"Don't Trust"
Una, nunca ha podido vivir tranquila, nunca ha podido sentir que es el cariño humano: un abrazo, un beso, o tan solo un ligero roce, sin recibir tales puñaladas procedentes de las cuerdas vocales de cada uno de los seres que la rodeaban, que la miraban con desprecio e incluso temor.
"Estar rodeada de personas, y sentirse sola"
Rakkun, nunca hizo nada, era su familia quien escondía tales secretos, de los cuales, ella nunca pudo saber nada, pero sabía, que podía encontrar alguna respuesta, aquel viernes trece, por la noche. Su mirada, contemplaba aquella puerta, abierta de par en par, observando como varias damas, de vestidos extravagantes, iban acompañadas de sus caballeros andantes, agarrados a su brazo, mientras se iban adentrando, lentamente, a aquel palacio. La chica de ojos lilas, coloca en su rostro, una ligera sonrisa burlona, y levanta su mano derecha, para observar su antifaz, que poco después, colocaría en su rostro. De ésta manera, nadie podría saber, quien era ella en realidad.
-Empecemos con ésto- se dijo a si misma la chica, mientras caminaba por la nieve del jardín, colocándose correctamente, su chaqueta negra, y sus blancos guantes.
Saludando a todos los desconocidos, que se ponían en su camino, con un leve movimiento de cabeza, pudo entrar en la sala principal del palacio, caminando firme, con las manos detrás de la espalda, buscando entre tantas personas, a su objetivo.
Después de un tiempo, mirando a todas esas personas, que danzaban felizmente, decide sentarse en una silla, cerca de una mesa con aperitivos.
-Esto es imposible- de nuevo, se dijo a sí misma, refunfuñando, y llevándose las manos, de manera, que cubrieran su rostro.- Pensé que sería más sencillo encontrarle- se retira éstas, mientras continuaba observando aquel paisaje, repleto de falsos, mentirosos, y marionetas. Sin darse cuenta, alguien toma el asiento cercano al suyo, se arrima a la mayor, y le susurra al oído.
-Ya llegué Rakk...- la chica oji-rosa, no pudo acabar la frase, ya que, a los pocos segundos, ella se encontró con el rostro de Rakkun, cercano al suyo, y posicionando el dedo indice en sus labios, mandándola a callar. La castaña, comenzó a sentir un leve rubor en sus mejillas, del que la otra chica, pudo darse cuenta, haciendo que en su rostro, se colocara una sonrisa pícara.
-Está prohibido revelar los verdaderos nombres, en un baile de mascaras- Rakkun, se separa lentamente, guiñándole un ojo.
-Cierto- hace una pausa, la oji-rosa, y se separa de ella, lentamente- Lo siento, "Lady Noir". Se me olvidó por completo, su situación- terminó de decir, agachando la cabeza, y colocándose con vergüenza, su vestido rosa.
-No te preocupes- la trajeada, suspira- tú...- observa el suelo, y a continuación, vuelve a mirar a sus brillantes ojos rosados, de nuevo, con una sonrisa-...no tienes la culpa, de que esté en busca y captura- su expresión, cambió a una más sería, desviando su mirada, hacía la pista de baile.
La menor, observa a Rakkun, algo decaída, para hacer lo mismo que ella, y observar a aquellas personas, bailar las mismas canciones, sin ningún sentido. En ese momento, ella, se levanta despacio, agarrando su vestido, para no pisarselo, y se coloca delante de la oji-lila, provocando un gran desconcierto, de parte de la ya mencionada.
-Y bueno, Lady Noir- Rakkun, levanta la mirada, para observar a ésta, guiñándole un ojo- ¿No te apetece bailar?- añadió, exponiendo su brazo. La mayor, guardando su compostura, se cruza de brazos y niega con la cabeza, haciendo que en el rostro de la menor, se colocara un pequeño puchero, totalmente ignorado-Me da igual lo que digas-agarra sus brazos en cruz, comenzando a tirar de Rakkun, quien se levantaba de un impulso, de su asiento.
-Ak...-una vez en la pista de baile, la castaña se arrima al rostro de la mayor, posicionando sobre sus labios, el dedo indice. Una leve pausa, hizo que las mejillas de ésta, tornaran a un color rubí, mientras tanto, la otra susurraba dulcemente-"En los bailes de mascaras, está prohibido revelar los nombres"-dicho ésto, vuelve a guiñarle un ojo, y dibuja una leve sonrisa con sus labios, para dirigirse al centro del establecimiento, donde todos los presentes, esperan a que la canción, comenzara a sonar.
Segundos después, y cuando menos lo esperaban, una canción lenta, comienza a reproducirse, por toda la sala. Las dos chicas, observan como aquellas personas, sin ninguna identidad, comienzan a danzar alrededor de ellas, quienes observaban con ojos como platos, lo hermoso que era el baile. Por otro lado, Rakkun, siente como su brazo es levantado en el aire, lo que hace, que dirija su mirada hacia la menor, que giraba como una leve bailarina, agarrada a su mano, mientras su vestido se movía con el son de sus pasos. Al darse cuenta, la chica mayor, sonríe, y en un leve impulso, agarra a la menor por la cintura, apretándola levemente contra su pecho. Sus miradas, vuelven a estar conectadas de nuevo, más Aki, por la vergüenza, agacha la cabeza, reguardandola en el pecho de la grande.
-No deberías de tener vergüenza...- suelta una de sus manos de la cintura, y agarra la barbilla de la castaña, para levantarla y clavar su mirada en la suya-...No es la primera vez-guiña un ojo.
-No puedes ser más tonta, por que no puedes- la menor, coloca sus manos alrededor del cuello de Rakkun, y tras esto, comienzan a bailar al son de la música.
Sus pasos, mostraban el compás de la canción, que se repetía una y otra vez: un, dos, tres, un, dos tres... La oji-rosa, se acomoda en el pecho de su acompañante, y la otra, colocaba su barbilla sobre la cabeza de la chica, mientras dejaban que el ambiente las guiaran en su dirección, pero un leve suspiro por parte de la mayor, hace que la otra, mire con preocupación, los ojos de Rakkun, quienes evitaban el contacto visual.
-Creo...- sonríe- ...que nunca me he podido sentir tan tranquila en mi vida- hace una pausa- sin la necesidad de sentir, que en algún momento, alguien me estará apuntando con una pistola- baja su mirada, para ver la de Aki.- Creo que eres la única en la que puedo confiar-
-No- la castaña niega con la cabeza- No puedes confiar en nadie...- cambia su mirada hacia otro lugar, lejos de ellas-...ni siquiera de mi- añade como un triste susurro.-No puedes fiarte ni de tu propia sombra- vuelve a mirarla, que ahora, mantiene en su rostro, una expresión de sorpresa- Pensaras que estoy diciendo barbaridades, pero no miento...-en sus ojos, comienzan a brotar pequeñas gotas cristalinas-...no confíes en nadie- Rakkun detiene el baile, y soltando una de sus manos de la cintura de la joven, limpia aquellos ríos aún sin formar, de sus hermosos ojos.
-No confiaré en nadie...- suspira, para ahora, agacharse y besar la frente de la castaña-...excepto en ti- añade, antes de separarse, y volver a su postura anterior.
La canción finaliza, y todo el mundo, comienza a abandonar la pista de baile, cuando tras de Aki, Rakkun divisa a un hombre, con antifaz negro, y ojos verdes fosforito. La chica queda en shock durante unos instante, observando como aquel chico castaño, levanta su mano, y forma con sus dedos una pistola.
"Me han descubierto"
En la sala, se comienzan a escuchar disparos, pero nadie sabe de donde vienen, así que en un impulso, la mayor, empuja a Aki, que acaba cayendo al suelo, mientras ella, se dirigía hacia la salida, para salvar su vida.
Una vez fuera, comienza a correr a gran velocidad, o al menos, como podía, ya que sus pies, quedaban incrustados en la nieve, lo que impide su avance. Buscando la manera de salir del jardín del palacio, acaba entrando en uno de los bosques, que le acabarían llevando a su libertad, cuando de nuevo, disparos se volvieron a escuchar, pero esta vez, más cerca de lo que ella creía.
Tan solo tenía que recorrer aquel pasillo, rodeado de arboles, y suelo nevado, no era difícil oler de nuevo el aire limpio de la lejanía, cuando una de las piernas, falló, provocando que la chica, cayera al suelo, con un horrible dolor en su gemelo derecho. Coloca su mano sobre éste, y al retirarla, observa como un gran hilo carmesí, comienza a teñir la nieve.
"Me han dado"
Entre los arboles, comienza a escuchar unos pasos, que caminan hacia ella despacio. De nuevo, intenta levantarse, pero inútilmente sirvieron sus esperanzas, ya que la otra pierna comienza a fallar esta vez.
Su respiración acelerada, y el mismo dolor, no permitían a Rakkun, avanzar con sus brazos, pues la nieve lo impedía por completo.
-No te sirve de nada avanzar, Rakkun- la chica comienza a escuchar unos pasos aproximándose a ella.
-¿Aki?- se gira, para contemplar su rostro.
-¡Que ingenua!- comienza a reirse a carcajadas, observando como aquella compañera, aquella persona, se aproximaba a Rakkun, con su hermoso vestido rosa, totalmente roto.-¿De-de verdad...- la chica, entre frase y frase, continuaba con su ataque de risa, sin poder parar ni un instante-...pensabas que...- continua riendo- que chiste más bueno, mi querida Rakkun- se limpia las pequeñas lágrimas que caían por su rostro.
-¿T–tu...- Rakkun tartamudea.
-Por favor, Rakkun- la castaña se arrima a la otra, quien se encontraba totalmente inmóvil en el suelo- ¿De verdad no te lo esperabas?- se agacha enfrente de la chica- "No te fies de nadie, e incluso, ni de tu sombra" ¿No te suena?- comienza a espamear con la pistola en la mano. Al ver que la mayor no hacía ni un movimiento, dibuja una sonrisa en su rostro- pobrecita- añade con voz lastimosa, mientras acaricia el cabello rojizo, de la ya tirada en el suelo.
-¿Por qué? ¡Sabes que no sé nada!- el eco, reproduce la última frase- ¡¿Que te he hecho?! ¡Hice todo por tí! ¡He sido la única que ha estado siempre contigo! ¡¿Por qué ahora?!-
-¿Por que crees que nadie quería estar conmigo? Además, ¿una millonada? ¿crees que soy tonta? trabajo es trabajo- la castaña se levanta- y así, ¡tampoco tendré que aguantar muchas de tus tonterías!- de una patada, tira nieve al cuerpo de la oji-lila.
-¡Y ahora! ¡¿Que me vas a hacer?! ¡¿Por que me haces esto?!- intenta levantarse con ayuda de sus brazos, pero vuelve a caer a la nieve, sintiendo como su cuerpo, se va congelando poco a poco.
-Pues...- coloca el arma en sus labios, para a continuación, hacer una pausa, y mirar con una gran sonrisa, a lo que era, su víctima- ...mejor, no voy a hacer como en las películas...- se coloca en cuclillas- prefiero, que te mueras de la intriga- acaba con una gran sonrisa, para a continuación, esquivar a Rakkun, y marchar hacia la salida- aunque, no se si acabara contigo antes la hipotermia- sigue su camino.
-Aki...- Rakkun, se arrastra por la nieve, dejando tras de sí, un tinte oscuro.-¡No puedes dejarme así! ¡No puedes dejarme aquí!- estira el brazo, para intentar alcanzarla, aunque sabía que era inútil, ya que ella, había recorrido más de la mitad del camino, haciendo lo que era su libertad.
"Aki..."
~Fin...~
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