30°

Natasha's pov:

Llegamos a la base. Completamente desierta.

Salimos de la nave esperando lo mejor, de cualquier forma estaba todo tan escondido, vacío y hasta viejo que ni siquiera creímos que necesitaríamos armas. Cada uno llevaba armas, pero probablemente fuese en caso de que quisiéramos matarnos entre nosotros.

—¿Estás seguro de que está aquí?—Pregunté.

—Sí, busqué información, y debería estar en su habitación encerrada.

—No es por quitarte esperanzas, pero en cinco meses una niña de cuatro años no sobreviviría. Noe es una humana mitad brujita, y dudo que sea capaz de sobrevivir, no es muy lista y...

—Mi hija es una Rogers. Somos especiales.

—Lanzarte contra una granada y repetirlo todo el tiempo no te hace un sobreviviente, Steve. —Murmuré y él giró los ojos.

—Sólo te lo comento, ya que parece que todo el tiempo pareces no notar que estás frente al que detuvo la segunda guerra mundial.

—Me das vergüenza, no puedo creer que tuve que besarte para disimular, ¿sabes cuántas veces enjuagué la boca luego de eso?

—Ajá, porque creciste torcida.

—Torcido tienes el...

Escuchamos un llanto y me callé de inmediato. Comenzamos a correr en dirección al lugar, llegamos a un pasillo sin fondo, oscuro. Vimos a una pequeña niña dentro de un cubículo.

Es del tamaño de Noe...

La pequeña niña rubia estaba hecha bolita sobre una cama de color rosa.

—Monstruos... —Murmuré. —Rompe el cristal.

—Es a prueba de golpes. —Murmuró.

—¿Cómo lo sabes?—Pregunté y él se puso de rodillas y tocó el cristal.

—¿Emma? Soy yo. Soy papá. —Murmuró. La pequeña levantó la mirada y vi su rostro. Tiene los ojos azules y es idéntica a ella.

Joder...

La pequeña se levantó y se acercó hasta el cristal. En ese momento noté algo, caminaba con un pequeño bastón.

—No ve... —Murmuré y Steve suspiró.

—Hey, cariño. ¿Cómo está Demka?—Preguntó.

—Tranquila, no se siente mal, y hoy tiene menos hambre. —Murmuró ella sonriente. —¿Hoy podré tocar tu rostro?

¿Quién es Demka?

—¿Demka?—Pregunté.

—Experimentaron con ella, lo sabes. —Murmuró.—Vine hace dos días, le di comida y bueno, he decidido investigar antes de sacarla.

—¿La sacaremos o me trajiste para alimentarla? —Bromeé.

—No es una mala idea, pero quiero llevarmela. —Murmuró sacando una inyección desde su cinto. —Abriré la puerta y le inyectaré esto.

Vi el líquido de color verde espumear dentro de la jeringa.

—Rogers, no puedo dejar que le inyectes eso a una niña de cuatro años que es hija de mi prometida.

—Leí sobre sus medicaciones, ésto nos servirá para llevarla a la base.

—¿Le preparaste una habitación?—Pregunté y él negó.

—Luego de que Banner la revise tendré que encerrarla nuevamente. —Murmuró encendiendo el botón e inyectando a la pequeña quien rápidamente cayó en sus brazos. —Muy bien, amor... Ya estarás en casa.

—¿Por qué? ¡Es una niña!—Me quejé. —Debería estar conmigo, yo puedo cuidarla.

—No, no puedes. No puedes manejar ésto.

—He criado a Noe, puedo con ella.

—Romanoff, no lo entiendes.

Suspiré.

No puedo dejar a Rogers cuidarla.

La tomé en brazos.

—Encargate del vuelo.

_________________________________________

Al llegar la pequeña abrió los ojos y Steve había bajado de la nave en busca de Banner.

—Hey, hola. Soy Natasha. —Hablé.

La niña observó un punto fijo y de pronto una bestia de color negro se apoderó de su cuerpo.

—¡Mierda!—Me quejé y salí corriendo de la nave. Mientras que el monstruo de color negro me perseguía.

Steve y Banner venían caminando. Bruce me ayudó a levantarme ya que al salir caí sobre la hierba.

—¡¿Qué cojones es eso?!—Grité espantada.

—¡Eso es mi hija!—Dijo Steve tomando una inyección nueva y clavandola en Emma. —Y Demka es su simbionte.

—¿Qué? ¿Qué es un simbionte?

—Un extraterrestre que unieron al cuerpo de Emma en cuanto nació. —Murmuró Banner. —Creyeron que al tener genética del único portador del suero de super soldado soportaría un huésped. Era la anfitriona perfecta para Ross y sus negocios sucios en Hydra.

—¿Cómo sabes que Ross estaba metido con Hydra?—Pregunté calmandome al ver a la pequeña volver a ser una pequeña normal. —¡Casi me come!

—Demka es algo agresiva con la gente nueva. —Murmuró Steve. —Las inyecciones cada vez la duermen menos tiempo, el huésped está comenzando a fortalecerse del suero, se llevan bien, y es un simbionte adecuado a ella, hay características que no son de las de un simbionte común y adulto.

—Llamé a Eddie. —Murmuró Bruce.—Dijo que vendría durante la semana a echar un vistazo.

—¿Eddie?—Pregunté.

—Es anfitrión de un simbionte llamado venom.

Asentí algo mareada.

—Debo sentarme.—Murmuré viendo como Steve se llevaba a la pequeña rubia.

—¿Por qué pudo seguirme si la pequeña no ve?—Pregunté. — No entiendo.

—Ella es no vidente, Demka ve a la perfección. Hydra la usaba para cazar personas que pudiesen utilizar en experimentos, sobretodo niños, Demka se comía los cerebros de los adultos y... Ella buscaba niños en familias pobres, de gente que sabían que jamás podrían llegar a ellos o siquiera pensar en buscarlos, no tenían los medios.

Sentí dolor de estómago al pensar en que la hija de Mariah tuvo que pasar por aquello.

—¿Y cómo es posible que solucione la visión sólo al estar ella?

—Emma no sabe controlar ambos cuerpos, es controlada por Demka, arrebatarsela sólo empeoraría la salud de la pequeña, ha pasado por muchas intervenciones, ninguna dio frutos, con mucha ayuda de grande podrá controlar al simbionte y mejorar su vista.

—¿Intervenciones de qué tipo?

—Para que pueda ver, ella nació con la capacidad de ver. En hydra se la arrebataron luego de un accidente. Algo que salió mal en el primer encuentro con el simbionte... Intentaron mejorar eso, pero jamás pudieron, o eso creían, sin embargo no era necesario ya que Demka les servía para su propósito... Cazar niños, eso era lo que les importaba.

—Tener conejillos de indias. —Murmuré asqueada. —Emma tiene sólo cuatro años.

—De hecho, tres y medio. —Murmuró Steve. —La encerré, conecté todo. Revisala ahora, Banner. Gracias, Romanoff. —Murmuró Rogers.—Debemos trabajar, si quieres visitarla no tengo problemas con ello, pero con la condición de mi pequeña no creo que lo mejor sea que alguien más la cuide, y aunque Mariah quisiera evitarlo, ella ya no está, y tú sólo eres su pareja. Emma es mi hija.

Asentí lentamente.

No tengo ganas de pelear.

Esto cada vez es más extraño.

Nota de autor:

2/4

-Codex.

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