16°

Wanda's pov:

—¿Podemos hablar?—Preguntó Natasha ingresando en la cocina. —Sé que oíste lo que dije, no me refería a que dejarte valió la pena...

¿Ella realmente esperó hasta hoy?

—Eso pareció. —Murmuré. —Pero, ¿sabes algo? No importa.

—Wanda, por favor.

Suspiré. Estoy cansada de ésto, estoy cansada de que cada vez sea más difícil.  Han dos pasado semanas desde el blip, y cinco dias desde que la oí hablando con Pietro sobre eso, nos hemos ignorado hasta hoy, ella simplemente no puede ignorarme casi toda una semana y luego venir aquí para que hablemos como si nada ocurriese.

—Escúchame, Natasha. —Suspiré.  —Eres desgastante. Esa actitud de no saber que hacer, pero después sí, y quererme cerca por Noe, y después alejarme, es absurda, me molesta.

—Hago lo mejor que puedo, dejé de llamarte brujita porque te incomodaba, ¿qué más quieres?

—¡Que no me ignores! ¡Eso me duele!

Ella apartó la mirada.

—No sabía como explicarte que me refería a... bueno, ya sabes... De lo que hablaba con Pietro, y he estado tan concentrada en que Noe no note la falta de Mariah que simplemente he dejado ésto para el final, no quería que tú sintieras que te te ignoraba, tenía otras preocupaciones y...

—Yo también, y aún así no pude hacer todo lo que debía sin pensar en ti, en lo estúpida que haz sido y...

—Perdóname, en serio no quise, yo...

—Cállate. —Dije molesta.

El sólo hecho de recordar como pasaba de mí, no me miraba e intentaba no cruzarse conmigo, me amarga por completo.

Es una estúpida.

—¡No quería que te hicieras ideas equivocadas por lo que dije!

—¡Sé que no volveremos a estar juntas, Natasha!—Grité. —¡Lo tengo claro, déjame en paz! ¡Ya lo sé! ¡Todo el tiempo es Mariah! Ya sé, ¿bien?

Ella me observó en silencio.

—Wanda, intento cuidar de ti, porque eres lo más cercano a familia que tengo, y tú... sólo me tienes a mí, no quiero que confundas mi amabilidad con algo más, no quiero que sufras.

—¡Pues ya sufro! ¡Lo hago a diario lamentándome por no haber detenido esa mierda cuando pude!

Natasha suspiró. La vi golpear la mesa levemente, una taza que se rompió al caer al suelo y luego el gran corte en su mano al recoger los trozos.

—¡Joder!—Se quejó.

—Ven aquí.

Tomé su mano llevándola al agua, el agua fría cayó sobre su mano.

—Espera a que la sangre se vaya, iré por  gasa.

Caminé hasta el baño buscando el botiquín, me encontré con pastillas para epilepsia y tomé rápidamente las píldoras leyendo el nombre de Noe allí.

Lo dejé en su lugar y luego salí rápidamente a ver a Natasha.

Ella sacó su mano del agua en cuanto me vio, yo tomé un poco gasa para secar la zona y luego otro poco para hacer presión y vendar la mano.

Al acabar el proceso ella me observó con cansancio en la mirada. Vi sus ojos cristalizarse y comenzó a llorar en silencio.

—Hey... —Acaricié su espalda. —Hey, estarás bien...

—Todo me sale mal... Todo lo hago mal, y me merezco absolutamente cada cosa mala que me ha sucedido. —Murmuró. —Perdóname por no saber como actuar, estoy intentando no desarmarme y desde que... Todo ésto comenzó, cuando Rogers fue a mi casa, todo absolutamente todo comenzó a desmoronarse poco a poco... Como una fila de dominós. —Murmuró. —Una pieza provoca que la siguiente caiga y así... No sé cuanto queda por derribar, pero al final de todo estoy yo esperando el peso de todo.

—Natasha, no. —La detuve. —No te mereces nada de lo que te ha sucedido, yo... —Suspiré. —Lamento haber insistido con eso de que me gustabas, lamento haberte hecho sentir presionada, eso fue egoísta de mi parte, pero quiero que sepas que jamás fue mi intención, yo sólo...

—Wanda, te conozco más que a mí misma, sé que tu intención no era incomodarme, yo... —Suspiró y le costó volver a retomar el aire para hablar debido a las lágrimas. —Es sólo que... perdí al amor de mi vida hace unas semanas, me dejó con una niña de casi cuatro años, yo ni siquiera puedo pensar, voy a tener veintisiete años y ni siquiera he hecho bien las cosas, ahora no las estoy haciendo bien, no entiendo nada, me duele el alma al despertarme y saber que ella no estará a mi lado... y es tan jodidamente insoportable amar así, la última vez que me sentí así fue al perderte, y... ahora la perdí a ella.

—Sentí todo ese dolor alguna vez. —Murmuré. —Por años, e incluso ahora... Añoro tu cuerpo en la cama, y no sé como darte un consuelo con eso. —Admití. —Pero si lograste dejarme atrás, sé... que puedes con esto.

Ella levantó la mirada conectando sus ojos con los míos.

—Eres la mismísima viuda negra, no una marica llorona, déjale eso a Clint, tú puedes... —Murmuré y ella comenzó a reír hasta que de pronto más lágrimas salieron.

—Extraño tanto a mi marica.

—Y yo.

Suspiré acariciando su espalda.

—Melina está bien, ella y Alexei lo están, se contactaron con las viudas, intentan reorganizar todo en la ausencia de Yelena... Está siendo difícil sin ella, Kate también desapareció, Kate es su novia. —Murmuró Natasha.

Fingí no saber y asentí lentamente.

—Yelena es... ¿la rubia?

—Sí, mi hermanita...—Suspiró. —Mi hermanita pequeña. No debí llevarla... —Murmuró acariciando el chaleco que llevaba puesto. —Es suyo... Me lo dio luego de...

—Tiene muchos bolsillos. —Murmuré y Natasha sollozó.

—Sí, los tiene.

La rubia no encontraba consuelo entre tantas pérdidas y la entiendo, yo no encuentro consuelo en mi vida luego de perder a Vision, estoy actuando en piloto automático, no me he rendido porque me despierto a diario con la sonrisa de Noe pidiéndome caricaturas.

¿Debería preguntarle a Natasha por la epilepsia de Noe? Pietro tiene epilepsia, tenía... Antes de que Hydra experimentara con nosotros, y siempre cuidé de él, era algo que no podía evitar, siempre temí perderlo así como perdí a mis padres.

Acaricié la espalda de Natasha. Tal vez lo mejor sea no decirle por ahora, quizá más adelante y así podría ayudarla con Noe.

—Llora todo lo que tengas que llorar, hoy me encargo de Noe. —Murmuré. —Date un baño, ve a dormir.

Ella asintió lentamente.

—Gracias por ésto... Por todo.

—Tenía una deuda contigo por rescatarme cuando me encerraron. Steve me dijo que fue tu idea.

Sonrió levemente.

—No podría haberte dejado allí. Era mi deber de... Ex, supongo.

Asentí lentamente ignorando que aquello dolía, pero como usualmente dicen... Es un paso adelante y tres atrás... Sospecho que así será siempre.

—Gracias, Natalia. —Murmuré.

Ella asintió saliendo de la cocina. Sentí una lágrima caer por mi mejilla, algún día la superaré.
_________________________________________

—¿Noe? ¿Estás bajo la cama?—Pregunté  escuchando unas risitas ahogadas.

Estábamos jugando a las escondidas y ella ha venido aquí con Pietro, sin embargo él sólo ha sido su transporte.

—No, Buana.

Comencé a reír. Utilicé mis poderes para sacarla debajo de la cama, ella solamente reía.

—Cariño, hora de dormir.

—¡Quiero un cuento!—Dijo emocionada mientras la dejaba en su cama.

—Entonces un cuento tendrá la princesa... ¿O mejor te cuento un chiste?

—¿Te sabes chistes? Creí que mamá los sabía y nadie más.

—¿Te sabes el de tonto, nadie y ninguno?—Pregunté ganandome una sonrisa emocionada de la pequeña.

Es tan encantadora.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top