18°

Wanda's pov:

—Debo buscar algunas cosas, por favor cuídala bien. —Murmuró Natasha de pie en la puerta mientras observábamos a Noe lamer una cuchara con un poco de caramelo que habíamos preparado.—Llegaré cerca de la una, quizás un poco más tarde, que no se vaya a la cama luego de las diez, enciende su lámpara de monstruos y...

—Nataska, todo está bien, me dejaste notas con lo que debo hacer, no te preocupes tanto. —Intenté relajarla. —Ve, charla con Tony, organiza lo que debas y yo me encargaré de Noe, ¿bien?

Ella asintió.

—Prometeme que la cuidarás con tu vida. —Insistió la rubia frente a mí.

—Lo prometo, como si fuese mi hija. —Murmuré observándola. —No te preocupes, relájate un poco.

Asintió y llamó la atención de la castaña oscura.

—¡Adiós, amor!—Se despidió la rubia.

Noe la observó con el rostro manchado de caramelo, la cuchara se pegó en su mejilla provocando que ambas soltemos una risita.

—Chau, mamá. —Murmuró volviendo la atención a su caramelo.

—¿Cuando viene Pietro?—Preguntó ella antes de salir. Tomé sus hombros empujándola fuera de la casa.

—Natalia Alianovna Romanova. —La regañé. —Basta de excusas. Pietro vendrá mañana con el cachorro, no te preocupes por él, por favor.

Natasha gruñó mientras la empujaba hasta su auto.

—Puedo cancelar y...

Mis ojos cambiaron de color e incliné levemente la cabeza observandola fijamente. Ha estado aplazando compromisos para no dejar a Noe, le dije que yo podía con ella, y que no se preocupe, es sólo que está siendo demasiado aprensiva.

—Largo.

—No puedes echarme de mi ... —La obligué a cerrar la boca con mis poderes.

No es gracioso. —Pensó la rubia.

—Oh, claro que lo es.

¡Wanda! Déjame hablar. —Insistió.

—Te ves más linda callada.

Maximoff.

—Así me llamo. —Murmuré.

Ella me dio una mirada furiosa, sin embargo la conozco tan bien que noté la diversión tras ella.

—Déjame hablar, bruja. —Insistió.

—¿No es eso lo que acabas de hacer?—Pregunté.

Ella lo notó y entrecerró los ojos. Nos observamos un par de segundos, a mi me parecieron minutos. Sus ojos de gatito furioso son adorables.

—Muy graciosa, Maximoff.

—Graciosa es mi segundo nombre.

—Pensé que era Michelle. —Murmuró ella. Solté un gruñido y la empujé levemente contra su auto.

—Cállate y largo.

Sabe que odio ese nombre.

—Claro, Michelle. Adiós.

Volví a gruñir antes de volver dentro. Vi a Noe moviendo un par de cajas plásticas repletas de juguetes.

—¿Qué haces, detka? —Pregunté a la pequeña. Ella levantó la mirada.

—Yo no soy eso. —Murmuró.  —Ya soy niña grande, Buana.

—Claro. —Murmuré.  —Detka.

La vi dedicarme una mirada felina tal y como Natasha. A veces el parecido entre ambas es preocupante, ¿cómo puede ser sólo hija de Mariah si se parece tanto a Natasha?

—Quiero jugar. —Murmuró abriendo las cajas y dandole una patada a una para voltearla. La caja cayó al suelo dejando los juguetes en la alfombra. —¿Juegas conmigo?

Sonreí sentándome en la alfombra.

—Claro. ¿A qué jugamos?

—Esos. —Señaló un grupo de lobos. —Son malvados y quieren robarse a las ovejas de...—Tomó un muñeco de Iron Man. —El tío Tony, porque él cuida ovejas.

Sonreí.

—El tío Tony, claro... —Murmuré no convencida. —Es totalmente algo que Stark haría.

—No le digas Stark al tío Tony, eso es grosero. Es un señor. —Murmuró dejandose caer sobre mi regazo antes de comenzar a jugar.

Sentí tanta alegría sólo por tenerla así. Los recuerdos y pensamientos no tardaron en llegar, sin embargo, por primera vez no comenzaron a atormentarme.

Observé el perfil de Noe, es así como me imagino a Emma, a veces sueño con ella... Y realmente nunca pude ver su rostro hasta que conocí a Noe, parece una broma cruel... La hija de mi ex se parece a lo que creo que habría sido el rostro de mi hija con mi ex.

Apoyé mi rostro contra el suyo y su pequeña manito fue a mi mejilla. Comencé a mover los juguetes con magia para que ella se divirtiera viéndolos.

—Wow. —Murmuró observándolos. —¡Es asombroso! ¡¿Tú lo haces?!

—Así es...

Noe me observó con una sonrisa. Su rostro denotaba la emoción que le daba ver todo ésto.

—Eres asombrosa. —Murmuró.  —¿Eres bruja?

—Eso creo... —Murmuré.

Apoyó su cabeza contra mi pecho observando el show.

Me siento increíble, no lo niego.

_________________________________________

—¿Qué cuento quieres oír?—Pregunté a la pequeña.

Ella bostezó levemente observándome desde su cuna.

—¿Alguna vez te enamoraste?—Preguntó. La miré extrañada. —Hoy cuando veíamos esa película de amor...

—La sitcom.

—Sí, eso donde habían muchas películas pequeñas.

—Capítulos.

—Eso. —Insistió. —Sentí tu tristeza cuando la pareja se besaba, y cuando tenían un bebé. ¿Tú tienes un bebé?

—Tuve. —Murmuré observando a Noe. —Ella murió... —Jalé levemente las costuras de las mangas de mi jersey. —Se llamaba Emma.

—¿Cómo era?—Preguntó entristecida. Se levantó para acercarse a mí, puso su mano en mi rostro y sentí toda la tristeza abandonarme de golpe.

—Como tú...

Ella me sonrió enseñándome sus dientes pequeños.

—Muy linda. —Murmuró y asentí comenzando a reír. Muy Natasha Romanoff.

—¿Y era un bebé entre tú y tu amor?—Preguntó ella sentándose en la cuna.

—Sí... —Tragué saliva.

—¿Y dónde está tu novio o novia, Buana? —Preguntó.

—Nos separamos, se enamoró de alguien más y... —Sus ojos conectaron con los míos. —Tiene una hermosa familia, una hija adorable y...

—No debe ser tan linda como tu hija. —Gruñó ella. —Estoy molesta, porque te dejó.

Comencé a reír.

—No deberías, ella es feliz.

—Y tú estás triste por su culpa.

Observé a Noe y negué. Apagué las luces y encendí su lámpara para monstruos .

—Yo no estoy triste...

—Te siento, Buana.

Suspiré. Los niños son tan perceptivos.

Comencé un show de sombras frente a ella, mis poderes ayudaron bastante, la mantuve distraída mientras pensaba en lo lindo que sería todo si tan sólo fuese mi hija.

—Extraño a mami... —Murmuró Noe. —¿Cuando vuelve?

Me observó fijamente. No supe que contestar. Sus grandes ojos grises de cachorro asustado me entristecían.

Ella comenzó a llorar. Moví mi mano y logré que durmiera.

—No creo que vuelva, cariño... —Suspiré observándola. —Pero prometo que te cuidaré hasta donde pueda...

Besé su cabello y salí de la habitación. Caminé hasta la cocina y vi la hora.

Una y treinta.

La puerta fue abierta por Natasha, me acerqué hasta la máquina de café y preparé dos.

—Hey. —Saludó. —¿Ya durmió?

—Acaba de dormir. ¿Cómo te ha ido?

Natasha se sentó en la mesa frente a mí, le entregué su café y me senté frente a ella.

—Me fue bien, fue increíble y trabajé lo suficiente con Carol, Rhodey y Rogers, Stark se ha retirado, pero... —Sonreí al verla tan emocionada. Se detuvo. —¿Qué pasa?

—Nada, no pasa nada. —Murmuré bebiendo de mi café. —Continúa.

–Bien, y Carol salvó a algunas personas en otros planetas, luego me trajo galletas espaciales, le guardé una a Noe y... —Abrió el bolso que traía enseñándome. —Esa es para ti.

Me la entregó y le agradecí.

—Es un lindo detalle, te noto emocionada.

—Extrañaba trabajar. —Admitió.—Extrañaba el olor del complejo de los avengers, extrañaba los cafés de la máquina y sobretodo sentir que ayudo a la humanidad.

—Tú siempre ayudas a la humanidad, Nataska Romanoff.

—Sí, pero últimamente sólo me dedicaba a ayudar a Mariah en lo que ella me ordenaba para shield, técnicamente ella era mi jefa y me pagaban sin saber que era yo. Vida de fugitiva, ya sabes.

—Ahora eres la líder.

—Tony ha dejado todo a mi nombre, ¿no es genial? Me asusté al inicio, ya que es un gran cargo y... yo debo cuidar de Noe, pero luego recordé que te tengo a ti, y eso alivió todo el peso. Lo acepté con gusto.

Sonreí.

La hago sentir más segura.

—Me alegra saber que estás disfrutando poco a poco, Nataska.

—Es momento de que lo haga. No puedo pasarme la vida lamentando todo, debo vivir... por Noe. —Murmuró. —A Mariah no le habría gustado verme deprimida.

Asentí.

Mariah, Mariah, Mariah y Mariah.

Siempre es Mariah.

—Me voy a dormir. —Murmuré. —Buenas noches.

Me levanté y caminé hasta la salida de la cocina.

—¿Te gustaría que vayamos a un picnic mañana?—Preguntó ella rápidamente.

—¿A qué hora?—Pregunté.

—Salgo del trabajo a las dos, tal vez a las tres y así volvemos aquí a las siete.

La observé fijamente.

—A Noe le haría bien salir. —Murmuré. —Acepto. A las tres entonces, prepararé todo.

Ella sonrió.

Me giré y no pude evitar sonreír también. Me estoy ilusionando por cosas que sé que no pasarán.

Nota de autor:

¡Hey! ¿Cómo van? Lamento no haber subido capítulos ayer, estaba re cansadx, pero bueno, ya se vienen las vacaciones y estaré más activx.

-Codex.

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