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Yuri salió del hospital un par de meses luego de la primer visita de Otabek, sus heridas estaban sanadas y sus huesos rotos estaban soldados, se sentía mejor...claro, dejando de lado el hecho de que su carrera se había ido al traste y que su familia no dejaba de recriminárselo. Odiaba a todos menos a su hermano y su cuñado.

Fue llevado a la gran casa de los Nikiforov, a su antigua habitación, a su monotonía, donde no podía hablar con Yuuri y ocasionalmente podía ver a Viktor, estaba confinado y aislado, como un castigo no dicho. Todas las semanas le llevaban con doctores distintos con la esperanza de que pudiera retomar el baile, pero todos le decían que no podría practicarlo como antes...solo lograba frustrarse más.

Ese día al abrir los ojos supo que quería ver a Otabek sobre cualquier otra cosa que hubiese decidido su madre. Se levanto, tomó un baño y se arreglo un poco, bajo a desayunar y aunque no quiso tuvo que decir lo que estaba planeando...fue obligado a ser acompañado por Mila, quien se veía tan zorra como todos los días pero tuvo que aguantarla o de lo contrario volvería a su encierro.

Encontrar la nueva dirección fue fácil, el edificio se veía más decente a comparación de donde llegaron a vivir -quiso evadir esos recuerdos o se pondría a llorar-. Subieron en el elevador hasta el piso que le había indicado antes y toco la puerta al encontrar el número que coincidía con el del papel en su mano.

Espero un poco, deseaba que estuviera y al mismo tiempo no, no quería que viera a Mila.

—Te dije que era muy temprano—se quejó ella al no recibir respuesta. —Debemos venir por la noche.

—Otabek trabaja...es mejor a esta hora—respondió como si nada, volviendo a tocar.

El sonido del seguro en la puerta los asusto y se quedaron mudos al verla abrirse, una joven de cabello ondulado y algo largo abrió, usaba una sudadera de Otabek como aparente única ropa y estaba descalza. El joven rubio se sintió incómodo y no supo si enojarse o entristecerse.

—Adele—siseo su hermana, parecía conocer a la chica.

—Mila, qué haces aquí? Es muy temprano para ver tu horrible cara.

Yuri cubrió la sonrisa que se había formado inevitablemente, bueno, le caía un poco bien esa extraña. La pelirroja frunció el ceño y posó una mano en su hombro, jalándolo para ponerlo frente a ella.

—Vengo acompañada, queremos ver a Otabek.

La mencionada Adele, lo estudio con la mirada y casi en seguida se hizo a un lado.

—Adelante.

Yuri dio un par de pasos dentro del apartamento con curiosidad y algo de miedo que disimulo bastante bien, al voltear, descubrió a la extraña impidiéndole el paso a su hermana.

—Escúchame bien, te dejaré pasar porque vienes con él, pero la última vez que te apareciste acá te dejamos muy en claro que no eres bienvenida.

—No hagas dramas, Adele.

—Estás advertida, si haces una estupidez te sacaré a patadas—amenazo para luego hacerse a un lado.

Mila entro con cierto recelo, caminando dentro con una sonrisa triunfante que él quiso borrar, ella era tan molesta.

—Iré a llamar a Ota—murmuró caminando por el pasillo hasta una puerta por donde desapareció.

Yuri la había visto bien mientras se alejaba, era pequeña, de tez morena y tersa, tenía un tatuaje en el muslo derecho y sus piernas se veían torneadas...su cuerpo no era tan delgado como el suyo y las curvas que la sudadera cubría seguro estaban bien marcadas...incluso le había visto contonear la cadera de forma inconsciente al caminar, ella parecía tan perfecta, tan ideal para su ex novio...

Bajo la mirada, en realidad había pensado en llevar la chaqueta que Otabek le había prestado como excusa pero la había olvidado y no tenía una razón para ir a verle en verdad, que podía decir? Que llevaba a su hermana la zorra a pasear? No, sería mala idea.

Ni siquiera tomó asiento cuando vio a Otabek venir por el pasillo, su corazón salto y sus piernas temblaron, era increíble que a pesar de los años eso nunca cambiara.

—Yura—fue lo primero que Beka dijo en cuanto estuvo frente a él, con una media sonrisa.

—Hola—sonrió y bajo la mirada, sus manos estaban sudando, tenía que calmarse.

—Ota!—Mila corrió al lado de su ex novio y lo abrazo con tanta libertad que tomó por sorpresa al otro. —Tenía mucho que no te veía, ya no fuiste a ver a Yuri.

—Addy y yo fuimos de vacaciones a Kazajistán, le dije a Yuri—murmuró tratando de zafarse despacio sin ser muy brusco.

—Yuri nunca dice nada, te extrañé, sabes?

El rubio arqueo una ceja, le coqueteaba descaradamente frente a él, qué haría si la muchacha estuviera ahí?

—La vez pasada no pude ver bien el departamento, me lo mostrarías?~

El azabache hizo una mueca y vio a Yuri como si buscara un poco de ayuda.

—Esperare aquí, no te preocupes.

Antes de que su ex pudiera contestar Mila le jalo por el pasillo, con prisa, se notaba que quería alejarlo de él.

El rubio suspiro y camino al pequeño balcón, era temprano pero ya hacía calor, se recargó del semi muro y apretó los puños, quería decir cosas que en realidad no podía...por qué las relaciones eran tan complicadas?

—Hey.

Volteo al escuchar la voz de la muchacha e inclinó la cabeza como saludo.

—Creí que venías a ver a Bek.

—Mila ni siquiera me dejo hablar.

—Es tan fastidiosa, no sé cómo la aguantas.

—Es mi hermana—murmuró como resignación, dándose cuenta que no conocía el nombre de esa mujer. —Y tu eres...?

—Ah, perdona, Adele Altin—sonrió volteando luego al frente.

Yuri parpadeo y sintió sus ojos escocer, Beka estaba casado? Su corazón se aceleró y bajo la mirada buscando un anillo en su dedo, joder, era incapaz de verle la mano porque la escondía bajo su brazo...aunque tenía lógica, habían pasado dos años y medio, cualquier cosa pudo pasar en ese tiempo.

Se sentía como un imbecil.

—Como...cómo sabías de mi?

—Bek es muy hablador cuando tiene alcohol en su sistema—se rió. —Además, es imposible no saber nada del amor de su vida.

— El...? —abrió los ojos, sonrojado y nervioso, no sonaba a reproche y eso le apenaba.

—Claro, nunca te lo dijo?

Negó y pego las manos a su pecho, estaba tan indefenso con esas palabras.

—Bek es de pocas palabras pero es de esas personas que sienten todo con más intensidad, es sensible aunque no lo parece y es un romántico empedernido...no digo a la ligera lo que representas en su vida.

—No, no creo...debes estar equivocada—tragó saliva y apretó los puños, el cielo comenzaba a nublarse y la temperatura bajaba de a poco provocando que sus mejillas se volvieran más rojas. —Quiero decir...ni siquiera conocí a su familia, tú si debes de conocerlos por eso...—se mordió el labio y suspiro.

Adele observó a Yuri y contuvo una risita divertida entendiendo que es lo que pensaba el rubio, no podía creer que eso estuviera pasando, pero se divertiría un poco con la situación.

—Si, conozco a su familia de toda la vida, podría decirse que soy parte de ella.

—Lo eres, no deberías excluirte.

—Lo soy, a medias.

Yuri iba a regañarla, estaba menospreciando lo que él tanto quería?

—Su madre y la mía no eran las mismas, pero supongo que tienes razón, después de todo somos hermanos.

Volteo a verla de nuevo y parpadeo, aturdido, sería que no entendía por tanto tiempo en encierro? Tal vez solo dejaba que su cabeza se hiciera ideas para torturarse más. Soltó un suspiro aliviado y pego la frente al semi muro que fungía como baranda, sus piernas dejaron de temblar.

—Es el suspiro más aliviado que he escuchado—se rió divertida, revolviendo su cabello. —He oído de ti desde hace años, Yuri, sé que eres el amor de su vida y que perderte hizo que se perdiera también.

— Que se perdiera? —preguntó asustado por sus palabras. — Que le pasó?

—Se deprimió, tanto que solo consumía alcohol, me mudé aquí porque perdió la capacidad de cuidarse a sí mismo, iba todas las noches al bar donde yo trabajaba y solo podía verlo embriagarse hasta mi hora de salida.

Se encogió apenado, había notado que desde que logró salir de ese infierno que él mismo se consiguió era más sumiso y más sensible...era raro y no sabia como volver a ser el de antes.

—Tranquilo, afortunadamente está mejor desde que te fue a ver, lo veo más animado incluso—sonrió y revolvió su cabello de nuevo. —Yuri, dime por favor que aún lo quieres.

—Lo amo—dijo de inmediato, apretando los puños. —Me di cuenta de mi error muy tarde...no debí ser tan egoísta, no pensé en el daño que podía hacerle.

—Bek y yo somos una familia pequeña, no tenemos padres, ni abuelos ni hermanos—sonrió, enderezándose. —Me preocupa, pero sé que no puedo resolverle la vida, así que si deciden estar juntos de nuevo...por favor, cuídalo Yuri.

Sonrió levemente y asintió, definitivamente Adele le agradaba.

-/-

Beka suspiro al ver a Mila salir furiosa luego de que Addy le avisara que Yuri se fue, dijo algo de que le regañarían o algo así antes de salir. Deseaba haber podido zafarse de ella y hablar un poco con su ex pero al parecer no era su día.

Mientras su hermana tomaba una ducha decidió salir al balcón a fumar, estaría bien para distraerse un poco. Tomó el cenicero de la mesa de café junto con su cajetilla y encendedor, saliendo sin prisa.

Ni siquiera pudo prender el encendedor pues se encontró de frente con Yuri, dejándolo congelado en el momento.

—Beka—dijo con una amplia sonrisa, lanzándose a sus brazos.

El mayor no supo que contestar en ese momento y tuvo que estabilizarse para no caer con el rubio entre sus brazos, rodeando su cuerpo para pegarlo a él, se sentía tan bien sentirlo cerca de nuevo.

—Yura, qué pasa? —preguntó dejando lo que llevaba en la mano de lado.

—Te amo—dijo escondiéndose en su cuello, era un alivio decírselo.

Otabek suspiro y cerró los ojos, sonriendo levemente, día palabras bastaron para elevar su ánimo por completo.

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Ya está aquí otro cap uwu espero que les haya gustado~ gracias por leer y comentar y votar :3

Les loveo *smooches* les loveo musho~

Rave~

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