Forty six.
Los meses no tardaron en pasarse, los preparativos de la boda estaban prácticamente finalizados y los bebes nacerían en cuatro semanas, todo parecía ir a nuestro favor, nuestros planes iban bien y no podíamos pedir más que ello.
Llevaba unos cuantos minutos moviéndome incómoda en la cama, algo me incomodaba y no sabía que era. Por inercia a los segundos abrí los ojos cuando sentí una presión punzante en mi vientre, encendí la luz preocupada y al quitarme las cobijas vi que había líquido entre mis piernas.
-Daniel-lo golpee con nerviosismo-¡Daniel!-chillé con dolor al sentir otra contracción.
El chico se giró y me miró con un ojo abierto y el otro cerrado.
-Debemos irnos-me miró confundido.
-¿Qué ocurre? ¿estás bien?-se sentó en la cama y al ver el líquido maldijo para luego incorporarse-no te muevas-habló rápido mientras corría de un lado al otro marcando el número de alguien en su teléfono.
Mientras él hacia su buen papel de papá y novio preocupado yo comencé a pararme con delicadeza para ir matando algunos puntos.
-Dije que no te muevas-se hincó frente a mi y colocó los zapatos en mis pies para luego sujetar mis manos-si Zach, por favor llama a Corbyn-habló al teléfono-nosotros iremos yendo, nos vemos allí, vale.
Finalizó la llamada, me dejó junto a la cama y luego corrió terminando de guardar algunas cosas en un bolso y luego colocarla en su brazo.
-No necesitaremos eso-afirmé y él acercándose nuevamente sujetando mi mano y cintura para ayudarme a caminar-aún no nacerán, faltan cuatro semanas.
-No sabemos eso-intentó calmarme.
-¿Qué pasará con Mía?-pregunté acercándome a la escalera.
-Jack viene por ella-contestó rápido.
Con cuidado bajamos la escalera y luego Daniel corrió hacia el coche mientras yo terminaba de salir. Otro coche se estacionó con brusquedad y Jack bajó de allí exaltado.
-¿Estás bien?-preguntó sujetando mi brazo, yo asentí y luego me ayudó a subir al coche de Daniel-yo me encargaré de Mía ¿si?-asentí-no se preocupen por ello.
Y sin más Jack se alejó y entró en la casa dando a entender que era hora que nos fuéramos.
Daniel sujetaba mi mano y la apretaba con fuerza mientras con la otra sujetaba el volante e intentaba mantener la calmas y la concentración en el camino
Que diera a luz cuatro semanas antes de lo esperado era muy peligroso, aún faltaba un mes para que fuera la época correcta y en este punto del embarazo es peligroso que los bebés nazcan, aún faltan alguna cosas por formarse, por lo cual era entendible que todos estuviéramos nerviosos al respecto de esto y esperábamos que fuera una falsa alarma y no que verdaderamente los bebés quisieran salir de una vez.
Al llegar al hospital la puerta junto a mi fue abierta antes que Daniel pudiera bajar y pude ver a un Zach con su pijama de dinosaurios, el cabello despeinado y una cara de cansancio.
-Ven, pedí una silla de ruedas-me ayudó a bajar, Steph que estaba junto a él sujetó la antes nombrada y yo me senté allí para luego ser empujada por Daniel dentro del hospital.
-Buenas noches-le habló a la enfermera que me miraba preocupada-está embarazada, aún faltan cuatro semanas pero parece que se rompió su fuente ¿es eso posible?-la enfermera no dio respuesta y pasó a buscar a sus compañeras para llevarme con rapidez y centrarse en hacerle algunas preguntas a Daniel mientras me llevaban a otra habitación para examinarme.
-¿Cómo te sientes, linda?-me habló una mientras la otra comenzaba a colocar aparatos en mi cuerpo.
-Siento presión-asintió.
-Voy a revisar, ¿está bien?-apuntó a mi vientre y yo asentí. Levantó mi remera y comenzó a palpar mi vientre para sentir a los veces, su cara no me transmitió confianza por lo que fue imposible no preguntas.
-¿Todo está bien?-instantáneamente me miró con una sonrisa.
-Claro-asintió-vamos a quitarte esto para ponerte la bata ¿sí?-asentí.
Entre las dos me ayudaron a quitarme mi ropa para colocar la que ellas me habían dado. Al acabar Daniel entró algo apurado, las enfermeras lo miraron preocupadas y a punto de hacerlo salir cuando el se excuso como mi esposo y lo dejaron quedarse.
-¿Cómo estás?-instantáneamente sentí una contracción y solté un pequeño chillido apretando su mano.
-Comenzó con las contracciones-habló una enfermera y rápido se fue con la otra.
-¿Qué te dijeron?-pregunté y él negó.
-En verdad, nada-acarició mi mano para luego dejar un beso en ella-todo irá bien ¿sí?, los chicos ya están aquí-asentí-Jack dejó a Mía en casa de los padres de Zach, junto a sus hijos.
-Okay-susurré comenzando a hacer las respiraciones.
El doctor entró y me miró con una media sonrisa.
-Zoe-suspiró-no esperaba verte tan pronto-hice una mueca-Daniel-estrechó su mano y el chico se alejó para que el doctor pudiera acercarse a mi-¿me cuentas que pasó?-habló comenzando a revisar mi estado y el de los bebés.
-Estaba durmiendo y me desperté por un dolor punzante en el vientre, cuando me fijé vi todo el líquido y rápidamente vinimos aquí-asintió suavemente.
-Las enfermeras son bastante nuevas y aún no saben como hacer esto, así que lo haré yo. Tus bebés no seguirán dentro de ti Zoe, se rompió tu fuente y según la enfermeras ya comenzaste a dilatarte, a este paso los bebés nacerán en pocas horas, por no decir probables minutos-sentí la presión por todo mi cuerpo-pero tranquila-acarició mi mano-tu novio está aquí y vi a todos tus amigos fuera, tienes todo el apoyo que necesitas y se que eres lo suficientemente fuerte como para hacerlo. Todo saldrá bien-me dio una sonrisa y yo asentí-las enfermeras llegarán enseguida para llevarte a otra habitación más capacitada.
-Está bien-susurré con un hilo de voz. El doctor asintió y luego salió, miré a Daniel y sin poder evitarlo comencé a llorar.
-Tranquila cariño-Daniel acarició mi cabello-está bien, todo irá bien-negué.
-¿Porqué nunca puede estar bien?-sollocé-primero Mía y ahora esto-me quité algunas lágrimas-hicimos todo lo posible por que fuera un buen embarazo, todos me ayudaron a cuidarme para que todo saliera bien y ahora esto.
-Te prometo que todo irá bien, ¿sí?, te tengo ¿lo recuerdas-sonreí nostálgica, hacía mucho tiempo desde que Daniel me había dicho esas dos simples palabras.
Simples palabras que para mi eran mi fuente de paz y tranquilidad. Milagrosamente cada vez que él decía esas dos palabras, toda preocupación se iba, todo problema disminuía y por alguna razón mejoraba todo.
Al igual que antes, sonrió y me besó suavemente antes de que las enfermeras me llevaran a otra habitación.
Todo saldría bien, todo tenía que salir bien. Lo único que me preocupaba en estos instantes eran mis bebés y que ellos estuvieran bien, fuera de ello todo me daba igual. Y en eso me concentraría, en hacer que mis hijos salieran bien de todo esto.
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Holis ¿cómo les va? Tanto tiempo jeje.
La verdad llevocqueriendo publicar esto hace días, pero tenía tantos problemas que no se como wattpad al fin me a dejado hacerlo.
No tengo pregunta para hoy pero les dejo un avisito. Tengo una cuenta en Instagram llamada @wdw_wallpaper. Subo fotito like la que está ahí arriba y también fondos de pantalla.
Están invitadas a pasarse por allí si quieren.
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