Nine.

Me encargué de limpiar la cocina mientras Daniel terminaba con la habitación. Una vez estuve libre llevé a Mía hasta el baño, le di una pequeña ducha y luego cambié su ropa a algo lindo para cuando todos llegaran.

-que preciosa niña-Daniel apareció por la puerta mirando con una sonrisa atontada a la pequeña frente a mi.

Ella apretó sus mejillas y rió sonrojada, sabía exactamente lo que él quería decir.

-¿puedes terminar de vestirla, por favor? aún necesito cambiar mi ropa antes de que todos lleguen-asintió y se acercó tomando unos zapatitos que combinaran con su ropa.

-ve-se acercó dándome un corto beso.

La pequeña chilló completamente celosa y ambos reímos.

-Ponte algo lindo y tal vez cuando se vayan todos pueda ayudarte a quitártelo-susurró.

-¡Daniel!-golpee su brazo riendo y luego salí de allí.

[...]

Cuando dio la hora planeada todos llegaron. Amigos nuestros con sus respectivos hijos y algunos amigos de Mía. Todos sabíamos que ella se concentraría la mayoría de la tarde en quedarse con Lavender, pero igualmente todos estaban aquí.

Nuestros amigos más cercanos llegaron con sus respectivas parejas y decidimos pasar a la sala. Todos nos sorprendimos cuando el timbre sonó y Zach (que fue el encargado de ir a ver quien era) volvió junto con Aubrey.

Me molestó sentir como Daniel se tensaba, pero no prestarle atención pareció algo más prudente. También para sorpresa de todos Aubrey había decidido notar que vendría a la fiesta de una niña de tres años y no traía uno de sus ajustados y escotados vestidos, pero igualmente su apretado jean y su pequeño top no eran tan disimulados, aunque hicieron que mi decisión de ponerme este vestido se sintiera irrespetuoso.

-tú estás más linda-susurró Zach en oído antes de pasar junto a mi y pararse junto a Steph.

Me giré mirándolo y este me guiñó un ojo, le agradecí con una sonrisa y luego sujetó la cintura de Steph atrayendola él.
Por un segundo me perdí en ellos, Zach le susurraba cosas al oído y esta no podía parar de reír, vi como sus mejillas se sonrojaban y luego golpeó el hombro del chico con delicadeza y este la miró sonriendo. Ladeó su cabeza y se acercó para besarla pero corrió su rostro haciendo que en vez de besar sus labios besara su mejilla. Se rió de una forma pícara y en pocos segundos me giré dándoles la poca privacidad que podrían tener en una habitación llena de gente.

Los miraba con anhelo en verdad, Daniel hace mucho no se comportaba de tal forma conmigo y a veces se sentía mal, era como si mi esperada respuesta afirmativa hubiera cambiado todo, como si esa afirmación fuera lo único que necesitara para perder su pizca de amor. 

Me giré para mirarlo, miraba hacía el frente. Seguí su mirada y no me sorprendió el hecho de encontrarlo mirando en dirección de Aubrey, o más bien sus pronunciados pechos. Di un suspiro y me incorporé.

-¿a donde vas?-pasó su mano por mi espalda baja, me giré y lo miré.

-iré a buscar algo para tomar-asintió y luego devolvió su mirada a la chica como si no le importara que yo lo notara.

Solté un bufido y me encaminé fuera de allí ignorando las cosas que mi cerebro pudiera creer. 
Encontré a todos los niños en el patio trasero jugando con mi hermano y su mejor amigo.
Algunos niños colgaban del brazo de mi gemelo y este se dedicaba a dar vueltas, mientras tanto Jack Johnson estaba sentado en el césped, la mayoría de las niñas estaban con él, no sabía exactamente de que les hablaba pero estas se veían muy concentradas mirándolo.

Cuando elevó su mirada y me vio mandó una deslumbrante sonrisa en mi dirección, elevó su mano y me hizo señas de que me acercara, yo negué y todas la niñas ya estaban centrando su atención en mi.

Mía se incorporó junto a Lav y corrieron en mi dirección abrazando mis piernas. Me sorprendí ante tal acto de cariño pero sonreí acariciando sus pequeñas cabeza.

-¿está todo en orden?-asintieron alejándose-¿necesitan algo en especial?-me agaché para quedar más a su altura.

-Jack dice que tiene hambre-habló Lav tímida.

-¿quieren llevarle algo para comer?-asintieron-pues vamos.

Tomé sus manos y mi plan de guiarlas a la cocina se arruinó cuando estas dos comenzaron a correr hacía adentro como si supieran exactamente cada cosa que querían. Me reí e intenté seguir sus cortos pero rápidos pasos.
Cuando pasamos el umbral de la cocina escuché el timbre sonar y solté las manos de las niñas.

-necesito abrir la puerta-Mía negó-cariño, llévale lo que tu quieras-me miró enojada y luego se giró hacía Lav.

Me reí ante su pequeña escena de drama y luego me encaminé a la puerta. Abrí con una media sonrisa y desapareció al ver al chico allí parado.

-¿que haces aquí?-fue lo único que salió de mis labios al verlo.

-es el cumpleaños de Mía-se encogió de hombros-vine a traerle un regalo-elevó una caja que traía en la mano.

A mi desgracia las pequeñas no tardaron en llegar y ambas se abalanzaron sobre el castaño frente a mi. Apoyé mi mano en la puerta y aunque no quisiera aceptarlo, miré la escena con ternura.

-feliz cumpleaños, hermosa-pellizcó la mejilla de Mía y ella rió-esto es para ti-dejó la caja sobre el suelo y la niña la miró con ojos deslumbrantes y se sentó para tener una mejor visión.

Lavender se sentó frente a ella y miró con atención y desesperación esperando que Mía lo abriera. Me mandó una mirada de confirmación y yo asentí.

Sacó el gran moño y luego de romper un poco el envoltorio llegó hasta la caja, la rompió y miró impactada el interior.

-¡por dios!-exclamé mirando el interior.

-¿que es mami?-preguntó.

Tomé uno de los libros y se lo mostré.

-Jonah...Jonah acaba de regalarte la saga completa de Harry Potter-lo miré confundida.

Mía exclamó sorprendida y luego le agradeció, intentó levantar la caja pero con rapidez la detuve.

-yo lo hago, cariño-asintió antes de correr nuevamente dentro de la casa-¿que haces?-me agaché para tomar la caja pero esta vez él me detuvo a mi.

-está algo pesada, ¿quieres que yo la entre?-genial, ahora buscaba excusas para entrar.

-ni siquiera sabes si le gusta esa saga.

-¿no le gusta?-elevó una ceja riendo-teniendo una madre como tú dudo que no le guste-me reí ante tal cosa.

Era cierto, había mal acostumbrado a Mía con Harry Potter y este solía rondar por su vida. Las películas le gustaban y muchas cosas extras sobre ese gran mundo.

-pero no debías hacer eso.

-¿ya se los habías comprado tú?-preguntó levantando la caja, yo negué y abrí más la puerta.

Él entró y miró toda la casa con algo de asombro.

-vaya, hace tanto no venía aquí-se rió.

Zach junto a Jack llegaron rápido y miraron confundidos la escena, Jack algo más impactado.

-¿que haces aquí?-Zach se acercó molesto.

-vino a traerle algo a Mía-expliqué rápido.

-pues bien, ya lo hiciste ahora puedes irte-tomó lo caja de sus manos-me encargaré de esto-y con mal humor se alejó escaleras arriba.

Jack seguía mirándolo con algo de asombro.

-¿qué...qué haces aquí?-balbuceó prácticamente.

-vine a traerle un reglo a Mía, ¿que no oyes?

-no me refiero de aquí, aquí-se acercó-me refiero de aquí en Los Ángeles, ¿luego de tantos años decides volver?-entrecerró sus ojos.

Pasó su mirada de él a mi y luego rodó los ojos suspirando.

-no es cierto-hizo una mueca.

-pero miren nada más, Marais está aquí-Daniel llegó con una falsa sonrisa.

Genial, Why Don't We finalmente reunidos otra vez, muchas fans pagarían por ver esto. Yo lo haría, si la situación no se estuviera dando de esta forma.

-¿Qué haces aquí?-se paró junto a Jack de brazos cruzados.

Zach llegó rápido y Corbyn no tardó en juntarse con todos.

-¿soy un bicho raro? ¿tengo algo en la cara? ¡dejen de mirarme!-mordí mi labio deseando que todo se mantuviera normal.

-no deberías estar aquí ¿no crees?-Daniel se acercó algo enojado.

Carraspeé y él me miró.

-es el cumpleaños de tu hija, ¿no crees que deberías controlarte un poco?-elevé una ceja.

-Si, Seavey-apoyó Corbyn ganándose una mirada enojada de Daniel.

-no vine por problemas ¿si? simplemente quería darle algo a Mía, no hay gran problema en eso-habló simple-Daniel dio un suspiro y luego se alejó.

-mantente alejado de mi-lo señaló antes de alejarse dando fuertes pisadas.

Jack y Zach lo siguieron, Corbyn el cual había decidido no moverse, puso las manos dentro se los bolsillo de su pantalón mirándonos.

-bien, sabes donde están las cosas aquí, puedes comer y tomar lo que quieras-asintió-la mayoría estamos en la sala, o si prefieres la compañía infantil te puedes ir afuera-repitió la acción anterior y luego sonrió-bien...me iré ahora.

Sentí como los dos chicos me seguían con sus miradas y antes de que abriera la puerta Jonah llamó mi atención. Me giré sobre mis talones y lo miré esperando que hablara.

-que linda estás-sonrió coqueto-por si el idiota ese no te lo dije.

-si lo hizo-mentí-pero gracias.

Asintió y finalmente me dejó ir.

Claramente no le diría que Daniel ni siquiera se había girado a verme, ni siquiera cuando Aubrey no estaba, ahora con la presencia de la susodicha aquí mi existencia era casi nula en la vida de Daniel.

°°°°

°°°°

Pues, así decidió presentarse nuestra hermosa Zoe.


No tengo pregunta para hoy jeje.
Pero les diré que Jonah me enamora cada día más  (fuera y dentro de esta historia) adiosito.

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