2°
Natasha's pov:
-Mariah, llegaremos tarde. - Murmuré besando el rostro de mi novia. - Sabes que necesito ver a Yelena, ella y Melina están encargadas de las viudas, necesitan un poco de ayuda.
La pelinegra se giró con una sonrisa y tomó mi cuello besándome con suavidad. Sus labios bajaron por mi mentón hasta llegar a mi cuello y detenerse en aquél punto que sabía que me encantaba.
-Mariah... Sabes que debemos ir... - Gemí al sentirla morder la piel de mi cuello. - Amor...
Ella soltó una risita volviendo a besar mis labios cortamente.
-Dame cinco minutos, me daré una ducha. Encárgate de Noe. - Murmuró y asentí lentamente. Dejé un corto beso sobre sus labios y salí de nuestra habitación.
Caminé hasta la habitación de junto y abrí la puerta encontrándome a la pequeña Noe dormida en su cuna.
-Hey, hermosa. - Caminé hasta las persianas y las abrí. - Buen día, princesa. Es hora de levantarte.
La pequeña pelinegra me sonrió levemente y estiró sus brazos.
-Mama. - Murmuró.
-Sí, amor. Aquí estoy.
La tomé en brazos t me dediqué a hacer todo lo que debía hacer a diario con ella, bañarla, lavarle los dientes, vestirla, ponerle un pañal en caso de emergencias... Tengo casi veintiséis años y soy una gran mamá, no me quejo, y Noe tampoco.
-Mami. - Murmuró la pequeña de casi cuatro años. Tiene los mismos ojos que su padre, es extraño, ni siquiera parece tener algún parecido a él, pero observas sus ojos y puedes ver el alma de Rogers.
-Mami está en el baño. - Murmuré dejándola caminar. Noe salió de su habitación yendo hasta la cocina. El día está algo nublado, hay sol, sin embargo está siendo opacado por las nubes que no dejan de pasar fuera.
-¿Quieres leche? - Pregunté y la pequeña que se encontraba observando hacía el ventanal me ignoró. - ¿Noe?
-¡Mama fuela! - Gritó apuntando el ventanal. - ¡Eshe!
Enarqué una ceja y caminé hasta ella. Fuera vi un auto estacionarse.
-Joder. - Murmuré tomando a Noe. - ¡Mariah! - Dije hablando fuerte. Mi novia no contestó, fui hasta nuestra habitación y la vi en ropa interior poniendo crema en su cuerpo. - Ten.
-¿Qué? - Preguntó tomando a nuestra hija en brazos. - ¿Pasa algo?
-Creo que nos están visitando, pero no sé quien. - Murmuré. - Creo que es Sam...
Ella asintió lentamente sabiendo que eso significa una sola cosa; Rogers.
Escuchamos que tocaron la puerta. Me di media vuelta y caminé hasta la entrada, la abrí y vi a Steve, Sam y Bruce tras ella.
-¿Hola? - Pregunté.
-¡Oh, si eres tú! - Dijo Bruce rápidamente. Me abrazó y yo solté una risita.
-Hola, también es un gusto verte.
-¿Podemos pasar? - Preguntó Rogers y asentí lentamente abriendo más la puerta. Los tres hombres ingresaron a mi hogar.
-¿Quieren agua, jugo, café? - Pregunté rápidamente.
-Jugo. - Murmuraron al unísono.
Asentí lentamente y cuando me di media vuelta vi a Mariah. Saludó a todos y luego me dijo que ella se encargaría.
-Bien. - Murmuré yo sentandome frente a ellos. - ¿Qué sucedió? - Pregunté.
-Bueno, muchas cosas. Necesitamos ayuda. - Dijo Sam rápidamente. - Es urgente que estés con nosotros.
Observé a Rogers y él llevaba una barba prominente. Bruce se ve más canoso y Sam algo cansado.
-¿Barnes? - Pregunté rápidamente. - Es raro no verlo pegado a Rogers.
Steve suspiró.
-Está en Wakanda, T'challa lo cuida por mí, lo están ayudando. - Murmuró. - Pero tenemos un problema.
-¿Qué problema? - Pregunté.
-No recibimos noticias de Wanda y Vision. - Murmuró Bruce. - No puedo contactar con ellos, estoy preocupado por ambos.
-¿No teníamos un trato? - Pregunté. - Yo te ayudé a que escapen, y luego de eso no volvería a saber de ustedes. - Murmuré observando a Rogers.
Mi pequeña llegó corriendo y subió sobre mi regazo abrazándome. Bruce sonrió.
-¿Es tuya? - Preguntó y asentí.
-Se llama Noe. - Murmuré. - Saluda, cariño.
-Holla. - Murmuró escondiendose en mi cuello algo temerosa. Rogers sonrió levemente y busco dentro de su abrigo, sacó un par de dulces.
-¿Noe? - Preguntó, mi pequeña se giró y él extendió las golosinas.
-Gachia. - Murmuró Noe guardando los dulces en sus bolsillos. Sonreí levemente y noté que ambos se miraban fijamente.
-Es linda. - Murmuró Rogers. Asentí y él dejó ir un suspiro. - ¿Sabes, Nat? - Preguntó. - Han pasado años, y realmente necesitamos de ti.
-Creí que tú nunca más necesitarías de mí. - Aclaré molesta. - Creí que no valía la pena mi amistad.
-Estaba molesto por lo de Tony, créeme. Me arrepiento de muchas cosas. - Murmuró y negué.
-Rogers, todos merecen una redención. - Dije rápidamente. - Yo la tuve, mírame. Tengo una familia, pero no confío en ti.
Mariah apareció entregándole jugo a nuestros invitados y mi pequeña rápidamente bajó para correr a los brazos de su madre. Observé a Mariah correr descalza y con el cabello en un rodete mal hecho, mierda, ¿en serio es mi novia? Es hermosa.
Sonreí embobada y Sam comenzó a reír.
-No cambias. - Murmuró. - Te enamoras y no existe nadie más, eh.
Sonreí.
-¿Qué puedo decir? Mariah es todo para mí, ella y mi hija lo son. - Murmuré sonriente.
-Romanoff, no te pido que confíes en mí. Sólo te pido ayuda una última vez, nos ayudas a encontrarlos, ir por ellos y luego desaparecemos de tu vida.
-¿Por qué ir por ellos? ¿No pueden ir solos? Tengo una familia, no puedo dejarlas.
-Realmente necesitamos de ti. - Murmuró Rogers. - No habría venido de no ser así, soy un hombre de palabra y...
-Fugitivo. - Murmuré. - También un fugitivo.
-Es lo que el gobierno dice que es. - Murmuró. - Pero tú también lo eres.
-Sí, pero siempre lo he sido. - Me burlé. - No es algo diferente para mí el ser tratada como una criminal.
-Te necesitamos. Te necesito. Natasha somos amigos, yo realmente...
-Steve, eso no fue lo que dijiste aquella vez. - Murmuré. - Dijiste que yo no era tu amiga, que eso no era una amistad, y aún así te ayudé a hacer escapar a los demás.
-Pero eso lo hiciste por ella. - Murmuró. - No por mí.
Suspiré.
-Me importan, chicos. Todos ustedes, los vengadores... Lo que fuimos. Eran mi familia, pero... La familia en ocasiones está sobrevalorada, y créanme que lo siento, pero...
-Tengo una señal. - Murmuró Bruce quien hace varios minutos manipulaba un dispositivo con desespero en sus manos. - No les va a gustar... Están en Escocia.
-Se alejaron demasiado. - Gruñí. - ¿Dónde quedó eso de mantenerse cerca? ¡Dijiste que cuidarías de todos! - Dije molesta señalando la culpa de Rogers.
Steve suspiró.
-Ambos querían espacio.
Suspiré. De cualquier forma ante la terquedad de Wanda no hay mucho que hacer, y nadie mejor que Vision para acompañarla en eso.
-¡Mami, mira! - Gritó mi pequeña quien se había sentado para encender el televisor. En la pantalla vimos los eventos que estaban ocurriendo en Nueva York.
-Joder... - Murmuró Sam. - Ellos no son un circo...
-No. - Dije rápidamente. - Mariah. - Llamé a mi novia. Ella se acercó hasta nosotros y nos observamos con temor. Luego miré a Noe que se veía tranquila jugando con sus piecitos. - Llama a Fury...
Ella asintió y fue directo a la puerta detrás del bar. Allí dentro se encontraban la mayoría de nuestros equipos y trajes, todo apartado de la vida que le dabamos a nuestra hija.
Escuché a mi novia charlar con Nick algo nerviosa. Rogers se levantó y Banner también.
-¿A dónde van? - Pregunté.
-En busca de Wanda y Vision. - Murmuró. - Necesitamos llevarlos a Wakanda.
-¿Para qué? - Pregunté rápidamente.
-Protección. - Dijo Sam.
Observé a Mariah.
-Ve. - Murmuró colgando la llamada. - Me reuniré con Nick a las afueras de la ciudad, los alcanzaremos. - Murmuró ella pasando sus brazos por mi cuello. - Ve, te necesitan.
-Mariah, sabes que si tú me dices que no vaya, no iré. - Dije rápidamente.
-Eso sería ir en contra de lo que tú eres, amor. - Murmuró. - Y sé cuanto amas a los vengadores...
Mi pequeña me dedicó una sonrisa y pegué mis labios a los de Mariah.
-Te amo. - Murmuré. - Las amo. - Me giré a Steve. - Voy con ustedes, tengo un transporte que podría servirnos...
Él asintió extrañado. Mariah tomó a Noe.
-Dame tus llaves, Sam. Mariah se llevará tu auto. - Murmuré.
Sam me lanzó las llaves de su auto y se las di a mi novia quien rápidamente fue a nuestra habitación a preparar cosas.
Bien, es momento de ponerme nuevamente el traje de viuda... Debo llamar a Yelena.
Nota de autor:
¡Nos leemos en gemelos!
-Codex.
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