20°

Natasha's pov:

[PLAY: Don't you remember - Adele]

—¿Estás bien?—Escuché al centrar mi vista en Wanda.

Pestañeé un par de veces tratando de acostumbrarme a la luz del cuarto. Intenté sentarme en la cama.

—No te muevas, te harás daño. —Me detuvo.

—¿Dónde estoy?

—En tu habitación, Noe está en su cuna, la he dormido, espero que no te moleste.—Murmuró ella. Asentí algo mareada. Joder, no entiendo nada.

—¿Cómo está Noe?

—Bajo del árbol sola. —Murmuró Wanda. —¿Puedo hacerte una pregunta?

Levanté la mirada y la observé fijamente.

—¿Qué tan segura estás de que es la hija de Mariah?—Preguntó de forma directa.

Negué rápidamente. No quiero pensar en la posibilidad de que Noe no sea hija de mi prometida, yo corté su cordón umbilical.

—Estuve en el parto.—Murmuré. —Estuve allí y la vi nacer, ella... La pegué a mi pecho y...

—¿Qué día nació?—Pregunté rápidamente.

—Septiembre veintinueve—Murmuré. —Mariah tenía la fecha presupuestada para el veinticuatro de diciembre.

El rostro de Wanda se desfiguró por completo, la vi apartar la mirada, sus manos a cada lado de su cintura. Su mentón comenzó a temblar.

—¿Se la llevaron de la habitación luego del parto? —Preguntó con la voz quebrada.

—Yo...

—¿Se la llevaron?—Insistió.

—Yo.... No lo sé, no recuerdo. Estaba tan... Tan feliz.

Suspiré.

—¡¿Se la llevaron o no?! —Preguntó molesta.

—¡No lo sé, Wanda!

—¡Necesito saber si es mi hija!—Gritó.

¿Hija? ¿Qué cojones?

—¿Tuviste una hija con Barnes o Steve?—Pregunté rápidamente.

—¡¿Por qué piensas eso?!

—¡No, es idéntica a Steve!—Grité levantándome. Me mareé y Wanda tomó mi cintura antes de que caiga al suelo. Me aferré a su torso. Levanté la mirada y la vi sollozar, las lágrimas rodaban por sus mejillas.

—Tuve una hija... Tuvimos. —Murmuró dejándome sobre la camilla. —Tal vez Noe es...

—No, yo... Yo no puedo embarazarte, Wanda. Mis dedos no son mágicos, yo jamás... Además por el tiempo de cocción de un niño, yo...

Ella negó rápidamente ante mi nerviosismo.

—Llevaba meses intentando contactar con Yelena, cuando tu te encontraste con ella... Todo fue más fácil y pude... Pedirle lo que necesitaba.

—¿Qué necesitabas?—Pregunté sintiendo el nerviosismo inundar mi cuerpo. Las ganas de llorar me llenaron por completo.

—Leí en algún expediente que tenían óvulos de las mejores viudas, recordé que solías repetirme lo mucho que te... Felicitaban allí, y lo mucho que odiabas el hecho de "ser la mejor viuda de Dreyvok" —Hizo comillas. —Yelena recuperó los óvulos bajo tu nombre, todo gracias a que antes contacté con Melina... Le dije que era una sorpresa para nuestro tercer aniversario, ella estaba tan feliz de al fin saber que estabas viviendo una vida... Relativamente normal. —Wanda se alejó caminando hasta la ventana de mi habitación. —Luego todo el imperio de los vengadores se cayó a pedazos y... Nosotras junto a el. —Tragué saliva y ella soltó una risita.

Recordé lo mucho que Melina y Yelena solían preguntar si tenía a alguien especial en mi vida. Evitaba el tema... Por el dolor que me provocaba pensar en Wanda.

—Wanda...

—¿Sabes qué fue lo más duro?—Preguntó. —Vision estuvo conmigo todo el embarazo... En las ecografías, en los antojos, en las patadas... Y en mi luto. — Sollozó contra la manga de su jersey negro. —Y ahora que... Creo haber encontrado a la niña que di por muerta luego de mi parto... —Tragó saliva. —Él no está para verme seguir con mi vida...

—Wanda... —Murmuré.

—No. —Me detuvo. — Siempre me dijo que te deje ir, que me hacías daño y que no merecías que yo rogara por ese amor que le dabas a alguien más... Y luego... Tú... Tú tenías a mi hija y...

—Wanda, ni siquiera sabes si ésto es...

—¿Qué cosa? —Preguntó en un tono hostil. —¿Real? —Suspiré. —¡No soy una demente, Natasha! Es mi hija, y mientras tú jugabas a la familia con Mariah, yo lloraba la muerte. Tú prometida me arrebató lo que más amaba... —Sollozó.

—¡No culpes a Mariah! ¡Ella tuvo un bebé! ¡Creímos que era Noe!  —Grité molesta.  —¡Mi novia no tiene la culpa de lo que le hicieron a tu hija!

—¡Nuestra hija!—Gritó molesta.

Suspiré agotada de tantas vueltas. Ni siquiera entiendo que cojones sucede.

—¡Noe es mía!—Dije molesta. —¡Mía y de Mariah!

Wanda me observó dolida. Su mentón tembló levemente y salió de la habitación con rapidez.

Soy una estúpida. No debí decirlo.

—Wanda. —La llamé saliendo de la habitación. —Wanda, lo siento, no debí decir eso.

—Exacto, no debiste. —Murmuró bajando las escaleras. La seguí hasta el salón mientras ella simplemente decidía ignorar mis llamados.

—Wanda, por favor. Lo siento, es tan difícil para ti como para mí.

—No, no es verdad. Yo perdí a dos de las personas que más amaba, y las dos acabaron con Mariah. —Dijo ella rápidamente. —Tú criaste a tu hija por casi cuatro años, yo te lloré por esos cuatro años.

Suspiré.

—No quiero lastimarte, pero no entiendo que sucede. —Jalé levemente mi cabello. —Iba a casarme, mi prometida desapareció, la mitad de la población lo hizo... Mi hija... —Nos observamos. —Ahora es aparentemente nuestra hija y... no sé como reaccionar a eso. La llevaré con Bruce mañana, le hará análisis y podremos hacerle un ADN, si te parece.

–Sí.

—¿Por qué Yelena jamás me lo dijo?

—Le dije que no sabía si buscarte, yo sólo quería tener algo que me recordara a ti, no podía dar con tu paradero y luego murió... ¿Para qué te buscaría?

Suspiré. Ella tiene razón.

—Lamento tu pérdida...

—Lamento que nos perdiéramos. —Murmuró ella.

Aparté la mirada.

—Lamento que no podamos tener lo que queríamos. —Admití. —Pero ambas maduramos y debemos aceptar que...

—Si resulta ser nuestra hija...—Me interrumpió. —Debes dejarme decírselo.

—Lo haré. —Dije rápidamente. —Suena horrible... Pero prefiero que sus madres estén aquí a que una esté muerta.

Nos observamos en silencio. Sin decir mucho más. Simplemente con lástima en la mirada, ella sentía lástima de mí y yo de ella.

—Yo sé lo que se siente. —Dijimos al unísono.

Nota de autor:

¡Hey! ¿Cómo van?

-Codex.

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