60° (+)
Wanda's pov:
—Lamentamos molestarte... —Murmuraron al unísono el par de mocosos descerebrados.
No había mucho que esperar de ellos, puesto que sus padres eran dos monos también, monos monstruosos que pensaban cosas horribles, pero nada que un poco de control mental no solucione.
—Uh...—Murnuró Noah escondiéndose tras de mí. —No les creo... —Susurró.
—Niños. —Habló el padre de la familia. —O se disculpan o mataré a la abuela.—Dijo el padre y observé a Natasha quien estaba a cargo de dirigir lo que los padres dirían. Ella me sonrió y yo giré los ojos.
—¡No, la abuela no!—Sollozó uno.—¡Perdóname, Noah! ¡Eres más hombre que yo, lo siento mucho!
Noah asintió rápidamente.
—Sí, sí, ya sé que lo soy.—Murmuró.—Gracias por disculparte, no te perdono, espero que vivas con eso.
Mi pequeño se dio media vuelta y subió al auto mientras Emma gritaba por la ventana.
–¡Eso, Noah!
Natasha hizo que los padres regañaran a los niños y todos volvieron a su hogar. Era manipularlos mentalmente o que Natasha acabara con la vida de alguno debido a la cantidad de barbaridades que decían por minuto, existen tantas personas tan malas en el mundo que si dejaría a Natasha matarlas a todas... Lo admito.
[•••]
—¿Entonces me cuentas una historia?—Preguntó Emma mientras se destapaba por cuarta vez.
—Amor, es tarde y...
—Me contarás una historia. —Insistió y giré los ojos.—Mami, por favor.
—Claro, amor. Esperemos a Noah y les contaré una historia. —Murmuré.—¿Te parece?
Noah apareció por la puerta del baño y se recostó junto a Emma rápidamente.
—¿Para que usan la otra cama?—Pregunté viendo lo desordenada que se veía.
—Allí duermen los ositos. —Murmuró Noah. —Y así no tienen frío.
Sonreí.
—Okay, muy bien. Pensaron en todo.—Dije con una sonrisa. —¿Qué historia quieren oír?—Pregunté.
—¿Cómo se conocieron mami y tú?—Preguntó Noah.—Porque yo antes tenía otra mami, pero no la recuerdo mucho, sólo en las fotografías de cuando era un bebé.
—Yo no tuve otra mami. —Dijo Emma. —Sólo dos mamis y un papi que es ese señor que ya no tiene barba.
—¿Quieren saber sobre sus madres y padre?—Pregunté y ambos asintieron.—Bien... Es algo largo, y ambos sabrán muchas cosas a partir de ahora... —Comencé.
—Yo ya sé que Emma es hija de un señor malvado.—Dijo Noah.—Y ese señor come niños.
—Steve no come niños.—Dije rápidamente. Natalia y Steve ya no se llevan bien desde lo de Emma, de seguro ella les metió aquella idea.—Él hace lo mejor que puede, como todos nosotros.
—¿Por qué no me cuidó?—Preguntó Emma.
Okay, ésto se me está yendo de las manos.
—Mejor hablemos de algo... —Comencé nuevamente. —Noah nació de mí.—Dije sonriente. Jamás había tocado este tema, con Natasha decidimos dejarlo fluir. —Yo lo llevé nueve meses en mi... Pero también es mitad de mamá Natasha.
—Mami Natasha. —Me corrigió Noah.
—Es mamá. —Le corrigió Emma.
—Mami, mamá, da igual... —Dije yo. —El punto es que... Por cosas de la vida... A Noah... Lo crió otra mami.
—Mariah. —Dijo Noah emocionado.—Ella era mi mamá. ¿Ella murió?—Preguntó.
Joder. Cada vez se pone peor.
—Bueno, Mariah... —Dije tragandome la molestia que me provocaba la pelinegra.—Es madre de Emma. Emma es hija de Mariah y Steve, pero también es nuestra pequeña... Emma tiene cuatro padres... y Noah tres madres. —Sonreí.
—¿Y Ana?—Preguntó mi pequeña.
—Ana tiene sólo dos mamis.
—Buenas noches, amores. —Dijo Natalia desde la entrada. —Buenas noches, hermanitos. —Dijo tomando la mano de Ana y despidiéndose de ellos. —Iré a dejarla a su habitación, ¿ya van a dormir?
—Traté de contarles una historia. —Dije rápidamente.—No sirvo para ello.
—Ya vendré yo a contarles una mientras mamá se da un baño de espuma que le he preparado.
Natalia salió y yo la seguí fuera de la habitación.
—¿Hablas en serio?—Pregunté entrando con ella a la habitación de Anahel.
—¿Por qué mentiría?—Encendió las luces.—Te preparé un baño, hoy luego de ir al trabajo... —Suspiré.—No te enojes, sabes que necesitan de mí.
—Dijimos que mientras Ana cumpla un año no trabajarías. —Tomé a mi bebé y la dejé en su cuna. —Además... Los vengadores y tú incansable necesidad de ponerlos antes que a ti misma, nos separaron. No quiero que vuelva a suceder.
—Los vengadores ya no son mi familia. —Aclaró. —Son ustedes, tú y mis tres ángeles.
—Date dos semanas al menos. —Pedí acercándome a ella. Uní nuestros labios y tomé su cintura juntando nuestras pelvis. —Por favor.
—¿Qué haría en dos semanas? —Murmuró. —Necesito...
—Yo te necesito. —La interrumpí. —Necesito que me beses... Que me acaricies, necesito tenerte, Natasha. —Insistí. —¿Hace cuánto no hacemos el amor?
—La bebé sólo tiene unos meses, y...
—Ya son cinco meses, amor... —Insistí comenzando a besar su cuello. Natasha se tensó y sonrió.
—Te compré algo, ve a darte el baño y luego revisa la bolsa en la cama, iré a ver a nuestros pequeños...—Besó mi cuello con suavidad antes de separarse caminando fuera de la habitación dejándome con ganas de un poco más de atención.
Amo los besos en el cuello. Amo que me bese.
[•••]
Natasha's pov:
—¿Entonces que historia quieren?—Pregunté tomando algunos cuentos y dejándolos sobre la cama.—¿Los tres cerditos? ¿Caperucita azul?
—Es roja.—Dijo Noah quien volvía a ir al baño. —Yo quiero saber como conociste a mami.
—¡Yo también!—Dijo Emma emocionada.—¡Amo las historias de amor!
Sonreí y me acomodé en la cama de junto.
—Bien, les contaré. —Suspiré.—Luego de que yo... Dejara de trabajar para... Una organización en la que trabajaba.—Comencé recordando la habitación roja.—El tío Clint me contrató para shield, otra organización que años más tarde dejó de operar bajo ese nombre. —Observé el techo y vi como ambos se acostaron a mi lado en la cama.—Conocí a Wanda al llegar al complejo de los vengadores luego de... Haber conocido al tío Tony, al tío Clint, al tío Steve... Ella y el tío Pietro fueron... Enemigos, ambas éramos adolescentes y recuerdo muy bien como usó sus poderes para meterse en mi mente, la odié, sin embargo... —Noah se sentó frente a mí. —Por alguna razón extraña me gustaba cada vez que en el desayuno me decía "Nataska, ¿Haz visto el azúcar?"—Sonreí. —Y luego de que me encargaran entrenarla...
—¡¿A tu enemiga?!—Dijo Emma espantada.
—Ya era amiga en ese entonces. —Murmuré. —Empecé a entrenarla y nos hicimos amigas, ella, la tía Carol y yo salíamos bastante junto a la tía Val... —Sonreí. —A la tía Carol le gustaba mamá, pero mamá gustaba de mí y comenzó a repetirmelo constantemente. Todos sabíamos, pero yo... No tenía tiempo para novias, estaba bastante ocupada pensando que...—Me quedé en silencio.
—¿Que no eras suficiente para ser amada?—Preguntó Noah quien había leído mi mente.
—No lo hagas más. —Murmuré. —Pero sí, sin embargo un día su madre y yo nos besamos por primera vez, y yo sabía lo enamorada que estaba de ella... Pero ese beso me confirmo el mayor de mis temores...
—¿Cuál?—Dijo Emma.
—Perderla. —Sonreí. — La besé y me prometí que no perdería más el tiempo, la invité a cenar y... Le pedí que sea mi novia, pasamos... Años muy lindos...
—¿Y qué pasó?—Dijo Noah quien se veía perdido en la historia.
—La perdí. —Murmuré. —Luego de... ¿Tres o cuatro años? No recuerdo, sólo sé que pasó y... La amaba tanto que... Me permití avanzar, porque no quería odiarla, no quería pasar por ese duelo en donde todo el amor que sientes o sentías se transforma en algo horrible que sólo te lleva a odiar a quien alguna vez fue importante. Jamás odien a alguien que amaron—Noah asintió. —Y luego nos reencontramos, yo la recordaba con mucho amor, pero ella... Aún me amaba.
—¿Y tú a ella?—Preguntó Emma.
—Yo amaba a alguien más, a quien aún amo mucho, pero... El amor se transforma cuando no quieres que se acabe, y yo no quería que acabe, así que me permití... Amar de formas diversas.
—¿A mi otra mamá que no era mi mamá?—Preguntó Noah.
—Mariah siempre será tu madre.—Murmuré. —No te gestó, pero te amaba como si lo hubiese hecho... —Observé a Emma. —Mariah... Era el nombre de tu madre, y ella era una gran mujer, me hizo muy feliz... Pero no estábamos hechas la una para la otra... Así quiso la vida que ocurriese todo.
—¿Y mamá y tú?—Preguntaron al mismo tiempo y me levanté sonriente.
—Mamá y yo estamos hechas para amarnos, bebés. —Murmuré. —Ahora a dormir, mañana hay escuela.
—¡Adiós, mami!—Se despidió Noah.
Salí de la habitación con una absurda sonrisa en el rostro. Mi familia significa todo para mí, no hay forma de que algo más que ellos me importe, incluso cuando Wanda se queja de que paso mucho trabajando, es únicamente por ellos. Los vengadores ya no existen para mí, no volvería a pelear a su lado... Por hacerlo una última vez perdí a mi hermana y mi hija a su madre, jamás perdonaré a Rogers el querer arrebatarme a Emma cuando él no es capaz de pensar en algo más que su sombra, no me interesa si ahora cambió. Le di muchas oportunidades, me cansé de ello.
Llegué a la habitación que comparto con mi esposa. La vi recostada en la cama con aquél traje transparente que había comprado para ella, era un cero por ciento de posibilidad y un cien por ciento de esperanza de que quisiera usarlo.
—Creí que no te gustaría. —Murmuré.—¿Eso que veo es para mí, señora Romanoff?
(+18 contenido adulto)
Ella sonrió separando lentamente las piernas antes de soltar una risita grave.
—Natalia, eres... Incorregible, pero me gustas tanto...—Dijo de forma ronca. —Lindo traje transparente, deberías haberme pedido que te espere desnuda y ya.
—Eso le quitaría la energía de quitarte la ropa con los dientes. —Dije abriendo mi blusa y dejándola caer.—¿Eso es para mí?—Insistí mientras dejaba que mi pantalón cayera al suelo.
Caminé hasta la cama y Wanda asintió.
—Toda tuya y sólo tuya, Nataska.
—Me gusta como suena eso. —Dije tomando su tobillo y pegando mi lengua a su piel subiendo lentamente por su pierna. El aroma dulce de la piel de Wanda se clavaba en mí dejándome anhelarla más. —Que dulce...
—No es lo único. —Se jactó.
Llegué a su muslo chupando con suavidad la carne blanda que lograría hacerla temblar.
—Cariño... He estado allí, no es dulce... Pero me gusta. —Murmuré antes de lamerla sobre la tela del traje.—¿Puedo?
—Puedes... —Murmuró ella y abrí la parte baja del traje dejando su sexo expuesto para mí. —Es tan sexy que me preguntes incluso siendo mi esposa...
—Soy tu esposa... No tu dueña, debo preguntar.—Murmuré antes de dejar un hilillo de saliva sobre su sexo.
—Eres mi dueña... —Dijo ella observando. Nos observamos fijamente unos segundos.
—No de esa forma, amor.
Ella asintió pérdida ante mis caricias suaves sobre sus labios mayores. Wanda subió una de sus piernas a mi hombro y yo comencé a chupar sus pliegues.
—Nat...
Separé bien sus muslos y la pegué más a mi boca disfrutando de la sensación de sus manos jalando mi cabello mientras gemidos atormentados y roncos escapaban de sus labios delgados.
—Dios... Extrañaba esto. —Jadeo al sentir como mi lengua presionó con suavidad su nervio rigido. Lo succioné lentamente y ella llevó sus manos a sus senos presionandolos. —Mierda, Nataska...
Nada más amoroso que la forma en que besé cada punto que podría hacerla temblar y delirar por un poco más de tacto.
Cinco meses sin hacer el amor por falta de tiempo o simplemente porque la bebé no se dormía el suficiente tiempo, al fin poder sentirla es una maravilla.
Extrañaba acariciarla.
Subí a unir nuestros besos de forma dulce mientras mis dedos se hundían en su interior buscando un punto que lograra acercarla a ese orgasmo.
Una embestida tras otra y sentía la humedad de Wanda empapar mis dedos.
—¿Te gusta así?
—Estoy cerca.—Dijo pegando su frente a la mía.
Mantuve un ritmo que se ajustara a sus deseos... "Más rápido" "así" "sigue así, Natalia", sus deseos son mis órdenes.
—Nataska. —Gimió y pude ver su abdomen contraerse. —Mierda, te amo tanto.
—De nada supongo. —Bromeé antes de embestirla un par de veces más. —¿Me toca?
—Sí, te toca. Te lo mereces.—Bromeó.
¡Triunfa el mal!
Nota de autor:
¡Hey! Lamento la tardanza, quise escribir todos los capítulos antes de subirlos, me tomé el día de ayer para descansar, estuve leyendo cómics y así.
Tengo muchas ganas de sacar todos los fanfics que tengo en borradores, probablemente el próximo sea "teacher's pet" pero depende del apoyo que tengan los 3 fanfics activos y todo eso
-Codex.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top