Jealousies
🔑
Me encontraba una vez más en el club Ilusion, vistiendo uno de mis tantos vestidos de noche y unas pullas negras que combinaban a la perfección con este. Todos estaban bailando, divirtiéndose, en cambio yo, sólo podía observar a alguien específico, mis ojos se mantenían fijos y se negaban a mirar hacia otra parte, parecía como si tuvieran vida propia y quisiesen que lo viera para de una vez dejar esos tontos sueños de ser algo más que amigos atrás.
Joseph estaba con ella, ambos se mantenían abrazados y conversando mientras bailaban, por primera vez creí que ella sonreía sinceramente y no pude evitar sentir una pequeña punzada de envidia. Ella se acercó a los labios de Joseph y se dirigió a besarlo, pero al estar a centímetros de este, él giró su rostro y se acercó a su oído con una sonrisa ladina y comenzó a susurrar. No tengo idea qué fue lo que le dijo, pero el rostro de ella se descompuso y lo miró extrañada, mientras él continuaba sonriendo aún manteniéndola pegada a su cuerpo, mirándome fijamente.
-¿Sabes que a veces creo que eres masoquista? - Habla Karla a mi lado.
-Será porque realmente lo soy. - Susurro - Voy al baño. - Le digo y salgo del lugar, al llegar a este me dirijo al lavabo y dejo el agua correr, ni tan siquiera soy capaz de mojar mis manos, sólo me mantengo observando el agua y me pierdo en esta. ¿Por qué insisto tanto en mantenerlo en mi corazón? ¿Por qué me comporto como idiota cuando se trata de él? - Esto es una mierda. - Murmuro. Acerco mis manos al chorro de agua y mojo mi rostro con esta.
-Si tanto te molesta que esté con ella ¿por qué no haces algo para evitarlo? - No lo miro, sólo escucho el seguro de la puerta ser pasado y opto por ignorarlo, aún sabiendo que eso lo molestará.
Lo siento acercarse y me tenso al tener sus manos en mi cintura, pero me mantengo ignorándolo, sólo mojo una vez más mi rostro y luego retiro sus manos de mi cintura.
-¿Qué quieres? - Hablo de forma cortante aún dándole la espalda.
-¿Tanto te molestó verme con ella? - Dice, tomando una vez más mi cintura.
-No me interesa con quién mierda estés Joseph. - Alejo sus manos de mí de forma brusca y comienzo a caminar hacia la puerta. - Y por favor, no vuelvas a tocarme, me incomoda que seas tan hipócrita.
Cuando iba a quitar el seguro de la puerta me detuvo, tomó mi mano derecha fuertemente y me hizo girar, para luego pegarme de forma brusca a la pared más cercana.
-¿Hipócrita yo? - Habla enojado.
-Joseph, suéltame por favor. - Le digo dándole poca importancia a su mirada.
-¿Que te suelte?... ¿Qué está pasando contigo Karolina? ¿Ya no sientes nada por mí? - Sus ojos brillan intensamente y no puedo diferenciar si es de enojo o dolor.
-Sucede que estoy cansada Joseph - Al escucharme aumenta la fuerza del agarre sobre mis manos. - Estoy cansada de tener que guardarme lo que siento como una estúpida, de observarte de lejos y sólo conformarme con tres palabras tuyas y una tonta sonrisa... Estoy cansada de mí misma, y sobre todo de ti. Ahora suéltame que me están esperando. - Comienzo a forcejear.
-Tú no vas a ninguna parte. - Habla entre dientes.
-Yo voy a donde se me dé la gana, ahora suéltame... ¡Que me sueltes de una vez Joseph! ¡Vete con ella y dale cuantos besos quieras! ¡Haz con ella lo que de te de la gana pero vete al carajo ya!
No me respondió, al menos no con palabras, sólo me besó y me hizo delirar en segundos con sus caricias.
-¿Qué...? ¿Por qué hiciste eso? - Pregunto sorprendida.
-¿Necesito tener un motivo para besarte? ¿No te basta con saber que quería hacerlo? ¿Que extrañaba tus labios?
-¿Que extrañabas... - Me detengo a digerir lo dicho por él - ...mis labios? - Sí, realmente enloqueció. - Joseph, creo que estás delirando, lo siento. - Una vez más comienzo a forcejear.
-¿Tú no recuerdas nada? - Me pregunta y su voz se encuentra tan herida que me duele. - Fue él ¿verdad?
-¿De quién estás hablando? ¿Qué se supone que debo recordar?... Mira Joseph, mejor dejemos las cosas así, ya estoy cansada de todo esto. - Él afloja su agarre y al fin consigo liberarme, comienzo a acercarme a la puerta pero al escucharlo hablar no puedo evitar detener mi camino.
-Hace años me prometiste que siempre estarías junto a mí, ¿por que ahora te cuesta tanto trabajo?
Quizás porque no soy la misma de hace años - Pensé, aún sin saber el por qué.
-¿De qué hablas? - Pregunto girándome. - Yo nunca te he prometido algo así.
-Creo que será mejor que terminemos esta conversación aquí... Hasta pronto preciosa. - Habla decaído.
-Joseph, te pregunté de qué estabas hablando.
-Olvídalo, no es nada importante. - Dice saliendo por la puerta y cerrando esta tras de sí. Yo, siendo la curiosa de siempre, no pude contenerme y también salí detrás de él, encontrándome una vez más en ese oscuro corredor de seis puertas.
🔑
-¿Cómo volviste aquí?
La verdad es que no tengo ganas de hablar, y mucho menos con él, juro que si pudiera desaparecer lo haría, o al menos volvería a mi habitación, tomaría una ducha caliente y me acostaría a dormir en mi cómoda cama. Definitivamente no estaría aquí, sentada en el suelo, recargada sobre la puerta número cuatro, en medio de tanta oscuridad y siendo observada por el imbécil de Ian.
-Te hice una pregunta. - Habla, y en su voz puedo reconocer enojo, aunque poco me importa.
-Te escuché... - Respondo. - Pero al parecer no entiendes cuando no quieren hablar contigo.
-Acaba de responder Karolina. ¿Cómo es que saliste de ahí? - Dijo, señalando la puerta número tres a su espalda.
-No lo sé, sólo sucedió. - Hablo despreocupada.
-Eso no "sólo sucede" Karolina. - Dijo, haciendo comillas con sus dedos. - Dime ahora cómo saliste maldición.
-Ya te dije que no sé, sólo intenté seguir a Joseph y terminé aquí. - Continué con el mismo tono despreocupado.
-¿Él te dejó salir?
-¿Acaso eres sordo? - Pregunto ya cansada de tantas interrogantes hechas por él. - Intenté seguirlo y al salir del baño ya estaba aquí, sola. - Suspiro y cuento hasta diez en mi mente. - Necesito que me respondas dos cosas.
-Dime qué cosas y te digo si puedo responderlas.
-Primero : ¿Por qué dices que no puedo abrir las puertas? Y segundo : ¿Por qué dice Joseph que extrañaba mis labios cuando nunca antes nos habíamos besado?
Ian se acerca a mí y se sienta a mi lado, su actitud me sorprende, pero continúo con la mirada en mis manos las cuales juegan nerviosas, siempre que hay algo que no puedo entender o me preocupa comienzo a jugar con mis uñas y cutículas, y al parecer esta vez no será la excepción.
-¿Realmente quieres saberlo? - Pregunta, y por primera vez su voz suena comprensiva, a lo que termino asintiendo. - Entonces deberías entrar. - Señala la puerta detrás de mí, sorprendiéndome.
-¿Estás seguro? - Él asiente en respuesta y me sonríe, haciéndome sentir segura por primera vez. - ¿Cómo sé que estás siendo sincero si antes de entrar en la puerta anterior me gritaste que no lo hiciera? Y según recuerdo, me trataste como si fueras un cavernícola sin cerebro.
-Porque esta vez no te haré olvidar. - Sale del suelo y me tiende una mano para ayudarme a pararme, al estar de pie él se gira hacia la tercera puerta y coloca una mano sobre esta, dejándome completamente asombrada ya que segundos después, unas cadenas y un candado aparecen sellando la puerta.
-¿Qué se supone que eres? - Pregunto, y para mi sorpresa no estoy asustada.
-Sólo confórmate con saber que no te voy a hacer daño. - Responde parándose frente a mí y mirándome intensamente, hasta el punto de hacerme sentir cohibida, para luego acercarse a mi rostro y dejar un reconfortante beso en mi frente. - Anda ve, ya entenderás todo.
-Está bien. - Comienzo a acercarme a la cuarta puerta y antes de abrirla soy detenida por Ian.
-Karolina... Sólo recuerda no prometerle lo que te pide.
-De acuerdo. - Y la cuarta puerta fue abierta, dejándome intrigada con la escritura en ella "Between the silk".
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top