24°
Wanda's pov:
—Buen día, Buana. —Murmuró Noe recostandose sobre mi pecho. —Tu corazón. —Murmuró acomodándose a oírlo.
Sonreí levemente. Estiré mis manos y las pasé por su espalda. Ella me observó fijamente y besó mi mejilla.
—¿Hay caramelo?—Preguntó y asentí.
—Hice un poco ayer, ¿recuerdas?—Ella asintió.
—Iré con mamá.
Bajó de la cama y abrió la puerta con la mente antes de salir. Observé extrañada como se desenvolvía con tanta naturalidad.
Es como... que ella asumió con tanta naturalidad sus poderes, le pertenecen. Ella es sus poderes. Son uno solo.
Me levanté y caminé hasta el baño, darme una ducha no estará nada mal. Realmente Noe es agotadora, ni siquiera termino de digerir que es mi hija, no he podido, me sumí tanto en disfrutar a su lado todos estos casi cuatro años alejadas que de pronto estoy como "es mi hija, eso es genial" y vuelvo a creer que es una locura. Supongo que tardaré en acostumbrarme.
¿Alguna vez me dirá mamá? ¿Alguna vez seré a quién recurra cuando su vida falle?
El agua comenzó a caer sobre mi cuerpo, sentía menos tensión en mi cuello y eso es algo que agradezco. Todo el tiempo siento tensión allí y ni siquiera he entrenado como para poder decir que mis músculos están tensos. Es sólo Noe.
Al salir del baño luego de replantearme veinte veces el hecho de que mi hija está conmigo, me envolví en una toalla y caminé hasta la habitación. Al salir del baño me encontré con Natasha recogiendo la ropa sucia. Me detuve y ella levantó la mirada apartandola con rapidez.
—Creí que estabas con Noe. —Dijo rápidamente.
—No... yo... Me metí a la ducha cuando ella bajó a... Bueno, bajó a comer caramelo.
Natasha volvió a levantar la mirada, me sentí cohibida al verla recorrerme por completo con los ojos.
—Cada vez te ves mejor. —Murmuró. Tosió levemente. —Perdón, fue innecesario y...
—No, no... —Sonreí.—Tal vez no es el momento, pero no estuvo mal. —Sonrió. —Sólo que... —Pasé mi lengua sobre mis labios intentando mojarlos.—Con ropa habría sido más... Cercano.
Ella soltó una risita.
—Creo que sin ropa es bastante cercano. —Murmuró y sonreí. —Dios, lo siento. Perdón, parezco una hormonal, lo lamento.
—Gracias por tu... halago, supongo. —Comenté nerviosa. ¿Ésto es real?
—¡Buana, más alto! —Escuchamos abajo. Ambas nos pusimos alerta.
Natasha quiso bajar y la detuve.
—¡¿Qué haces?!—Se quejó intentando moverse. Dejé caer la toalla y comencé vestirme. —En otras circunstancias no me habría quejado de ver a una chica desnuda, pero créeme que en éstos momentos prefiero la seguridad de nuestra hija.
—Cállate, Romanoff. —Gruñí. —Bajaré yo primero, dijo Wanda,
—¡¿Y si hay otra tú?!—Preguntó. Tomé mi cabello en un rodete y abrí la puerta.
—La detendré, pero tu con tus bites maricas no lograrás nada. —Dije rápidamente.
—Deja que me mueva al menos. —Gruñó.
—No.
—Sí.
—No. —Insistí.—Te conozco, vas a correr a atacarla y ni siquiera sabemos que o quien es.
—No haré nada. —Dijo rápidamente.
—Prometelo.
—Lo prometo.
Entrecerré los ojos y la observé.
—Bien.
Le permití moverse nuevamente, abrió la puerta y salió corriendo hasta que la detuve jalando su tobillo y cayendo ambas al suelo.
—Lo prometiste. —Me quejé.
—Crucé los dedos.
—Ni podías moverte. —Insistí.
—Fue mental, tonta. —Gruñó ella soltando una patada en mi mano para liberarse.
—Auch.
Saltó por la escalera y yo bajé tras ella, llegamos al comedor y mi cuerpo se tensó.
Noe reía junto a una Wanda Maximoff con el cabello anaranjado y a su lado, una Natasha rubia con el cabello algo ruloso y salvaje. Tiene los ojos azules.
—¿Quién carajos son ustedes?
—¡Eso no se dice!—La regañó Noe. —Ella es Wanda. —Murmuró.
La miré extrañada.
—¿Por qué ella es Wanda y yo Buana?—Pregunté y ella me ignoró.
—Tiene tu humor. —Murmuró Natasha. Pateé su tobillo y soltó un gruñido.
—Hola, soy Natalie. —Sonrió la rubia estirando su mano hasta mí. La estreché y luego repitió el proceso con Natasha que no correspondió el saludo. —Y ella es mi esposa Wanda Maximoff, también conocida como la bruja escarlata.
—Hola. —Saludó de forma más seca la pelirroja de cabello corto.
—Lindo estilo. —Murmuré y me sonrió levemente. Es algo dura.
—¿De donde salieron éstas?—Insistió Natasha.
Natalie comenzó a reír de forma encantadora y caminó hasta su esposa.
—Bueno, estábamos en nuestra casa, y de pronto Strange dijo que nos necesitaban por aquí, algo raro está ocurriendo, y nuestro debes es descubrirlo, ya que somos las versiones principales de ustedes.
—Lamento desilusionarte. —Contestó otra Natasha tras nosotras. Nos giramos y Nat tomó mi cintura apegandome a ella con temor. Es adorable ya que es más bajita que yo. —La principal soy yo, y mi brujita. —Contestó estirando su mano para recibir a otra Wanda un poco más mayor, sin embargo no tan mayor como esta Natasha.
—Ya mismo se muere la anciana. —Comentó mi ex novia y yo solté una risita.
—¿Qué es ésto?—Pregunté algo mareada. —¿No aparecerán otras, no? —Pregunté.
Se miraron entre ellas.
—Creí que la insoportable que te robó a tu novia vendría, sin embargo llegó tarde como siempre. —Murmuró la Wanda de cabello más corto a Natalie.
—Sí, es típico en ella.
La Natasha más vieja cerró la puerta rápidamente y escuchamos un golpe seguido de un quejido.
—Y ya llegó. —Comentó la novia de Rushman.
—¿Wanda?—Preguntó Pietro entrando con la nariz empapada en sangre. —¿Wandas?—Preguntó.
—Pietro. —Contestó la novia de Rushmam. —Estás vivo....
—Dios, no debí probar esos brownies. —Se quejó mi hermano. —Bien, hermanas y... Natashas.
—Ésto es incómodo, ¿todo bien?—Preguntó la Natasha más anciana.
—Muy incómodo. —Dijo algo celosa su esposa.
—Eso fue tu culpa, ni te enojes. —Gruñó.
—No lo mires entonces.
—Está frente a nosotras, ¿qué hago? —Insistió.
—Piolín está en mi auto, alguna de mis hermanas debería...
—¡¿Piolín?! —Gritó la Natasha más anciana sonriente. —¡¿Dónde?!
Salió corriendo seguida de su novia. Noe las siguió y vi como Nat no soltaba mi cintura.
—Hey, todo está bien.—Murmuré.
—¿Quienes son éstas copias?
—Llamaré a Strange.—Murmuré y ella asintió, sin embargo no me soltó. —Necesito mi cintura libre para caminar.
Noté como se sonrojó y me soltó rápidamente. Oí las risas de la otra pareja frente a nosotras.
—¿Están conociéndose aún?—Preguntó Rushman y negué.
—Somos ex y la niña a la que vieron, es nuestra hija. Larga historia.
Ambas asintieron.
—Nuestros hijos están en casa. Billy y Tommy, son bastante grandes.
—Técnicamente soy su madre adoptiva, ya que los tuvo con su ex. —Murmuró Rushman.—Pero sí, me dicen mamá.
—¿Quién es tu ex? Dime que no es Mariah Hill. —Giré los ojos.
—Vision. —Comentó Wanda de cabello corto.
—No hablen de él. Fui tan feliz al verlo hecho pedazos. —Contestó la otra Wanda. Ambas la miramos espantada.
—¡Era mi mejor amigo!—Me quejé.
—¡Y mi esposo!—Se quejó la otra Wanda.
—Casi destruyó mi matrimonio.—Murmuró. —No me juzguen.
Necesito hablar con Strange.
Nota de autor:
¿Alguna vez leyeron freaks? No me fumé nada lo juro. A ver si adivinan que wanda y que natasha son las que aparecen aquí.
-Codex.
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