29
Su piel pálida estaba invadiendo la piel vainilla de su pareja, sus labios pasaban por su barbilla y cuello sin pensarlo dos veces, sus manos iban de un lado a otro entre ambos, a veces para quitarse el sudor y otras para ayudarse entre ellos. Las caricias estaban prevaleciendo.
Las batas estaban solo por encima de sus pieles ya casi desnudas, dando una apariencia seductora para el otro. Separaron sus labios un momento para mirarse un momento más, solo un segundo fue suficiente haciendo al mayor llevar su mano a la intimidad del menor, comenzaba a tocarlo y ayudarlo a estirar, el lubricante era parte de sus dedos y los sonidos estaban por toda la habitación.
Atsushi tomo su cabello jalándolo, lo había despeinado por completo mientras su boca no podía cerrarse – Ry-Ryu, no si-sigas, ya no puedo – se quejó, pero el azabache solo hundió su boca en su cuello dejando al menor sacar más feromonas - ¡AAH! RYUNOSUKE – le grito
Entonces lo vio, el azabache tenía sus ojos grises tan profundos como un océano, se sentía un náufrago en la deriva de aquel océano, estaba totalmente excitado. Su respiración era totalmente agitada, Atsushi lo miro un momento confundido y después le sonrió – Ryu, estas perdido – dijo amablemente – ven aquí, yo te tendré
El azabache reacciono, sonrió y beso su frente – hagámoslo juntos.
Acomodo la entrada de su pareja, había tomado una almohada pues él dijo que estaría más cómodo el menor, Akutagawa se coloco entre las piernas de Atsushi mientras este le miraba avergonzado por su miembro recto al verlo frente a él. Todas esas caricias y actos por fin se harían realidad.
Su miembro con protección fue entrando lentamente, sus gestos fueron de sorpresa al ver a su compañero fruncir el ceño, acerco su rostro al de su compañero besando ligeramente y calmando sus gestos, siguió entrando.
Era lento y algo tedioso, su cuerpo pedía ser más rápido, pero tampoco podía, se sentía un maldito adolescente asustado.
Siguió entrando recibiendo un ligero pero tierno gemido de su pareja – Ry-Ryu, me tiembla todo – se quejó.
Claro, no lo había notado, era un idiota o quizá no, pero se empezó a sentir mal – lo la-lamento, yo
- E-espera, no, no te muevas – pidió tomando su brazo – aah... n-no te muevas – volvió a pedir, aunque no se había movido, pero el que se movía, era él
- Atsushi, yo no me muevo – se quejó – solo tú te mueves
- E-es que Ryu... Ry-Ryu tu ¡aah!
El azabache estaba asombrado solo de verlo, Atsushi movía su pelvis impaciente, pero le pedía no moverse, apretaba tanto su brazo que sentía que iba a romperse.
- Atsushi – le llamo y no pudo más con ello.
Akutagawa comenzó a moverse, aunque Atsushi se quejo de ello, no lo negó, incluso abrió más sus piernas, sus quejidos, su ligero llanto por la entrada, todo era un mar de fluidos y sonidos entre ellos. Algo borroso, maravilloso y al mismo tiempo tenebroso, era puro amor.
Al terminar ambos se miraron cansados, Atsushi respiraba agitado mientras el azabache se recostó a su lado, lo abrazo y entonces, Atsushi se acurruco en su pecho, estaba temblando todo su cuerpo, nervioso, lo miro - ¿Qué te pareció?
- N-no recuerdo mucho
- Si, tampoco yo – respondió
- Podemos... po-podemos hacerlo de nuevo
- Si, podemos...
- Pero Ryu, ¿me das agüita?
- Si, claro.
Akutagawa no temblaba, bueno sus manos por el nervio de lo que hizo. Tomo una botella de agua y se la acerco a Atsushi, lo ayudo a sentarse sobre la almohada, y una vez sentado bebió agua. Suspiro al terminar de beber y miro al mayor - ¿Cómo te sientes? – pregunto Ryunosuke
- Bien, solo que aun me tiembla todo
- Deberías descansar
- No – negó incluso con la cabeza – quiero volver a hacerlo, por favor Ryu
- ¿estás seguro?
- Si, super seguro
- Bien de acuerdo, déjame acomodarte y
Atsushi se le fue encima tomando sus hombros, sus piernas aun temblaban, pero no le impidió sentarse sobre él – A-Atsushi...
- Ha-házmelo así... ¿sí?
- Ah, yo... y-yo...
- Por favor Ryu
- S-sí.
Se sostenía de las rodillas de su pareja mientras que lo masturbaba, su boca se encargaba de sus pezones y Atsushi solo temblaba – oh Ryu... si, se siente muy bien
- Pareces más activo ahora – menciono
- Es que se siente demasiado bien, ¡ah! Ya déjame entrar
- De acuerdo, déjame ayudarte
El azabache lo sostuvo un momento, Atsushi volvió a ponerse nervioso, tomaba su cadera como una ligera hoja, lo ayudo a levantarse un poco haciendo que su miembro comenzará a entrar, sosteniéndolo, ayudándolo, Atsushi fue bajando lentamente.
Sus manos entrelazadas se apretaban entre ambos, se acercaron besándose, estaba vez podía sentirlo todo, recordarlo todo. Comenzó a subir y bajar, intentaba quedarse abajo pero el azabache lo volvía a subir – aah... Ry-Ryu, si...
- ¿Por qué intentas quedarte quieto? Esto te gusta ¿no?
- S-si, me gusta, me gusta que me muevas – respondió
Las manos de Akutagawa fueron por la espalda de Atsushi, este se dejo recargarse, y poco a poco fueron bajando, dejo a Atsushi boca abajo y continuo sus embestidas ahora con más precisión – parece que eres un omega dominante, uno que le encanta ser dominado
- Ah... gu-guarda silencioso Ryu – se quejó excitado
Tomo la cintura de Atsushi y simplemente lo hizo bajar más, más rápido y profundo. Atsushi abrazo la almohada frente a él para gemir con mayor fuerza, estaba en su límite. – te vez tan adorable – menciono tomando con fuerza su trasero.
Su noche no termino allí, tuvieron un par de posiciones más, sentados, acostados, incluso el azabache se atrevió a hacerlos parados, Atsushi estaba muriendo de la vergüenza en la última, pero el placer era algo más allá para él.
Pasaron así su noche, y por la mañana despertaron ya casi al medio día, habían perdido el desayuno y terminaron riendo de ello, Ryunosuke no dejaba de besarlo y Atsushi, bueno, moría de hambre. Salieron en busca de comida por los alrededores y no desaprovecharon para pasear un poco. Todo era mágico entre ellos y obviamente sus manos jamás se soltaron.
Después de sus merecidas vacaciones de romance, beso, sexo, relajación y risas. Atsushi y Ryunosuke volvieron.
Paso 1 semana, donde Atsushi y Ryunosuke estaban más unidos que nunca, aunque Osuya continuaba sin dejar a Atsushi una vez que lo tenía. A veces era difícil, otras, simplemente se quedaba dormido y corrían. Ese día, tomaron un poco de té juntos, Chuuya estaba preocupado por Osuya – solamente no quiere soltarlo – expreso Dazai
- Es un poco preocupante – dijo Chuuya - ¿y si es un pervertido como tu acosador de omegas?
- ¿Que yo que?
- Vamos chicos, Osuya tiene apenas 2 meses – menciono Atsushi – a mi no me molesta
- A mi si – respondió Ryunosuke
- Vamos amor, es un pequeñín de dos meses
- Me molesta, no tenemos marca ¿y si me gana?
Los presentes se soltaron a las risas, aunque Atsushi pensó por un momento en ello, la marca.
Ese mismo día, por la noche, Akutagawa y Tatsuhiko platicaban sobre negocios. Atsushi estaba revisando uno de sus proyectos. Así que los otros dos seguían en lo suyo. – entonces, yernito ¿Qué opinas?
- Me encanta su propuesta, pero no estoy seguro de que deba hacerlo
- Vamos, estas cerca de tu ultimo año, tus proyectos son buenos, me encanto lo que me enseñaste sobre las hierbas
- Tendría que hablar con la universidad
- Podría ayudar en eso también
- No se si sea lo correcto
- Ryunosuke, no hay nada de malo con que apoye tu proyecto, quiero que seas exitoso y si puedo ayudarte será bueno, ayudarás a muchas personas
- Lo sé... pe-pero es el padre de mi novio
- Exacto, yo también pase por eso, mi esposo no quería que lo ayudará, los omegas estamos acostumbrados a sobre salir, pero los alfas no, y mi esposo solía estar nervioso y, aun así, salimos adelante. Si no fuera por él, no hubiera tenido inspiración, no hubiera marca y sin marca, no habría comodidad o escuela, entonces, no habría romance
- Y-ya entendí, está bien, será un placer trabajar con usted.
- Se queden juntos o no, me harás ganar mucho dinero
- Comprendo, ya entendí. – estiro su mano – señor, será un placer
- Perfecto.
Esa noche, Ryunosuke se quedo a dormir, estaba la pareja junta, Atsushi tenia a Ryunosuke encima besándose tiernamente, el teléfono de Atsushi comenzó a sonar, y lo quito claro, era el sonido de Edgar. – hey Edgar ¿Cómo va todo en América? – pregunto sonriente. Ryunosuke siguió besándolo, esta vez en sus hombros - ¿eh? ¿Por qué vendrás hasta dentro de seis meses? ¿problemas con los papeles? No me digas...
- Dile que le mando saludos – dijo el azabache para besar su cuello
- Ah, sí, oh Ryu te manda saludos... s-sí, ¿Ranpo? ¿Qué pasa con el detective? – hubo una pausa – oh si, comprendo. – dijo y siguió – oh si, sí, claro yo voy con él a ayudarlo, pero ¿a qué? – pregunto y - ¡¿QUÉ?! – grito asustando al azabache - ¿COMO QUE VIENES A CASARTE?!
...
Feliz día a todos los que seguimos siendo niños aunque ya podamos hacerlos
¡Gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top