One-Shot
Te aburres como una ostra. Lo sabes perfectamente mientras miras a la ventana sin hacer nada. Piensas que tu vida es una mierda. Una y otra vez te lo planteas, y un poco tiene razón. Tu amiga Frisk te ha mandado un mensaje diciéndote que hay una fiesta en la nueva discoteca que han inaugurado unos amigos suyos. ¿En serio? Te preguntas con mala gana sin ganas de levantarte de esa cama que tanto echabas de menos; sin embargo, no hay otra opción. Te levantas con pereza como si el mismísimo demonio se haya adentrado en tu interior haciendo que tu gandulismo aumente y te diriges al baño empezando a darte una buena ducha caliente. ¿Y a quién no le gusta? De seguro que a la gente rara como tú. Y si hace calor, pues más agua caliente.
Tus pensamientos rondan en tu cabeza queriendo saber si esa persona, esa en concreto, estará en la fiesta. Y luego te dices a ti misma: «Claro que va a estar, es el rey de la fiesta no se perdería algo así». Pero paras un segundo pensando con claridad si deberías ir ya que esa persona solo le importan las fiestas y alguna chica hippie que se encuentre por ahí. Das un suspiro largo y pesado terminando de bañarte a lo que cierras el grifo y sales de la ducha enrollando una toalla alrededor de tu cuerpo.
—Será mejor que me de prisa o sino Frisk me mata.
Te diriges con rapidez a tu cuarto empezando a sacar la ropa que tienes en el armario, investigando que vestido ponerte para la ocasión. Tal vez un vestido largo y de seda te quedaría bien, pero luego te negaste temiendo que cualquiera te lo pisoteara. Luego pensaste en un vestido corto aunque habrá un pervertido en el medio e intentará manosearte el culo. Entonces, te decidiste en ponerte algo sencillo. Una camisa para salir y un pantalón corto junto con unos tacones que pueden quedar bien. Comenzaste a arreglarte el pelo poniéndote unas cuantas trabas u horquillas queriendo que no se viera ningún pelo pequeño merodeando en tu gran melena. Y luego, empezaste a maquillarte, pero no el típico que se ponen casi todas pasándose en el colorete o con el pintalabios sino algo sencillo, que destacara en ti mostrando quien eres realmente.
Te miras en el gran espejo que hay en tu cuarto y sonríes satisfecha con el resultado, no te quedaba mal la verdad. Cogiste el bolso que dejaste en la silla y vas bajando por las escaleras. Pero adivina: tú madre te estaba esperando ahí.
—¿A dónde vas tan guapa? —dijo impresionada de que su propia hija vaya vestida de esa manera.
—Frisk me mandó un mensaje diciéndome de que abrieron una nueva discoteca en el barrio y quiere ir —le dijiste con sinceridad terminando de bajar las escaleras—. Por eso tu hija querida va vestida así.
—Menos mal que me has salido decente y no como las chicas que hay hoy en día.
—¡Mamá!
—¿Qué? Es la verdad. —Ella ríe como si en toda su vida hubiera echo un sarcasmo. Se acerca a ti arreglándote un poco la ropa—. Tú ya sabes lo que hay hoy en día. Los adolescentes tienen las neuronas en el piso y no saben controlarse.
—No me lo recuerdes, hasta me da vergüenza mi propio instituto —te sinceras un poco rodando los ojos dando la razón a tu madre—. ¿Por qué los chicos son tan inmaduros?
—Eso me lo preguntaba hasta que conocí a tu padre.
—Tienes suerte en haberlo encontrado.
—Sí, opino lo mismo. —Las dos reís al unísono hasta que escuchasteis como alguien toca el claxon de un coche, era la señal de marcharse—. Bueno cariño, decirte de que te portes bien y que tengáis cuidado las dos.
—Mamá, no tengo 15 años. —Abrazas a tu madre intentando que se tranquilice ya que tu barrio no es muy pacífica que digamos.
—Vuelve antes de las dos, ¿sí?
Asientes lentamente y la dejas de abrazar para dirigirte hacia la salida para encontrarte a tu amiga Frisk esperándote en el coche a lo que te apresuraste de forma rítmica. Ella te sonríe y te abre la puerta ya que tiene un problema a la hora de abrirlo por fuera y tiene que hacerlo dentro. Típico de un coche de segunda mano.
—¡Vaya! Me sorprende que estés así vestida —dice Frisk mirando tu ropa y tu rostro como si nunca te hubiera visto así.
—Es la inauguración de la nueva discoteca, ¿qué esperabas? ¿Qué iba como una ramera?
—No, pero yo creo que estás ansiosa de que cierta persona esté ahí.
—Conociéndolo de seguro que va a ir. —Frisk comienza a dar marcha al coche comenzando ir rumbo al nuevo sitio—. Pero no creo que se fije en mí, ya que casi ni hablamos.
—La última vez que os hablasteis fue el último día de clase, ¿recuerdas?
—¿Para qué olvidarlo?
Entonces mi mente empezó a divagar recordando lo sucedido. Era el último día de clase como dijo Frisk y es cuando casi todo el mundo hacía la gana. Las dos estuvimos juntas hasta que llegó el momento en que tuvo que marcharse porque tenía que entregar un trabajo. Mientras yo me dirigía a mi taquilla a recoger las últimas cosas. Estaba ansiosa de marcharme de ahí y no ver a esos idiotas. Al cerrarla me asusté de repente al tener a alguien mirándome. Y no era cualquiera, era él. El Rey de la Fiesta o también llamado...
—¡Ey nena!
—¡Sans! ¡No me des sustos! —Llevé la mano a mi pecho porque pensé que mi corazón casi estuvo a punto de salir.
—Oh perdona, no quería asustarte —El chico o más bien el esqueleto de las gafas se disculpó agitando las manos.
—¿Me espiabas?
—Sí... ¡quiero decir no! —Alcé la ceja sin entender nada a lo que éste suspira un tanto nervioso—. Sólo quería verte.
—Pues aquí me tienes.
—Y me preguntaba que harías este verano. —Espera, ¿está ligando conmigo? ¡¿Él?!
—Pues tal vez muy lejos de aquí como por ejemplo: Noruega. —No puse emoción alguna simplemente deseaba que se marchara ya que su presencia me ponía un tanto nerviosa.
—¡¿En serio?! ¡Porque yo también voy a ir! — ¡¿Qué?!
—¿Dije Noruega? Ah no, espera, me he equivocado. Quería decir Suecia —Estúpida, tenías que haber dicho que te marcharías a Japón o a la Antártida y ahí te mueres de frío.
—¿Estás huyendo de mi?
—¿Qué? No para nada —dije con sarcasmo a lo que me alejé de las taquillas empezando a caminar, pero lo peor de todo es que comenzó a seguirme a lo que yo paré en seco y le planté cara—. ¿Qué quieres Sans?
—¿No puedo hablar contigo? —me preguntó como si le hubiera dolido mi pregunta o le estoy evitando a toda costa.
—¿Hablar conmigo? ¿Desde cuándo te ha importado en hablar conmigo?
—Desde que publicaste hará dos semanas en Facebook que estás enamorada. —Mis mejillas se tornan a un color rosado por tal oración—. Y no pude evitar de pensar quien es el afortunado —el "Yolo" empezó a girar sobre mi como si yo fuera el planeta Tierra y él la luna—, y estoy casi seguro de que...
—No tengo tiempo para estupideces, Sans —dije secamente alejándome más de él dejándole en un estado de confusión e intriga.
Abres los ojos lentamente encontrándote de que ya estabais en vuestro destino y Frisk deliraba de que a ver si tienen suerte en encontrar sitio. Tú también lo haces ya que aparcar lejos de la zona y encima caminar no era una buena opción. Pero te recompusiste del sitio porque, por casualidad, viste a alguien muy conocido para ti. Sin embargo, no era él. Más bien era un chico que se viste de la misma manera que era él a lo que suspiras.
—¡Encontré sitio! —dijo Frisk como si hubiera encontrado un tesoro y aparca estirando los brazos lentamente—. ¿Preparada?
—No sé Frisk. Creo que deberíamos volver.
—¡Tonterías ___! —Viste como tu amiga sale del coche para luego girar y golpear el cristal esperando a que salieras.
Sin más opción, le haces caso saliendo del coche con mala gana y comenzaste a caminar con ella hacia la disco. Había mucha gente esperando a entrar que hasta algunos se desesperaban. Tú y ella os mantuvisteis en una distancia primordial por si las cosas iban en mal en peor. Al final abren las puertas y todos entran despavoridos siendo revisados por el guardaespaldas. Bueno, yo te recomiendo que si vas a entrar a un sitio como éste, que lleves el carné.
No tuvisteis dificultad alguna en entrar en la zona y os quedasteis asombradas. Era enorme el recinto que hasta tenía piscina y un jacuzzi para aquellas personas inquietas y con ganas de ir a más. Cogiste la mano de Frisk pidiéndole que no se aleje de ella a lo que te sonríe con tranquilidad y comenzáis a bajar por unas escaleras casi de cristal.
La música era fuerte que hasta puede romperte los tímpanos a lo que te era imposible tapartelos, ya que traspasaba con cualquier cosa. Había de todo tipo de gente: hippies, geeks, pervertidos... De esos hay montones y te daban miedo de que alguno se aproveche de ti.
—¡Oye ___! —grita tu amiga ya que el volumen de la música te impedía escucharla bien— ¡¿Qué te parece si vamos a la barra y nos pedimos algo de beber?!
—¡Vale buena idea!
Fuimos directamente a la barra donde había mucha gente esperando a por su copa por lo que Frisk, aprovechando de que es pequeña de altura, se cuela obteniendo un buen sitio y te estira el brazo hacia ti atrayéndote a la barra. La verdad es que habían muchas bebidas alcohólicas y no sabías cual pedir. Tal vez empezar algo más suave para empezar bien la noche. El camarero os atendió enseguida y pediste una Shandy de limón a lo que éste te mira raro, pero te lo trae igualmente.
—¡Te ha mirado muy mal el camarero!
—¡¿Qué esperara?! ¡¿Qué me pidiera un cubata o algo?! —Es lo malo cuando vas a una fiesta y solo quieres tomar algo suave ante la atenta mirada de todo el mundo.
Entonces, la música cambia a una electrónica donde la gente comienza a gritar con fuerza aclamando a cierta persona que comenzaba a bailar junto con su patineta. Tú con curiosidad vas a donde estaba la multitud seguida por Frisk y os colasteis como pudisteis hasta ver a...
—¡¿Sans?! —En efecto, el Rey de la Fiesta no se quería perder esta oportunidad, pero paró en seco al verte y reconocer tu voz.
—¡Pero si es mi humana favorita! —Se acerca hacia a ti con una gran sonrisa en su rostro y colocándose aquellas gafas que se caían por cada vez que respiraba agitadamente.
—¡Pensaba que te fuiste a Noruega!
—¡Cambié de opinión! —Alza los brazos como si fuera lo más normal del mundo—. ¡De hecho ayudé a un amigo mío en terminar esta obra de arte!
—¡¿Qué?! —Cada vez te sorprende más ese esqueleto que te ha cautivado desde hace mucho tiempo.
—¡Déjate la sorprendida y ven a bailar conmigo! ¡Que no pare la fiesta! —Coge tus manos y te mete en la pista ante la atenta mirada de todos que gritaban sin parar.
Tus mejillas se encienden de nuevo ante tal barbarie, nunca te imaginaste en bailar con él y mucho menos en la nueva discoteca. Te era imposible seguir sus pasos, bailaba muy rápido para ti y la verdad es que no eres muy buena bailando. Sans lo nota y se acerca a ti de nuevo tomando tus manos con delicadeza y empieza a bailar contigo para que le siguieras el ritmo, y lo estaba consiguiendo. Pero la vergüenza aumentaba por los silbidos que daban la gente que solo agachaste un poco la mirada queriendo que esto parase.
—¡¿Te da vergüenza?!
—¡Demasiado! —te sinceras con él por lo que paráis un momento y él sonríe de forma calurosa, para luego mirar al DJ de arriba.
—¡Cambia! —grita dándole señales a lo que esa persona entendió y cambió la música a algo más suave y romántico.
Tu corazón comienza a latir con fuerza cuando te atrae tomando tus caderas con delicadeza y comenzando a bailar a un ritmo lento sin las miradas de la gente. No sabes si esto es bueno o malo, pero te dejabas llevar por la canción que solo cerraste los ojos por un momento hasta escuchar su voz.
—¿Mucho mejor?
—Sí, aunque sinceramente estoy un poco incómoda.
—¿Por qué estas bailando con el experto?
—Sí, y más cosas. —No deseabas mirarle a la cara, te daba vergüenza, pero él toma con cuidado tu barbilla admirando tu belleza.
—Eres tan hermosa, ___. —Sans sonríe mientras se quita las gafas por primera vez mostrando sus ojos. Tu corazón se encoge al ver aquellos ojos tan hermosos que tiene a lo que éste se pone nervioso—. No me mires así.
—Perdona, pero es que... —agachas un poco la mirada para luego tomar fuerzas y mirarlo—, tienes unos ojos preciosos Sans.
—Oh, vamos. Los tuyos son más lindos. —Una de sus manos empieza a acariciar tu mejilla con lentitud sin dejar de mirarte—. Sé que he sido un cobarde en no acercarme a ti y poder admirar tanta belleza. Pensarás que soy como ellos, pero no es cierto. Yo cuando me enamoro muestro interés en esa persona que hasta haría cualquier cosa por estar con ella. Por eso fingí en decirte de que me iba a Noruega para estar contigo.
—¿En serio? —tartamudeaste pensando en la conversación que tuvisteis en el último día de clase—. Y yo como tonta rectifiqué.
—Aunque cierta persona me ha dicho de que es mentira, de que no te ibas a ningún lado. Además fue quien me dijo que estarías aquí.
—¿Eh? —La única persona que lo sabía era Frisk. Abriste los ojos de par en par y empezaste a buscar a tu amiga que estaba apartada entre la multitud. Vuestras miradas se cruzaron y te sonrió guiñándote el ojo a lo que tu te sonrojas aún más—. Maldita sea Frisk, éste era tu plan desde el principio.
—Bueno, al menos estamos juntos, ¿no? —Su voz está muy cerca de ti a lo que tú giras un poco la mirada casi rozando esos labios huesudos o dientes. La verdad es que es un esqueleto que ni siquiera tiene labios—. ___, yo te quiero y quiero pedirte que seas mi novia.
—¿Lo dices en serio? ¿O es una forma de ligar conmigo?
—¡Hablo en serio!
No pudiste evitar reír al ver tan reacción por parte de él a lo que te acerques un poco implantándole un beso en sus dientes a lo que él se pone colorado y sin dejar de mirarte sorprendido dices:
—Yo también te quiero. Y sí, quiero ser tu novia.
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¡Ala ya está! No me ha costado ni un día en escribirlo, he aprovechado que tengo unas cuantas horas libres de clase para escribir esto -w-
Este fic se lo dedico a HoliAmigui ya que quedó en el tercer puesto del Primer Concurso de Dibujo, y quien se quedaba ese puesto pues le haría una historia diciéndome el nombre y el sitio. Espero que sea de tu agrado. Lo siento en el paquete no decía de si quería lemmon o que, así que lo siento mucho lectoras mías :v
Espero que en el "Character x reader" en versión Undertale haya alguna de vosotras que me lo hayais pedido así no habría ningún problema ^^.
Nos vemos en la próxima historia ¡chau!
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