Five.
-¿quieres salir hoy?
-no puedo hoy, Lo sabes-contesté sin mirarlo mientras terminaba de guardar algunas cosas en el bolso de Mía.
-¿por que No?-preguntó encaprichado.
-saldré con Zach-hablé normal mientras me giraba para verlo-ya lo sabías.
-¿Zach? Me tienes a mí aquí...lleno de ropa que podrías sacar a tu gusto ¿y eliges irte con Zach?-solté una risa mientras pasaba junto a él-él tiene a Steph, ¿No puede conformarse con eso?
-¿qué te pasa?-contesté riendo-¿necesitas amor?-acaricie su cabello y el asintió con cara triste-¿te sientes abandonado?-volvió a asentir de igual manera-pues que pena, porque igual me iré-me reí girándome.
Se acercó y golpeó mi trasero haciéndome soltar un quejido.
-ya deja de hacer eso-me quejé y él río.
-Lo hago porque se que te molesta-sonrió.
-me vengare Seavey, Lo haré- amenace.
-¿puede no haber sangre de por medio? Mi bello rostro no necesita más marcas de guerra-ahogue una risa.
-ya cállate, ¿puedes llevarme?
-¿porque no le pides a Zach que venga por ti?-rodó los ojos dejándose caer en el sofá.
-¡vamos Seavey!-me acerqué sentándome encima de él haciendo que soltara un quejido-llévame-puse cara de cachorro intentado convencerlo-¡vamos!-moví mi cadera haciendo que él sujetar mis piernas con rapidez impidiendo mis movimientos.
-no lo hagas-se rió-si lo hace otra vez no te llevaré a ningún lado más que la habitación-volví a hacerlo y él arqueo una ceja-¿estas jugando conmigo?
-solo necesito que me lleves, ¿enserio harías caminar a tu futura esposa y a tu hija hasta la casa de Zach?-soltó una risa y luego asintió-te odio.
Me aleje para irme pero el jaló de mi tirandome otra vez al sofá quedando encima de mi.
-no te enojes-se rió-yo te llevo con una condición-asentí esperando a que hablara-déjame a Mía-me reí fuertemente.
-la razón por la que salgo con Zach es por Mía-rodó los ojos.
-es cierto.
-¿mami?-Daniel salió rápidamente de encima de mi y miró detrás del sofá.
-hola princesa-imite a Daniel sonriendole a la niña parada en el marco de la puerta-¿estas bien?-asintió acercándose.
-¿qué hacían?-balbuceo sentándose en medio de ambos, miré a Daniel pidiendo opciones y él negó.
-solo tenía una pestaña en mi ojo y papá me estaba ayudando a quitármela-asintió mirando a Daniel.
-¿me ayudas?- la pequeña salto al pecho de Daniel y este la atrapó con agilidad.
-¿tienes una pestaña?-asintió-déjame ver.
Daniel acercó un poco su rostro pero luego comenzó a hacerle cosquillas haciendo que la pequeña no dejará de reír.
Miré con ternura la escena y sonreí al ser tan afortunada de tener a ellos dos conmigo.
Estaba completamente enamorada de Daniel en versión padre, y de todas sus versiones en general. Y Mía llenaba mi vida de luz, no sabía que haría el día que alguno de ellos me faltara.
[...]
-¿Qué es lo quieres comprarle?-pregunté mirando algunos juguetes de la estantería.
-No lo sé-Zach me imitó-¿algo que le falte?
-Zach, por favor-me reí-sabes que no dejamos que nada le falte-soltó un suspiro.
-Esto es más difícil que comprarle algo a Lavender-amasó su rostro y yo reí.
-comprale comida-hizo una mueca-le gusta ser una gordita feliz, ¿cierto?-me agaché mirando a la pequeña y ella negó.
Mía no era una bebé gorda en verdad, pero era un apodo que Daniel solía utilizar pero aparentemente sólo él podía decirlo.
Elevó los brazos para que la tome y así lo hice.
-allí-señaló fuera de la tienda.
-tal parece que ella quiere mostrarte que es lo que quiere-me reí empujando el cochecito fuera de la tienda.
-allí-repitió señalando la librería.
-¿un libro?-preguntó Zach algo incrédulo mirando a la niña-tienes mil cosas para elegir ¿y tú quiere un libro? ¡ni siquiera sabes leer!-la pequeña puso cara de sufrida y sus ojos comenzaron a cristalizarse por las lágrimas.
-Linda, tranquila-acaricié su espalda y ella se abrazó a mi llorando en mi hombro-¿vez lo que haces, Herron? ¡acabas de hacer llorar a una niña de dos años!-el chico hizo una mueca como disculpa-Daniel le suele leer todos los días, intentamos que se concentre en algo como libros y no un teléfono-rodé los ojos intentando que Mía dejara de llorar.
-Ya Mía-el chico se acercó acariciando su espalda-te compraré el libro que quieras ¿sí? ¡los que quieras!-sacó su cabeza de mi hombro y lo miró fregándose un ojo-el que quieras, pero ya no llores-rogó y Mía comenzó a parar su llanto poco a poco-si tú llorar yo también lo haré.
Zach comenzó a fingir que lloraba y la pequeña lo miró preocupada, se estiró hacía él y la agarró dejando que la pequeña rodeara su cuello en un abrazo. Palmeó su mejilla y él la miró, la pequeña le sonrió haciendo que él también lo hiciera.
-¿ya no llorarás?-la pequeña negó-¿entonces vamos ya?-asintió.
Sentí mi teléfono sonar en mi bolsillo y lo saqué mirando la pantalla para ver quien me llamaba.
-¿vienes?-preguntó Zach.
-En un segundo, contestaré y luego iré-asintió y luego se alejó con la pequeña y su respectivo cochecito
-¿hola?-hablé suavemente atendiendo.
-Hola linda-la voz de Daniel mandó una sonrisa a mi rostro instantáneamente-¿cómo va todo? ¿ya compraron el regalo?
-aún no, la pequeña quiere un libro-hablé con ternura y sentí una risa de parte de Daniel.
-Eso es bueno, asegúrate que escoja uno bueno-advirtió.
-Seguro lo hará-me reí.
-¿Zach no está contigo? es que no lo escucho.
-Está con Mía en la librería, yo estoy afuera hablando contigo-contesté obvia.
-Bien no te entretengo más entonces-se rió-recuerda comprar las cosas para la cena por favor-asentí aunque él no me viera.
-está bien, pero recuerda que hoy veré a Aubrey-suspiró.
-Lo sé, por eso pido mi cena-se rió algo incómodo-muy bien, no te molestaré más, mándale un saludo a Zach de mi parte.
-Lo haré.
-Te amo.
-Te amo más, adiós.
Alejé el teléfono de mi oreja cortando la llamada con una sonrisa, guardé el teléfono nuevamente y me quedé observando mi alrededor antes de decidir moverme.
Vi de reojo como alguien se acercaba directamente a mi desde mi lado derecho, cuando me giré y lo vi sentí mi mundo caerse lentamente.
Esos ojos que a veces se tornaban azules, a veces marrones, ahora mismo tenían un color verde intenso, tan profundos que si mantenía la mirada mucho tiempo podría perderme.
Aquellos labios carnosos, de un color rosado intenso.
Su cabello obscuro, levemente revuelto en su cabeza, demostraba lo nerviosos que estaba, comúnmente pasaba su mano por el repetidas veces cuando se encontraba en tal estado.
Sus facciones y mandíbula tan marcadas como lo recordaba, pantalones ajustados y remera holgada igual que siempre.
Tenía sus brazos descubiertos y de reojo pude notar que había nuevos tatuajes en estos.
Se acercó a mi con las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón y se paró aproximadamente a un metro de mi, pero eso fue más que suficiente para que quisiera salir corriendo, aunque no podía, mi cuerpo no respondía a ninguna de mis ordenes y hasta podría jurar que había dejado de respirar por unos segundos.
-hola....
°°°°
°°°°
Canción: De Zoe.
Dedicada: Jonah.
Nuevamente aclarar que la foto de arriba no es mía. La encontré en una página de Instagram (la página de la chica está puesta en la imagen).
¿Jonah? ¿That's you?
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