23°
Natasha's pov:
—Beber me alivia... –Murmuré al ver a Wanda de pie frente a mí.
Se preguntarán como acabe bebiendome casi todo el bar. Pues simple, encontré las fotografías con Mariah y no puedo dejar de pensar en eso y en que soy una jodida traidora por estar haciendo ésto con la familia que tenía con Mariah. La extraño... La extraño tanto y vivo a diario intentando no extrañarla, pero... Lo hago.
—Beber no te alivia, no poder pensar lo hace. —Murmuró ella. Suspiré. —Anda, deja eso.
—No quiero... Quiero beber. Noe se durmió y... —Tomé mi cerveza. —Ésto está rico.
—Nataska. Deja eso. —Insistió ella e intentó quitármela.
—No. —La detuve. Ella gruñó y sus ojos cambiaron de color.
Para cuando me di cuenta no tenía alcohol cerca y ella había tirado todo a la basura.
—Te odio. —Murmuré. —Una vez a la semana no le hace daño a nadie.
—A no ser que desarrolles una adicción. —Se quejó ella. —No, Natalia. No está bien.
—Wanda, piedad por favor. —Murmuré sentándome en el sofá.
Ella se mantuvo frente a mí con las manos a cada lado de su cadera. Trae pijama.
—¿Qué pasa contigo? Desde que supimos lo de Noe estás actuando así, llevas dos semanas bebiendo cada dos días.
—Extraño a Mariah. —Admití.—No puedo evitar sentir culpa al ver que estoy viviendo aquí contigo, en su casa... Con su hija.
—Nuestra hija. —Me corrigió.
—Ella se fue creyendo que era su hija. —Murmuré y sentí lágrimas cayendo por mis mejillas. —Ella y yo íbamos a casarnos, ¿por qué cada vez que quiero sentar cabeza no funciona?—Pregunté dolida. —¿Acaso no merezco ser feliz?
—Nat...
—No, no. —La detuve. —¿Sabes qué es gracioso?—Pregunté y vi confusión en su mirada.—¿Sabes?
—No, no le veo la grac...
—Iba a pedirte matrimonio para nuestro tercer aniversario, y nos separamos. Le pedí matrimonio a Mariah y murió, jamás podré casarme o tener una familia, porque por alguna razón... Siempre lastimo a la persona que amo. —Sollocé. —Siempre condeno el amor que siento.
Wanda apartó la mirada.
No dijo nada.
—Está bien, me voy a dormir. —Murmuré intentando levantarme. Ella tomó mi cintura antes de que siga caminando, y lo agradezco porque sabía que caería al suelo, no me hizo bien beber tanto.
—¿Ibas a pedirme que me case contigo?—Preguntó.
—¿No te lo dijeron?
—Creí que no era en serio... —Murmuró.
—Clint guarda las alianzas. —Suspiré y me aferré a los hombros de Wanda. Me siento tan mareada.
—¿Por qué no me lo dijiste?—Preguntó ella dolida.
Solté una risita. Es gracioso que lo diga cuando yo tuve que dejar mis valores de lado por salvar su culo que estaba del lado incorrecto.
—Porque no habría cambiado nada, tú estabas en otra dirección, y aunque no lo creas... No habríamos funcionado. —Murmuré. —No así, no en ese momento... Sólo nos habríamos hecho daño y... Aunque te me haces linda y muy atractiva, creo que...
—No en ese momento...—Murmuró ella y giró el rostro para observarme. —Pero ya maduramos...
Tragué saliva al sentir su aliento chocar tan cerca conmigo.
—Huelo a alcohol. —Advertí.—Y... Tal vez no sea la mejor decisión que puedas tomar la de creerle a una mujer ebria y depresiva.
—Ya sé... —Murmuró tomando mis mejillas. —Me arriesgaré. —Dijo rozando su nariz con la mía.
—Odio tu nariz... Es pequeña. —Dije nerviosa.
—Ajá... –Susurró. Comenzamos a caminar hacía atrás, quería alejarme sin embargo no solté sus brazos en ningún momento.
—Huelo a alcohol.—Insistí. —Mi aliento y mi boca...
—Déjame ver. —Susurró rozando nuestros labios.
—Wanda...—Jadeé.—No lo recordaré.
—Pero es lo que quieres... Me quieres a mí... Lo sabes, Nataska... —Gruñó contra mi oído.
Dios.
—Wanda...
—¿Puedo besarte?—Ronroneo contra mi mejilla.
Su acento agolpado, su perfume inundando mis sentidos, sus manos acariciando mi rostro y su cuerpo casi pegado al mío estaban nublando mi razón. Si es que aún tengo razón.
—Bésame.—Cerré los ojos esperando sus labios, sin embargo cuando volví a abrirlos ella estaba moviéndome.
—Hey, deja de beber hasta dormirte. Te hace mal.—Murmuró. —Te llevaré a tu habitación, ven aquí.
Me levanté del sofá no entendiendo absolutamente nada. La vi sonreír levemente y bostecé.
—¿Qué pasó?—Pregunté.
—Bajé por agua, Noe y yo mirábamos películas en mi habitación. Está durmiendo en mi cama, por cierto. —Murmuró. —Y bajé por agua, te vi bebiendo vodka.
—Que delicia el vodka, le pondré vodka a mi siguiente hijo. —Bromeé intentando no sentirme incómoda al saber que soñé que me besaba.
—Oh, no. No puedes ponerle así a un niño.—Gruñó Wanda. —Muy rusa y todo, pero no es válido. Se burlarían de él.
—Ron entonces.
—Ron es lindo. Es nombre de pelirrojo. —Murmuró ella.
—Ron, Vodka, es igual.
—No, no lo creo. —Insistió Wanda.
Wanda's pov:
Ayudé a Natasha a ponerse el pijama antes de acostarse. Salí de la habitación de la rubia y solté una risita.
Nat ebria es graciosa.
No dejó de quejarse sobre un monstruo bajo su cama, tuve que esperar a que se duerma, y realmente no me quejo... Cuidar el sueño de Natasha era de mis deseos más grandes. Lo habría hecho toda una vida.
Algo me confundió, al llegar pensé que tenía una pesadilla por la forma en que se estaba removiendo, me metí en su mente y realmente noté que no estaba soñando cosas que le hicieran daño, por el contrario... Ella estaba soñando algo que la hizo más feliz que de costumbre.
A veces desearía poder ver que sueña la gente, así podría saber como hacerla feliz. Sé que no soy Mariah, pero tal vez si sé que es lo que soñó con ella, podría... intentar acercarla un poco más a ella.
Sé que le duele haberla perdido, he estado allí. La perdí a ella hace años, y no recordaba lo que era sentir eso, hasta que perdí a Vision hace cuatro meses...
No hay día en el que no piense en mi mejor amigo y yo trenzandonos el cabello.
Moví levemente mis manos en la pared frente a mí, y lo vi. Una ilusión de él.
—Prometiste que serías feliz. —Murmuró. —No te veo siéndolo.
—Lo intento. Tengo a Noe... —Murmuré.
Él suspiró.
—Llévame contigo, pero no me arrastres toda la vida. —Murmuró. —Debes soltarme, y Natasha debe soltar a Mariah.
—Es el amor de su vida, eso no es posible, porque...
—Yo solté a Thor.
—No del todo. —Insistí y lo vi reírse. Extrañaba esa sonrisa.
—Jamás perderás.
—Jamás... —Murmuré sintiendo dolor. Sé que él no es real.
—Soy lo que recuerdas de mí. —Murmuró. —Y... ¿No es acaso eso lo importante?—Preguntó acercándose hasta mí. Lo sentí acariciar mi mejilla y limpiar una lágrima que corría por ella. —Nuestros recuerdos siempre estarán.
—Como nuestra amistad.
Él asintió.
—Te quiero...
Me sonrió antes de desaparecer.
Sólo una ilusión.
—Y sé que también me querías...
Nota de autor:
¡Hey! ¿Cómo van? Ayer vi nwh (no hagan spoilers en comentarios) sólo diré que es fantástica.
-Codex.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top