Capítulo 27

Narra Cassie
Miré el reflejo frente a mi. Un vestido rosa de pedrería ajustado hasta llegar por debajo de mi busto y luego caía suavemente hasta llegar a mis pies. Unos enormes tacones transparentes y un recogido en mi pelo que consistía en un moño del que escapaba un mechón rizado junto con una cinta del mismo tono que el vestido.
Bajé las escaleras encontrado a mis amigos, algunos compañeros de clase y algunos profesores.
Cece se abalanzó a mi dándome un gran abrazo. Llevaba un vestido amarillo y su pelo alisado por completo.
-Feliz cumpleaños mi preciosa rubia.- Me susurró para luego entregarme una caja dorada. La abrí encontrando un conjunto de ropa interior bastante sexy de color rojo. Mi cara se tiñó por completo mientras sus risas inundaban mis oídos.
Mi hermano me regaló un coche plateado y prometió ayudarme con mis clases de conducir. Josh me regaló un Beanie y las lágrimas abordaron mis ojos, ese gorrito era el regalo que yo le había dado por su duodécimo cumpleaños y aún lo conservaba.
-¡Cass!- La voz de Malia me asaltó. Ella era castaña, bajita y con una preciosa sonrisa.
-Hola Lia.- La abracé fuertemente.
-Tengo una cosa para ti... Quiero agradecerte por aceptarme en tu grupo y ayudarme con Josh.- Se ruborizó dirigiendo su mirada hasta el moreno. Seguidamente me entregó una bolsa gris, la cuál contenía una cámara de fotos decorada con mi nombre. Era preciosa y no pude evitar sonreír.
-Te quiero Malia.- La agradecí y después la empujé con amor para que chocara con mi amigo. Me burlé al ver sus caras. ¿Cómo podían ser tan ciegos?
Rebusqué con la mirada entre todo el salón, buscando a alguien en concreto. Mi hermano agarró mi cintura. Me dirigió hasta el centro de la casa para después bailar conmigo a nuestra manera. Ambos eramos unos pésimos bailarines y nos gustaba serlo.
-¿Me permites?- Una voz se oyó a nuestras espaldas. Nos volteamos para ver a Grant con una sonrisa y una rosa roja en su mano. Mi hermano le fulminó con la mirada para luego tomar mi mano y acercarla hasta él. Nos dió una sonrisa y se alejó.
-¿Una flor?- Levanté una de mis cejas con diversión.
-Es de plástico. No he olvidado tu alergia a los clichés.- Lanzó el objeto lejos de nosotros para sostener mi otra mano. -¿Bailas?
-Fatal.- Me reí sin querer.
-Eso dice todo el mundo y al final lo hace genial.- Nos posicionamos y cuando la música comenzó ambos empezamos a movernos a su ritmo. Mis pies se enredaron, chocando con los suyos, pisándole una y otra vez.
-Vale, entendido. Esto no es lo tuyo.- Se sobó la frente después de nuestro último golpe y yo imité su acción.
Sus manos agarraron mi cintura obligándome a voltearme. Sentí algo frío en mi cuello y después se alejó un poco de mi. Tomé la pieza que había depositado allí y la observé. Era un colgante, probablemente de oro con forma de "G". Cerré involuntariamente los ojos, muriendo de amor en mi más enorme silencio. Cuando me volví hacía él pude observar un colgante idéntico en su cuello que solo sustituía la letra del mio por una "C". Ese simple complemento le marcaba, le marcaba como si me perteneciera y yo estaba quedándome sin aire.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top