De jaulas de oro y heridas invisibles, pt.5
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[...]
- ¿No estarán tardando demasiado? -preguntó Hoseok a Jungkook, tan nervioso que sus piernas no dejaban de moverse sentado en el viejo sillón. El híbrido, en cambio, estaba sumido en jugar con su celular.
- No, es lo normal, ya lo ha hecho antes -informó, sin apartar la vista del juego. Hoseok se removió curioso hacia él.
- ¿En serio?
Ante el tono interesado de su voz, Jungkook detuvo su juego con unas exclamaciones más, girándose hacia Hoseok con seriedad.
- Cuando Taehyung era pequeño, se convertía en lobo siempre que se enojaba, aunque las razones fueran mínimas o tontas, cualquier desequilibrio en su homeostasis emocional desencadenaba la transformación, así que papá lo trajo aquí y no sé lo que hizo Lulu, pero dejo de transformarse -contó, mirando más allá de él como si pudiera ver todos esos recuerdos frente a sus ojos-. A mí me salvo la vida varias veces cuando era pequeño, no sé que sería de mi sin ella, tal vez sería tan enfermizo que hubiera muerto antes de los quince años.
- Wow -ensimismado, fue lo único que pudo exclamar, para quedarse procesando la información en su cabeza al imaginarse a un Taehyung pequeño transformándose en un salón de clases o en medio de esa sala. De repente, algo en específico vino a su mente, haciendo que volviera a mirar a Jungkook que se hallaba escrutando su expresión-. Tengo una duda... ¿Por qué es tan malo que Namjoon sea miembro de la manada Jung?
- ¿No escuchaste a su padre, Jimin? Su abuela es un monstruo, una perra -espetó suspirando con malestar-. Y si no fuera de esa forma, si su abuela no fuera un gran y repugnante grano en el culo, pertenecer a las manadas tendría sus ventajas. Pero ellos te tienen en su tablero de juegos, te ordenan que seas de cierta forma, moldean tu vida; te dicen con quién casarte para tener una mejor estirpe y con quien no, te consiguen un empleo de mierda que te dará dinero, pero, ¿Y si no es lo que quieres? Te aguantas. Y por supuesto, tienes que vivir dentro del complejo de esa manada en específico, sin pensar en todas las mierdas que tienes que hacer para salirte, que es prácticamente ser un maldito desertor.
Con la boca entreabierta, Hoseok inhaló, sintiéndose como un idiota ignorante. En su pequeño pueblo de Gwangju, él tenía conocimiento de varias cosas, pero aquello ni siquiera lo imaginaba.
- ¿Por qué no sé nada de esto?
- Vienes de Gwangju, Hoseok-ssi -dijo Jungkook, suavizando su mirada-, posiblemente te informes de la cultura, el arte, la ciencia, pero la política actual es otra cosa, sobre eso solo te enseñan lo que creen que es necesario. Rara vez chicos de manadas rurales se vienen a vivir a Seúl sin una familia que los acoja, porque precisamente Seúl es diferente a las provincias rurales, es más... clasista y demasiado avanzado para que te acostumbres. Es tan grande que tienen que dividirse en manadas, las cuales yo no tengo ningún problema, ¿Sabes? Mi problema están con las manadas más poderosas, la Jung y la Kim, las demás me importan un comino, incluso la Park que se parecen bastante con sus reglas estúpidas y cerradas. Puedes ir por ahí siendo un turista, pero si quieres vivir en Gangnam-gu, por ejemplo, tienes que estar inscrito en alguna manada importante -terminó de explicar, arrugando el rostro con escepticismo-. ¿De verdad no te han contado nada de esto tus tíos?
- Algo parecido, creo que mis hermanas lo han comentado... pero de esta forma, por supuesto que no -respondió Hoseok, pasándose la mano por el cabello. No sabía porqué la nueva información le angustiaba.
Jungkook se quedó unos segundos pensativo, echando la cabeza hacia atrás apoyado en el respaldar, girando la cabeza hacia él.
- ¿Tae sabe tu apellido?
- Sí, claro que sí -respondió Hoseok, aún ensimismado.
- Entiendo... pensé que no lo sabía -desvió la mirada, paseando la lengua por sus dientes mientras paseaba el techo con la mirada-. Taehyung es bastante receloso con los que tienen tu apellido, pero si se ha acercado a ti supongo que no le importa -volvió a mirarle con ojos entrecerrados-, ¿Estás inscrito en esa manada?
- Como dije, no tenía idea -esbozó Hoseok con una cansada exhalación y una mueca-. No sé si estaré inscrito, pero... no quiero inscribirme en ninguna, menos aún con lo que acabas de decirme.
- Esperemos que no, porque si es así, tendrás que dejar de ver a Taehyung como tu posible pareja -ante eso, Hoseok se petrificó, fijando la mirada en los ojos serios de Jungkook, quien alzó una ceja y la comisura de su boca se tornó en un gesto socarrón-. ¿A qué suena terrible?
- Suena como a la peor de todas las pesadillas posibles, tan asqueroso como vómito de perro encima de un pastel de mierda.
Como respuesta, Jungkook soltó una carcajada divertido, arrugando la nariz ante la idea.
- Eres gracioso, Jung, te estás ganando puntos -dijo divertido, para luego volver a ver su celular que empezó a vibrar. Leyó el mensaje que le había llegado, parándose súbitamente del sillón-. Mierda, tengo que ir a dejar un celular con el que he estado trabajando, ¡Se me olvido que hoy era el día de entrega!
- Taehyung me contó, antes de perder sus recuerdos, que arreglabas cacharros y esas cosas -mencionó Hoseok, viendo como Jungkook se ponía devuelta el chaleco que se había sacado.
- Hago mucho más que arreglar simples cacharros, pero sí, en especial eso -se encogió de hombros, señalando hacia la habitación del pasillo por donde había desaparecido Taehyung, Woonie y Lu Sook-. ¿Puedes decirle a mi padre que volveré en dos horas más y enviarme un mensaje si Taehyung despierta? Oh, claro, no te he dado mi número... Gracias, Hoseok-ssi -agregó rápidamente, mientras escribía su número con un lapicero en una pequeña libreta que había en uno de los muebles, casi con suplica.
- Está bien, ve, ¡Suerte! -respondió Hoseok, moviendo la mano en despedida, al igual que Jungkook antes de salir casi corriendo por la puerta y haber recibido su número.
[...]
Hoseok no supo en qué momento se quedó dormido en el sillón esperando, pero aún era de día cuando abrió los ojos y se desperezó, desprevenido cuando minutos después Lu Sook apareció por el pasillo con una sonrisa de oreja a oreja y una taza negra en las manos.
- ¿Ya?, ¿Cómo está? -preguntó Hoseok al instante de verla, parándose del sillón como un resorte y acercándose a ella, quien le acarició la mejilla con un gesto conciliador para que calmara sus nervios. Y es que Hoseok se sentía mucho más nervioso y preocupado que cuando dio la maldita prueba de admisión.
- Está bien, acaba de despertar -respondió ella-. Deberías entrar, está esperándote... -luego miró alrededor, en busca del híbrido-. ¿Y Jungkook?
- Fue a dejar un encargo -respondió-, dijo que en seguida volvía.
Lu Sook asintió, caminando perezosamente hacia el sillón y echándose en él con tanto cansancio, como si se le hubieran venido encima todos los años. Hoseok, al enviarle un mensaje a Jungkook sobre que Taehyung había despertado, se dio cuenta que habían pasado cinco horas desde que Taehyung había ingresado a la habitación. Lu Sook le miró interrogativa, para luego incentivarle con la mirada y un gesto flojo de la mano.
- Vamos, ve a ver a tu Omega.
Hoseok adoraba la forma en la que los demás decían que Taehyung era su omega, aunque sonara infantil, y aunque después se desilusionara al darse cuenta que entre él y Taehyung aún no se había oficializado nada, a pesar de las obvias respuestas de ellos dos. Hoseok apenas dio cinco pasos, retrocediendo y mirando a Lu Sook con indecisión.
- Espere, antes... sé que sonará tonto...
Lu Sook sonrió enternecida ante su nerviosismo, y el rubor en sus mejillas.
- Nada suena tonto para mí a esta edad, jovencito, suéltalo.
Hoseok se pasó reiterada y nerviosamente las palmas sudorosas de las manos por los pantalones, sentándose en el sillón al lado de Lu Sook. Aquel tema había estado vagando curiosamente en su mente, y no podía evitar querer respuestas sobre ello. En Gwangju solamente habían curanderos y médicos generales que hacían turnos. Nunca había conocido a una chaman. Como Lu Sook estaba prestándole su total atención, la inseguridad de Hoseok se fue disipando rápidamente, hasta que pudo formular en palabras lo que quería decir.
- Según Jungkook, tengo entendido que usted puede ver las vidas pasadas, ver a las parejas predestinadas... incluso dijo sobre que podía ver fantasmas... y este tema de los recuerdos... quisiera saber porqué no puedo recordar algunas cosas de mi infancia, de la muerte de mis padres, por ejemplo.
- ¿En serio quieres saber porqué no recuerdas algunas cosas?
- S-sí, eso creo.
Lu Sook ladeó la cabeza, como si estuviera tratando de leer el alma de Hoseok a través de sus ojos, tan penetrantes en ellos que Hoseok retuvo la respiración.
- ¿Sabes, Hoseok? Las personas solemos tener heridas invisibles por todo el cuerpo... también podrían llamarse heridas del alma. Pueden haber muchas razones para tener éstas heridas, algunas desaparecen, otras se curan con el tiempo, pero hay otras tan profundas que llegan hasta el rincón más oculto de ti. En estos rincones, vive un pajarito puro que representa todas tus ganas de vivir, tus fortalezas, todo el amor que podrías sentir en tu vida hacia alguien y hacia ti mismo... las heridas invisibles pueden llegar a esa parte de ti, lastimándote al revivirlas una y otra vez, hasta que ya no queda nada más de ti que sólo la tristeza y el dolor y un pajarito herido. Por eso mismo, cuando la herida parece ser incurable, creamos una jaula de oro donde nuestro pajarito puede vivir. Y tú tal vez te preguntes, ¿Por qué no puede ser libre? -ante esta última pregunta, Lu Sook sonríe con cierto pesar-, ¿Por qué crees que no puede ser libre, Hoseok?
Hoseok trago saliva, inhalando hasta que ya no cabía más aire en sus pulmones, y exhaló las palabras que salían de la oscuridad de sus pensamientos.
- Porque... porque sólo somos libres cuando hemos muerto.
- Exactamente -asintió Lu Sook-, sólo entonces... pero en realidad nunca morimos, sólo buscamos un nuevo hogar -suspiró, removiéndose en el sillón y alisando la falda de flores que traía puesta y le llegaba hasta los tobillos. Hoseok recién había reparado en algunas marcas en la piel de sus brazos, como líneas ramificadas y el color de sus ojos, una variación de amarillo y café como el de las hojas de otoño-. Lo que te quiero decir, es que tal vez no recuerdes grandes cosas de tu infancia porque hubieron momentos que decidiste guardar. A veces hay heridas que sí, nos hacen más resistentes, más sabios... pero hay otras que simplemente nos pudren, y entonces decidimos guardar todo dentro de estas jaulas de oro para que nada nos lastime. Lo olvidamos.
- Pero... pero usted... -titubeó Hoseok, con el gesto tembloroso, hasta podía sentir la sangre recorriendo sus sienes-. ¿Haría que volvieran?
- Claro que lo haría -sonrió afectuosamente-, sólo si tú estás dispuesto aceptar estas heridas invisibles, Hoseok...
Casi era como si el tiempo se hubiera detenido, e incluso antes de pensarlo Hoseok ya había tomado su mano con afán rogando con toda su expresión y el tono lastimero de su voz.
- Hágalo, quisiera... quisiera saberlo.
- Eres un chico fuerte, puedo sentirlo -musito Lu Sook, respondiendo al gesto de las manos de Hoseok rodeando las suyas, con sumo aprecio y como si se hubieran conocido mucho antes. Hoseok supuso que una de las razones haya sido por la que dijo ella sobre haber soñado con él. Lu Sook lo miró con cierta murria-. Estoy segura que tienes la cura para todas tus heridas, pero... ¿Estás seguro que has olvidado eso que te hace daño? Tal vez esté ahí, esperando a que seas consciente de ello, porque aún te duele, ¿No es así?
<< ¿No es así? >> Esa pregunta quedo grabada en la mente de Hoseok como ecos de voces en una cueva infinita, su mente tornándose blanca y sintiendo su cuerpo tan, pero tan pesado que ya no sentía. Sólo había vacío, agrandándose hasta llenarse con voces olvidadas e imágenes que vinieron a su mente como fotografías viejas.
Hoseok reaccionó cuando el pulgar de Lu Sook secó con cuidado una lágrima que estaba en su mejilla.
- Gracias... y-ya lo recuerdo -susurró Hoseok, sin pestañear, porque no quería llorar. No quería, no en ese momento, pero tenía tantas ganas que se las tragó como el más amargo alcohol-. Lo recuerdo.
- ¿Quieres saber algo más? -llamó su atención, haciendo que Hoseok se llevara las manos a los ojos, quitándose la humedad de sus pestañas y asintiendo distraídamente hacia ella, hasta que empezó a hablar con cierto misterio-. Las parejas predestinadas existen, porque son las que han tenido la suficiente paciencia, sabiduría y amor para curar las heridas invisibles del otro, esas parejas se necesitan para curarse una a la otra, por eso siempre reencarnan una y otra vez buscándose incansablemente. Por eso cuando las encontramos nos sentimos completos, de ahí nacen las parejas predestinadas.
Hoseok se sintió contagiado con la esencia casi enamorada que inundó a Lu Sook, desde las arrugas de su sonrisa, el movimiento de sus manos tomando la taza y el brillo de sus ojos que se desviaron hacia la habitación donde estaba la persona causante de hacer sentir su piel arder con sólo una mirada.
- ¿Usted cree... que Taehyung pueda ser mi... predestinado?
Lu Sook lo miró fijamente, sin pestañear, y esbozó un gesto cómplice queriendo decir algo más que un simple y vago:
- ¿Tú qué crees?
[...]
Cuando Hoseok entró tímidamente a la habitación donde estaba Taehyung, lo primero que vio fue a Woonie riéndose en el sillón al lado de la cama, cogido de la mano con Taehyung, quien estaba despierto y con el semblante tranquilo, aunque adormilado. Al verle, Taehyung abrió los ojos más despierto, su aroma a jazmín acariciándole la nariz y se acomodó en la cama con una expresión igual de tímida que él, pero le reconocía. Hoseok sabía desde que se encontró con sus ojos que recordaba todo, que hablaba con el Taehyung que había conocido últimamente y con el de antes.
- ¿Interrumpo...? -musito Hoseok, viéndoles de hito en hito.
- No, no, Hoseok-ssi -negó Woonie, parándose del sillón con una sonrisa tan grande que hacía desaparecer sus ojos-. ¿Dónde está Jungkook?
- Tuvo una diligencia -explicó Hoseok, dejando la puerta abierta, aunque tenía una cortina de tiras decorativas con grullas de colores-, volverá pronto, acabo de enviarle un mensaje diciéndole que Taehyung despertó así que debe estar corriendo para llegar aquí.
Woonie exclamó una pequeña risa, era tan indudable la felicidad de tener a Taehyung consigo, la forma en la que lo miraba, desprendiendo el amor más sincero que Hoseok había presenciado, contrastando con la expresión atormentada y seria con la que le había conocido. Hoseok hasta sintió cierta lástima al ver lo reacio que estaba al soltar la mano de Taehyung cuando éste le dijo que quería hablar con Hoseok a solas, pero lo hizo y señaló hacia el salón, diciendo que estaría allí si necesitaba algo.
Al estar finalmente solos, Hoseok apenas podía mirarle a la cara.
- ¿Vas a quedarte ahí parado toda la tarde? -preguntó Taehyung juguetón, algo ronco de la garganta como cada vez que despertaba por las mañanas. Solamente en ese momento pudo dirigir la mirada a sus ojos enigmáticos de distinto color.
- Podría hacerlo -le siguió el juego, sentándose en el mismo lugar donde se había sentado Woonie. Taehyung hizo una mueca, golpeando la colcha a su lado.
- Siéntate aquí, no sé porque estás tan alejado del amor de tu vida.
Hoseok sintió sus orejas calientes de la vergüenza, aunque sabía por su tono de voz que estaba bromeando, apretó los labios en una fina línea sin darse cuenta de los hoyuelos de su evidente sonrisa. Sin mirar a Taehyung, se levantó del sillón y se sentó a su lado en la cama, de frente y tan cerca que podía rozar sus piernas.
- ¿Por qué no me miras? -preguntó Taehyung, ladeando la cabeza hacía él y acariciando su mentón con la yema de los dedos, alzando el rostro de Hoseok hasta encontrarse con sus ojos-. Ya hasta me has visto desnudo, por tu culpa ya no sirvo para el matrimonio.
Hoseok no pudo evitar soltar una carcajada ruidosa, tapándose la boca y amando la forma en la que Taehyung sonreía también, mordiéndose el labio inferior como si así pudiera sonreír menos.
- Creo que ser un sin vergüenza está en tu sangre.
- Lo sé, todos lo saben, y tú deberías saberlo el doble, has conocido a mi lobo.
La risa de Hoseok se volvió mucho más estrepitosa.
- Lo he conocido perfectamente -dijo con voz ahogada por la risa-. ¿Recuerdas el regalo que me dejaste en la puerta de la habitación?
Taehyung arrugó el rostro, desviando la mirada y tapándose la cara con las manos, no bastando eso, agarró las sábanas y cubrió su cabeza con ella.
- Ay, no... olvida eso, por favor -gimió de vergüenza, apenas bajando las sábanas y dejando ver sus ojos. Por supuesto que recordaba todo, y a lo que se refería todo, era absolutamente todo.
A Hoseok se le olvidaron todas las vergüenzas en ese momento, porque molestar a Taehyung era mucho más divertido que sentirse tímido. Era tan adorable y encantador.
- No, no puedo, ahora que lo recuerdo es tan gracioso. Me debes unas sábanas limpias de tu pipí y una puerta -se burló, haciendo que Taehyung se revolcara debajo de las sábanas haciéndose bolita.
- ¡Ah, cállate, yo no he sido! -siguió revolcándose, al menos todo lo que duró la risa de Hoseok, quien suspirando con un sentimiento acogedor en su pecho, sin ninguna preocupación, porque el Omega estaba completamente bien, aunque aún dudaba sobre su pie, pero por la forma en la que movía se notaba que ya se había curado por completo, quitó con cuidado las sábanas que tapaban el rostro de Taehyung, un rostro tan abochornado como radiante. Antes de que Hoseok pudiera preguntarle sobre su pie, Taehyung tornó su expresión a una decaída y musitó con voz trémula- ¿Sabes? Recordé... recordé que te mentí en una cosa...
Las facciones de Hoseok se tensaron, sobando sus manos con expectación.
- ¿Qué cosa?
Vio como Taehyung tragaba saliva, frunciendo las cejas y haciendo una mueca como si temiera la reacción de Hoseok. Como un niño confesando una travesura.
- Yo... no soy un Omega de la noche -confesó, para luego desviar la mirada y empezar a jugar con un hilo que sobresalía de la colcha de flores-. Y ahora que lo piensas, omega de la noche suena divertido.
Hoseok apenas pestañeaba. No se esperaba que le dijera eso. Ni siquiera lo recordaba.
- ¿En serio?
- Sí, nunca he hecho... eso -insinuó, sonrojándose aún más-. Apenas sé que se hace por vídeos de internet que Jungkook buscaba. Todo fue una mentira, aunque... es algo más complejo que eso.
Se relamió los labios, sintiéndose extraño. ¿Entonces Taehyung no era lo que creía que era antes de conocerle? La pregunta que se hizo de repente rompió bastante los esquemas que tenía de él, y aquello se sintió tanto como si le hubieran quitado una espina del pie como una cachetada.
- Bueno... eso es muy bueno, ¿No? -logró manifestar-. Lo de no serlo, claro, porque sobre lo de mentirme... eso sí es malo.
No iba a mentir diciendo que no importaba, porque lo hacía, Hoseok de verdad se había preocupado por ese conflicto en la vida de Taehyung, y que él le dijera que era mentira, había desvanecido esa sensación de alegría dando paso a la incertidumbre de lo sincero que había sido Taehyung con él.
- Lo siento, iba a decírtelo, comúnmente no soy muy sincero con las personas porque he tenido algunos problemas y... no es que quiera culpar a mis problemas -explicó, con voz rápida y algo temblorosa-, soy lo que soy porque decido ser así, pero a veces es imposible no ser un mentiroso -Hoseok le devolvió la mirada, sin saber qué responder-. Lo que quiero decir, es que lamento ser un mentiroso contigo, porque me haces desear no querer serlo... confío en ti.
Hoseok suspiró, el cambio de emociones era tan incómodo.
- Entiendo un poco... no, en realidad no entiendo el porqué, ¿Por qué mentir con eso?
- Jungkook y yo creamos una máquina pequeña como canica que se pone en tu sien -explicó Taehyung, viéndose tan sincero que Hoseok no hallaba ningún atisbo de mentira en él, pero aún así dudaba-, ésta provoca que la persona tenga sueños eróticos conmigo y pueda sentir lo que se siente cuando se tiene un... orgasmo.
- Estás mintiendo -replicó Hoseok, cruzándose de brazos, receloso-, ¡No puede existir algo así!
- Si que existe, Jungkook puede asegurarlo. Y cuando fui a verte quería hacer eso contigo.
- Querías engañarme -exclamó Hoseok, tan molesto de repente que no pudo evitar hacer una mueca y desviar la mirada, casi dándole la espalda a Taehyung quien negó alarmado.
- ¡No!, ¡Claro que no! -luego un silencio por parte de los dos, que terminó con un suspiro exhausto de Taehyung-. Bueno, sí, pero suena muy feo si lo dices así.
- ¿Y cómo quieres que lo diga? -reclamó Hoseok volviéndose hacia él-. Yo de verdad pensé que pasabas por algo horrible y... -expandió los ojos aún más, agitado al recordar-. ¡Hasta te ayude a robarle a ese hombre!
- ¡Ese hombre tuvo su sesión!, ¡Era mi dinero! -rebatió Taehyung empezando a disgustarse tanto como Hoseok-, ¿Qué querías?, ¿Qué de verdad lo hiciera con él o que lo engañara?
Hoseok se quedó callado. Cierta parte de él lo entendía, pero la más moral no podía aceptar que alguien engañara a otra persona. Hoseok era demasiado transparente, incluso para temas como aquellos. Se quedó callado varios segundos, bajo la mirada de Taehyung.
- Sólo trato de encontrarle un sentido a esto, ¡Porque es descabellado!, ¡Es...es...! -sin encontrar la palabra adecuada, volvió a suspirar-. Lo siento, aun no comprendo la tecnología de la capital y me es difícil imaginar que puedas hacer algo así.
- Lo siento, Hoseokie hyung -murmuró Taehyung, viéndose realmente arrepentido. Hoseok sintió su mano descender desde su pómulo, mejilla, hasta su cuello con cariño.
- No sé que decirte -contestó abultando sus labios, agachando la mirada. Ni siquiera sabía si ponerse feliz porque fuera falso el que vendiera su cuerpo o sentirse molesto por ser engañado. Para Hoseok no había intermedios sobre lo que hacías, para él todo era bueno... o malo.
- Podrías decir que me perdonas... y que me das otra oportunidad.
- Te perdono, Tae -respondió Hoseok, alzando la vista hacia él. Compartieron el silencio durante unos segundos, hasta que Taehyung volvió a tomar la palabra al bajar la mano, posándola en el pectoral izquierdo de Hoseok y luego tomando su mano, entrelazando sus dedos con cierto temblor.
- ¿Sabes? Podríamos hacer esto... tú puedes contarme tres cosas, una de las cuales será mentira... la cual yo tengo que adivinar. Y por mi parte te diré dos verdades para que compensen las verdades que me dirás.
Hoseok enarcó una ceja, meditabundo.
- ¿Y si todas son mentiras?
- Buen punto... -alzo una comisura, contento de que Hoseok estuviera aportando o interesado en lo que le pedía-... pero aunque tengo menos oportunidades de que confíes en mí, ¿Qué podrías perder?
Taehyung se encogió de hombros, esperando una respuesta de Hoseok que se volvió otra pregunta.
- ¿Y si adivinas cuál es la mentira?, ¿Ganas algo?
- Entonces de verdad vas a perdonarme -Hoseok iba a protestar, diciendo que ya le había perdonado, pero era como si Taehyung ya supiera la respuesta mucho antes, interrumpiéndole-. No, sé que aún sigues enojado conmigo, no eres bueno mintiendo, entre mentirosos podemos leernos fácilmente.
Con eso último, Hoseok no pudo evitar sonreír por lo descarado -y no es que fuera algo realmente malo- que Taehyung podía ser. Al menos era sincero diciendo que era un mentiroso.
- Está bien, empieza tú.
Taehyung inhaló, emitiendo un << Hmmm >> con su garganta pensando en una respuesta, mirando al igual que Hoseok sus manos unidas, hasta que empezó a hablar y Hoseok posó los ojos sobre él.
- La primera es... cuando era pequeño, le dije a todos los que conocía que mis abuelos eran mis padres, porque en ese entonces odiaba que mis padres me hubieran dejado con mi abuelo, como si se hubieran desecho de mí, me hicieron sentir como un juguete roto, inútil e inservible. Mi abuelo Woonie no quería que yo fuera un mentiroso, así que para reprenderme me pegó con una rama de árbol en el trasero. Ni con eso logró que dejara de mentir, así que todos piensan que el abuelo Woonie es mi padre y que le digo abuelo porque está viejito, en vez de porque es mi abuelo de verdad -lo dijo todo tan rápido, que a Hoseok le costó procesar lo que dijo después, aunque su voz se volvió mucho más lenta y abrumada-. La segunda es... que tú fuiste mi primer beso, el que nos dimos en el observatorio.
Hoseok se tensó, con el corazón latiendo a mil. Hasta podía escuchar los latidos en sus oídos y su voz temblorosa de lo lindo que sonó eso de sus labios. Precisamente de sus apetitosos, rosados y húmedos labios.
- ¿E-en serio?
- Sí... quiero decir, fuiste mi primer beso de verdad -sonrió con timidez-. No sé si cuentan los besos que te dan cuando eres pequeño, porque entonces ni siquiera sabes la diferencia de un beso en la mejilla o en la boca. Y contigo supe la diferencia.
Como respuesta, Hoseok sonrió con ternura hacía él, queriendo comérselo a besos en ese instante, pero en cambio, acarició con su pulgar la mano de Taehyung, llevándose sus nudillos a su boca y besándolos con adoración. Los ojos de Taehyung brillaron con excitación en ese momento, pero ninguno de sus cuerpos respondía, hasta que Hoseok empezó a hablar con cierta nostalgia en su voz.
- Yo... cuando iba en la escuela, había un chico que estaba enamorado de mi hermana Hyuna, pero a ella no le gustaba, así que un día la vi siendo hostigada por él y la defendí, le golpee tantas veces que le rompí la nariz, pero el tipo me rompió una costilla y me hizo una cicatriz aquí -señaló Hoseok, llevando el dedo índice de Taehyung a un costado de su cabeza, entremedio del cuero cabelludo, donde sentía los contornos sobresalientes de una cicatriz-... y él terminó en la cárcel después de eso -Hoseok bajo sus manos, descansándolas en su regazo. Volvió a mirar a Taehyung fijamente a los ojos-. Lo segundo... una vez me enamoré perdidamente de un chico, lo amaba tanto que quería casarme con él, cada vez que estaba cerca de él era como si unos hilos rojos nos unieran, como si el destino hubiera escrito que desde el momento en que nos viéramos íbamos a estar juntos toda la vida porque siempre seríamos la respuesta del otro -Hoseok contempló como Taehyung tragaba saliva, visiblemente afectado por ello-. Y por último... una vez escuché decir a mi hermana Yuna que la muerte de mis padres había sido por mi culpa, porque yo me había quedado en casa de Namjoon hasta tarde y quería que ellos me fueran a buscar... ese día estaba nevando, la calzada estaba resbaladiza, ellos lo sabían... pero aún así fueron a buscarme.
Taehyung mordió su labio inferior con fuerza, sin importar el dolor, porque había más dolor en los ojos de Hoseok de lo que podía soportar.
- ¿Cuál crees que es mentira, Taehyung?
Y Taehyung suspiró, con los ojos ardiendo por las lágrimas que amenazan con salir como gotas de agua en un día lluvioso. Hoseok guió la mano de Taehyung extendida hacia su mejilla, como una caricia tibia que calmaba toda la tristeza.
- Enamorarte -respondió, bajo la mirada nublada de él-. Eso es mentira. Nunca te has enamorado.
Como respuesta, Hoseok lo besó suave en los labios, una caricia tierna.
- Ya estás perdonado de verdad.
[...]
Chamán: Hombre (también mujer alv >:v abajo el patriarcado ahre mentira) que en algunas culturas hace predicciones, invoca a los espíritus y ejerce prácticas curativas utilizando poderes ocultos y productos naturales; también suele aconsejar y orientar a las personas que acuden a consultarle. *créditos a google xd*
En el Omegaverse no sé si existe una chamán, pero aquí si existen (se me olvidó mencionarlo en la guía de la historia :D) existen chamanes que viven humildemente, y chamanes que viven en riqueza porque son de las grandes manadas, la diferencia está que los chamanes de los ricos se certifican como médicos y ya han perdido un poco su espiritualidad por la ciencia ¿? something like this.
GRACIAS POR LEEEEEEEER.
Voy a empezar a dedicar capitulos a las que veo que comentan más o primero, so, si ven que les dedico un cap es por eso, bais<3
lxs amo <3
pd: Si por ahí hay escrito un "cruzado de hombros" me avisan porque no sé que pedo con mi dislexia XDDDDDDDDDDDDDDDDDD
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