De jaulas de oro y heridas invisibles, pt.4

Intimidado quedaba corto a como realmente se sentía Hoseok en la camioneta de Taehyung.

La recordaba de esa vez que tuvieron la no-cita. Intentaba arduamente de no atraer a Taehyung a su pecho y gruñir como un idiota celoso, porque así se sentía cada vez que Jungkook lo miraba despectivamente por el espejo retrovisor, sacándose el gorro y dejando ver sus orejas erguidas a la defensiva. Se sentía tonto a causa de su lobo, que aún con los supresores no dejaba de actuar territorial y todo posesivo con Taehyung a su lado.

Jungkook lo presintió, porque alzó la voz hacia él.

- Oye, Hoseok, calma tus malditas feromonas si no quieres salir de este auto -espetó con voz demandante, casi haciéndole creer que no era un Omega.

Se quedo callado, no quería pelear con él y asustar a Taehyung, quien dio un respingo ante su voz.

- Jungkook... -reprendió el abuelo Woonie, haciendo que el mencionado se cruzara de brazos y resoplara como un niño. Estaba seguro que el abuelo Woonie había visto la reacción de Taehyung, porque a él lo ignoraba monumentalmente.

Hoseok sabía que los híbridos Omega podían ser más débiles que los Omegas, por eso se sorprendió al sentir a Jungkook emitir esa aura violenta y brusca que desafiaba a los Alfas, además de los obvios bíceps bajo su sudadera negra. Tal vez se debía a que el abuelo Woonie emitía esa misma aura, pero Hoseok no estaba seguro.

Taehyung a su lado se había vuelto extrañamente relajado, sin soltarle la mano mientras veía con interés cada esquina de la camioneta y fuera de la ventana. Se acercó a su oído, llamando la atención del Omega.

- ¿Este lugar es familiar para ti?

- Sí, c-creo que sí -susurró Taehyung, con sus ojos fijos en los suyos-, tú y yo estuvimos dentro de este auto, ¿No es así?

Hoseok sonrió feliz, acariciando la mano de Taehyung con aprobación.

- Sí, exacto, Taehyungie.

Taehyung le devolvió la sonrisa y el corazón de Hoseok al instante se sintió menos pesado. 

El ambiente en la camioneta era incómodo, el viaje volviéndose más largo y tedioso, donde Hoseok veía el cielo negro sin ninguna estrella, el mundo iluminado por las luces de la ciudad despierta a todas horas. Hoseok señaló algunos lugares que Taehyung le había enseñado en la salida que tuvieron, como el parque donde tuvieron un pequeño picnic o el observatorio. Taehyung estaba anonadado viendo todo con suma atención y fascinación, como la primera vez que Hoseok fue a recorrer la ciudad con él y luego con Namjoon.

Hoseok dedujo que estuvieron una hora y media de camino a la casa de Taehyung, tal vez un poco más, por el tráfico que no pudieron esquivar cuando pasaron por el centro de Seúl. Las casas cambiaron su estructura y los pavimentos eran más irregulares a medida que se acercaban al sector industrial, donde se veía el humo de las fabricas y el de las estufas de madera de las casas de techo de zinc y contornos de madera que habitaban alejados pocos kilómetros de ellas.

El abuelo Woonie condujo hacia una carretera de tierra, para dar paso a la de cemento, donde los árboles se erguían en línea recta hasta una comuna con casas de igual aspecto viejo y descuidado, algunos cercados y otros con pequeños huertos e invernaderos caseros.  

Aparcaron frente a una casa igual a las demás, pero ésta estaba repleta de plantas de enredaderas y maceteros con flores en la puerta, estaba cercada con alambre, por lo que Jungkook se bajó del auto y abrió la cerca, dándole paso a la camioneta como un pequeño estacionamiento. Por un costado de la casa de primer piso, había una puerta de madera con techo de plástico por las lluvias.

Cuando se apagó el motor, Hoseok le quitó el cinturón de seguridad a Taehyung y se bajo primero, ayudándole a bajar de la camioneta con cuidado y haciendo que se apoyara con el brazo alrededor de su cuello mientras él rodeaba su cintura. El abuelo Woonie rodeó la camioneta, bloqueándola manualmente y encaminándose hacia ellos mientras señalaba la casa con un ademán de la mano.

- Ésta es tu casa, Taehyung -dijo el abuelo Woonie, con una sonrisa amable. 

- Nuestra casa -corrigió Jungkook, sonriéndole con complicidad y poniéndose al lado contrario de Taehyung-. Déjame ayudarte.

Taehyung se dejó ayudar, los tres caminando hacia la puerta que abrió el abuelo Woonie con cierta fuerza. Al entrar, Hoseok sintió como el hogar se sentía tan hogareño como su propio hogar con sus hermanas, sólo que éste era más pequeño, por lo que la calidez se mantenía. Habían tantas cosas interesantes por ver, pero Hoseok estaba pendiente de las reacciones de Taehyung, porque lo sentía bastante inquieto a su lado. 

Jungkook los guió al sillón, que tenía una manta de lana tejida encima y unos cojines desteñidos, diciéndoles que podían sentarse -aunque para ser específicos, a Taehyung- haciendo que Hoseok sonriera con cierta incomodidad mientras el abuelo Woonie se sentaba en un sillón individual con la apariencia de haber sido creado solo para él. Jungkook se quedó parado, mirando a su alrededor con la intención de mostrarle todo a Taehyung, pero sin saber por dónde empezar.

Al final, sólo terminó señalando la habitación al fondo del pasillo que seguía del de la cocina.

- Taehyung, tú dormirás en nuestra habitación, que queda al fondo -Taehyung asintió, apretando inconsciente la mano de Hoseok. Jungkook dirigió la mirada al Alfa, una que bien podía cortar el vidrio y su piel-, y tú, Alfa, dormirás en el sillón.

- ¿Dormir...? -repitió Hoseok, dubitativo, tragando saliva por el nerviosismo que le provocaba estar bajo la mirada de ambos, trataba de sacar su lado con más carácter, aunque le costase mucho en ese momento-. P-perdón, pero ustedes dijeron que iban ayudar a Taehyung a recuperar su memoria y...

- ¿Eres estúpido? -interrumpió Jungkook groseramente, alzando el mentón y cruzándose de brazos. Hoseok lo miró sorprendido otra vez, no podía creer que ese chico lo haya insultado tantas veces desde que se conocieron y ni siquiera se terminaba el día-. Por supuesto que lo vamos a ayudar, pero lo haremos mañana, hoy es demasiado tarde para hacer cualquier cosa y esto lleva tiempo.

- No quiero sonar irrespetuoso -siguió insistiendo Hoseok, haciendo que Jungkook resoplara con una mueca irritada y el abuelo Woonie lo mirara con el ceño fruncido, cruzándose de brazos y más imponente que nunca. El ambiente ya no era hogareño, sino que se volvía cada vez más tenso-, pero necesito que me expliquen más sobre lo que harán, no los conozco -ambos frente a él se tensaron visiblemente. Hoseok maldijo por haber, tal vez, elegido las palabras equivocadas-, a-aunque Taehyung se acuerde un poco de ustedes, a-aún así... 

- ¿Qué estás tratando de decir? -preguntó Jungkook disgustado, casi entre dientes mezclado con un gruñido ronco de su pecho, acercándose a paso lento a Hoseok como si fuera a lanzarse encima de él a degollar su cuello, quien alzo el rostro hacia él mirando hacia arriba, porque aún se hallaba sentado al lado de Taehyung y ambos tenían sus manos fuertemente entrelazadas-. Mira, Alfa, ya he tenido mucha paciencia al traerte aquí, no hagas que me arrepienta.

- Sólo trato de informarme -se excusó rápidamente Hoseok-, tanto como ustedes yo no quiero que nada malo le pase a Taehyung.

Tanto Hoseok como Taehyung pegaron un salto asustados cuando el abuelo Woonie azotó con su puño el apoya brazos del sillón, del cual hasta salió cierto polvo por la brusquedad. Su voz era tan demandante como tenso era el ambiente.

- ¿Estás tratando de decir que nosotros le haremos algo malo, mocoso entrometido?

Por un momento Hoseok sintió que no respiraba, desorientado, pero se recompuso rápidamente tratando de calmarse y no dejarse llevar por la forma en la que ellos le miraban, como si pudieran cortarlo en trocitos y darle de comer a los buitres. Cuando habló, agradeció a su voz por no haber balbuceado ni tartamudeado. Se hubiera visto aún más idiota de lo que se sentía.

- Estoy tratando de decir que necesito que me den confianza, y hasta ahora ninguno me la ha dado para que por...

Hoseok casi puso los ojos en blanco cuando Jungkook volvió a interrumpirlo testarudamente, ahora con los ojos rojos, sino fuera porque también le agarró de la camiseta, alzándolo apenas, y alzó el puño en dirección a su cara. Fue tan rápido que por un momento Hoseok cerró el ojo derecho para recibir el golpe. 

- ¡Ah, no, yo voy a golpear a ese tipo!

Pero se quedó boquiabierto, igual que los demás en la sala, cuando Taehyung soltó su mano y se levantó resuelto imponiendose entre Jungkook y él, alejando al híbrido con una mano en su cuello y tirándolo hacia atrás, casi haciendo que se cayera, pero solo logrando que trastabillara y lo mirara turbado y hasta, creía Hoseok, un poco asustado. 

- ¡Suéltalo, maldita sea! -gruñó Taehyung, apretando los puños y casi mostrando los caninos. Sus ojos eran furiosos, rojos, y emanaba tanta fiereza, incluso más que la de sus familiares, que lo miraban extrañamente impresionados. Taehyung exhaló rudiosamente, como un bufido de lobo y volvió a gritar con expresión malograda- ¡Basta!, ¿Qué les sucede?, ¡Hoseok es mi Alfa y no lo van a tratar como si fuera... como si fuera... popo frente a mí... y frente de nadie!, ¿Me escucharon?, ¡Dejen de atacarlo! -advirtió señalando a ambos con el dedo firmemente, se veía tan enfurecido que ninguno se atrevía a decir ninguna palabra, además de lo rápido que pronunciaba cada una-. ¡Si son mi familia entonces van a respetarlo a él tanto como me respetan a mí, maldita sea! Puedo recordar algunas cosas de ustedes, pero si me preguntan ahora mismo a quién siento más como mi familia, es Hoseok, ¡Así que ya basta de insultos, malos tratos o juro que me largo de aquí y me va a importar un... un... una mierda mis recuerdos! -su respiración se había tornado agitada, calmándose en un último suspiro molesto-, ¡Por todos los lobos, ustedes son desesperantes!

Hoseok tragó saliva, inmóvil, y más extrañado aún cuando sólo hizo falta un minuto para que tanto Jungkook como el abuelo Woonie rompieran en carcajadas. No le veía ninguna gracia a la situación, por lo que se encogió de hombros cuando Taehyung le dedico una mirada azorada preguntándole qué demonios había dicho para hacerles reír de esa forma. De repente, hasta podían sentir que toda la pesadez del ambiente se había esfumado por la ventana.

- Oh, esto da mucha risa... -musito Jungkook, quitándose lágrimas de risa de la comisura de los ojos, ahora de su color natural. Su abuelo Woonie aún seguía retorciéndose en el sillón dando palmadas a su muslo, tosiendo cuando se carcajeaba muy fuerte.

- ¿Qué... qué les pasa? -balbuceó Hoseok más aliviado, fijamente en ambos, siendo el abuelo Woonie quien se tranquilizó primero para responder mientras Jungkook retomaba el aliento. Hasta se había tornado rojo de la risa. Taehyung se había terminado sentando, igual de perdido que el Alfa.

- Has superado la primera prueba, Hoseok-ssi -dijo el abuelo Woonie, parándose apoyado del bastón a su lado y dándole una palmada amistosa al hombro de Hoseok.

- Sí que la ha superado, por un momento pensé que te habíamos perdido, Tae -combinó Jungkook, con ojos brillosos y juguetones-. Me alegra saber que aún sin tus recuerdos sigues siendo el mismo chico insolente de siempre.

Taehyung se sonrojó. Hoseok no supo si porque seguía enojado o porque le había alegrado escuchar eso de Jungkook, tal vez las dos cosas, y volvió a tomar su mano impávido mirando a ambos con advertencia. 

- No entiendo nada de lo que dicen, pero Hoseokie hyung va a dormir conmigo. 

Hoseok alzo las cejas asombrado, casi esbozando una sonrisa inconsciente por la ternura que le provocó Taehyung en ese instante. Jungkook alzo las cejas, enrojeciendo también y con los ojos abiertos de estupefacción.

- ¿Cómo que va a dormir contigo?, ¿Te estás creyendo un adulto ahora, idi-?

- Déjalo, Jungkook -cortó su abuelo Woonie, con un gesto de la cabeza y la mano alzada. Hoseok se sentía extraño con la mano del hombre en su hombro, posada casi suavemente y con cariño cuando se volvió hacia ellos, mirándolos a ambos detenidamente-. Está bien, dormirán juntos, pero quiero la puerta abierta y pobre de ustedes que se les suba el celo a la cabeza, porque una marca está prohibida -y luego se dirigió seriamente hacia Hoseok-, ¿Lo entiendes, Hoseok? Tú eres el Alfa aquí, así que es tu responsabilidad controlarte -se le quedó mirando callado cuando Hoseok asintió fervientemente, parpadeando y pasándose la mano por la frente como si se le hubiera pasado algo por alto-. Oh, demonios, es verdad que no nos hemos presentado como se debería, yo me llamo Kim Woon Joo, soy abuelo de  Taehyung y padre de Jungkook.

Hoseok le hizo una mini reverencia al igual que a él, y luego volvió la vista hacia Jungkook.

- Como es obvio, yo soy Jungkook, hermano de Taehyung -dijo Jungkook con obvio desinterés, haciendo una mueca hacia el abuelo Woonie-. ¿No es demasiado tarde para presentarse después de que casi lo golpeo? Además ya debió suponerlo o Taehyung debió hablar de nosotros, ¿No es tonto?

- ¿Y qué te he enseñado yo de los buenos modales, Jungkook? -replicó haciendo una mueca-. Porque si se te olvido, se llaman buenos modales.

Parecía como si estuvieran a punto de pelear entre ellos, por lo que Hoseok intervino carraspeando y llamando la atención de ambos.

- Taehyung me contó mucho sobre ustedes antes de perder la memoria, así que es un gusto conocerlos, aunque no sea en el mejor momento -dijo con una sonrisa incómoda. Trataba de ser amable a pesar de todo, más porque Taehyung había logrado calmarse a su lado mirando la escena de hito en hito-. Yo me llamo Jung Hoseok, y nací en Gwangju, vine por estudios -ambos asintieron, supuso Hoseok que Namjoon les habría contado-. Conocí a Taehyung cuando llegué a la ciudad, él estaba en un callejón cerca de la estación de buses y... estaba golpeando a un tipo con un palito que daba descargas eléctricas -añadió con una pequeña risa nerviosa, con evidente extrañeza al recordar ese momento.

Jungkook, en cambio, le brillaron los ojos amarillos y asintió con la cabeza sonriendo divertido. 

- Oh, sí, sí, tal vez golpeó a ese viejo asqueroso de Kwan -se encogió de hombros, topándose con la expresión funesta de el abuelo Woonie-. ¿Qué? Papá, ya lo hablamos...

- Sí, lo sé, es que aún me da coraje, ¿Ya? -explicó, destensando el rostro y hablando para sí-, ¿Acaso no puedo enojarme ahora? -se volvió a mirar a Hoseok, que aún lucía algo inquieto mordiendo su labio inferior y sobando la mano de Taehyung con sus dedos-. Como sea, Hoseok-ssi, vamos a explicarte el panorama porque tienes razón, necesitas saber, aunque te lo hubiéramos dicho de todas formas, pero es agradable que hayas pasado la prueba de conocer a la familia -Hoseok se preguntó quién demonios hacía ese tipo de pruebas para conocer al "Alfa" de su nieto, pero decidió callarse-. Ahora, tanto Jungkook como yo, vamos a ir a ver a Lu Sook, ella es una de las mejores chamán del bosque industrial, diría que es la única que queda, pero tiene alumnos que seguirán su legado. Ella vive en la frontera del bosque y también hace de curandera para la mayoría de nosotros, que no podemos ir a un hospital en Seúl porque no pertenecemos a ninguna manada importante. Ella ha sido de gran ayuda, de hecho somos bastante cercanos, y estamos completamente seguros que ayudara a Taehyung con sus recuerdos.

- Ella es lo más genial del mundo, Tae, es claro que no lo recuerdas, pero cuando pequeños solíamos pasar la mayoría del tiempo con ella y la abuela -contó Jungkook con entusiasmo, sentándose al lado de Taehyung-. Ella puede ver fantasmas, tus vidas pasadas y quitarte el mal de ojo. Una vez hasta te dijo que encontrarías a tu predestinado, pero nosotros no creemos en esas tonterías -soltó una risa socarrona bajo la mirada confusa de Taehyung-. Siempre que te decía eso bromeábamos con que fumó mucha yerba en su pipa.

- Jungkook, no digas eso de Lu Sook si no quieres otro par de orejas y cola -regañó el hombre. Taehyung apenas lo oyó, puesta toda su atención en Jungkook al igual que Hoseok, quien arrugó el entrecejo con una sensación de celos en su pecho.

- ¿Predestinado?

- Ay, papá, no digas eso -se quejó Jungkook, rascándose distraidamente la oreja, para volver a explicar hacia ellos-; y es un cuento de niños, pero según ella los predestinados existen, ya sabes; dos almas que están destinadas a juntarse a pesar y sin importar todo lo que pasen, sin importar las vidas que les lleven estar juntos, porque su atracción va más allá de lo físico en este mundo -expuso como si lo hubiera leído o escuchado mil veces, con gesto indiferente-. Yo no creo en nada de eso, pero al parecer cuando encuentras a tu predestinado el mundo se detiene y puedes oler su propio aroma, uno que nadie jamás podrá oler en ti, solo tu predestinado.

Como respuesta, Taehyung sonrió como un niño emocionado y señaló a Hoseok con el dedo, inquieto.

- Hoseokie hyung es mi predestinado.

- Claro que no, eso no existe -rectificó Jungkook enarcando una ceja, haciendo que Taehyung detuviera su inquietud e hiciera un puchero-, y si fuera así créeme que no te pasaría a ti, hermanito, tu suerte sólo se basa en el esfuerzo que le pones a las cosas.

- Pero mi lobo me dijo que era mi Alfa -masculló Taehyung. 

- Tal vez tu lobo se confundió porque entraste en celo a la misma vez que él.

- Kookie tiene razón, cachorro -combinó el abuelo Woonie-, los lobos eligen pareja más rápido cuando se están en celo, así que tu lobo simplemente actuó por instinto eligiendo a Hoseok-ssi como tu Alfa, porque estaba más cerca de ti y... bueno, en realidad además de eso no sé porque tu lobo lo eligió como Alfa -el abuelo Woonie miró a Hoseok, quien se hizo un poco pequeño a su lado-, Hoseok-ssi, estás muy delgado para ser uno.

- Siempre me alimento bien, señor -se excusó Hoseok, sonrojándose. El abuelo Woonie sonrió con camaradería.

- Si vas a ser el Alfa de Taehyung, entonces dime Woonie.

- Oye, papá -llamó la atención Jungkook-, eso de ser delgado para ser Alfa es un estereotipo en estos tiempos, yo soy un híbrido omega y tengo más músculos que tú.

- ¡Eso es mentira, mocoso! -se quejó el hombre ante la mirada burlesca de Jungkook-, ¿Quieres probar?

- ¡Claro que sí, a ver que tienes, viejo! -rió el híbrido, contagiando a Taehyung y a Hoseok, quien mordió sus labios para no reír.

- ¿Cómo que viejo? -repitió indignado, moviendo el bastón como si fuera a golpearle con él-, ¡Tus músculos sólo se los debes a Lu Sook y a que tu abuela y yo te alimentamos bien!

- ¡Aún así tengo más músculos que tú! -siguió burlándose, mostrando sus bíceps y sacándole la lengua a Woonie, quien resopló y terminó tirando un cojín a Jungkook en toda la cara.



[...]

Taehyung se sentía cansado, habían pasado tantas cosas en ese día que cuando terminaron de tomar té y las charlas con bastantes risas y anécdotas divertidos, dejó que el abuelo Woonie lo arropara en la cama del camarote y le deseara buenas noches con una caricia en el cabello, despidiéndose de los tres cuando apagó la luz de la habitación. Hoseok dormía en un colchón en el suelo y Jungkook dormía en la litera de arriba. Aunque Taehyung quería dormir en la misma cama que Hoseok, Jungkook no se lo permitió y Hoseok terminó convenciéndole diciendo que no podía ser tan desvergonzado acostándose en la misma cama del Omega en el primer día que conoce a su familia. 

No lo entendía, pero era importante para Hoseok, así que accedió dormir solo en la cama, la cual por lo menos estaba al lado del Alfa, por lo cual no era un problema oler su aroma ni verlo dormir.

- ¿No tienes sueño, Taehyungie? -preguntó en un susurro, apenas dislumbrando el rostro de Taehyung en la luminosidad que daba la ventana sobre sus cabezas por la luz de la luna. Taehyung negó.

- Sí tengo, pero necesito sentirte.

Podría jurar que sintió el bombeteo de su corazón en sus dedos, y el de Hoseok resonar por la habitación, pero apenas se escuchaba el ruido de vida fuera de la ventana y sus propias respiraciones.

- Dame tu mano -murmuró Hoseok, acercándose más hacia la cama de Taehyung, quien saco la mano fuera de las sábanas hacia él. Ambos suspiraron con satisfacción al tocar sus manos, sólo así sintiéndose más cerca y cálidos que antes-. ¿Así está mejor?

- Un poco... sí, está bien -sonrió Taehyung en la oscuridad, con voz queda y relajada-. Gracias.

- Buenas noches, Taehyungie.

- Buenas noches, Hoseokie.

Y de la penumbra de la habitación, otra voz burlona se hizo presente.

- Buenas noches, tontos.

Hoseok se atoró con su saliva evitando soltar una carcajada abochornada al igual que Taehyung, quien sí soltó una risa reprimida contra la almohada. Hoseok alzo un poco la voz, sólo para que Jungkook le escuchara.

- Buenas noches, Jungkook.

- Buenas noches, Kookie -musito Taehyung de igual forma, pero con sumo cariño.

[...]

A la mañana siguiente, Hoseok sintió una presión en su mano izquierda, frunciendo el ceño y apenas abriendo los ojos legañosos. Sorprendido vio que el que aplastaba todo su brazo era Taehyung de espaldas, durmiendo profundamente dejando ver su largo cuello y con un antifaz para dormir que tenía ojos impresos, ¿En qué momento se había colocado ese antifaz?

Hoseok quitó la mano con cuidado, tratando de no despertarlo, encontrándose con Jungkook casi roncando en la cama de Taehyung.

- ¿Qué demonios? -se preguntó en voz alta, sentándose en la cama justo cuando apareció Woonie por la puerta, con una cacerola y una espátula en las manos-. Oh, ¿En serio hará eso? No creo que sea buena idea, Taehyungie se asustará mucho -murmuró Hoseok hacia Woonie, quien sonreía con malicia.

- Créeme, Hoseok-ssi, si no los despierto así ninguno de los dos se despertará -habló Woonie en voz alta, y ni aún así los dos hermanos se despertaron, apenas cambiando de posición.

Hoseok se encogió de hombros y se levantó para ir al baño, deteniéndose al lado de Woonie y observando como golpeaba fuertemente la cacerola, emitiendo un ruido de los mil demonios, que hizo que Jungkook se despertara de un salto y se golpeara la cabeza contra la litera. En cuanto a Taehyung, este hizo lo mismo, sentándose en la cama exaltado y moviendo la cabeza para todas partes.

- ¡Me quede ciego!, ¡Ayuda!, ¡Hoseokie! -chilló Taehyung, horrorizado tocando a su alrededor, para luego tocar su rostro y palpar lo que tenía en los ojos. Hoseok por su parte ahogaba las risas contra la palma de su mano-. ¿Qué es esto? -cuando se lo sacó, lo miró desorientado con la boca abierta-. Oh, así que era esto.

- ¡Ah, papá, eso dolió! Maldición, mi cabeza... -se quejó Jungkook, levantándose de la cama mientras sobaba su frente. Como un sonámbulo, esquivo al abuelo Woonie y salió de la habitación, haciendo que Hoseok se quedara con la palabra en la boca queriendo decir que él se pedía el baño primero.

Al final fue el tercero en entrar, porque Taehyung se había levantado corriendo y saltaba exclamando un << ¡Necesito hacer pis! >> mientras esperaba a que Jungkook saliera un poco más despierto.

Tomaron desayuno, charlaron en la mesa y Hoseok no podría haberse sentido más cómodo para ese momento, incluso Jungkook le había prestado ropa para que se cambiase y se abrigara más por las bajas temperaturas, ya que él no había previsto dormir allí. Lo que sí hizo antes de acompañar a Taehyung donde Lu Sook, fue llamar a Namjoon para preguntarle por Jimin, quien contestó al quinto timbrazo diciendo que las gemelas habían nacido bien, que estaban sanas, pero que Jimin estaba algo delicado y que estaría hospitalizado unos días. Hoseok dijo que se pasaría por ahí un poco más tarde y que si necesitaba algo, a lo que Namjoon preguntó por Jungkook  y Taehyung. Hoseok respondió que estaban bien, y Namjoon siguió insistiendo en que solamente necesitaba un capuchino de cierta tienda, así que Hoseok dijo que se lo llevaría más tarde.

Cuando Taehyung se cambió de ropa y todos estuvieron listos, se subieron a la camioneta y fueron a ver a Lu Sook, que quedaba a quince minutos de donde vivían, en la zona fronteriza del sector industrial y el bosque. Apenas había un camino serpenteado por arbustos y una carretera de tierra. Al llegar, se bajaron del auto y caminaron hasta el pórtico, donde había un sillón viejo y un zorro acostado en la sombra de un manzano que estaba a un costado de la casa. 

El zorro se les acercó afable, apenas oliéndoles. Taehyung dejó de sostenerse de Jungkook y Hoseok y se acuclilló con cuidado frente a él. Hoseok se sorprendió al ver el movimiento de cabeza del zorro, como si pudiera entender sus palabras.

- Hola, me llamo Taehyung y ellos son mi familia, vinimos a ver a Lu Sook -dijo Taehyung con una sonrisa, para luego mirarle sorprendido como si el zorro le hubiera dicho algo al mover sus bigotes-. ¡Oh!, ¿Ya lo sabías?, ¡Qué bien!

Hoseok miraba todo algo turbado, recordando esa vez cuando tomó al pez en el arroyo, en comparación con Jungkook y Woonie que hicieron una pequeña reverencia hacia él, así que él terminó haciendo lo mismo. El zorro miró a la casa y, como si la hubiera llamado, apareció una mujer de edad media con pocas arrugas, pero el cabello blanco como la nieve. Debería tener un poco más de edad que Woonie, pero se veía realmente saludable y su aura desprendía cierta viveza que era refrescante.

- ¡Los estaba esperando!, ¡Que bueno que ya llegaron! -exclamó ella contenta. Todos avanzaron hacia la casa-, ¡Pasen, pasen! ¿No se encontraron con Leo al venir?

- Hola, Lu Sook -dijo Woonie, dándole un abrazo seguido antes que Jungkook como saludo-. Y no, no hemos visto a Leo, debe haberse ido por la parte de atrás, supongo.

- ¡Leo jamás aprende! -exclama ella con un bufido-. Ya le he dicho que es peligroso irse por atrás, podría encontrarse con un Delta salvaje y sus entrañas apenas servirían de sobras para los buitres.

- Hola, Lulu -la saludó cariñosamente Jungkook, con un abrazo mucho más efusivo que Woonie. Hoseok ya presentía que fueran cercanos, pero no tan cercanos como se daba cuenta en ese momento. Parecían familia. Pensó que sería incomodo, pero no fue así, sino muy agradable.

- ¡Hola, amorcito! -respondió Lu Sook, dándole un amoroso beso a la mejilla de Jungkook-. Estás más fuerte, ¿Ves que las yerbas que te di funcionan?

- Y muy bien, Lulu -asintió Jungkook, mirando divertido a Woonie-, ya le he dicho al abuelo que mi músculo es la forma de su cabeza -como respuesta, Woonie apenas le rozó con el bastón en la pierna como reprimenda-. Ay, no me golpees.

Hoseok se mantuvo al margen, viendo como Lu Sook se dirigía a Taehyung con el mismo cariño que con Jungkook, pero con cierto aire de delicadeza hacía él, como si tuviera cuidado en pisar un campo minado.

- Tae, cariño, hola, lamento mucho lo que pasó -dijo con voz afable, apenas tomando las manos de Taehyung entre las suyas-. Ya verás como haré que recuperes tus recuerdos, ¿Sí? 

- Gracias -musito Taehyung, con una sonrisa tímida, apenas alzando la mirada para verle-. No recordar asusta mucho, pero asusta más no sentir que esos recuerdos te pertenecen de verdad o son sólo... sueños en tu cabeza.

- Sí, sé cuánto asusta, lo sé -dijo ella, con gesto apenado, acariciando la mejilla de Taehyung con cariño y luego volviéndose hacia Hoseok con más ánimo-. Pero te ayudo este jovencito de aquí, ¿Verdad?

Taehyung sonrió con emoción asintiendo fervientemente y Hoseok pestañeó tomando protagonismo, presentándose con una pequeña inclinación.

- Hola, yo soy...

- Jung Hoseok, sí -terminó ella por él, con voz afectuosa-. ¿Sabes? A veces tengo sueños... sé que suena muy demente, en estos tiempos de poder todo suena demente -rió con diversión-, pero soñé contigo y con Taehyung varias veces antes de que sucediera la pelea, es una lástima que los sueños siempre sean inexactos, tanto que nunca sabrás si pasarán o no -explicó, ahora moviéndose por la sala de la casa, que estaba repleta de objetos como figurillas de arcilla, sentándose en un sillón grande parecido al de Woonie-. Y ya me tenían bastante abandonada, niños insensibles.

- Sabes que puedes venir a visitarnos también -dijo Woonie, sentándose en una esquina de otro sillón, donde Jungkook y Taehyung también fueron a sentarse. Hoseok se quedo de pie, escuchando atentamente la conversación.

- Sabes que estoy muy vieja y odio los automóviles -suspiró, tomando un sorbo de una taza en la mesita a su lado-. Pero ya que están aquí, cuéntenme de su vida hasta que se termine mi té y Taehyung vuelva a ser el cabezota Taehyung que todos conocemos.

- ¿Soy cabezota? -dijo Taehyung confuso, tocándose la cabeza. Lu Sook soltó una carcajada y Hoseok sonrió enternecido hacia el Omega, acariciando su cabello.

- Pueden haber diferentes futuros y vidas, pero ésta definitivamente es la que más me gusta hasta ahora.

Hoseok no entendió nada de aquello, pero poco le importaba al ver a Taehyung sonreír confortablemente y reír ante los comentarios de la familia. Su familia.

De repente, él deseo con anhelo que nada cambiara entre ellos, pero había cierto presagio en su corazón que decía absolutamente lo contrario.



[...]




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