De sonrisas cuadradas y hoyuelos, pt.2

Taehyung nunca había sido muy bueno socializando con las personas.

O eso es lo que él cree, sino fuera por las actitudes que ha creado con los años.

Recuerda que cuando era pequeño veía al mundo como si estuviera todo a su alcance, las personas eran amables, eran agradables como un aroma dulce y cálidos como los abrazos de sus abuelos, resplandecientes como el reflejo del agua en el río en verano. No tenía idea de que había maldad en el mundo, el dolor para él sólo lo asemejaba al ardor que le causaban las heridas en sus rodillas cuando se caía o cuando se le caía el helado al suelo sin haber apenas probado bocado. No había más experiencia dolorosa que hubiera conocido hasta ese entonces.

Pero luego creció, demasiado pronto, demasiado rápido,  toda su niñez paso como una estrella fugaz siendo demasiado doloroso. Conoció lo que era el sufrimiento, esa emoción que te carcome no importa en qué lugar o momento estés. Tuvo que aprender a elegir, a decidir por sí mismo demasiado temprano en la vida, ¿Qué sabía él de la vida en ese entonces? Pero no se arrepentía en ningún momento de sus decisiones, a lo menos, no aun.

Como en ese momento, no se arrepentía en absoluto de haber abierto la puerta a Hoseok para que se subiera a su camioneta remodelada. No se arrepentía de haber buscado a ese chico que tenía un aroma delicioso, tampoco se arrepentía de haberse mostrado tal cual es, aunque se considerara un poco tonto y un sinvergüenza.

Taehyung tiene muchas caras para mostrar al mundo. A veces, él ni siquiera las conoce tampoco.

Por alguna razón que comprende, pero que no puede esclarecer en su mente, quiere que Hoseok conozca a su mejor yo. Su verdadero yo. No ese yo arisco que ha creado para todas las personas apenas las huele, ese yo que demuestra lo harto que está de cierto tipo de personas. Taehyung quería ser amable con todos, pero no podía. Odiaba cuando sabía que no debía, ¿Pero cómo podía sacar ese veneno dentro suyo sin matarse al intentarlo? Era cansador odiar, pero aun más cambiar y aceptar.

Odiaba tanto y estaba tan enojado que ni siquiera lo sabía. Simplemente, no estaba consciente de sus propios sentimientos la mayoría del tiempo. Por eso sabía que Hoseok le atraía, pero no sabía exactamente porqué. Ni qué quería lograr con lo que tenía en mente.

Taehyung siempre fue, para su mala suerte, un poco torpe y a la vez muy inteligente.

A veces esas dos palabras no eran una buena combinación.

- ¿A dónde iremos? -le pregunta Hoseok, cuando ha cerrado la puerta y se ha puesto el cinturón, mostrando esos hoyuelos que a Taehyung le dan ganas de tocar con el dedo. 

- ¿Tu vienes del campo, no es así, hyung? -dijo Taehyung como respuesta. Hoseok lo miró extrañado y asintió-. Pues es un lugar que te hará sentir como en casa y a la vez no.

Prende el motor y da la vuelta de regreso a la ciudad por la carretera que está medianamente concurrida de automóviles. Se relame los labios, un poco nervioso, porque nunca había invitado a subir a un chico que no fuera Jungkook a su camioneta. Taehyung, como decía, no era muy bueno socializando como las personas normales. Tenía amigos, en su mayoría Alfas, sí, pero eran bastante límitados porque había sido educado en su casa hasta los diez años, cuando sus abuelos por fin pudieron ahorrar dinero suficiente para pagar de a poco una escuela para él y para Jungkook.

Con el tiempo, ha adquirido la manía de pelear demasiado, de ser demasiado rebelde, de enfrentarse a cada persona que le diga que está equivocado. Taehyung sólo es amable con los ancianos, su familia y las personas que creen en lo mismo que él; la injusticia de las clases sociales. Con los demás, Taehyung es absolutamente indiferente, tanto que es un poco ofensivo; puede recordar a ese Omega que se molestó con él porque Taehyung le había dicho -muy groseramente- que dejara de hablar tan alto porque le dolían los oídos, cuando ignoró deliberadamente a un Alfa que le estaba dando su opinión sobre los derechos de los Omegas o cuando se quejó con la directora del profesor de matemáticas porque no hacía más que coquetear con las Omegas o las Betas que hacer la clase como se debía.

A pesar de esos detalles que desencadenaban su desagrado hacia él, Taehyung en su territorio tenía muchos amigos y amigas Alfas, habían muy pocos Omegas; entre ellos, estaba Jungkook y él. Tal vez se debía a que vivían en una zona de trabajadores donde los Omegas más débiles morían por el ambiente un poco contaminado y el trabajo pesado que había que hacer, como remodelar las casas, a veces con las mismas piedras o árboles que tienen que cortar ilegalmente, donde vivía habían muchas fabricas para crear objetos electrónicos como celulares, computadores, televisores de alta resolución, por lo que era bastante fácil ingresar a robar alguna pieza para arreglar alguna cosa que se echara a perder como una vieja lavadora.

Donde vivía, nada era nuevo, todo era reciclado o rehecho por ellos mismos. Taehyung había vivido limitado toda su vida, no había tenido juegos, pero había tenido a Jungkook y a los otros niños Alfas para jugar por el pequeño bosque industrial hasta el cercado que limitaba ambos sectores. Y jamás se había arrepentido por ello, porque él lo había elegido. Taehyung había elegido estar allí en vez de estar con su madre.

Su madre. Sólo pensar en ella su cuerpo se tensa como un erizo de tierra.

- ¿Cómo se usa esta radio? -preguntó Hoseok, a punto de tocar los botones, pero siendo detenido por Taehyung que atrapó su mano delicadamente.

- Si tocas eso harás que nos congelemos de frío -rió Taehyung, sintiéndose un poco deprimido cuando tuvo que volver a tomar el volante-. En esta radio sólo dices: Radio, prende, estación... estación...

Y de repente una voz monótona resonó desde la radio diciendo << ¿Quiere que ponga alguna estación aleatoria, Tae? >> haciendo que Hoseok pegara un respingo en el asiento y lo mirara asombrado.

- Sí, Radio, estación aleatoria.

- ¡La radio habló! -exclamó Hoseok, boqueando como un pez-. ¡Debes estar bromeando!, ¡Esta camioneta no se parece en nada a la camioneta de mis tíos!, ¡Y las de mis tíos no hacen eso!

- ¿Estás seguro que no lo hacen? -preguntó Taehyung, reprimiendo la risa al ver la cara trastornada y graciosa de Hoseok. Le gustaba mucho su inocencia, quería enseñarle muchas cosas, porque sabía que al venir de Gwangju posiblemente Hoseok no supiera cómo era todo por la ciudad, las altas tecnologías y la forma de actuar de la gente. En especial de la gente-. A veces tienen otros mecanismos, pero puedes configurar las radios para que hagan lo que les pidas, pedir direcciones, música o incluso canales de televisión; puedes hasta prender el auto con tu voz, pero para eso necesito un equipo más avanzado que no tengo por ahora, así que me conformo con esto.

- ¡Es increíble! -río Hoseok, aun incrédulo-. Aigoo, en serio, ¿Y tú lo has hecho?, ¿O venía así?, es decir, mi vecino Even tenía una camioneta de este tipo, ¡Pero jamás había hecho esto!

- Jungkookie y yo remodelamos este cacharro, ¡Antes ni siquiera tenía ruedas! -confesó Taehyung con una sonrisa orgullosa mientras palmeaba el volante casi con cariño-. Le decimos Cacharrito, es como nuestro hijo.

- ¿Cacharrito? -rió Hoseok, con esa risa contagiosa que tanto empezaba a gustarle Taehyung-. Es la mejor camioneta de este tipo que he visto, ¡Estoy sentado al lado de un genio!

Sintió como el rostro se le ponía caliente, mordiendo su labio inferior para no ponerse a reír como un tonto. El que Hoseok le esté alabando tanto hacía que un cosquilleo agradable le recorriera todo el cuerpo.

- No es para tanto -musito tímido.

- ¡Ah, no me vengas con modestias! -exclamó Hoseok, mirándolo casi con advertencia-. Es muy genial que sepas hacer estas cosas.

- Pero no sé hacer otras.

- ¿Qué no sabes hacer?

- Nunca aprendí a tocar el piano, quisiera hacerlo -contestó Taehyung, con expresión pensativa mientras sentía la mirada atenta de Hoseok encima de él-. Tampoco sé cocinar, ni sé como hacer primeros auxilios, ni sé cocer, plantar hortalizas o zanahorias... tampoco sé hablar inglés ni chino mandarín, ahorrar,  no tengo idea como es la lengua de señas. Y eso que tengo un vecino sordo, a veces me pide azúcar y yo termino por darle sal, estoy casi seguro que con sus manos me dice que soy un idiota.

Taehyung miró de soslayo a Hoseok, quien se había quedado mirándolo con un brillo divertido en sus ojos. Era un brillo que te hacía sonreír, en vez de sentirte ofendido o burlado. 

- ¿Si sabes que no es necesario que sepas hacer de todo, verdad? -Taehyung asintió, casi encogiéndose de hombros. Hoseok se removió, mirándole con más detenimiento, tan fijamente que Taehyung empezaba a sentirse nervioso-. Sabes tocar el saxofón, ¿Por qué el piano no?

- No me gusta -respondió  con rapidez, sorprendiéndose así mismo. Ni siquiera lo pensó, solo un recuerdo de su madre tocando el piano tras una ventana-, es decir, no es que no me guste... es que... es difícil. El piano no me trae buenos recuerdos.

Apretó los labios, tratando de seguir con la misma expresión indiferente. No podía evitarlo. Mostrar sus verdaderas expresiones le hacían sentir demasiado expuesto.

- ¿Recuerdos tristes o desagradables? -preguntó Hoseok. Taehyung seguía mirando hacia la carretera mientras rascaba con las uñas el volante.

- Tristes.

Sintió como Hoseok lo contemplaba, unos segundos en silencio. El aroma que desprendía Hoseok empezaba a relajar sus hombros tensos, desviando cualquier pensamiento malo de su mente.

- ¿Sabes? -dijo luego de unos segundos en silencio-. Yo sé la lengua de señas, sé hacer primeros auxilios y sé cocinar. 

Taehyung sonrió, dándole una mirada irónica de soslayo.

- ¿Estás restregándome que sabes hacer esas cosas que yo no sé?

- ¡No! -manifestó Hoseok, negando con las manos y la cabeza, provocando una carcajada en él-. No, estoy tratando de decirte que puedo enseñarte.

- ¿Gratis?

- ¡Por supuesto que gratis! -espetó casi ofendido, para luego explicar-: Trabajé como cuidador en una guardería y es un requisito saber hacer primeros auxilios, la lengua de señas no es necesaria, pero en la clase de música y caza que impartía habían cinco niños sordos, así que aprendí gracias a uno de los padres que era interprete de la lengua.

- ¿Trabajaste en una guardería? -volvió a mirarle Taehyung, asombrado-, ¿Con cachorros?

- ¿Con quiénes si no? -bromeó Hoseok, haciendo que Taehyung pusiera los ojos en blanco-. Sí, con cachorros, es muy gratificante trabajar con ellos.

- ¡A mí también me gustan! -combinó Taehyung, dando un pequeño salto cuando pasaron por un montículo y doblaron una calle, entrando a la carretera principal. Eran las seis de la tarde, y el sol aun seguía iluminando los vidrios de los grandes edificios a su alrededor- A veces juego con los sobrinos de mi vecina Ruth, son dos Alfas muy enérgicos. Termino casi muerto cuando estoy con ellos.

- ¿Verdad que sí? -rió Hoseok, sonriente. La música de la radio era baja, apenas dando un sonido ambiental dentro del auto-, ¡Pero son tan divertidos! Me río mucho, también aprendo muchas cosas, una omega llamada Lina me enseñó como hacer una casita con puré y salchichas.

- ¡Tienes que enseñarme a hacer eso! -exclamó Taehyung, estallando en risas mientras bajaba el vidrio y sacaba la mano hacia fuera, disfrutando de la brisa de otoño que no era tan fría-. Y sabes sobre música, ¿Tocas algún instrumento?

- Teníamos una guitarra y panderos -decía Hoseok, meditando mientras también bajaba la ventana y apoyaba el codo en ella-, vivíamos muy limitados, así que no aprendí a tocar ningún instrumento más, por lo que sólo podía enseñarles la teoría que yo había aprendido leyendo libros.

- ¿Lees mucho?

- De todo lo que encuentre, pero no lo hacía tanto por todas las cosas que tenía que hacer.

- Yo tampoco -negó Taehyung, haciendo una mueca. La mayoría de libros que leía eran los que había leído Jungkook sobre informática, matemáticas y ciencias, aunque le gustaban y parecían entretenidos, no los leía siempre- , hay mucho trabajo qué hacer cuando no se tiene, ya sabes... -movió la cabeza, un poco incómodo-... dinero.

Taehyung era un poco sensible con el tema del dinero, como había vivido la mayoría de su vida limitado respecto a ello. Y porque había conocido a gente que lo discriminaba demasiado sólo por vivir en el sector industrial.

- Pero te gusta hacerlas, ¿No? -le animó Hoseok, con una expresión tranquila en su rostro. Los rayos del sol hacía que su piel se viera casi naranja y los ojos se le tiñeran aun más de amarillo-. Aunque termines muerto después, te hace sentir que estás vivo, por lo menos yo, duermo como si hubiera entrado en coma y luego me despierto como una flor en primavera.

- ¿Floreces como en primavera?  -bromeó Taehyung. Hoseok se puso ambas manos debajo del mentón, asemejando su cabeza como un capullo. 

- ¡Como una bella y perfumada flor! 

Ambos rieron, Taehyung aun más con el tono casi agudo que había emitido Hoseok. Cuando terminó de reír, con los ojos lagrimeando, vio de reojo como Hoseok veía por la ventana las grandes casas y edificios a lo lejos de la carretera. Recordó el como le había visto por primera vez cuando la lluvia había desaparecido, como si él fuera el sol que trajo la luminosidad a su vida de un momento a otro donde estaba siendo cruel. Algo así como su cable a tierra, donde la rabia se iba cuando estaba a su lado.

- Lamento haberte dicho idiota cuando nos vimos -dijo Taehyung, con un semblante entre serio y tímido-... y confundirte con un Omega, lo siento.

- No te preocupes -le sonrió Hoseok, haciendo un gesto de desinterés con la mano-, he pasado tanto tiempo con Omegas que se me ha quedado pegado un poco de su aura, por eso no me sorprende que me hayas confundido con uno.

- Algunos dicen que parezco más un Alfa que un Omega -confesó Taehyung, recordando las burlas de algunos de su manada cuando él les gruñía a algunos Alfas que querían coquetear al entrar en celo. Taehyung odiaba sus celos, eran demasiado fuertes, por lo que tenía que quedarse encerrado en casa por una semana entera, sin poder salir. A lo máximo salía para ir al baño, pero eso ya era arduo sin tener a Jungkook a su lado para transmitirle seguridad.

- ¿Qué clase de dificultad mental y olfativa tiene esa persona? -rezongó Hoseok, arrugando el entrecejo ante la idea. Taehyung no pudo evitar sonrojarse aun más-. Desde que te olí supe que eras Omega, te ves muy bonito y esponjoso para ser un Alfa.

- ¿En serio? -musito, poniéndose aun más nervioso. 

- Sí -asintió Hoseok, como si nada. Como si no le estuviera diciendo que era un omega bonito o como si fuera normal hacerlo-. Hueles como a... flores de jazmín... y hojas de otoño -olfateó casi imperceptiblemente. Taehyung olfateó también, pero más demostrativo. No le daba vergüenza olfatear a las personas, de hecho, era muy normal hacerlo en su manada; no como en la ciudad con ese otro tipo de gente que tanto detestaba Taehyung. Ellos apenas se acercaban para darse la mano.

- Oh... tú hueles a vainilla... y a madera recién cortada... -dijo Taehyung, sonriéndole con timidez. Hoseok se rió, tapándose la mitad del rostro con la mano, como si estuviera avergonzado.

- Espera, ¿De verdad estamos hablando de nuestros olores? 

- Tú empezaste, sinvergüenza -bromeó Taehyung, volviendo a ver hacia la carretera.

- ¿Sinvergüenza? -oyó que decía, casi a regañadientes-. Mira quién lo dice, mocoso.

- No soy un mocoso -espetó Taehyung, abultando su boca enfurruñado-. Tengo que decirte algo sobre mí, me enojo mucho, soy demasiado cascarrabias. 

- Como un niño de ocho años -se burló Hoseok, cruzando los brazos por sobre su abdomen.

- Como un... -se detuvo, dándole una mirada indignada-. ¡Hey, eso es ofensivo! -como respuesta, Hoseok sólo se rió-. Dime algo de ti, para estar al tanto y no sorprenderme después.

- Contrario a ti, yo no me enojo, casi nunca.

- Como un anciano de ochenta.

- ¡Eso también es ofensivo! -exclamó Hoseok, pellizcando el costado de su abdomen y haciendo que Taehyung pegara otro salto entre sonrisas risueñas-. Bueno, en realidad no tengo mucho que decir de mí. No soy tan interesante.

- Claro que lo eres, hyung, no seas tonto -contradijo Taehyung, esta vez alargando la mano para pellizcar su abdomen, pero siendo detenido por la mano de Hoseok que atrapó la suya y no la dejo ir, provocando una electrizante sensación que subió por su brazo hasta bajar por toda su espina dorsal-. Créeme que cuando pasen los días, voy a demostrarte lo interesante que eres. Seré algo así como tu espejo.

- ¿Eso quiere decir que tendremos otro tour como este? -dijo Hoseok, evidentemente emocionado igual que él. Taehyung podía sentir como los dedos de Hoseok acariciaban los suyos, casi tallando los contornos de sus nudillos con suavidad-. Bueno, más bien, tendremos una cita.

- ¿Y esto qué es? -preguntó Taehyung, enarcando una ceja. La palabra cita había sonado tan apetecible de sus labios, que no podía pasarla por alto. Taehyung nunca había tenido citas, aunque había recibido varias invitaciones. Taehyung le hacía creer al mundo, tal cual como lo hizo con Hoseok, que él era más atrevido de lo que era. Pero era mentira, no le importaba mentir cuando quería lograr algo. Taehyung era travieso, le gustaba jugar con el fuego, pero cuando se quemaba huía despavorido a esconderse en algún lugar. 

- Ya lo dije, es un tour, no una cita -contestó Hoseok, con una expresión demasiado coqueta para que Taehyung pudiera devolverla por más tiempo sin sentirse cohibido, devolviendo la caricia en la mano de Hoseok, quien suspiró y volvió a reír casi con timidez-. Ahora te devuelvo tu mano o chocaremos contra ese cartel de burritos y tacos -dijo al soltarla y provocando una sensación de extrañeza en él. No pudo evitar hacer un puchero casi imperceptible por la pérdida de esa agradable sensación cuando volvió a tomar el volante con las dos manos-. A todo esto, ¿Qué son burritos y tacos?

- Es comida mexicana -dijo Taehyung emocionado. Aun podía recordar el sabor de esa vez en la que Namjoon los invitó a comer a ese lugar cuando ambos pensaban que él era un chico de su misma clase social, y no quién en verdad era. Sinceramente, extrañaba el sabor de esa vez.

- ¿Puedes estacionar? -dijo Hoseok, como si se hubiera dado cuenta de lo deseoso que estaba-. Quiero probar qué tal es, ¿La has probado?

- Una vez -admitió, relamiéndose los labios inconscientemente-. Jungkook y su ex novio venían mucho a comer a ese lugar.

- ¿Es buena?

- Amo la comida mexicana -rió Taehyung. No podía evitarlo, por más que le causaran malos recuerdos por Jungkook, tenía muchísima hambre.

- ¡Entonces no perdamos más tiempo! -exclamó Hoseok, mientras Taehyung asentía cambiando de pista para poder estacionarse en la esquina donde estaba el local de comida. Era el único local de la ciudad que vendía y hacía ese tipo de comida, además de la china y la tailandesa- ¡Vamos a comer comida mexicana, yeah!

[...]

Habían encargado bastante comida para llevar, todo a cortesía de Hoseok quien le había dicho que ya bastante hacía con llevarlo en su camioneta a conocer parte de la ciudad. Taehyung no insistió, no era como si él tuviera dinero para hacerlo, apenas tenía para la gasolina, sinceramente; era mucho más costoso hacer que el auto funcionara con energía solar.

Por lo que fueron con las bolsas de comida y se sentaron en un parque del centro, donde habían varias figuras y estatuas modernas, el césped y los árboles eran artificiales, no desprendían ningún olor. La gente paseaba tranquilamente, conversando, algunos corriendo o haciendo ejercicio. Taehyung y Hoseok siguieron hablando de los gustos del otro, la música, los libros que habían leído, terminando de comer y caminando por el parque uno al lado del otro, hasta que Hoseok tocó un tema que Taehyung quería olvidar, luego de haberle dicho a Hoseok que le gustaban sus hoyuelos.

- ¿No piensas en dejar eso de ser Omega de la noche?-preguntó, con un semblante incómodo al igual que él-. Dijiste que no tenías otra opción, pero creo que las hay, puedo ayudarte... -Taehyung no quería deshacer su red de mentiras, pero ver a Hoseok realmente preocupado por él, le hacía desear otra cosa... En cierta parte, de verdad había creído que Hoseok quería una sesión, porque la primera vez que le vio tenía ojos amarillos, como si estuviera excitado; dedujo que, como algunos Alfas, se había sentido atraído hacia él. Pensó en el dinero que podía hacer, pero luego se dio cuenta que Hoseok no es ese tipo de Alfa. Y se alivió enormemente al saberlo.

- En realidad, hyung, yo no... -empezó a decir, dubitativo, cuando de repente oyeron como algo se caía al piso cerca de donde estaban. Miró hacia donde provenía, al igual que Hoseok, y vio como una mujer de edad mayor se le habían caído algunas revistas y las recogía con cierta dificultad. Vestía con ropa lujosa, muy bien arreglada, como si tuviera que ir a un gala o algo por el estilo. Taehyung arrugó la nariz, receloso, y luego se sorprendió al ver como Hoseok corría hacia ella inesperadamente y la ayudaba a levantar las cosas.

Taehyung caminó hacia él, justo para ver como la mujer le arrebata bruscamente las cosas que le tendía Hoseok y lo miraba con desprecio por encima del hombro, yéndose y contoneándose como un pavo real. Vio como Hoseok se daba la vuelta, con un aire de desconcierto caminando hacia él sin dejar de ver como la señora se iba.

- No entiendo a la gente de la ciudad, yo solo la ayudé a levantar sus cosas, ¿Por qué me miró así?, ¿Tengo algo en la cara? -fue lo que dijo al llegar a su lado, sorprendiéndose por la expresión del Omega, quien ni siquiera se había dado cuenta que tenía las manos echa puños y gruñía viendo hacia la señora lanzando dagas en llamas por sus ojos-. ¿Por qué estás enojado?

- Los detesto -gruñó Taehyung, respirando con cierta dificultad por el malestar que le había causado esa mujer. Odiaba tanto a las personas de clase alta, eran como sus archienemigos.

- ¿A quiénes? 

- A los de su maldita clase social, esos bastardos pulgosos -se quejó Taehyung, cruzándose de brazos y tensando la mandíbula, justo cuando sintió como el pulgar de Hoseok acariciaba las arrugas en su entrecejo-. ¡Ah, hyung!

- No te enojes, tonto -sonrió Hoseok, para luego acariciar su mejilla, destensándose y tranquilizar a su lobo que no había dejado de gruñir enrabiado por la situación-, no todos los de clase social alta son malos.

- Claro que lo son -replicó Taehyung, con total seguridad. Nadie podía hacerle cambiar de opinión, ni siquiera el bonito Alfa que estaba frente a él-, todos son cortados por la misma tijera, están mecanizados para arrebatar todo a los demás, para ser egoístas, ambiciosos y crueles.

Hablaba con tal veneno en su voz, que ni siquiera se dio cuenta la mirada preocupada que le daba Hoseok hasta que él se acercó más, a un paso de su cuerpo, y alzó su mentón al tener inconscientemente el rostro gacho.

- ¿Qué te han hecho, Taehyung? -preguntó Hoseok, con un tono tan dulce y una mirada compasiva. Taehyung sentía un nudo en su garganta, unas ganas sofocantes de abrazarlo y enterrar la nariz en su cuello. Respiro agitado y antes de que Hoseok viera las lágrimas de rabia que estaban empezando asomar, se dio la vuelta caminando por donde habían venido.

- Se va hacer tarde, hyung, volvamos al auto -dijo apresurado y nervioso, a medida que se alejaba de él y Hoseok se quedaba quieto, como una estatua sin quitarle la mirada de encima. Taehyung no se volvió a ver que Hoseok lo seguía, simplemente sentía como su aroma lo envolvía como un manto de seguridad.

Y le gustaba.

Tal vez demasiado pronto, demasiado rápido. Malditamente demasiado todo.



[...]

Habían conversado de otras cosas, Hoseok le gustaba hablar de sus hermanas y a él le gustaba hablar de Jungkook y de sus abuelos. Ninguno preguntaba por sus padres, y eso en cierta parte tranquilizaba a Taehyung, que había hecho que se creara un ambiente algo tenso luego de subir al auto y seguir hacia donde quería llevarle. Si no fuera por lo hablador y divertido que era Hoseok, Taehyung hubiera terminado quedándose callado sin decir absolutamente nada. Pero Hoseok tenía esa chispa que hacía que todo ambiente tenso volviera a la normalidad.

Cuando llegaron al lugar que había tenido en su mente Taehyung todo el camino, habían aparcado justo en la base del reducido estacionamiento en la pequeña montaña, donde habían varias escaleras de cemento para llegar al observatorio que había en lo alto. Estaban en una pequeña montaña a las afueras del norte de la ciudad, quedaba en la otra punta de la casa donde vivía Hoseok y eso hacía que pudieran ver el cielo despejado, con un manto rojizo y azul en pleno atardecer. Ambos se bajaron, y Taehyung vio como Hoseok observaba la ciudad a lo lejos y luego volvía a ver el observatorio en lo alto.

- ¿Dónde estamos? -preguntó Hoseok, embelesado por el lugar. Taehyung sonrió socarrón, mientras se ajustaba el pantalón y se ataba los cordones de sus botas para que no se tropezara después. Incluso había llevado una botella de agua que sostenía bajo el brazo.

- Creo que la pregunta es, ¿Estás listo para subir escaleras? -dijo Taehyung, elevando sus cejas y sonriendo travieso volviendo a ver las escaleras casi infinitas de la montaña.

- Claro que sí -resopló Hoseok con suficiencia y coquetería-, la pregunta es saber si tú lo estás.

- ¡Mira y verás! -exclamó Taehyung, casi como si fuera un reto mientras corría hacia las escaleras y subía con rapidez, dejando a Hoseok detrás quien subía mirando a su alrededor y mirándole a él sin quitarle la vista de encima. Taehyung no quería aceptarlo, pero el hecho de que Hoseok le viera a lo lejos le hacía sentir más seguro de lo que nunca se había sentido, era extraño, como si sabiendo que estuviera ahí a él no le iba a pasar nada. Aunque nunca había sido temeroso, con Hoseok se sentía invencible... hasta que llegó a la mitad de las escaleras y cayó de rodillas en los peldaños de cemento, sosteniéndose de las barandillas y respirando con dificultad totalmente derrotado, ¿Hace cuánto que no iba a ese lugar? Ya se había terminado toda el agua de la botella.

Recuerda que la primera vez fue al cumplir los quince años cuando su abuelo Woonie lo llevó con Jungkook. Aunque Taehyung era bueno defendiéndose a los golpes, era pésimo en deportes o en algo que tuviera que ver con escalar un maldito monte. Estaba tan ansioso por mostrarle ese lugar a Hoseok que había olvidado que casi muere de cansancio cuando fue con su abuelo Woonie.

- A-ahh, aaah, uffff, y-ya me cansé -empezó a quejarse, viendo como Hoseok pasaba por su lado y se detenía un momento para mirarle socarrón-. Hoseok... h-hyung, ¿P-puedes llevarme... en... tu espalda?

Hasta hablar se le hacía extenuante.

- ¿Cómo se dice? -dijo burlón, agachándose hacia él mientras se ponía las manos en las caderas.

- ¡H-hyung, por favor! -rogó, resoplando y sintiendo como le faltaba el aire y el sudor le pegaba la camiseta a la espalda. Prácticamente estaba desplomado en las escaleras.

- ¿Eh? No te escucho -dijo conteniendo la risa, y volviendo a subir como si nada. Ni siquiera estaba sudado y su respiración era totalmente normal, Taehyung lo miraba perplejo tratando de retomar la respiración, hasta las piernas le temblaban-, voy subiendo, ¿Sabías que aquí en lo alto la presión es más alta?, ¡Oh, que pequeño estás, Taehyungie!

- ¡Llévame en tu espalda o moriré! -lloriqueó, hasta su lobo estaba exhausto.

Pero Hoseok se burlaba de su sufrimiento, subiendo las escaleras sin ninguna dificultad, despidiéndose con la mano.

- ¡Nos vemos arriba, cachorro!

- ¡Eres malvado de adentro, Hoseok hyung!, ¡Tu alma es negra y cruel! -gruñó Taehyung, sentándose en el peldaño y viendo todo lo que había subido mientras resoplaba con fuerza y hablaba para sí-. Ah, por todos los lobos... soy estúpido, ¿Por qué simplemente no lo lleve a una tienda de vídeo juegos o al centro comerc...? -interrumpiéndose a mitad de la palabra, chilló cuando unos brazos lo tomaron por la espalda y por debajo de sus piernas, alzándolo como un saco de ropa o como una princesa en peligro-, ¡Ah, Hyung!

- Ya me agradeces después -susurró Hoseok en su oído, con Taehyung aferrado a su cuello mientras subía los peldaños uno por uno-. Deberías comer menos pasteles, pesas mucho -bromeó Hoseok, apretando más el agarre para que no se cayera. Taehyung se sentía demasiado cohibido, el cuerpo de Hoseok era fuerte a comparación de su cuerpo delgado y menudo, y su aroma lo estaba cegando demasiado, lo envolvía por completo, sin poder evitar guiar con sigilo su nariz a su cuello y olfatear.

- No, a mí abuelo Woonie le gusto gordito -susurró, haciendo un puchero. Cuando tenía a Hoseok de esa forma, se sentía como un cachorro en vez de como un chico de veinte años.

- A mí también me gustas gordito, pero en este caso... -Hoseok volvió alzarlo, haciendo que Taehyung pegara otro chillido y afirmara el agarre contra su cuello, casi pegando su mejilla contra la del Alfa y rozando sus narices-... sí que pesas demasiado.

- Tú sólo sigue subiendo... -rezongó Taehyung, moviendo las piernas al aire juguetonamente hasta que vio las mejillas rojas de Hoseok y el sudor que estaba empezando aparecer por sus sienes-. Oye, puedo subirme en tu espalda, así no te cansas tanto... 

- Está bien, si yo muero antes de llegar tampoco a ti te queda mucho futuro -accedió Hoseok, bajando con cuidado a Taehyung y agachándose para que subiera a su espalda. Cuando estuvo encima sin ninguna dificultad, con Hoseok sujetándole los muslos, Taehyung exclamó entre risas:

- ¡Arre, yegua! 

Hoseok se detuvo, volteando la cara por encima de su hombro y dándole una mirada de muerte a Taehyung, quien se hundió detrás de él con una sonrisa cuadrada y traviesa, abultando sus mejillas y emitiendo un tierno << jeje >>, porque había sido blanco de tantas miradas enojadas antes que una más le hacía gracia. En especial la de Hoseok.

- Ya sabía que estabas siendo demasiado considerado.

- Lo siento, hyung, no quise decir eso, no eres una yegua... -dijo Taehyung, apretando los labios para borrar esa sonrisa, pero se veía un brillo malvado en sus ojos que decía todo lo contrario. Hoseok había retomado la marcha, hasta que Taehyung volvió a hablar-. ¡Eres un caballo!

Taehyung supo que si Hoseok fuera el personaje de una película, entonces sería la del exorcista, porque se detuvo y su cabeza casi se da vuelta por completo para mirarle con una sonrisa tensa, donde sus hoyuelos se marcaban aun más. Era una sonrisa casi tétrica por la forma en la que la emitía, aunque muy bonita. Como si un cachorro tierno le dijera <<voy a matarte>>.

- Sigues comparándome y voy a dejarte caer para que ruedes como una bola humana por la montaña -advirtió Hoseok, con un tono entre dulce y amenazador. Taehyung se relamió los labios, mordiéndoselos mientras no aguantaba más y guiaba su dedo índice al hoyuelo de Hoseok.

- Me gustan mucho tus hoyuelos -esbozó embobado, emitiendo un << ¿Eh? >> desconcertado cuando Hoseok volteó el rostro y empezó a caminar más rápido-. Hyung, me gustan tus hoyuelos, ¡Tus hoyuelos! 

Pero Hoseok no volteó a verlo en ningún instante, sólo siguió caminando cada vez más rápido con la cabeza gacha. Taehyung apoyó la mejilla en su nuca y se extasió del delicioso olor que lo envolvía.

No podía saber en absoluto que el rostro de Hoseok estaba tan rojo como una frutilla.



[...]

Cuando llegaron al observatorio habían otras personas, en su mayoría turistas, paseando por el lugar y sacándose fotos. Era el observatorio más grande de la ciudad, donde se podía ver las galaxias más cercanas, la luna y las estrellas fugaces que pasaban a la velocidad de un pestañeo. A Taehyung le gustaban mucho las estrellas y la luna, su abuelo Woonie lo sabía cuando de pequeño le pedía que le leyera el cuento de los conejos que vivían allí.

 Se bajó de la espalda de Hoseok, quien no se quejó en ningún momento, tampoco se veía cansado -el mayor le había dicho que a pesar de verse delgado, era muy fuerte- y ambos entraron; en las paredes ovaladas habían hologramas con los nombres de cada constelación y en el techo se podía ver como flotaban, rotando en su eje alrededor del sol en medio, maquetas hechas de los planetas. Era como si nada los sostuviera, aunque en realidad Taehyung sabía que también eran hologramas hechos con realidad virtual.

- Es increíble... -dijo Hoseok, viendo con admiración todo por encima de su cabeza. Taehyung lo miraba a él, con una sensación acogedora en su pecho que se desperdigaba por todo su cuerpo y detenía el tiempo a su alrededor. 

De repente, se les acercó el Beta que cuidaba el lugar. Taehyung se acordaba de él, se llamaba Kyung Lee y era un hombre mayor y muy sabio. Le agradaba porque vivía ahí desde hace décadas, de hecho, el observatorio le pertenecía por descendencia. 

- ¿Desean ver algo en especial, jóvenes? -preguntó, dedicándoles una mirada amable a ambos. 

- Oh, no, nada en específico, sólo estamos viendo -dijo Taehyung, sintiéndose súbitamente apenado.

- ¿Se puede comprar una estrella? -preguntó inesperadamente Hoseok al caballero, señalando un cartel que decía << ¡Si quieres dedicar una parte del mundo, qué mejor que una estrella! >>. Su abuelo le había dicho que quería comprarle una, pero Taehyung insistió que con ese dinero fueran a comer. Aunque debe aceptar que se sintió decepcionado, porque le ilusionaba tener una estrella a su nombre.

El señor Kyung Lee asintió, sonriendo y haciendo notar más aun las arrugas en su rostro.

- ¡Por supuesto! Sería un bonito regalo para tu novio -dijo el señor, digiriéndose a Taehyung quien casi se atragantó con su saliva. Hoseok lo miraba divertido, con esa típica expresión burlona y pasaba un brazo por los hombros de Taehyung quien se había quedado paralizado ante la cercanía.

- Una estrella para mi novio -esbozó Hoseok, ladeando la cabeza con una expresión coqueta que le quitó el aliento-, eso suena realmente perfecto, ¿No lo crees, Taehyungie?


[...]


Dije que en este había desmadre, pero mentí, en el próximo si que hay xD

en realidad es porque ya llevo 5k palabras y i need stop.

Lxs amo <3

Dedicado este capítulo a  Youngbird93 porque ella le da demasiado lov a este fic <3

o sea, todas aquí le dan lov a este fic, pero ella se ha hecho notar desde el principio y ah TT mi lov para ella y ustedes <3 LKAJDSJASDJ 

igual dedicaré capítulos a los que quieran ¿? los loveo a todos, incluso a los que no comentan y dan estrellitas uwu <3 me los imagino tipo lobos tímidos detrás de un árbol alsdj o Taehyung acosando a Hoseok subido a un árbol :v 

Muchas gracias por apoyar esta historia <3

Ayer fue mi cumpleaños y no he podido escribir nada por tareas de la universidad, que bonito pasar tu cumpleaños estudiando xDD 

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME SALUDARON, SI ESTÁN AQUÍ, LOS LOVEO MUCHO. <3

Y eso, cambio y fuera ywy <3

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