Capítulo 20
Cassie se paró frente a sus compañeros, cámara en mano.
Conectó el aparato al ordenador y en unos segundos la gran pantalla a su lado se había iluminado mostrando una simple foto. En ella había 4 personas, tres chicos y una chica. Algunas risas se escucharon por parte de los demás. Era una simple imagen, no tenía nada de especial. En esa presentación la gente utilizó miles de cosas mucho más imaginativas y creativas y sin duda no usarían una foto así como portada. Era demasiado arriesgado y estúpido pero la rubia sonrió en respuesta a las risas burlonas.
-Señorita Evans... ¿Podría explicarnos cuál es el tema de su presentación?- Preguntó su profesora, la señora Hall.
La foto cambió y mostró a un chico medio adormilado, mostrando una sonrisa cansada. Kyle.
-Amigos...- Comenzó ella.
Son esos que te enseñan una forma especial de querer, los primeros que toda persona tiene en su vida, sobre protectores, pesados a veces, mimosos, luchadores pero sobre todo son esos que jamás se irán, nunca. Son los hermanos. Este es el mío, le mataría a veces pero moriría por él.
Cambió de foto, mostró a otro chico, con un gorrito. Josh.
Están esos amigos... Misteriosos hasta las trancas, miedosos, obsesionados con los gorros...- Rió levemente. Esos amigos de los que no conoces su película favorita ni jamás te ha presentado a alguna de sus novias pero puedes llamarle a las 3 a.m. para gritarles un rato porque has tenido un pésimo día o tal vez para pedirle que te abrace y da igual si está en la otra parte del mundo, tomará un avión y estará allí para abrazarte y entonces sabrás que no necesitas conocer que música le gusta para saber que jamás te abandonará. Cambió de foto.
Mostró a Grant, esta vez.
-Esos... Que desearías que fueran algo más... Los que te hacen cometer las mayores locuras de tu vida, con los que ríes hasta llorar, con los que lloras hasta que deciden que ya fué suficiente y te hacen sonreír, no los cambiaría por nada del mundo.
Cambió de nuevo de foto, la última mostraba a dos niñas pequeñas, ambas abrazadas. Una pelirroja y una castaña.
-Y luego está ella... ¿Acaso no todo el mundo tiene una de estas en su vida?- Los demás negaron con la cabeza y Cassie sintió pena por ellos.
Es cabezota, siempre quiere vestirme como si fuera su muñeca, me vuelve loca, me mete en líos cada día, me lleva de compras arrastras, me marea... ¡Por dios, es insoportable!- Escuchó algunas risas.
Es mi compañera de crímenes, mi hermana, mi madre a veces, mi esposa, mi pelirroja, mi mejor amiga.- Sentenció.
Me pidieron que hiciera un trabajo sobre algo que me inspirara, sin duda mis amigos lo son, lo más inspirador que pueda existir es tener gente con la que compartir tu vida, son más que amigos, son familia.- Sentenció y los aplausos no tardaron en llegar.
La ganadora fué una chica que hizo un trabajo sobre niños, la chica no se sintió tan mal después de todo.
-¡Espere señorita Evans!- Oyó una voz a su espalda. La señora Hall se puso frente a ella.
-No puedo dejar que un talento como el de usted sea desperdiciado, he hablado con el dueño de la Galería y quiere que hagas una exposición.- Declaró sin tapujos.
-¡Oh por dios! Muchísimas gracias.- Abrazó a su profesora, la cuál se sintió algo incómoda por el gesto.
La rubia cogió su teléfono deseando contarle la noticia a todos, rebuscó en sus contactos hasta llegar al de Grant.
-Hey gigantito ¡Adivina qué!- Canturreó con diversión en su tono.
-Estoy ocupado Cassie.- Respondió cortante él para después colgar el teléfono. Y la chica sintió que su mundo volvía a derrumbarse.
Aburrido, lo sé pero era necesario que este capítulo existiera.
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