio de una cena importante, y todos los vengadores están al tanto de que entre la viuda y la bruja algo sucede.

—Futura Romanoff, me gusta eso...—Murmuré con pesar. Sentirme parte de una familia... Mi sueño.—Tendremos un niño y una niña.

—Y un hurón, como aquél de la tienda de mascotas, ese que mordió a Tony.—Sonrió Natasha.

—Pobre hurón, que vida más trágica, la cantidad de infecciones que ha de tener Stark.—Dije con desprecio y la pelirroja besó mi nariz.

Sabe como intentar calmarme cuando estoy molesta por Anthony Stark, es desesperante, y sobretodo cuando no permite que mi novia duerma conmigo como si fuese mi dueño o yo fuese una niña. ¡Natasha no puede embarazarme! Pero asegura que debemos estar descansadas, porque puede ocurrir una emergencia en cualquier momento y asegura que Romanoff consumiría toda mi energía durante la noche, ya que para él estamos siendo hormonales y ovulamos en exceso.

—Deja de odiarlo, él sólo espera lo mejor.

Giré los ojos.

—Es un imbecil...—Observé a mi novia hacer un pequeño puchero.—Pero tu contrarrestas lo malo.

Ella sonrió y se acercó hasta mi cuello comenzando a succionar la piel de aquella zona.

—Mía, sólo mía.—Murmuró ella.—Mía si me lo permites...—Dijo levantando la mirada.

Sonreí levemente y asentí.

—¿Otra vez estás celosa por Barnes?—Pregunté burlona y soltó un gruñido.—No me gusta, cariño... Sólo me gustas tú.

—¿Sólo yo?—Dijo lamiendo mi cuello.

—Basta.—Dije comenzando a reír.—Me haces cosquillas, Natasha.

Ella sonrió y dejó un beso suave en aquella zona.

—Siempre vas a ser sólo túm—Murmuré.

—Prometelo.

—Lo prometo.—Dije perdiéndome en sus ojos.

El color verde más puro que he visto en mi vida.

—¿Aún recuerdas todo?—Preguntó Natasha observando el cielo. Solté su mano y sonreí.

—Lo recuerdo perfectamente bien... Cada detalle.

Ella giró su rostro.

—Como novias... Éramos bastante lindas.

La miré algo ofendida.

—¿Ya no crees que tu esposa sea atractiva?—Pregunté jugando.

—Claro que eres atractiva, brujita, es sólo que... Es diferente, estamos mayores.—Bromeó la pelirroja mientras se sentaba y movía las gafas de Anahel.—¿Notas que ella se durmió?

Nuestra pequeña de tres años roncaba junto a su madre.

—Déjala. —Sonreí.

Natasha giró su rostro hasta mí.

—Fue lindo recordar aquella época. ¿Tienes más cosas que enseñarme?—Preguntó y asentí.

—He tratado de ver más allá, conocer nuestras vidas anteriores y... Futuras, quiero saber que nos depara.

—¿Qué encontraste?—Preguntó emocionada.

—Si te digo... No sería tan interesante.—Sonreí.

—¿Nos queda mucho?—Preguntó ella algo atemorizada.—No quiero perderte...

—Nos queda los que nos tenga que quedar, Natasha.—Dije tomando su rostro.—Y créeme que voy a disfrutar cada uno de nuestros reencuentros, siempre.

—Seamos amantes... De esas que se ven a escondidas.—Dijo con una sonrisa antes de besarme.

—Si supieras...—Rocé mi nariz con la suya antes de pegar mi frente a ella.—¿Te confieso algo?

—Lo que quieras.

—A veces... Pienso en que me da miedo morir... —Murmuré.—Pero luego recuerdo que volveré a ti, porque siempre vuelvo a ti, y eso... Es más que suficiente.

Natasha me enseñó una sonrisa encantadora y vi a Anahel levantarse para huir hasta mí con mucho mal humor. Alejó a Natasha y yo comencé a reír ante la mueca de la rusa.

Ya sólo nos queda disfrutar.

Nota de autor:

¡Hey! Lamento tardar, se me hizo muy tarde ayer entre tantas cosas.

Muchas gracias por llegar hasta aquí, en serio. Gracias por bancar mis fanfics, son lxs mejores. Nos leemos en please, save me.

-Codex.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top